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CC Madhya-līlā 8.90

Texto

kṛṣṇera pratijñā dṛḍha sarva-kāle āche
ye yaiche bhaje, kṛṣṇa tāre bhaje taiche

Palabra por palabra

kṛṣṇera — del Señor Kṛṣṇa; pratijñā — la promesa; dṛḍha — firme; sarva-kāle — en todo momento; āche — hay; ye — todo el que; yaiche — tal y como; bhaje — ofrece servicio; kṛṣṇa — el Señor Kṛṣṇa; tāre — con él; bhaje — corresponde; taiche — así para siempre.

Traducción

«El Señor Kṛṣṇa ha hecho una firme promesa, de validez permanente. Si alguien Le ofrece servicio, Kṛṣṇa le corresponde con un éxito equivalente en el servicio devocional del Señor.»

Significado

La idea de que se puede adorar a Kṛṣṇa de cualquier forma o de cualquier manera y recibir, pese a todo, la misericordia del Señor, alcanzando así el resultado supremo, está completamente equivocada. Eso lo dicen los peores de los materialistas. Generalmente, esas personas dicen que puedes inventarte tu propia manera de adorar al Señor Supremo y que cualquier tipo de adoración es suficiente para acercarse a la Suprema Personalidad de Dios. Ciertamente hay distintas maneras de alcanzar distintos resultados en los campos de la actividad fruitiva, el conocimiento especulativo, el yoga místico y la austeridad. Por esa razón, hombres muy torpes y sin la menor preparación dicen que, con cualquiera de esos métodos que se siga, se alcanza la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios. Su pretensión es que el método no importa. Se da la siguiente analogía general: Deseamos llegar a determinado lugar, y hay muchos caminos que llevan allí; cualquiera de esos caminos nos llevará a nuestro destino. Del mismo modo, esos toscos materialistas dicen que hay distintas maneras de alcanzar la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios. Pretenden que podemos concebir a la Suprema Personalidad de Dios en la forma de la diosa Durgā, la diosa Kālī, el Señor Śiva, el semidiós Gaṇeśa, el Señor Rāmacandra, Kṛṣṇa, el Brahman impersonal, o lo que sea, y que podemos cantar el nombre del Señor de la manera que se nos ocurra. Esos materialistas sostienen que, puesto que en última instancia todos esos nombres y formas son uno, el resultado es el mismo. También dan la analogía de que una persona que tenga varios nombres responderá a quien se dirija a él con cualquiera de ellos. Por lo tanto, proclaman que no hay por qué cantar el mantra Hare Kṛṣṇa. Si cantamos el nombre de Kālī, de Durgā, de Śiva, de Ganeśa o cualquier otro, el resultado será el mismo.

Esas proclamas de especuladores mentales son, qué duda cabe, muy del agrado de los especuladores mentales, pero aquellos que poseen conocimiento verdadero no admiten esas conclusiones, que están en contra de la autoridad de los śāstras. Ciertamente, ningún ācārya genuino aceptará esa conclusión. En la Bhagavad-gītā, Kṛṣṇa dice claramente:

yānti deva-vratā devānpitṝn yānti pitṛ-vratāḥ
bhūtāni yānti bhūtejyā
yānti mad-yājino ’pi mām

«Los que adoren a los semidioses nacerán entre los semidioses; los que adoren a los antepasados irán a los antepasados; los que adoren a los fantasmas y espíritus nacerán entre esos seres; y los que Me adoren a Mí vivirán conmigo» (Bg. 9.25).

En el reino del Señor sólo se admite a los devotos del Señor, y no a los adoradores de semidioses, a los karmīs, a los yogīs, ni a ninguna otra persona. Quien desee la elevación a los planetas celestiales, adorará a una serie de semidioses, y la naturaleza material puede sentirse complacida de ofrecer a esos devotos las posiciones que desean. La naturaleza material da a cada quien su propia naturaleza, con la cual uno incrementa el apego por distintos tipos de semidioses. La Bhagavad-gītā, sin embargo, dice que la adoración de semidioses va dirigida a quienes han perdido toda su inteligencia:

kāmais tais tair hṛta-jñānāḥprapadyante ’nya-devatāḥ
taṁ taṁ niyamam āsthāya
prakṛtyā niyatāḥ svayā

«Aquellos a quienes los deseos materiales les han robado la inteligencia se entregan a los semidioses y siguen las reglas y regulaciones de adoración específicas que corresponden a su naturaleza» (Bg. 7.20).

Aunque nos elevemos a los planetas celestiales, los resultados de esa bendición son limitados:

anta-vat tu phalaṁ teṣāṁtad bhavaty alpa-medhasām
devān deva-yajo yānti
mad-bhaktā yānti mām api

«Los hombres de escasa inteligencia adoran a los semidioses, y los frutos que obtienen son limitados y temporales. Aquellos que adoran a los semidioses van a los planetas de los semidioses, pero Mis devotos finalmente llegan a Mi planeta supremo» (Bg. 7.23).

Ser elevado a los planetas celestiales o a otros planetas materiales no significa alcanzar una vida eterna de felicidad y bienaventuranza. El final del mundo material traerá también el fin de todos los logros de elevación material. Como ya hemos dicho, Kṛṣṇa explica en la Bhagavad-gītā que sólo aquellos que se ocupan en Su amoroso servicio devocional serán admitidos en el mundo espiritual e irán de regreso al hogar, de vuelta a Dios, y no otros:

bhaktyā mām abhijānātiyāvān yaś cāsmi tattvataḥ
tato māṁ tattvato jñātvā
viśate tad-anantaram

«Únicamente se Me puede comprender tal y como soy, como la Suprema Personalidad de Dios, por medio del servicio devocional. Y cuando, mediante esa devoción, se tiene plena conciencia de Mí, se puede entrar en el Reino de Dios» (Bg. 18.55).»

Los impersonalistas no pueden entender a la Suprema Personalidad de Dios; por eso no pueden entrar en el reino espiritual de Dios e ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. En realidad, con distintos procesos alcanzamos distintos resultados. No es que todos los resultados son lo mismo. Quienes sienten interés por los cuatro principios de dharma, artha, kāma y mokṣa no pueden compararse a quienes centran su interés en el servicio devocional puro del Señor. El Śrīmad-Bhāgavatam, por lo tanto, dice:

dharmaḥ projjhita-kaitavo ’tra paramo nirmatsarāṇāṁ satāṁ
vedyaṁ vāstavam atra vastu śiva-daṁ tāpa-trayonmūlanam
śrīmad-bhāgavate mahā-muni-kṛte kiṁ vā parair īśvaraḥ
sadyo hṛdy avarudhyate ’tra kṛtibhiḥ śuśrūṣubhis tat-kṣaṇāt

«Rechazando por completo todas las actividades religiosas basadas en motivaciones materiales, este Bhagavata Purāṇa expone la verdad más elevada, que pueden comprender los devotos de corazón puro. La verdad más elevada es la realidad, que se distingue de la ilusión por el bien de todos. Esa verdad arranca de raíz las tres miserias. Este hermoso Bhāgavatam, redactado por el gran sabio Śrī Vyāsadeva, es suficiente por sí solo para comprender a Dios. Quien escucha sumisa y atentamente el mensaje del Bhāgavatam se apega inmediatamente al Señor Supremo» (Bhāg. 1.1.2).

Aquellos que aspiran a la liberación, tratan de fundirse en el Brahman impersonal. Con ese fin celebran ceremonias religiosas rituales, pero el Śrīmad-Bhāgavatam considera engañoso ese proceso. En verdad, esa gente no puede ni soñar en ir de regreso al hogar, de vuelta a Dios. Hay un abismo de diferencia entre los objetivos de dharma, artha, kāma y mokṣa y el objetivo del servicio devocional.

La diosa Durgā es la deidad dirigente suprema de este mundo material, que está hecho de elementos materiales. Los semidioses son simples directores encargados de administrar los diversos sectores de actividad material, y se encuentran bajo la influencia de esa misma energía material. Las potencias internas de Kṛṣṇa, sin embargo, no tienen nada que ver con la creación del mundo material cósmico. El mundo espiritual y todas las actividades espirituales se hallan bajo la dirección de la energía espiritual interna; son actividades llevadas a cabo por yogamāyā, la energía espiritual. Yogamāyā es la energía espiritual, la energía interna de la Suprema Personalidad de Dios. Quienes sienten interés por la elevación al mundo espiritual y la ocupación en el servicio al Señor alcanzan la perfección espiritual bajo el control de yogamāyā. Quienes sienten interés por la elevación material se ocupan en ceremonias religiosas rituales y en el crecimiento económico para lograr la complacencia de los sentidos. Finalmente, tratan de fundirse en la existencia impersonal del Señor. Esas personas, por lo general, se vuelven impersonalistas. Centran su interés en adorar al Señor Śiva o a la diosa Durgā, pero la recompensa que obtienen es materialista al cien por cien.

Siguiendo el ejemplo de las gopīs, los devotos a veces adoran a la diosa Kātyāyanī, pero con la comprensión de que Kātyāyanī es una encarnación de yogamāyā. Las gopīs adoraron a Kātyāyanī, yogamāyā, para tener a Kṛṣṇa por esposo. Por otra parte, en la Escritura Sapta-śatī se afirma que un rey kṣatriya llamado Suratha y un rico vaiśya llamado Samādhi adoraron a la naturaleza material en la forma de la diosa Durgā para alcanzar perfección material. Quien trata de mezclar la adoración de yogamāyā y la de mahāmāyā, considerándolas idénticas, no demuestra en realidad una gran inteligencia. La idea de que todo es uno es un tipo de necedad en que caen los menos dotados de sustancia cerebral. Necios y sinvergüenzas dicen que la adoración de yogamāyā y la adoración de mahāmāyā son iguales. Esa conclusión es, simplemente, el resultado de la especulación mental, y carece de efectos prácticos. En el mundo material, a veces se da un nombre resonante a cosas totalmente inútiles; es lo que en Bengala se denomina llamar Padmalocana —que significa «ojos de loto»— a un bebé ciego. Podemos hacer la tontería de llamar Padmalocana a un bebé ciego, pero ese nombre no tiene significado alguno.

En el mundo espiritual, el Señor Absoluto es siempre idéntico a Su nombre, Su fama, Su forma, Sus cualidades y Sus pasatiempos. Esa identidad es imposible en el mundo material, donde el nombre de la persona es diferente de la persona en sí. El Señor Supremo tiene muchos santos nombres, como Paramātmā, Brahman y «el Creador», pero quien adora al Señor considerándole el creador, no puede entender la relación entre el devoto y el Señor que se da en los cinco tipos de melosidades trascendentales, ni puede entender el concepto de Kṛṣṇa. Las seis opulencias trascendentales de Kṛṣṇa no se pueden comprender por el simple hecho de comprender el aspecto impersonal Brahman de la Suprema Personalidad de Dios.

La comprensión impersonal de la Verdad Absoluta es, ciertamente, trascendental, pero eso no significa que con ella podamos comprender la forma sac-cid-ānanda del Señor. De manera similar, la comprensión de Paramātmā —la comprensión de la expansión plenaria de la Verdad Absoluta que se encuentra en el corazón de todos— también es incompleta. Ni siquiera el devoto de la Suprema Personalidad de Dios Nārāyaṇa puede comprender realmente los atractivos rasgos trascendentales de Kṛṣṇa. En verdad, el devoto de Kṛṣṇa que está apegado a los atractivos y sublimes rasgos del Señor no da mucha importancia a Nārāyaṇa. Cuando las gopīs vieron a Kṛṣṇa en la forma de Nārāyaṇa, no sintieron demasiada atracción por Él. Las gopīs nunca se dirigieron a Kṛṣṇa con el nombre de Rukmiṇī-ramaṇa. Los devotos de Kṛṣṇa en Vṛndāvana Le llaman Rādhā-ramaṇa, Nanda-nandana y Yaśodā-nandana, pero no Vasudeva-nandana o Devakī-nandana. Aunque, según el concepto material, Nārāyaṇa, Rukmiṇī-ramaṇa y Kṛṣṇa son una sola persona, en el mundo espiritual no se puede utilizar los nombres Rukmiṇī-ramaṇa o Nārāyaṇa en lugar del nombre Kṛṣṇa. Cuando alguien, por carecer del conocimiento suficiente, utiliza esos nombres, incurre, en su melosidad con el Señor, en el defecto de rasābhāsa, superposición de melosidades trascendentales. El devoto avanzado que ha comprendido realmente los aspectos trascendentales del Señor no cometerá el error de crear una situación de rasābhāsa usando un nombre en lugar de otro. Debido a la influencia de Kali-yuga, hay mucho rasābhāsa en nombre de la extravagancia y de la mentalidad liberal. Los devotos puros no sienten el menor aprecio por ese fanatismo.