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Śrīmad-bhāgavatam 3.23.57

Texto

sāhaṁ bhagavato nūnaṁ
vañcitā māyayā dṛḍham
yat tvāṁ vimuktidaṁ prāpya
na mumukṣeya bandhanāt

Palabra por palabra

— esa misma persona; aham — yo soy; bhagavataḥ — del Señor; nūnam — seguramente; vañcitā — engañada; māyayā — por la energía ilusoria; dṛḍham — por completo; yat — pues; tvām — a ti; vimukti-dam — que da la liberación; prāpya — habiendo obtenido; na mumukṣeya — no he buscado la liberación; bandhanāt — del cautiverio material.

Traducción

Mi señor, sin duda la insuperable energía material de la Suprema Personalidad de Dios me ha engañado por completo, pues a pesar de haber obtenido tu compañía, que libera del cautiverio material, no he buscado esa liberación.

Significado

El hombre inteligente debe utilizar las buenas oportunidades. La primera oportunidad es la forma humana de vida, y la segunda es nacer en una familia donde se cultiva el conocimiento espiritual; eso es algo que rara vez se obtiene. La oportunidad más grande la constituye relacionarse con una persona santa. Devahūti era consciente de que había nacido como hija de un emperador. Tenía educación y cultura suficientes, y, por último, obtuvo como esposo a Kardama Muni, gran persona santa y gran yogī. Si, aun así, no obtenía la liberación del enredo de la energía material, solo podía deberse a que estaba siendo engañada por la insuperable energía ilusoria. De hecho, la energía material ilusoria está engañando a todos. La gente no sabe lo que hace cuando adora a la energía material en la forma de la diosa Kālī o Durgā buscando bienes materiales. Piden: «Madre, dame grandes riquezas, dame una buena esposa, dame fama, dame victoria». Pero esos devotos de la diosa Māyā, o Durgā, no saben que la diosa les está engañando. En realidad, el éxito material no es un verdadero logro, pues en cuanto nos vemos seducidos por las bendiciones materiales, nos enredamos cada vez más, sin esperanza alguna de obtener la liberación. Hay que tener la inteligencia suficiente para saber cómo utilizar lo que materialmente se posea con vistas a la iluminación espiritual. Eso recibe el nombre de karma-yoga o jñāna-yoga. Todo lo que tengamos, debemos usarlo al servicio de la Persona Suprema. En el Bhagavad-gītā se aconseja: sva-karmaṇā tam abhyarcya: uno debe tratar de adorar a la Suprema Personalidad de Dios con aquello que posea. Hay muchas formas de servicio al Señor Supremo, y cualquier persona puede servirle según sus posibilidades.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo vigesimotercero del Canto Tercero del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «La lamentación de Devahūti».