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Ilustración 25

El Señor correspondía a los sentimientos de los habitantes del bosque de Vṛndāvana. Cuando caía un aguacero, el Señor se refugiaba al pie de los árboles o en las cuevas y disfrutaba del sabor de diferentes frutas con Sus eternos asociados, los pastorcillos. Él jugaba con ellos, Se sentaba con ellos y comía frutas con ellos.

Volverse uno con Dios no indica siempre que un ser viviente se fusione con la existencia del Señor. Volverse uno con Dios significa alcanzar nuestra cualidad espiritual original. A menos que uno alcance su cualidad espiritual, no puede entrar en el reino de Dios. Los miembros de la escuela impersonalista explican su idea de unidad, con el ejemplo de la mezcla del agua de río con el agua de mar. Pero nosotros debemos saber que en el agua de mar existen seres vivientes que no se fusionan con la existencia del agua sino que mantienen sus identidades separadas y disfrutan la vida dentro del agua. Ellos son uno con el agua en el sentido que han alcanzado la cualidad de vivir dentro del agua. Similarmente, el mundo espiritual no deja de tener sus enseres separados. En el reino espiritual, un ser viviente puede mantener su identidad espiritual separada y disfrutar de la vida con el ser espiritual supremo, la Personalidad de Dios.

En Vṛndāvana, todas las entidades espirituales - los pastorcillos, las pastorcillas, el bosque, los árboles, las colinas, el agua, las frutas, las vacas y todos los demás - disfrutan la vida espiritualmente en asociación con el Señor, Śrī Kṛṣṇa. Ellos son simultáneamente uno con el Señor y son diferentes de Él. Pero finalmente, son uno en diferentes variedades.