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Text 6

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Texto

Text

dharmasya dakṣa-duhitary ajaniṣṭa mūrtyāṁ
nārāyaṇo nara iti sva-tapaḥ-prabhāvaḥ
dṛṣṭvātmano bhagavato niyamāvalopaṁ
devyas tv anaṅga-pṛtanā ghaṭituṁ na śekuḥ
dharmasya dakṣa-duhitary ajaniṣṭa mūrtyāṁ
nārāyaṇo nara iti sva-tapaḥ-prabhāvaḥ
dṛṣṭvātmano bhagavato niyamāvalopaṁ
devyas tv anaṅga-pṛtanā ghaṭituṁ na śekuḥ

Palabra por palabra

Synonyms

dharmasya — de Dharma (el controlador de los principios religiosos); dakṣa — Dakṣa, uno de los prajāpatis; duhitari — a la hija; ajaniṣṭa — nació; mūrtyām — de nombre Mūrti; nārāyaṇaḥ — Nārāyaṇa; naraḥ — Nara; iti — así pues; sva-tapaḥ — penitencias personales; prabhāvaḥ — fuerza; dṛṣṭvā — por ver; ātmanaḥ — de Su propio; bhagavataḥ — de la Personalidad de Dios; niyama-avalopam — rompiendo el voto; devyaḥ — bellezas celestiales; tu — pero; anaṅga-pṛtanāḥ — acompañante de Cupido; ghaṭitum — ocurrir; na — nunca; śekuḥ — se hizo posible.

dharmasya — of Dharma (the controller of religious principles); dakṣa — Dakṣa, one of the Prajāpatis; duhitari — unto the daughter; ajaniṣṭa — took birth; mūrtyām — of the name Mūrti; nārāyaṇaḥ — Nārāyaṇa; naraḥ — Nara; iti — thus; sva-tapaḥ — personal penances; prabhāvaḥ — strength; dṛṣṭvā — by seeing; ātmanaḥ — of His own; bhagavataḥ — of the Personality of Godhead; niyama-avalopam — breaking the vow; devyaḥ — celestial beauties; tu — but; anaṅga-pṛtanāḥ — companion of Cupid; ghaṭitum — to happen; na — never; śekuḥ — made possible.

Traducción

Translation

Para exhibir Su manera personal de austeridad y penitencia, Él apareció en las formas gemelas de Nārāyaṇa y Nara, en el vientre de Mūrti, la esposa de Dharma e hija de Dakṣa. Unas bellezas celestiales, las acompañantes de Cupido, fueron a tratar de romper Sus votos, pero no tuvieron éxito, pues vieron que muchas bellezas como ellas emanaban de Él, la Personalidad de Dios.

To exhibit His personal way of austerity and penance, He appeared in twin forms as Nārāyaṇa and Nara in the womb of Mūrti, the wife of Dharma and the daughter of Dakṣa. Celestial beauties, the companions of Cupid, went to try to break His vows, but they were unsuccessful, for they saw that many beauties like them were emanating from Him, the Personality of Godhead.

Significado

Purport

El Señor, siendo la fuente de todo lo que existe, es también el origen de todas las austeridades y penitencias. Los sabios se someten a grandes votos de austeridad para lograr el éxito en la autorrealización. La vida humana está hecha para esa tapasya, con el gran voto de celibato o brahmacarya. En la rígida vida de tapasya no hay lugar para asociarse con mujeres. Y debido a que la vida humana está hecha para tapasya, la verdadera civilización humana, tal como la concibe el sistema de sanātana-dharma o la escuela de las cuatro castas y las cuatro órdenes de la vida, prescribe para lograr la autorrealización, el separarse estrictamente de la mujer en tres etapas de la vida. En la orden del desarrollo cultural gradual, la vida de uno puede dividirse en cuatro partes: celibato, vida de casado, retiro y renunciación. Durante la primera etapa de la vida, hasta los veinticinco años de edad, el hombre debe ser entrenado como brahmacārī bajo la guía de un maestro espiritual fidedigno, tan solo para entender que la mujer es la verdadera fuerza de amarre de la existencia material. Si uno quiere conseguir librarse del cautiverio material de la vida condicionada, debe librarse de la atracción hacia la forma de la mujer. La mujer, o el sexo bello, es el principio hechizador de las entidades vivientes, y la forma masculina, especialmente en el ser humano, es para la autorrealización. El mundo entero se mueve bajo el hechizo de la atracción femenina, y tan pronto como un hombre se une con una mujer, de inmediato se vuelve víctima del cautiverio material, quedando sujeto por un apretado nudo. Los deseos de enseñorearse del mundo material, bajo el hechizo de una falsa sensación de señoría, comienzan específicamente justo después de que el hombre se une con una mujer. Los deseos de adquirir una casa, poseer tierra, engendrar hijos y volverse resaltante en la sociedad, el afecto por la comunidad y el lugar de nacimiento, y el anhelo de riqueza, que son todos como fantasmagorías o sueños ilusorios, entrampan al ser humano, y este queda así impedido en su progreso hacia la autorrealización, que es el verdadero objetivo de la vida. El brahmacārī, o un muchacho, desde la edad de cinco años, especialmente de las castas superiores, es decir, de padres eruditos (los brāhmaṇas), de padres administrativos (los kṣatriyas), o de padres mercaderes o productores (los vaiśyas), es entrenado hasta los veinticinco años de edad bajo el cuidado de un guru o maestro fidedigno, y, bajo la estricta observancia de disciplina, él llega a entender cuáles son los valores de la vida, al mismo tiempo que recibe entrenamiento específico para procurarse el sustento. Al brahmacārī se le permite entonces ir al hogar y entrar en la vida de casado, casándose con una mujer adecuada. Pero hay muchos brahmacārīs que no van al hogar a volverse hombres de familia, sino que continúan la vida de naiṣṭhika-brahmacārīs, sin conexión alguna con mujeres. Ellos adoptan la orden de sannyāsa, o la orden de vida de renunciante, sabiendo bien que la unión con mujeres es una carga innecesaria que detiene la autorrealización. Como el deseo sexual es muy fuerte en una cierta etapa de la vida, el guru puede que le permita al brahmacārī casarse; esa licencia se le da a un brahmacārī que es incapaz de continuar en el sendero de naiṣṭhika-brahmacarya, y esos juicios los puede hacer el guru fidedigno. Se requiere de un programa de lo que se conoce como planificación familiar. El casado que se asocia con una mujer bajo restricciones dadas por las Escrituras, después de un cabal entrenamiento de brahmacarya, no puede ser un casado como los perros y los gatos. Un casado así, al cumplir cincuenta años de edad se apartaba, como vānaprastha, de la asociación con la mujer para ser entrenado en cómo vivir solo sin la asociación de una mujer. Cuando la práctica se termina, el mismo casado retirado se vuelve un sannyāsī, estrictamente separado de la mujer, incluso de su esposa. Al estudiar todo el esquema de separarse de las mujeres, se observa que la mujer es un obstáculo en la autorrealización, y el Señor apareció como Nārāyaṇa para enseñar el principio de separarse de la mujer haciendo un voto en la vida. Los semidioses, sintiendo envidia de la vida austera que los estrictos brahmacārīs llevaban, trataban de hacerles romper sus votos despachando soldados de Cupido. Pero en el caso del Señor, resultó un intento infructuoso, pues las bellezas celestiales vieron que el Señor puede producir innumerables bellezas de esas mediante Su mística potencia interna, y que, como consecuencia, no tenía por qué ser atraído externamente por otras. Hay un proverbio común que dice que a un confitero nunca le atraen los dulces. El confitero, que siempre se encuentra fabricando dulces, tiene muy pocos deseos de comérselos; en forma similar, el Señor, mediante Sus poderes potenciales de placer, puede producir innumerables bellezas espirituales, y no sentirse atraído en absoluto por falsas bellezas de creación material. El que no sabe, alega tontamente que el Señor Kṛṣṇa disfrutó de mujeres en Su rāsa-līlā de Vṛndāvana, o con Sus dieciséis mil esposas legítimas de Dvārakā.

The Lord, being the source of everything that be, is the origin of all austerities and penances also. Great vows of austerity are undertaken by sages to achieve success in self-realization. Human life is meant for such tapasya, with the great vow of celibacy, or brahmacarya. In the rigid life of tapasya, there is no place for the association of women. And because human life is meant for tapasya, for self-realization, factual human civilization, as conceived by the system of sanātana-dharma or the school of four castes and four orders of life, prescribes rigid dissociation from woman in three stages of life. In the order of gradual cultural development, one’s life may be divided into four divisions — celibacy, household life, retirement and renunciation. During the first stage of life, up to twenty-five years of age, a man may be trained as a brahmacārī under the guidance of a bona fide spiritual master just to understand that woman is the real binding force in material existence. If one wants to get freedom from the material bondage of conditional life, he must get free from the attraction for the form of woman. Woman, or the fair sex, is the enchanting principle for the living entities, and the male form, especially in the human being, is meant for self-realization. The whole world is moving under the spell of womanly attraction, and as soon as a man becomes united with a woman, he at once becomes a victim of material bondage under a tight knot. The desires for lording it over the material world, under the intoxication of a false sense of lordship, specifically begin just after the man’s unification with a woman. The desires for acquiring a house, possessing land, having children and becoming prominent in society, the affection for community and the place of birth, and the hankering for wealth, which are all like phantasmagoria or illusory dreams, encumber a human being, and he is thus impeded in his progress toward self-realization, the real aim of life. The brahmacārī, or a boy from the age of five years, especially from the higher castes, namely from the scholarly parents (the brāhmaṇas), the administrative parents (the kṣatriyas), or the mercantile or productive parents (the vaiśyas), is trained until twenty-five years of age under the care of a bona fide guru or teacher, and under strict observance of discipline he comes to understand the values of life along with taking specific training for a livelihood. The brahmacārī is then allowed to go home and enter householder life and get married to a suitable woman. But there are many brahmacārīs who do not go home to become householders but continue the life of naiṣṭhika-brahmacārīs, without any connection with women. They accept the order of sannyāsa, or the renounced order of life, knowing well that combination with women is an unnecessary burden that checks self-realization. Since sex desire is very strong at a certain stage of life, the guru may allow the brahmacārī to marry; this license is given to a brahmacārī who is unable to continue the way of naiṣṭhika-brahmacarya, and such discriminations are possible for the bona fide guru. A program of so-called family planning is needed. The householder who associates with woman under scriptural restrictions, after a thorough training of brahmacarya, cannot be a householder like cats and dogs. Such a householder, after fifty years of age, would retire from the association of woman as a vānaprastha to be trained to live alone without the association of woman. When the practice is complete, the same retired householder becomes a sannyāsī, strictly separate from woman, even from his married wife. Studying the whole scheme of disassociation from women, it appears that a woman is a stumbling block for self-realization, and the Lord appeared as Nārāyaṇa to teach the principle of womanly disassociation with a vow in life. The demigods, being envious of the austere life of the rigid brahmacārīs, would try to cause them to break their vows by dispatching soldiers of Cupid. But in the case of the Lord, it became an unsuccessful attempt when the celestial beauties saw that the Lord can produce innumerable such beauties by His mystic internal potency and that there was consequently no need to be attracted by others externally. There is a common proverb that a confectioner is never attracted by sweetmeats. The confectioner, who is always manufacturing sweetmeats, has very little desire to eat them; similarly, the Lord, by His pleasure potency, can produce innumerable spiritual beauties and not be the least attracted by the false beauties of material creation. One who does not know alleges foolishly that Lord Kṛṣṇa enjoyed women in His rāsa-līlā in Vṛndāvana, or with His sixteen thousand married wives at Dvārakā.