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Śrīmad-bhāgavatam 9.3.10

Texto

sukanyā cyavanaṁ prāpya
patiṁ parama-kopanam
prīṇayām āsa citta-jñā
apramattānuvṛttibhiḥ

Palabra por palabra

sukanyā — la muchacha llamada Sukanyā, la hija del rey Śaryāti; cyavanam — al gran sabio Cyavana Muni; prāpya — tras obtener; patim — por esposo; parama-kopanam — que siempre estaba muy enfadado; prīṇayām āsa — ella le satisfizo; citta-jñā — entendiendo la mente de su esposo; apramattā anuvṛttibhiḥ — realizando servicio sin dejarse confundir.

Traducción

Cyavana Muni era muy irritable, pero Sukanyā, aceptando su papel de esposa, le trataba con todo el tacto que la actitud del sabio requería. Conociendo su mente, le ofreció servicio sin dejarse confundir.

Significado

Este verso nos indica cómo debe ser la relación entre esposo y esposa. Por temperamento, una gran personalidad como Cyavana Muni siempre desea estar en una posición de superioridad. Una persona así no puede aceptar a nadie por encima de él. El temperamento de Cyavana Muni era, por lo tanto, irritable. Su esposa, Sukanyā, comprendía su actitud y sabía darle el trato más adecuado a las circunstancias. La mujer que desee vivir feliz debe entender el temperamento de su esposo, y complacerle. Esa actitud representa la victoria de la mujer. También en los tratos del Señor Kṛṣṇa con Sus reinas podemos ver que ellas, aunque eran hijas de grandes reyes, se presentaban ante el Señor Kṛṣṇa como sirvientas Suyas. Esa es la actitud que toda mujer, por elevada que sea, debe adoptar ante su esposo. Es decir, debe estar dispuesta a cumplir las órdenes de su esposo y complacerle en toda circunstancia. De ese modo, su vida será un éxito. Cuando la esposa se irrita con la misma facilidad que el marido, es seguro que su vida doméstica estará llena de dificultades y que, más tarde o más temprano, llegará la ruptura definitiva. En nuestros días, las esposas no son sumisas, de modo que cualquier incidente sin importancia puede suponer la ruptura del hogar. Tanto la mujer como el marido pueden recurrir a la ley de divorcio. Sin embargo, en la ley védica no existe el divorcio, y la mujer debe ser educada en el principio de la sumisión a su esposo. Los occidentales sostienen que esa mentalidad hace de la esposa una esclava, pero no es así; se trata de la táctica que le permitirá conquistar el corazón de su esposo, por irritable o cruel que este sea. En este ejemplo vemos claramente que Sukanyā, una hermosa y joven princesa, se sometió a su anciano esposo y trató de complacerle en todo, a pesar de que Cyavana Muni no era joven, sino lo bastante viejo como para ser su abuelo. Sukanyā fue, por lo tanto, una esposa casta y fiel.