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CC Ādi-līlā 17.257

Texto

prabhura nindāya sabāra buddhi haila nāśa
supaṭhita vidyā kārao nā haya prakāśa

Palabra por palabra

prabhura—del Señor; nindāya—como acusación; sabāra—de todos; buddhi—la inteligencia; haila—se volvió; nāśa—menoscabada; su-paṭhita—bien estudiado; vidyā—conocimiento: kārao—de todos: —no: haya—se vuelve: prakāśa—manifiesto.

Traducción

Cuando todos los estudiantes tomaron aquella decisión, criticando a Śrī Caitanya Mahāprabhu, su inteligencia estaba alterada. De modo que, aunque eran sabios eruditos, a causa de esa ofensa, en ellos no se manifestaba la esencia del conocimiento.

Significado

En la Bhagavad-gītā se dice: māyayāpahrta-jñānā āsuraṁ bhāvam āṣritāḥ: Cuando alguien se muestra hostil hacia la Suprema Personalidad de Dios, adoptando una actitud atea (āsuraṁ bhāvam), incluso si es un sabio erudito, en él no se manifiesta la esencia del conocimiento; es decir, la energía ilusoria del Señor le roba la esencia de su conocimiento. A este respecto, Śrī Bhaktisiddhanta Sarasvati Ṭhākura cita un mantra del Śvetāśvatara Upaniṣad (6.23):

yasya deve parā bhaktiryathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ

Este verso explica que aquel que está resueltamente consagrado a la Suprema Personalidad de Dios, Viṣṇu, e igualmente consagrado al maestro espiritual, sin ninguna otra motivación, llega a ser maestro de todo conocimiento. En el corazón de ese devoto se manifiesta la verdadera esencia del conocimiento védico. Esa esencia consiste exclusivamente en entregarse a la Suprema Personalidad de Dios (vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ). La esencia del conocimiento védico se manifiesta únicamente en aquel que se entrega totalmente al maestro espiritual y al Señor Supremo, y en nadie más. Śrī Prahlāda Mahārāja enfatiza este mismo principio en el Śrīmad-Bhāgavatam (7.5.24):

iti puṁsārpitā viṣṇaubhaktiś cen nava-lakṣaṇā
kriyate bhagavaty addhā
tan manye ’dhītam uttamam

«Aquel que aplica directamente estos nueve principios (oír, cantar, recordar, etc.) al servicio del Señor debe ser considerado un hombre muy erudito que ha asimilado muy bien las Escrituras védicas, porque la meta del estudio de las Escrituras védicas consiste en comprender la supremacía de Śrī Kṛṣṇa». Śrīdhara Svāmī confirma en su comentario que, ante todo, hay que entregarse al maestro espiritual; entonces se irá desarrollando el proceso del servicio devocional. No es cierto que únicamente pueda llegar a ser devoto aquel que, con gran aplicación, sigue una carrera académica. Incluso si una persona no posee una carrera académica, si tiene plena fe en el maestro espiritual y en la Suprema Personalidad de Dios, desarrolla su vida espiritual y el verdadero conocimiento de los Vedas. Esto lo confirma el ejemplo de Mahārāja Khaṭvāṇga. Debe entenderse que aquel que se entrega ha aprendido correctamente el tema de los Vedas. Aquel que adopta este proceso védico de entrega aprende el servicio devocional, y, con toda seguridad, logra el éxito. Sin embargo, aquel que tiene un gran orgullo es incapaz de entregarse, ni al maestro espiritual ni a la Suprema Personalidad de Dios. Y, de este modo, no puede comprender la esencia de ninguna Escritura védica. El Śrīmad-Bhāgavatam (11.11.18declara:

śabda-brahmaṇi niṣṇātona niṣṇāyāt pare yadi
śramas tasya śrama-phalo
hy adhenum iva rakṣataḥ

«Si alguien es erudito en las Escrituras védicas pero no es devoto de Śrī Viṣṇu, su actividad es un derroche inútil de esfuerzo, igual que mantener una vaca que no da leche».

Todo aquel que no sigue el proceso de entrega, sino que está solamente interesado en tener una carrera académica, no puede hacer ningún progreso. Su único provecho será su esfuerzo inútil. Si una persona es experta en el estudio de los Vedas, pero no se entrega a un maestro espiritual o a Viṣṇu, todo su cultivo de conocimiento no es más que una pérdida de tiempo y un derroche de esfuerzo.