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CC Ādi-līlā 1.52

Texto

yāvān ahaṁ yathā-bhāvo
yad-rūpa-guṇa-karmakaḥ
tathaiva tattva-vijñānam
astu te mad-anugrahāt

Palabra por palabra

yāvān—como Yo soy en Mi forma eterna; aham—Yo; yathā—de cualquier manera; bhāvaḥ—existencia trascendental; yat—cualesquiera; rūpa—diversas formas y colores; guṇa—cualidades; karmakaḥ—actividades; tathā eva—exactamente así; tattva-vijñānam—verdadera comprensión; astu—que aparezca; te—tuya; mat—Mía; anugrahāt—por misericordia sin causa.

Traducción

«Por Mi misericordia sin causa, ilumínate en la verdad acerca de Mi personalidad, manifestaciones, cualidades y pasatiempos.

Significado

Las formas personales trascendentales del Señor son un misterio, y las peculiaridades de esas formas, las cuales son totalmente diferentes de todo lo hecho con elementos mundanos, son también misteriosas. Las innumerables formas del Señor, como Śyāmasundara, Nārāyaṇa, Rāma y Gaurasundara; los colores de esas formas (blanco, rojo, amarillo, śyāma, el color de las nubes, y otros); Sus cualidades, como la sensible Personalidad de Dios para los devotos puros y como el Brahman impersonal para los áridos especuladores; Sus actividades poco comunes, como levantar la colina Govardhana, desposar a más de dieciséis mil reinas en Dvārakā, y participar en la danza rāsa con las doncellas de Vraja, expandiéndose en tantas formas como doncellas había en la danza; estos y otros hechos y atributos extraordinarios e innumerables son misterios, de los cuales se menciona un aspecto en el conocimiento científico de la Bhagavad-gītā, la cual es leída y adorada en todo el mundo por toda clase de eruditos, y la cual cuenta con tantas interpretaciones como filósofos empíricos haya. La verdad de estos misterios fue revelada a Brahmā siguiendo el sistema descendente, sin la ayuda del ascendente. La misericordia del Señor desciende a un devoto como Brahmā, y de Brahmā pasa a Nārada, de Nārada a Vyāsa, de Vyāsa a Śukadeva, y así sucesivamente en la cadena genuina de sucesión discipular. No podemos descubrir los misterios del Señor con nuestros esfuerzos mundanos; estos misterios sólo se revelan, por Su gracia, a los devotos apropiados. Estos misterios se descubren paulatinamente a varios grados de devotos en proporción con la evolución progresiva de su actitud de servicio. En otras palabras, los impersonalistas, que dependen de la fuerza de su débil base de conocimiento y de sus enfermizas costumbres especulativas, sin servir sumisamente mediante la escucha, el canto, o los medios mencionados anteriormente, no pueden penetrar la misteriosa región trascendental, donde la Verdad Suprema es una persona trascendental, libre de todo matiz de elementos materiales. Al descubrir el misterio del Señor se elimina el carácter impersonal comprendido por los espiritualistas comunes que tratan meramente de entrar en la región espiritual desde el nivel mundano.