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CC Ādi-līlā 7.121

Texto

vyāsera sūtrete kahe ‘pariṇāma’-vāda
‘vyāsa bhrānta’ — bali’ tāra uṭhāila vivāda

Palabra por palabra

vyāsera—de Śrīla Vyāsadeva; sūtrete—en los aforismos; kahe—describe; pariṇāma—transformación; vāda—filosofía; vyāsa—Śrīla Vyāsadeva; bhrānta—equivocado; bali’—acusándole; tāra—su; uṭhāila—dio lugar; vivāda—oposición.

Traducción

«En su Vedānta-sūtra, Śrīla Vyāsadeva ha descrito que todas las cosas no son más que una transformación de la energía del Señor. Sin embargo, Śaṅkarācārya ha conducido al mundo al engaño al decir que Vyāsadeva estaba equivocado. De esta manera, ha dado lugar a una gran oposición contra el teísmo por el mundo entero.

Significado

Śrīla Bhaktivinoda Ṭhākura explica: «En el Vedānta-sūtra de Śrīla Vyāsadeva se declara de manera concluyente que todas las manifestaciones cósmicas son resultado de la transformación de diversas energías del Señor. Śaṅkarācārya, sin embargo, no admite la energía del Señor, y cree que es el Señor quien Se ha transformado. Ha tomado afirmaciones muy claras de las Escrituras védicas y las ha distorsionado, tratando de probar que, si el Señor, la Verdad Absoluta, Se transformara, Su unidad se vería perturbada. De manera que ha acusado a Śrīla Vyāsadeva de estar equivocado. Al desarrollar su filosofía del monismo, por tanto, ha creado el vivarta-vāda, la teoría māyāvāda de la ilusión».

En el primer aforismo del Capítulo Segundo del Brahma-sūtra dice: tad-ananyatvam ārambhaṇa-śabdādibhyaḥ. Al comentar este sūtra en su Śārīraka-bhāṣya, Śaṅkarācārya ha introducido la expresión vācārambhaṇaṁ vikāro nāmadheyam, del Chāndogya Upaniṣad (6.1.4), tratando de probar que el hecho de aceptar que la energía del Señor Supremo se transforma es una equivocación. Ha tratado de desafiar esta transformación de una manera errónea, que se explicará más adelante. Puesto que su concepción de Dios es impersonal, no cree que la manifestación cósmica entera sea una transformación de las energías del Señor, porque en cuanto se aceptan las diversas energías de la Verdad Absoluta, hay que aceptar inmediatamente que la Verdad Absoluta es personal, no impersonal. Una persona puede crear muchas cosas con la transformación de su energía. Por ejemplo, un hombre de negocios transforma su energía al establecer diversas fábricas o empresas, y aun así continúa siendo una persona, aunque su energía se ha transformado en todas esas fábricas o empresas. Los filósofos māyāvādīs no entienden este simple hecho. Su cerebro diminuto y su débil base de conocimiento no les proporcionan la inteligencia suficiente para darse cuenta de que cuando la energía de un hombre se transforma, el hombre mismo no sufre transformación alguna, sino que sigue siendo la misma persona.

No creyendo en el hecho de que la energía de la Verdad Absoluta se transforma, Śaṅkarācārya ha propuesto su teoría de la ilusión. Esta teoría sostiene que aunque la Verdad Absoluta nunca se transforma, nosotros creemos que se ha transformado, lo cual es una ilusión. Śaṅkarācārya no cree en la transformación de la energía de la Verdad Absoluta, porque pretende que todo es uno, y que la entidad viviente, por tanto, también es una con el Supremo. Ésta es la teoría māyāvāda.

Śrīla Vyāsadeva ha explicado que la Verdad Absoluta es una persona que tiene diversas potencias. Sólo con desear que hubiese una creación, y mediante Su mirada (sa aikṣata), Él creó el mundo material (sa asṛjata). Después de la creación, sigue siendo la misma persona; Él no Se ha transformado en todo. Hay que admitir que el Señor tiene energías inconcebibles, y que es por Su mandato y por Su voluntad que existe diversidad de manifestaciones. En la literatura védica se dice: sa-tattvato nyathā-buddhir vikāra ity udāhṛtaḥ. Este mantra señala que un hecho genera otro hecho. Por ejemplo, un padre es un hecho, y el hijo que se ha generado a partir del padre es un segundo hecho. Así pues, los dos son verdades, aunque uno se haya generado del otro. Esta generación de una segunda verdad independiente de la primera se llama vikāra, aquella transformación que resulta en un derivado. El Brahman Supremo es la Verdad Absoluta, y las demás energías que han emanado de Él y que existen separadamente, como las entidades vivientes y la manifestación cósmica, son también verdades. Éste es un ejemplo de transformación que se llama vikāra o pariṇāma. Para dar otro ejemplo de vikāra, la leche es una verdad, pero la misma leche puede transformarse en yogur. De manera que el yogur es una transformación de la leche, aunque los componentes del yogur y de la leche sean los mismos.

En el Chāndogya Upaniṣad se encuentra el siguiente mantra: aitad-ātmyam idaṁ sarvam. Este mantra indica, sin lugar a dudas, que el mundo entero es Brahman. La Verdad Absoluta tiene energías inconcebibles, como se confirma en el Śvetāśvatara Upaniṣad (parāsya śaktir vividhaiva śrūyate), y la manifestación cósmica entera es una evidencia de estas diferentes energías del Señor Supremo. El Señor Supremo es un hecho y, por tanto, todo lo que el Señor Supremo crea también es un hecho. Todo es verdad y está completo (pūrṇam), pero el pūrṇa original, la Verdad Absoluta completa, permanece siempre igual. Pūrṇāt pūrṇam udacyate pūrṇasya pūrṇam ādāya: La Verdad Absoluta es tan perfecta que aunque de Ella emanen innumerables energías, y estas energías manifiestan creaciones que parecen ser diferentes de Ella, la Verdad Absoluta mantiene, sin embargo, Su personalidad. Nunca Se altera bajo ninguna circunstancia.

Hay que concluir que la manifestación cósmica entera es una transformación de la energía del Señor Supremo, no del mismo Señor Supremo, la Verdad Absoluta, que permanece siempre igual. El mundo material y las entidades vivientes son transformaciones de la energía del Señor, la Verdad Absoluta o Brahman, que es la fuente original. En otras palabras, la Verdad Absoluta, el Brahman, es el ingrediente original, y las demás manifestaciones son transformaciones de este ingrediente. Esto también se confirma en el Taittirīya Upaniṣad: yato vā imāni bhūtāni jāyante, «Toda esta manifestación cósmica la ha hecho posible la Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios». En este verso se indica que Brahman, la Verdad Absoluta, es la causa original, y que las entidades vivientes (jīvas) y la manifestación cósmica son efectos de esta causa. Siendo la causa un hecho, los efectos son también un hecho. No son ilusión. Śaṅkarācārya ha intentado inconsistentemente probar que es una ilusión admitir que el mundo material y las jīvas son derivados del Señor Supremo, porque en este concepto, la existencia del mundo material y de las jīvas es diferente de la existencia de la Verdad Absoluta, y está separada de Ella. Con este malabarismo de comprensión, los filósofos māyāvādīs han propagado el lema: brahma satyaṁ jagan mithyā, que declara que la Verdad Absoluta es un hecho, pero la manifestación cósmica y las entidades vivientes son sencillamente ilusiones, o dicho en otras palabras, que todo ello es de hecho la Verdad Absoluta, y que el mundo material y las entidades vivientes no existen separadamente.

Hay que concluir, por tanto, que Śaṅkarācārya, para presentar al Señor Supremo, a las entidades vivientes y la naturaleza material como indivisibles e ignorantes, trata de cubrir las glorias de la Suprema Personalidad de Dios. Afirma que la manifestación cósmica material es mithyā, falsa, pero esto es un gran disparate. Si la Suprema Personalidad de Dios es un hecho, ¿cómo puede ser falsa Su creación? Ni siquiera en las actividades corrientes se puede pensar que la manifestación cósmica material sea falsa. Por tanto, los filósofos vaiṣṇavas dicen que la creación cósmica no es falsa, sino temporal. Está separada de la Suprema Personalidad de Dios, pero puesto que ha sido maravillosamente creada por la energía del Señor, decir que es falsa es una blasfemia.

Los no devotos aprecian realmente la creación maravillosa de la naturaleza material, pero no pueden apreciar la inteligencia y la energía de la Suprema Personalidad de Dios que está detrás de esta creación material. Śrīpāda Rāmānujācārya, sin embargo, cita un sūtra del Aitareya Upaniṣad (1.1.1), ātmā vā idam agra āsīt, que señala que el ātmā supremo, la Verdad Absoluta, existía antes de la creación. Se puede aducir: «Si la Suprema Personalidad de Dios es completamente espiritual, ¿cómo es posible que sea el origen de la creación y que tenga en Sí mismo tanto la energía espiritual como la material?». Para responder a este reto, Śrīpāda Rāmānujācārya cita un mantra del Taittirīya Upaniṣad (3.1) que declara:

yato vā imāni bhūtāni jāyante
yena jātāni jīvanti
yat prayanty abhisaṁviśanti

Este mantra confirma que la manifestación cósmica entera emana de la Verdad Absoluta, reposa sobre la Verdad Absoluta, y después de la aniquilación, entra de nuevo en el cuerpo de la Verdad Absoluta, la Suprema Personalidad de Dios. Originalmente, la entidad viviente es espiritual, y cuando entra en el mundo espiritual o en el cuerpo del Señor Supremo, aún conserva su identidad como alma individual. A este respecto, Śrīpāda Rāmānujācārya ofrece la analogía de que cuando un pájaro verde está en un árbol verde, no forma una unidad con el árbol; conserva su identidad de pájaro, aunque parece que se funde en el verdor del árbol. Para dar otra analogía, un animal que entra en la selva conserva su individualidad, aunque parece que se funda en ella. Igualmente, en la existencia material, tanto la energía material como las entidades vivientes de la potencia marginal mantienen su individualidad. De manera que, a pesar de que las energías de la Suprema Personalidad de Dios actúan recíprocamente dentro de la manifestación cósmica, cada una mantiene su existencia individual separada. Por tanto, fundirse con la energía espiritual o en la material no implica perder la individualidad. Según la teoría de Śrī Rāmānujapāda de viśīṣṭādvaita, aunque todas las energías del Señor son una, todas ellas conservan su individualidad (vaiśīṣṭya).

Śrīpāda Śaṅkarācārya ha tratado de conducir a engaño a los lectores del Vedānta-sūtra interpretando erróneamente las palabras ānandamayo bhyāsāt, e incluso ha tratado de buscar defectos en Vyāsadeva. Sin embargo, no es necesario examinar aquí todos los aforismos del Vedānta-sūtra, puesto que nos proponemos presentar el Vedānta-sūtra en un volumen aparte.