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 La Visión de los Lotos

namaḥ paṅkaja-nābhāya
namaḥ paṅkaja-māline
namaḥ paṅkaja-netrāya
namas te paṅkajāṅghraye

Mis respetuosas reverencias sean para Ti, ¡oh, Señor!, cuyo abdomen está marcado con una depresión semejante a una flor de loto, quien siempre está adornado con guirnaldas de flores de loto, cuya mirada es tan fresca como el loto, y cuyos pies están grabados con lotos.

Śrīmad-Bhāgavatam 1.8.22

He aquí algunas de las señales simbólicas específicas del cuerpo espiritual de la Personalidad de Dios, que distinguen Su cuerpo de los cuerpos de todos los demás. Todas ellas son características especiales del cuerpo del Señor. El Señor puede que parezca ser uno de nosotros, pero Él siempre es distinto, en virtud de Sus características corporales específicas. Śrīmatī Kuntī dice que ella no es apta para ver al Señor, por el hecho de ser mujer. Esto lo dice porque las mujeres, los śūdras (la clase obrera) y los dvija-bandhus, los descendientes desdichados de las tres clases superiores, carecen de la inteligencia adecuada para entender el tema trascendental que trata del nombre, la fama, los atributos, las formas, etc., de la Suprema Verdad Absoluta, que son todos espirituales. Dichas personas, aunque no son aptas para participar de las actividades espirituales del Señor, pueden verle en Su forma de arcā-vigraha, el cual desciende al mundo material únicamente para distribuir gracias a las almas caídas, incluso a las mujeres, śūdras y dvija-bandhus anteriormente mencionados. Como esas almas caídas no pueden ver nada que esté más allá de la materia, el Señor consiente en entrar en todos y cada uno de los innumerables universos, en forma de Gabhodakaśāyī Viṣṇu, de cuya depresión cual loto —que tiene en el centro de Su abdomen trascendental— crece un tallo de loto, y así nace Brahmā, el primer ser viviente del universo. En consecuencia, al Señor se Le conoce con el nombre de Paṅkajanābhi. El Señor Paṅkajanābhi acepta el arcā-vigraha (Su forma trascendental) hecho de diferentes elementos, a saber: una forma dentro de la mente, una forma hecha de madera, una forma hecha de tierra, una forma hecha de metal, una forma hecha de joyas, una forma hecha de pintura, una forma dibujada en la arena, etc. Todas esas formas del Señor siempre están decoradas con collares de flores de loto, y en el templo de la adoración debe haber una atmósfera apacible, para atraer la atención ardiente de los no devotos que están siempre dedicados a pleitos mundanos. Los meditadores adoran una forma dentro de la mente. Por lo tanto, el Señor es misericordioso incluso con las mujeres, los śūdras y los dvija-bandhus, siempre y cuando accedan a visitar el templo y adoren las diferentes formas hechas para ellos. Esos visitantes de los templos no son idólatras, como alegan algunos hombres que poseen muy poco conocimiento. Todos los grandes ācāryas establecieron dichos templos de adoración en todos los lugares, tan sólo para favorecer a los poco inteligentes, y nadie debe hacerse pasar por alguien que ha trascendido la etapa de la adoración en el templo mientras se halle en la categoría de los śūdras y las mujeres, o más bajo que ellos. Se debe comenzar a ver al Señor a partir de Sus pies de loto, elevándose gradualmente hasta los muslos, la cintura, el pecho y la cara. No se debe tratar de mirar al Señor a la cara, sin estar acostumbrado a ver los pies de loto del Señor. Śrīmatī Kuntī, por ser la tía del Señor, no comenzó a verlo desde los pies de loto, debido a que el Señor hubiera podido sentirse avergonzado, así pues, Kuntīdevī, sólo para evitar al Señor una situación incómoda, comenzó a verlo justo por encima de Sus pies de loto, es decir, desde la cintura del Señor, elevándose gradualmente hasta la cara, y descendiendo luego hasta los pies de loto. Ése es el orden.

Si vemos una flor de loto, de inmediato podremos recordar a Kṛṣṇa. Por ejemplo, si alguien ama a su hijo y ve cualquiera de sus prendas de vestir, o sus zapatos, o un barquito, o cualquiera de sus juguetes, de inmediato recordará al niño: «¡Oh!, éstos son los zapatos de mi hijo. Éstos son los juguetes de mi hijo. Ésta es su ropa». Ésa es la naturaleza del amor. De manera que, quien verdaderamente ama a Dios, a Kṛṣṇa, puede recordarlo siempre.

No es difícil recordar a Kṛṣṇa. Aquí, Kuntīdevī describe a Kṛṣṇa en relación con las flores de loto. De modo similar, cuando Kṛṣṇa Se describe a Sí mismo en el Bhagavad-gītā, dice: raso ’ham apsu kaunteya: «Yo soy el sabor de los líquidos». Así que se puede recordar a Kṛṣṇa al saborear el agua. Incluso si alguien bebe licor, si piensa: «El sabor de esta bebida es Kṛṣṇa», un día se convertirá en una gran persona santa. Por consiguiente, incluso a los borrachos les puedo pedir que se vuelvan conscientes de Kṛṣṇa, ni qué hablar de los demás, pues Kṛṣṇa dice: raso ’ham apsu kaunteya: «Yo soy el sabor de los líquidos». En este contexto, «líquido» generalmente se toma con el significado de agua. Pero el licor también es un líquido; es sólo azúcar y melaza, o alguna otra combinación, que se fermenta y se destila. Desde luego, es malo, porque causa embriaguez. Aunque en un sentido nada es malo, el licor es malo porque crea malos efectos. En América hay muchos borrachos. No hay ninguna escasez de ellos. Pero incluso a los borrachos puedo pedirles que «cuando beban vino, tengan la bondad de recordar que el sabor de esa bebida es Kṛṣṇa. Tan sólo comiencen de esa manera, y un día se volverán personas santas y conscientes de Kṛṣṇa».

De modo que, si queremos atrapar a Kṛṣṇa, Él Se encuentra a nuestra disposición bajo cualquier circunstancia. Kṛṣṇa dice en el Bhagavad-gītā (10.10):

teṣāṁ satata-yuktānāṁ
bhajatāṁ prīti-pūrvakam
dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ
yena mām upayānti te

«A aquellos que están constantemente consagrados a servirme con amor, Yo les doy la comprensión mediante la cual pueden llegar hasta Mí». Si realmente nos tomamos muy en serio el buscar a Kṛṣṇa, Kṛṣṇa está en todas partes. Aṇḍāntara-stha-paramāṇu-cayāntara-sthaṁ govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi (Brahma-saṁhitā 5.35). Kṛṣṇa está presente dentro del universo, dentro de nuestros corazones, e incluso dentro del átomo. Así que no es difícil encontrarlo, pero debemos conocer el proceso mediante el cual hacerlo. Ese proceso es muy sencillo y, por orden de Śrī Caitanya Mahāprabhu, se lo estamos distribuyendo a todo el mundo sin cobrar. El proceso consiste en cantar Hare Kṛṣṇa. En cuanto uno cante Hare Kṛṣṇa, de inmediato entenderá a Kṛṣṇa.

De igual manera, con simplemente oír o cantar los versos del Śrīmad-Bhāgavatam, podemos purificarnos. Todo conocimiento que existe en el mundo se encuentra en el Śrīmad-Bhāgavatam. El Śrīmad-Bhāgavatam comprende literatura, poesía, astronomía, filosofía, religión y amor por Dios. Śrīmad-bhāgavataṁ pramāṇam amalam. Quien simplemente lee el Śrīmad-Bhāgavatam adquiere la educación más alta de todas, pues si estudia el Śrīmad-Bhāgavatam estará bien versado en cualquier tema. Incluso si no entiende ni una sola palabra de los mantras del Śrīmad-Bhāgavatam, las vibraciones en sí tienen tal poder, que uno se purifica con sólo cantarlas. Śṛṇvatāṁ sva-kathāḥ kṛṣṇaḥ puṇya-śravaṇa-kīrtanaḥ. La palabra puṇya significa «piadoso», śravaṇa significa «oyendo», y kīrtana significa «cantando». Aquel que canta u oye los versos del Śrīmad-Bhāgavatam se vuelve piadoso automáticamente. Por lo general, para llegar a ser piadoso, hay que esforzarse mucho, pero quien simplemente oye los versos del Śrīmad-Bhāgavatam o del Bhagavad-gītā se vuelve piadoso automáticamente. Así pues, en todos los templos de nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa existe el estricto principio de que diariamente debe haber una clase para poner en práctica el proceso de oír y cantar. Nuestro movimiento tiene la función de formar a los líderes espirituales, pero sin oír y cantar es imposible volverse un líder. Claro que en el mundo material sí es posible, pero en el mundo espiritual no lo es.

mālī hañā sei bīja kare āropaṇa
śravaṇa-kīrtana-jale karaye secana

(Cc. Madhya 19.152)

El proceso de oír y cantar riega la semilla del servicio devocional, que es lo que hace que la conciencia original se desarrolle.

Así que aquí, en estas oraciones, Kuntīdevī, una gran devota, nos está dando la oportunidad de volvernos conscientes de Kṛṣṇa simplemente mediante el hecho de concentrar nuestra mente en paṅkaja, la flor de loto. Paṅka significa «lodo», y ja significa «generarse». Aunque la flor de loto se genera a partir del lodo, es una flor muy importante, y a Kṛṣṇa Le gusta mucho. En consecuencia, Kuntīdevī describe todas las partes del cuerpo de Kṛṣṇa haciendo referencia a las flores de loto, para que en cuanto veamos una flor de loto, pensemos inmediatamente en Kṛṣṇa: «¡Oh!, el ombligo de Kṛṣṇa es exactamente igual que un loto, y del ombligo de Kṛṣṇa creció el tallo de loto sobre el cual nació Brahmā, el creador de este universo. Este universo comprende muchísimos planetas, mares, montañas, y ciudades con automóviles y otras cosas, pero todo el universo comenzó a partir de ese loto».

Namaḥ pankaja-māline. De Kṛṣṇa proviene la maravillosa flor de loto que contiene la semilla de todo el universo. Pero Él no es la fuente de sólo una de esas flores. Kṛṣṇa no es tan pobre que simplemente produce una flor de loto y luego se acaba. No. Así como puede haber un collar con muchas flores, Kṛṣṇa es la fuente de innumerables universos, los cuales se pueden asemejar a un gran collar de lotos. Ése es Dios. Yasyaika-niśvasita-kalam athāvalambya / jīvanti loma-vilajā jagadaṇḍa-nāthāḥ (Brahma-saṁhitā 5.48). Kṛṣṇa es ilimitado. Nosotros estamos muy preocupados con este solo planeta, pero la creación de Kṛṣṇa contiene un ilimitado número de planetas. No podemos contar cuántos planetas existen, como tampoco podemos contar cuántos cabellos tenemos en la cabeza. Ésa es la naturaleza de la creación de Kṛṣṇa. Para dar otro ejemplo, en un árbol hay un ilimitado número de hojas. De igual manera, existe un ilimitado número de planetas, y hay ilimitados universos. De modo que Kṛṣṇa es ilimitado.

El ombligo de Kṛṣṇa se asemeja a un loto, lleva una guirnalda de lotos, y Sus ojos también se asemejan a los pétalos de un loto (ālola-candraka-lasad-vanamālya-vaṁśī, Brahma-saṁhitā 5.31). De modo que, si simplemente pensamos en este solo y único verso, que describe el cuerpo de Kṛṣṇa haciendo referencia al loto, podemos meditar durante toda nuestra vida en lo hermoso que es Kṛṣṇa, lo sabio que es Kṛṣṇa, y cómo Kṛṣṇa manifiesta Su creación. Eso es meditación: pensar en Kṛṣṇa. Dhyānāvasthita-tad-gatena manasā paśyanti yaṁ yoginaḥ. Un yogī es aquel que siempre piensa en Kṛṣṇa.

Aquellos que piensan en algo impersonal no son yogīs. Su meditación simplemente implica pasar cada vez más trabajos (kleśo ’dhikataras teṣāṁ avyaktāsakta-cetasām), y no pueden llegar a nada concreto. Por eso, después de la meditación, dicen: «Vamos, dame un cigarrillo. Vamos, que ahora tengo la garganta seca. Dame un cigarrillo». Eso no es meditación. Meditación significa pensar en Kṛṣṇa siempre (satataṁ kīrtayanto mām) y, con un voto firme, esforzarse por avanzar en el cultivo de conciencia de Kṛṣṇa (yatantaś ca dṛḍha-vratāḥ).

Tenemos que estar purificados. Paraṁ brahma paraṁ dhāma pavitraṁ paramaṁ bhavān. Como Kṛṣṇa es puro, no podemos acercarnos a Kṛṣṇa de un modo impuro. Pero si siempre pensamos en Kṛṣṇa y meditamos en Kṛṣṇa, entonces nos purificaremos. Puṇya-śravaṇa-kīrtanaḥ. Esa meditación puede hacerse posible mediante el oír y el cantar, y luego el pensar en Kṛṣṇa llegara automáticamente. Ése es el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ smaraṇam. La palabra smaraṇam significa «recordar». Si cantamos y oímos, entonces el recuerdo aparecerá automáticamente, y luego nos dedicaremos a adorar los pies de loto de Kṛṣṇa (sevanam). Posteriormente nos dedicaremos a adorar en el templo (arcanam), y a ofrecer oraciones (vandanam). Nos ocuparemos como sirvientes de Kṛṣṇa (dāsyam), nos volveremos amigos de Kṛṣṇa (sakhyam), y lo entregaremos todo a Kṛṣṇa (ātma-nivedanam). Ése es el proceso de conciencia de Kṛṣṇa.