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Śrīmad-bhāgavatam 4.21.31

Texto

yat-pāda-sevābhirucis tapasvinām
aśeṣa-janmopacitaṁ malaṁ dhiyaḥ
sadyaḥ kṣiṇoty anvaham edhatī satī
yathā padāṅguṣṭha-viniḥsṛtā sarit

Palabra por palabra

yat-pāda — cuyos pies de loto; sevā — servicio; abhiruciḥ — inclinación; tapasvinām — personas que se someten a rigurosas penitencias; aśeṣa — incontables; janma — nacimientos; upacitam — adquiere; malam — suciedad; dhiyaḥ — mente; sadyaḥ — de inmediato; kṣiṇoti — destruye; anvaham — día tras día; edhatī — aumentando; satī — estar; yathā — como; pada-aṅguṣṭha — los dedos de Sus pies de loto; viniḥsṛtā — que emana de; sarit — agua.

Traducción

La inclinación a servir los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios puede limpiar de inmediato de las mentes de la sufriente humanidad la suciedad acumulada a lo largo de incontables nacimientos. Como el agua del Ganges, que emana de los dedos de los pies de loto del Señor, ese proceso limpia de inmediato la mente; de esa forma, la conciencia espiritual o conciencia de Kṛṣṇa va aumentando gradualmente.

Significado

En la India, la persona que se baña todos los días en las aguas del Ganges está prácticamente libre de toda clase de enfermedades. En Calcuta había un brāhmaṇa muy respetable que nunca tomó ninguna medicina. Incluso si se encontraba enfermo, en lugar de tomar la medicina que le había dado el doctor, simplemente bebía agua del Ganges, y al cabo de muy poco tiempo se curaba. Los indios conocen las glorias del agua del Ganges, y nosotros también. El río Ganges pasa por Calcuta. Sus aguas a veces bajan llenas de excrementos y otras porquerías, desechos de fábricas e industrias cercanas. Aun así, en sus aguas se bañan diariamente miles de hombres, que se conservan muy sanos y con inclinaciones espirituales. Ese es el efecto del agua del Ganges. Se glorifica al Ganges porque sus aguas emanan de los dedos de los pies de loto del Señor. Cuando una persona emprende el servicio de los pies de loto del Señor, adoptando el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, inmediatamente queda limpio de las muchas cosas sucias que ha ido acumulado durante incontables vidas. Hemos visto a personas que, a pesar de las manchas heredadas de sus vidas pasadas, al adoptar el proceso de conciencia de Kṛṣṇa han quedado perfectamente limpias de toda suciedad y hacen rápidos progresos en el sendero espiritual. Por consiguiente, Pṛthu Mahārāja señala que sin la bendición del Señor Supremo no se puede progresar, ni en lo que se considera moralidad, ni en el crecimiento económico, ni en la complacencia de los sentidos. En consecuencia, se debe adoptar el servicio del Señor, el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y así, en poco tiempo, llegar a ser un hombre perfecto, como se confirma en el Bhagavad-gītā (kṣipraṁ bhavati dharmātmā śaśvac-chāntiṁ nigacchati). Como rey responsable que es, Pṛthu Mahārāja aconseja a todos que se refugien en la Suprema Personalidad de Dios, para de esa forma purificarse de inmediato. El Señor Śrī Kṛṣṇa dice también en el Bhagavad-gītā que por el simple hecho de entregarse a Él, nos libraremos de inmediato de toda reacción pecaminosa. De la misma forma que Kṛṣṇa aparta todas las reacciones pecaminosas de una persona tan pronto como esta se entrega a Él, la manifestación externa de Kṛṣṇa, el representante de Kṛṣṇa que encarna la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios, elimina del discípulo todas las reacciones producto de la vida pecaminosa inmediatamente después de que este recibe la iniciación. De esta forma, el discípulo que sigue los principios en que el maestro espiritual le ha instruido, se mantiene puro y libre de la contaminación de la infección material.

Por esa razón, Śrī Caitanya Mahāprabhu declaró que el maestro espiritual que actúa como representante de Kṛṣṇa tiene que consumir todas las reacciones pecaminosas de su discípulo. A veces un maestro espiritual asume el riesgo de que la carga de las reacciones pecaminosas de sus discípulos sea excesiva, y tiene que padecer entonces algún tipo de sufrimiento por haberles aceptado. Śrī Caitanya Mahāprabhu, en consecuencia, aconseja no aceptar muchos discípulos.