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Capítulo 6

Puruṣa-sūkta corroborado

Texto

brahmovāca
vācāṁ vahner mukhaṁ kṣetraṁ
chandasāṁ sapta dhātavaḥ
havya-kavyāmṛtānnānāṁ
jihvā sarva-rasasya ca

Palabra por palabra

brahmā uvāca — el Señor Brahmā dijo; vacām — de la voz; vahneḥ — de fuego; mukham — la boca; kṣetram — el centro generador; chandasām — de los himnos védicos, tales como el gāyatrī; sapta — siete; dhātavaḥ — la piel y otras seis capas; havya-kavya — ofrendas para los semidioses y antepasados; amṛta — comida para los seres humanos; annānām — de toda clase de alimentos; jihvā — la lengua; sarva — todo; rasasya — de toda comida exquisita; ca — también.

Traducción

El Señor Brahmā dijo: La boca del virāṭ-puruṣa [la forma universal del Señor] es el centro generador de la voz y la deidad regente es Fuego. Su piel y otras seis capas son los centros generadores de los himnos védicos, y Su lengua es el centro productor de diferentes alimentos y comidas exquisitas que se les ofrecen a los semidioses, a los antepasados y a la generalidad de la gente.

Significado

Aquí se describen las opulencias de la forma universal del Señor. Se dice que Su boca es el centro generador de toda clase de voces, y su deidad regente es el semidiós del fuego. Y Su piel y otras seis capas de Su estructura corporal son los centros generadores que representan a las siete clases de himnos védicos, como el gāyatrī. El gāyatrī es el comienzo de todos los mantras védicos, y se encuentra explicado en el primer volumen del Śrīmad-Bhāgavatam. Como los centros generadores son las diferentes partes de la forma universal del Señor, y como la forma del Señor es trascendental a la creación material, ha de entenderse que la presencia de la voz, la lengua, la piel, etc., sugiere que el Señor no carece de ellas en Su forma trascendental. La voz material, o la energía de ingerir alimentos, se genera originalmente del Señor; esas acciones no son más que reflejos pervertidos de los manantiales originales —la condición trascendental no carece de variedad espiritual—. En el mundo espiritual, todas las pervertidas formas de la variedad material se encuentran plenamente presentes en su identidad espiritual original. La única diferencia es que las actividades materiales están contaminadas por las tres modalidades de la naturaleza material, mientras que las potencias del mundo espiritual son todas puras, debido a que están empleadas en el trascendental y puro servicio amoroso del Señor. En el mundo espiritual, el Señor es el sublime disfrutador de todo, y las entidades vivientes que se encuentran ahí, están todas dedicadas a Su trascendental servicio amoroso, sin contaminación alguna de las modalidades de la naturaleza material. Las actividades del mundo espiritual carecen de todos los defectos del mundo material, más no hay posibilidad alguna de un vacío impersonal en la plataforma espiritual, como lo sugieren los impersonalistas. El servicio devocional se define en el Nārada-pañcarātra de la siguiente manera:

sarvopādhi-vinirmuktaṁ
tat-paratvena nirmalam
hṛṣīkeṇa hṛṣīkeśa-
sevanaṁ bhaktir ucyate

Como todos los sentidos originalmente se producen del manantial de sentidos del Señor, las actividades sensuales del mundo material han de purificarse mediante el proceso del servicio devocional y, así pues, puede lograrse la perfección de la vida simplemente por la purificación de la presente posición de nuestras actividades materiales. Y el proceso purificador comienza a partir de la etapa en que uno se encuentra liberado del concepto de las diferentes designaciones. Toda entidad viviente está dedicada a alguna clase de servicio, bien sea para el yo o para la familia o para la sociedad, el país, etc., pero desafortunadamente, todos esos servicios se prestan debido al apego material. Los apegos producto del afecto material pueden ser simplemente cambiados al ponerlos al servicio del Señor, y así comienza automáticamente el tratamiento para liberarse del apego material. Por lo tanto, el proceso de liberación es más fácil a través del servicio devocional que por ningún otro método, pues en el Bhagavad-gītā (12.5), se dice que si uno está apegado a lo impersonal, queda sujeto a diversas clases de tribulaciones: kleśo ’dhikataras teṣām avyaktāsakta-cetasām.

Texto

sarvāsūnāṁ ca vāyoś ca
tan-nāse paramāyaṇe
aśvinor oṣadhīnāṁ ca
ghrāṇo moda-pramodayoḥ

Palabra por palabra

sarva — todas; asūnām — diferentes clases de aire vital; ca — y; vāyoḥ — del aire; ca — también; tat — Su; nāse — en la nariz; parama-āyaṇe — en el centro generador trascendental; aśvinoḥ — de los semidioses Aśvinī-kumāra; oṣadhīnām — de todas las hierbas medicinales; ca — también; ghrāṇaḥ — Su poder olfativo; moda — placer; pramodayoḥ — deporte específico.

Traducción

Sus dos fosas nasales son los centros generadores de nuestra respiración y de todos los otros aires; Sus capacidades olfativas generan a los semidioses Aśvinī-kumāra y toda clase de hierbas medicinales, y Sus energías respiratorias producen diferentes clases de fragancias.

Texto

rūpāṇāṁ tejasāṁ cakṣur
divaḥ sūryasya cākṣiṇī
karṇau diśāṁ ca tīrthānāṁ
śrotram ākāśa-śabdayoḥ

Palabra por palabra

rūpāṇām — de todas las clases de formas; tejasām — de todo lo que es iluminador; cakṣuḥ — los ojos; divaḥ — aquello que brilla; sūryasya — del Sol; ca — también; akṣiṇī — los globos oculares; karṇau — los oídos; diśāṁ — de todas las direcciones; ca — y; tīrthanām — de todos los Vedas; śrotram — el sentido de la audición; ākāśa — el cielo; śabdayoḥ — de todo sonido.

Traducción

Sus ojos son los centros generadores de toda clase de formas, y ellos brillan e iluminan. Sus globos oculares son como el Sol y los planetas celestiales. Sus oídos oyen los sonidos procedentes de todos los lados y son receptáculos de todos los Vedas, y Su sentido de la audición es el centro generador del cielo y de toda clase de sonidos.

Significado

La palabra tīrthānām se interpreta algunas veces con el significado de lugares de peregrinaje, pero Śrīla Jīva Gosvāmī dice que significa la recepción del trascendental conocimiento védico. Los expositores del conocimiento védico también son conocidos como tīrthas.

Texto

tad-gātraṁ vastu-sārāṇāṁ
saubhagasya ca bhājanam
tvag asya sparśa-vāyoś ca
sarva-medhasya caiva hi

Palabra por palabra

tat — Su; gātram — superficie corporal; vastu-sārāṇāṁ — de los principios activos de todas las cosas; saubhagasya — de todas las oportunidades auspiciosas; ca — y; bhājanam — el campo de producción; tvak — la piel; asya — Su; sparśa — tacto; vāyoḥ — de los aires móviles; ca — también; sarva — toda clase de; medhasya — de sacrificios; ca — también; eva — ciertamente; hi — exactamente.

Traducción

La superficie de Su cuerpo es el criadero de los principios activos de todo y de toda clase de oportunidades auspiciosas. Su piel, como el aire móvil, es el centro generador de toda clase de sensaciones del tacto y es el lugar para realizar toda clase de sacrificios.

Significado

El aire es el agente que mueve todos los planetas, y por ello, los sacrificios, que son los centros generadores de la promoción a los planetas que uno merece, son Su superficie corporal, y son naturalmente el origen de toda oportunidad auspiciosa.

Texto

romāṇy udbhijja-jātīnāṁ
yair vā yajñas tu sambhṛtaḥ
keśa-śmaśru-nakhāny asya
śilā-lohābhra-vidyutām

Palabra por palabra

romāni — vellos del cuerpo; udbhijja — vegetales; jātīnām — de los reinos; yaiḥ — por el cual; — o; yajñaḥ — sacrificios; tu — pero; sambhṛtaḥ — particularmente servidos; keśa — cabellos; śmaśru — vello facial; nakhāni — uñas; asya — de Él; ilā — piedras; loha — menas de hierro; abhra — nubes; vidyutām — electricidad.

Traducción

El vello de Su cuerpo es la causa de toda vegetación, en particular de aquellos árboles que se requieren como ingredientes de un sacrificio. Su cabello y el vello de Su cara son depósitos de las nubes, y Sus uñas constituyen el criadero de electricidad, piedras y menas de hierro.

Significado

Las pulidas uñas del Señor generan electricidad, y las nubes descansan en Sus cabellos. Por lo tanto, uno puede recoger del cuerpo del Señor toda clase de cosas necesarias para la vida, y, en consecuencia, los Vedas afirman que todo lo que se produce es causado por el Señor. El Señor es la suprema causa de todas las causas.

Texto

bāhavo loka-pālānāṁ
prāyaśaḥ kṣema-karmaṇām

Palabra por palabra

bāhavaḥ — brazos; loka-pālānām — de las deidades gobernantes de los planetas, los semidioses; prāyaśaḥ — casi siempre; kṣema-karmaṇām — de aquellos que son líderes y protectores de la generalidad de la gente.

Traducción

Los brazos del Señor son los campos que producen a los grandes semidioses y a otros líderes de las entidades vivientes que protegen a las masas.

Significado

Este importante verso del Śrīmad-Bhāgavatam se corrobora y se explica bellamente en el Bhagavad-gītā (10.41-42) de la siguiente manera:

yad yad vibhūtimat sattvaṁ
śrīmad ūrjitam eva vā
tat tad evāvagaccha tvaṁ
mama tejo-’ṁśa-sambhavam
athavā bahunaitena
kiṁ jñātena tavārjuna
viṣṭabhyāham idaṁ kṛtsnam
ekāṁśena sthito jagat

Existen muchos poderosos reyes, líderes, eruditos entendidos, científicos, artistas, ingenieros, inventores, excavadores, arqueólogos, industriales, políticos, economistas, magnates de negocios y muchas deidades o semidioses más poderosos, tales como Brahmā, Śiva, Indra, Candra, Sūrya, Varuṇa y Marut, que se encuentran todos en diferentes posiciones, protegiendo el bien de los asuntos de la manutención del universo, y todos ellos son diferentes y poderosas partes integrales del Señor Supremo. El Supremo Señor Śrī Kṛṣṇa es el padre de todas las entidades vivientes, las cuales están colocadas en diferentes posiciones altas y bajas de acuerdo con sus deseos y aspiraciones. Algunas de ellas, como se mencionó antes en particular, están específicamente dotadas de poderes por la voluntad del Señor. Una persona cuerda ha de saber con toda certeza, que un ser viviente, no importa cuán poderoso sea, no es absoluto ni independiente. Todos los seres vivientes han de aceptar que el Señor es el origen de su poder específico, tal como se menciona en este verso. Y si actúan de acuerdo con ello, entonces pueden alcanzar la perfección más elevada de la vida, es decir, vida eterna, conocimiento completo y bendiciones inagotables, simplemente mediante el desempeño de sus deberes ocupacionales respectivos. Mientras los hombres poderosos del mundo no acepten que la Personalidad de Dios es el origen de sus poderes respectivos, las acciones de māyā (la ilusión) continuarán actuando. Las acciones de māyā son tales, que una persona poderosa, engañada por la ilusoria energía material, se cree equivocadamente el todo absoluto y no desarrolla conciencia de Dios. Por ello, el falso sentido de egoísmo (es decir, yo y lo mío), se ha vuelto muy resaltante en el mundo, y en la sociedad humana existe una dura lucha por la existencia. Por lo tanto, la clase de hombres inteligentes debe admitir que el Señor es la fuente fundamental de toda energía y, así pues, rendirle tributo al Señor por Sus buenas bendiciones. Por simplemente aceptar al Señor como el propietario supremo de todo, ya que Él lo es de hecho, uno puede alcanzar la perfección más elevada de la vida. Una persona, sea lo que sea en términos del orden social, si trata de corresponder con un sentimiento de amor hacia la Suprema Personalidad de Dios y se satisface con las bendiciones del Señor, de inmediato sentirá la paz mental más elevada, que ha estado anhelando vida tras vida. La paz mental o, en otras palabras, el estado mental saludable, solo puede ser alcanzado cuando la mente se dedica por completo al trascendental servicio amoroso del Señor. Las partes integrales del Señor están dotadas de poderes específicos para prestarle servicio al Señor, así como los hijos de un gran magnate de negocios están apoderados con poderes específicos de administración. El obediente hijo nunca actúa en contra de la voluntad de su padre, y, por lo tanto, vive muy pacíficamente, cooperando con el cabeza de la familia, el padre. En forma similar, puesto que el Señor es el padre, todos los seres vivientes, como hijos fieles, deben ejecutar plena y satisfactoriamente la voluntad del padre y los deberes que él prescribe. Esta mentalidad le traerá de inmediato a la sociedad humana la paz y la prosperidad.

Texto

vikramo bhūr bhuvaḥ svaś ca
kṣemasya śaraṇasya ca
sarva-kāma-varasyāpi
hareś caraṇa āspadam

Palabra por palabra

vikramaḥ — pasos hacia adelante; bhūḥ bhuvaḥ — de los planetas inferiores y superiores; svaḥ — así como el cielo; ca — también; kṣemasya — de la protección de todo lo que tenemos; śaraṇasya — de la ausencia de temor; ca — también; sarva-kāma — todo lo que necesitamos; varasya — de toda bendición; api — exactamente; hareḥ — del Señor; caraṇaḥ — los pies de loto; āspadam — refugio.

Traducción

Así pues, los pasos que el Señor da hacia adelante son el refugio de los planetas superiores, de los planetas inferiores y de los planetas celestiales, así como de todo lo que necesitamos. Sus pies de loto sirven de protección de toda clase de temores.

Significado

Para lograr una protección absoluta de todas las clases de temor, así como para satisfacer todas las necesidades que tenemos en la vida, debemos refugiarnos en los pies de loto del Señor, no solo en este planeta, sino también en todos los planetas superiores, inferiores y celestiales. Esa dependencia absoluta en los pies de loto del Señor se denomina servicio devocional puro, y se sugiere directamente en este pasaje. Nadie debe tener ninguna clase de duda en cuanto a esto, ni tampoco debe uno sentir inclinación por buscar la ayuda de ningún semidiós, debido a que todos ellos dependen tan solo de Él. Todo el mundo, a excepción del propio Señor, depende de la misericordia del Señor; incluso la omnipresente Superalma depende también del supremo aspecto de Bhagavān, la Personalidad de Dios.

Texto

apāṁ vīryasya sargasya
parjanyasya prajāpateḥ
puṁsaḥ śiśna upasthas tu
prajāty-ānanda-nirvṛteḥ

Palabra por palabra

apaṁ — del agua; vīryasya — del semen; sargasya — de lo generativo; parjanyasya — de lluvias; prajāpateḥ — del creador; puṁsaḥ — del Señor; śiśnaḥ — el órgano genital; upasthaḥ tu — el lugar donde se encuentra el órgano genital; prajāti — por engendrar; ānanda — placer; nirvṛteḥ — causa.

Traducción

Del órgano genital del Señor se originan el agua, el semen, los órganos generativos, las lluvias y los procreadores. Su órgano genital es la causa de un placer que contrarresta la aflicción que el engendrar causa.

Significado

El órgano genital y el placer de engendrar contrarrestan los sufrimientos ocasionados por las cargas familiares. Uno dejaría de engendrar por completo, si no existiera, por la gracia del Señor, una capa, una sustancia dadora de placer, en la superficie de los órganos generativos. Esa sustancia da un placer tan intenso, que contrarresta por completo el sufrimiento causado por las cargas familiares. Las personas quedan tan cautivadas por esa sustancia dadora de placer, que no se satisface con engendrar un solo niño, sino que, simplemente debido a esa sustancia dadora de placer, aumentan el número de niños, con el gran riesgo que representa el mantenerlos. Sin embargo, esa sustancia dadora de placer no es falsa, debido a que se origina del cuerpo trascendental del Señor. En otras palabras, la sustancia dadora de placer es una realidad, pero ha adquirido un aspecto pervertido debido a la contaminación material. En el mundo material, la vida sexual es la causa de muchos sufrimientos que se deben al contacto material. Por lo tanto, la vida sexual del mundo material no debe ser alentada más de lo necesario. Existe necesidad de engendrar prole incluso en el mundo material, pero esa generación de niños deben llevarse a cabo con plena responsabilidad, en pos de valores espirituales. Los valores espirituales de la vida pueden ser entendidos en la forma humana de la existencia material, y el ser humano debe adoptar la planificación familiar de acuerdo con el contexto de los valores espirituales, y de ninguna otra manera. La forma degradada de restricción familiar, usando anticonceptivos, etc., es el peor tipo de contaminación material que existe. Los materialistas que usan esos dispositivos, quieren utilizar a plenitud, y por medios artificiales, la potencia dadora de placer de la cobertura del órgano genital, sin saber qué es lo importante espiritualmente. Y el hombre poco inteligente, al no conocer los valores espirituales, trata de utilizar solo el sensual placer material del órgano genital.

Texto

pāyur yamasya mitrasya
parimokṣasya nārada
hiṁsāyā nirṛter mṛtyor
nirayasya gudaṁ smṛtaḥ

Palabra por palabra

pāyuḥ — el orificio de evacuación; yamasya — la deidad que controla la muerte; mitrasya — de Mitra; parimokṣasya — del orificio de evacuación; nārada — ¡oh, Nārada!; hiṁsayāḥ — de la envidia; nirṛteḥ — del infortunio; ṁṛtyoḥ — de la muerte; nirayasya — del infierno; gudam — el recto; sṛmtaḥ — se entiende.

Traducción

¡Oh, Nārada!, el orificio de evacuación de la forma universal del Señor, es la morada de la deidad que rige la muerte, Mitra, y ese orificio de evacuación y el recto del Señor constituye el lugar donde se encuentran la envidia, el infortunio, la muerte, el infierno, etc.

Texto

parābhūter adharmasya
tamasaś cāpi paścimaḥ
nāḍyo nada-nadīnāṁ ca
gotrāṇām asthi-saṁhatiḥ

Palabra por palabra

parābhūteḥ — de la frustración; adharmasya — de la inmoralidad; tamasaḥ — de la ignorancia; ca — y; api — así como también; pacimaḥ — la espalda; nāḍyaḥ — de los intestinos; nada — de los grandes ríos; nadīnām — de los riachuelos; ca — también; gotrāṇām — de las montañas; asthi — huesos; saṁhatiḥ — acumulación.

Traducción

La espalda del Señor es el lugar de todas las clases de frustración e ignorancia, así como de la inmoralidad. De Sus venas fluyen los grandes ríos y riachuelos, y sobre Sus huesos se amontonan las grandes montañas.

Significado

Para desafiar la concepción impersonal de la Suprema Personalidad de Dios, aquí se da un análisis sistemático de la constitución fisiológica y anatómica de Su cuerpo trascendental. Queda claro de la descripción que se encuentra disponible acerca del cuerpo del Señor (Su forma universal) que la forma del Señor es distinta de las formas que concibe la concepción mundana ordinaria. Sea como sea, Él nunca es un vacío sin forma. La ignorancia es la espalda del Señor, y, por lo tanto, la ignorancia de la clase de hombres poco inteligentes tampoco está apartada de la concepción que pueda tenerse de Su cuerpo. Como Su cuerpo es el todo completo de todo lo que existe, uno no puede aseverar que Él es únicamente impersonal. Por el contrario, la descripción perfecta del Señor sostiene que Él es tanto impersonal como personal, simultáneamente. La Personalidad de Dios es el aspecto original del Señor, y Su emanación impersonal no es más que el reflejo de Su cuerpo trascendental. Aquellos que son lo suficientemente afortunados como para tener una visión del Señor desde la parte delantera, pueden entender plenamente Su aspecto personal, mientras que aquellos que están frustrados y que, por ello, son mantenidos en el lado del Señor en el que está la ignorancia, o, en otras palabras, aquellos que tienen la visión del Señor por la espalda, lo entienden en Su aspecto impersonal.

Texto

avyakta-rasa-sindhūnāṁ
bhūtānāṁ nidhanasya ca
udaraṁ viditaṁ puṁso
hṛdayaṁ manasaḥ padam

Palabra por palabra

avyakta — el aspecto impersonal; rasa-sindhūnām — de los mares y océanos de agua; bhūtānām — de aquellos que nacen en el mundo material; nidhanasya — de la aniquilación; ca — también; udaram — Su vientre; viditam — es conocido por la clase de hombres inteligentes; puṁsaḥ — de la gran personalidad; hṛdayam — el corazón; manasaḥ — el cuerpo sutil; padam — el lugar.

Traducción

El aspecto impersonal del Señor es la morada de grandes océanos, y Su vientre es el lugar de reposo de las entidades vivientes aniquiladas en el mundo material. Su corazón es la morada de los cuerpos materiales sutiles de los seres vivientes. Ello es así conocido por la clase de hombres inteligentes.

Significado

En el Bhagavad-gītā (8.17–18) se afirma que de acuerdo con los cálculos humanos, un día de brahmā es igual a mil eras de cuatro milenios (4 300 000 años) cada una, y su noche se ha calculado que dura el mismo período. Un brahmā, vive por cien de esos años, y luego muere. Un brahmā, que es por lo general un gran devoto del Señor, alcanza la liberación después de ese deceso. El universo (denominado el brahmāṇḍa, o el dominio redondo, semejante a una pelota de balompié, controlado por un brahmā) es así aniquilado, y, por consiguiente, los habitantes de un determinado planeta, o de todo el universo, son también aniquilados. El avyakta que se menciona aquí en este verso, significa la noche de brahmā en la que ocurre la aniquilación parcial, y las entidades vivientes de ese brahmāṇḍa en particular, incluso las de los planetas de Brahmaloka, juntamente con los grandes océanos, etc., pasan todas a reposar en el vientre del virāṭ-puruṣa. Al final de una noche de brahmā, la creación de nuevo ocurre, y las entidades vivientes, reservadas en el vientre del Señor, son soltadas para que desempeñen sus respectivos papeles como si se hubieran despertado de un profundo sueño. Como las entidades vivientes nunca son destruidas, la aniquilación del mundo material no aniquila la existencia de las entidades vivientes; pero hasta que se logre la liberación uno tiene que aceptar un cuerpo material tras otro, una y otra vez. La vida humana está destinada a solucionar ese repetido cambio de cuerpos, y alcanzar así un lugar en el cielo espiritual, donde todo es eterno, bienaventurado y se encuentra lleno de conocimiento. En otras palabras, la formas sutiles de las entidades vivientes se originan en el corazón del Ser Supremo, y esas formas adquieren una figura tangible en el momento de la creación.

Texto

dharmasya mama tubhyaṁ ca
kumārāṇāṁ bhavasya ca
vijñānasya ca sattvasya
parasyātmā parāyaṇam

Palabra por palabra

dharmasya — de principios religiosos, o de Yamarāja; mama — míos; tubhyam — de los tuyos; ca — también; vijñānasya — de conocimiento trascendental; ca — también; sattvasya — de la verdad; parasya — de la gran personalidad; ātmā — conciencia; parāyaṇam — dependiente.

Traducción

Además, la conciencia de esa gran personalidad es la morada de los principios religiosos —de los míos, de los tuyos y de los cuatro solteros Sanaka, Sanātana, Sanat-kumara y Sanandana—. Esa conciencia es también la morada de la verdad y del conocimiento trascendental.

Texto

ahaṁ bhavān bhavaś caiva
ta ime munayo ’grajāḥ
surāsura-narā nāgāḥ
khagā mṛga-sarīsṛpāḥ
gandharvāpsaraso yakṣā
rakṣo-bhūta-gaṇoragāḥ
paśavaḥ pitaraḥ siddhā
vidyādhrāś cāraṇā drumāḥ
anye ca vividhā jīvā
jala-sthala-nabhaukasaḥ
graharkṣa-ketavas tārās
taḍitaḥ stanayitnavaḥ
sarvaṁ puruṣa evedaṁ
bhūtaṁ bhavyaṁ bhavac ca yat
tenedam āvṛtaṁ viśvaṁ
vitastim adhitiṣṭhati

Palabra por palabra

aham — yo; bhavān — tú; bhavāḥ — el Señor Śiva; ca — también; eva — ciertamente; te — ellos; ime — todos; munayaḥ — los grandes sabios; agrajāḥ — nacidos antes que tú; sura — los semidioses; asura — los demonios; narāḥ — los seres humanos; nāgāḥ — los habitantes del planeta Nāga; khagāḥ — pájaros; mṛga — bestias; sarīsṛpāḥ — reptiles; gandharva-apsarasaḥ, yakṣāḥ, rakṣaḥ-bhūta-gaṇa-uragāḥ, paśavaḥ, pitaraḥ, siddhāḥ, vidyādhrāḥ, cāraṇāḥ — habitantes todos de diferentes planetas; drumāḥ — el reino vegetal; anye — muchas otras; ca — también; vividhāḥ — de diferentes variedades; jīvāḥ — las entidades vivientes; jala — agua; sthala — tierra; nabha-okasaḥ — los habitantes del cielo, o los pájaros; graha — los asteroides; ṛkṣa — las estrellas influyentes; ketavaḥ — los cometas; tārāḥ — los luminares; taḍitaḥ — el relámpago; stanayitnavaḥ — el sonido de la nubes; sarvam — todo; puruṣaḥ — la Personalidad de Dios; eva idam — indudablemente todos estos; bhūtam — todo lo que es creado; bhavyam — todo lo que será creado; bhavat — y todo lo que fue creado en el pasado; ca — también; yat — todo aquello; tena idam — es todo por Él; āvṛtam — cubierto; viśvam — que abarca universalmente; vitastim — medio codo; adhitiṣṭhati — situado.

Traducción

Comenzando conmigo [Brahmā] y descendiendo hasta ti y Bhava [Śiva], todos los grandes sabios que nacieron antes que tú, los semidioses, los demonios, los nāgas, los seres humanos, los pájaros, las bestias, así como los reptiles, etc., y todas las manifestaciones fenomenales de los universos, es decir, los planetas, las estrellas, los asteroides, los luminares, el relámpago, el trueno y los habitantes de los diferentes sistemas planetarios, a saber, los gandharvas, las apsarās, los yakṣas, los rākṣasas, los bhūta-gaṇas, los uragas, los paśus, los pitās, los siddhas, los vidyādharas, los cāraṇas, y todas las demás variedades de entidades vivientes, incluso los pájaros, las bestias, los árboles y todo lo que existe, estamos todos cubiertos por la forma universal del Señor en todo momento, es decir, en el pasado, en el presente y en el futuro, si bien Él es trascendental a todos nosotros, y existe eternamente en una forma que no excede la medida de veintitrés centímetros.

Significado

La Suprema Personalidad de Dios, por Su representación parcial como Superalma, que no mide más de veintitrés centímetros, se expande mediante Su energía potencial, adquiriendo la configuración de la forma universal, la cual incluye todo lo que se encuentra manifestado en las diferentes variedades de materiales orgánicos e inorgánicos. Por lo tanto, las variedades manifiestas del universo no son diferentes del Señor, al igual que los ornamentos de oro de diferentes figuras y formas no son diferentes de la reserva original de oro. En otras palabras, el Señor es la Persona Suprema que controla todo lo que se encuentra en la creación, y aun así, sigue siendo la entidad suprema e individual, distinto de toda la creación material manifiesta. En el Bhagavad-gītā (9.4–5) se dice que, por lo tanto, Él es Yogeśvara. Todo descansa y se sustenta en la potencia del Señor Śrī Kṛṣṇa, y aun así el Señor es diferente a todas esas identidades, y es trascendental a ellas. En el Puruṣa-sūkta védico del Ṛg-mantra, también se confirma eso. Esta verdad filosófica de la identidad y diferencia simultáneas, fue expuesta por el Señor Śrī Caitanya Mahāprabhu, y es conocida como acintya-bhedābheda-tattva. Brahmā, Nārada y todos los demás son, simultáneamente, uno con el Señor y diferentes del Señor Supremo. Todos nosotros somos uno con Él, así como los ornamentos de oro son uno con la reserva de oro, en términos cualitativos; pero el ornamento de oro nunca es igual, cuantitativamente, a la reserva de oro. La reserva de oro nunca se agota, ni siquiera si emana innumerables ornamentos de ella, debido a que la reserva es pūrṇam, completa; incluso si a pūrṇam se le resta pūrṇam, aún el pūrṇam supremo continúa siendo el mismo pūrṇam. Este hecho es inconcebible para nuestros actuales sentidos imperfectos. El Señor Caitanya ha definido por lo tanto Su teoría filosófica como acintya (inconcebible), y como se confirma en el Bhagavad-gītā así como en el Bhāgavatam, la teoría del Señor Caitanya de acintya-bhedābheda-tattva es la filosofía perfecta de la Verdad Absoluta.

Texto

sva-dhiṣṇyaṁ pratapan prāṇo
bahiś ca pratapaty asau
evaṁ virājaṁ pratapaṁs
tapaty antar bahiḥ pumān

Palabra por palabra

sva-dhiṣṇyam — radiación; pratapan — por expansión; prāṇaḥ — energía viviente; bahiḥ — externa; ca — también; pratapati — iluminado; asau — el Sol; evam — de la misma manera; virājam — la forma universal; pratapan — por expansión de; tapati — anima; antaḥ — internamente; bahiḥ — externamente; pumān — la Personalidad Suprema.

Traducción

El Sol ilumina, tanto interna como externamente, mediante la expansión de su radiación; en forma similar, la Suprema Personalidad de Dios, mediante la expansión de Su forma universal, mantiene todo en la creación, tanto interna como externamente.

Significado

La forma universal del Señor, o el aspecto impersonal del Señor conocido como brahmajyoti, se explica aquí claramente y se le compara a la radiación del Sol. La luz solar puede que se expanda por todo el universo, pero la fuente de la luz solar, es decir, el planeta Sol, o la deidad conocida como Sūrya-nārāyaṇa, es la base de esa radiación. En forma similar, la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, es la base de la radiación brahmajyoti impersonal, o el aspecto impersonal del Señor. Eso se confirma en el Bhagavad-gītā (14.27). Así que la forma universal del Señor es una imaginación secundaria de la forma impersonal del Señor, y la forma primaria del Señor es Śyāmasundara, con dos manos, tocando Su flauta eterna. El setenta y cinco por ciento de la radiación expansiva del Señor se manifiesta en el cielo espiritual (tripāda-vibhūti), y el veinticinco por ciento de Su radiación personal comprende la expansión entera de los universos materiales. Eso también se explica y se declara en el Bhagavad-gītā (10.42). Así pues, la expansión del setenta y cinco por ciento de Su radiación se denomina Su energía interna, mientras que la expansión del veinticinco por ciento se denomina energía externa del Señor. Las entidades vivientes que son residentes tanto de las expansiones materiales como de las espirituales, son Su energía marginal (taṭastha-śakti), y tienen la libertad de vivir en cualesquiera de las energías, externa o interna. Aquellos que viven en la expansión espiritual del Señor se denominan «almas liberadas», mientras que los residentes de la expansión externa de denominan «almas condicionadas». Si tan solo hacemos un cálculo aproximado del número de residentes de las expansiones internas, y lo comparamos con el número de residentes de la energía externa, podemos concluir fácilmente que las almas liberadas son muchísimo más numerosas que las almas condicionadas.

Texto

so ’mṛtasyābhayasyeśo
martyam annaṁ yad atyagāt
mahimaiṣa tato brahman
puruṣasya duratyayaḥ

Palabra por palabra

saḥ — Él (el Señor); amṛtasya — de la inmortalidad; abhayasya — de la ausencia de temor; īśaḥ — el que controla; martyam — morir; annam — acción fruitiva; yat — aquel que ha; atyagāt — ha trascendido; mahimā — las glorias; eṣaḥ — de Él; tataḥ — por lo tanto; brahman — ¡oh, brāhmaṇa Nārada!; puruṣasya — de la Personalidad Suprema; duratyayaḥ — inconmensurable.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios es quien controla la inmortalidad y la ausencia de temor, y Él es trascendental a la muerte y a las acciones fruitivas del mundo material. ¡Oh, Nārada!, ¡oh, brāhmaṇa!, es difícil, por lo tanto, medir las glorias de la Persona Suprema.

Significado

The glories of the Lord, in the transcendental seventy-five percent of the Lord’s internal potency, are stated in the Padma Purāṇa (Uttara-khaṇḍa). It is said there that those planets in the spiritual sky, which comprises the seventy-five-percent expansion of the internal potency of the Lord, are far, far greater than those planets in the total universes composed of the external potency of the Lord. In the Caitanya-caritāmṛta, the total universes in the external potency of the Lord are compared to a bucketful of mustard seeds. One mustard seed is calculated to be a universe itself. In one of the universes, in which we are now living, the number of planets cannot be counted by human energy, and so how can we think of the sum total in all the universes, which are compared to a bucketful of mustard seeds? And the planets in the spiritual sky are at least three times the number of those in the material sky. Such planets, being spiritual, are in fact transcendental to the material modes; therefore they are constituted in the mode of unalloyed goodness only. The conception of spiritual bliss (brahmānanda) is fully present in those planets. Each of them is eternal, indestructible and free from all kinds of limitations experienced in the material world. Each of them is self-illuminating and more powerfully dazzling than (if we can imagine) the total sunshine of millions of mundane suns. The inhabitants of those planets are liberated from birth, death, old age and diseases and have full knowledge of everything; they are all godly and free from all sorts of material hankerings. They have nothing to do there except to render transcendental loving service to the Supreme Lord Nārāyaṇa, who is the predominating Deity of such Vaikuṇṭha planets. Those liberated souls are engaged incessantly in singing songs mentioned in the Sāma Veda (vedaiḥ sāṅga-pada-kramopaniṣadair gāyanti yaṁ sāmagāḥ). All of them are personifications of the five Upaniṣads. Tripād-vibhūti, or the seventy-five percent known as the internal potency of the Lord, is to be understood as the kingdom of God far beyond the material sky; and when we speak of pāda-vibhūti, or the twenty-five percent comprising His external energy, we should understand that this refers to the sphere of the material world. It is also said in the Padma Purāṇa that the kingdom of tripād-vibhūti is transcendental, whereas the pāda-vibhūti is mundane; tripād-vibhūti is eternal, whereas the pāda-vibhūti is transient. The Lord and His eternal servitors in the transcendental kingdom all have eternal forms which are auspicious, infallible, spiritual and eternally youthful. In other words, there is no birth, death, old age and disease. That eternal land is full of transcendental enjoyment and full of beauty and bliss. This very fact is also corroborated in this verse of Śrīmad-Bhāgavatam, and the transcendental nature is described as amṛta. As described in the Vedas, utāmṛtatvasyeśānaḥ: the Supreme Lord is the Lord of immortality, or in other words, the Lord is immortal, and because He is the Lord of immortality He can award immortality to His devotees. In the Bhagavad-gītā (8.16) the Lord also assures that whoever may go to His abode of immortality shall never return to this mortal land of threefold miseries. The Lord is not like the mundane lord. The mundane master or lord never enjoys equally with his subordinates, nor is a mundane lord immortal, nor can he award immortality to his subordinate. The Supreme Lord, who is the leader of all living entities, can award all the qualities of His personality unto His devotees, including immortality and spiritual bliss. In the material world there is always anxiety or fearfulness in the hearts of all living entities, but the Lord, being Himself the supreme fearless, also awards the same quality of fearlessness to His pure devotees. Mundane existence is itself a kind of fear because in all mundane bodies the effects of birth, death, old age and disease always keep a living being compact in fear. In the mundane world, there is always the influence of time, which changes things from one stage to another, and the living entity, originally being avikāra, or unchangeable, suffers a great deal on account of changes due to the influence of time. The changing effects of eternal time are conspicuously absent in the immortal kingdom of God, which should therefore be understood to have no influence of time and therefore no fear whatsoever. In the material world, so-called happiness is the result of one’s own work. One can become a rich man by dint of one’s own hard labor, and there are always fear and doubts as to the duration of such acquired happiness. But in the kingdom of God, no one has to endeavor to attain a standard of happiness. Happiness is the nature of the spirit, as stated in the Vedānta-sūtras: ānandamayo ’bhyāsāt — the spirit is by nature full of happiness. Happiness in spiritual nature always increases in volume with a new phase of appreciation; there is no question of decreasing the bliss. Such unalloyed spiritual bliss is nowhere to be found within the orbit of the material universe, including the Janaloka planets or, for that matter, the Maharloka or Satyaloka planets, because even Lord Brahmā is subject to the laws of fruitive actions and the law of birth and death. It is therefore stated here: duratyayaḥ, or, in other words, spiritual happiness in the eternal kingdom of God cannot be imagined even by the great brahmacārīs or sannyāsīs who are eligible to be promoted to the planets beyond the region of heaven. Or, the greatness of the Supreme Lord is so great that it cannot be imagined even by the great brahmacārīs or sannyāsīs, but such happiness is factually attained by the unalloyed devotees of the Lord, by His divine grace.

Texto

pādeṣu sarva-bhūtāni
puṁsaḥ sthiti-pado viduḥ
amṛtaṁ kṣemam abhayaṁ
tri-mūrdhno ’dhāyi mūrdhasu

Palabra por palabra

pādeṣu — en la cuarta parte; sarva — todas; bhūtāni — entidades vivientes; puṁsaḥ — de la Persona Suprema; sthiti-padaḥ — el depósito de toda opulencia material; viduḥ — tú has de saber; amṛtam — inmortalidad; kṣemam — toda la felicidad, libre de la ansiedad de la vejez, las enfermedades, etc.; abhayam — ausencia del temor; tri-mūrdhnaḥ — más allá de los tres sistemas planetarios superiores; adhāyi — existen; mūrdhasu — más allá de las coberturas materiales.

Traducción

La Suprema Personalidad de Dios ha de conocerse como el depósito supremo de toda opulencia material, debido a la cuarta parte de Su energía, en la cual existen todas las entidades vivientes. La inmortalidad y la ausencia de temor y del padecimiento de las ansiedades provenientes de la vejez y las enfermedades, existen en el Reino de Dios, el cual se encuentra más allá de los tres sistemas planetarios superiores y más allá de las coberturas materiales.

Significado

De todas las manifestaciones de la energía sandhinī del Señor, en el mundo material se despliega la cuarta parte de ella, y las tres cuartas partes se despliegan en el mundo espiritual. La energía del Señor se divide en tres componentes, a saber, sandhinī, saṁvit y hlādinī; en otras palabras, Él es la manifestación plena de la existencia, el conocimiento y la bienaventuranza. En el mundo material un sentido así de existencia, conocimiento y placer se exhibe en forma escasa, y todas las entidades vivientes, que son diminutas partes integrales del Señor, tienen el derecho, en la etapa liberada, de saborear dicha conciencia de existencia, conocimiento y bienaventuranza en forma muy diminuta, mientras que en la etapa condicionada de la existencia material a duras penas pueden apreciar cuál es la verdadera, existencial, conocible y pura, felicidad de la vida. Las almas liberadas, que existen con un poder numérico muchísimo mayor que aquellas almas que se encuentran en el mundo material, pueden experimentar de hecho la potencia de las energías del Señor —sandhinī, saṁvit y hlādinī, mencionadas anteriormente— en función de la inmortalidad y de la ausencia de temor, vejez y enfermedades.

En el mundo material, los sistemas planetarios están organizados en tres esferas, denominadas triloka, o Svarga, Martya y Pātāla, y todas ellas constituyen tan solo una cuarta parte de toda la energía sandhinī. Más allá de ello se encuentra el cielo espiritual, donde los planetas Vaikuṇṭha existen por encima de las coberturas de los siete estratos materiales. En ninguno de los sistemas planetarios triloka puede uno experimentar la posición de inmortalidad, conocimiento pleno y dicha plena. Los tres sistemas planetarios superiores se denominan planetas sāttvika, debido a que ellos proveen facilidades para una larga duración de vida y para una relativa exención del padecimiento de la enfermedad y la vejez, así como una sensación de estar libre del temor. Los grandes sabios y santos son promovidos a Maharloka, más allá de los planetas celestiales, pero tampoco ese es el lugar de completa libertad del temor, pues al final de un kalpa, el Maharloka es aniquilado y los habitantes tienen que transportarse a planetas aún superiores. Sin embargo, incluso en esos planetas nadie es inmune a la muerte. Puede que comparativamente exista una duración mayor de la vida, una expansión del conocimiento y una sensación de bienaventuranza plena, pero la verdadera inmortalidad, la libertad del temor y el hecho de liberarse del padecimiento de la vejez, las enfermedades, etc., solo resultan posibles más allá de las esferas materiales de las coberturas del cielo material. Esas cosas se encuentran en la cabeza (adhāyi mūrdhasu).

Texto

pādās trayo bahiś cāsann
aprajānāṁ ya āśramāḥ
antas tri-lokyās tv aparo
gṛha-medho ’bṛhad-vrataḥ

Palabra por palabra

pādāḥ trayaḥ — el cosmos de las tres cuartas partes de la energía del Señor; bahiḥ — situado así, más allá; ca — y para todos; āsan — fueron; aprajānām — de aquellos que no están destinados a renacer; ye — aquellos; āśramāḥ — la orden de vida; antaḥ — dentro; trilokyāḥ — de los tres mundos; tu — pero; aparaḥ — otros; gṛhamedhaḥ — apegados a la vida familiar; abṛhat-vrataḥ — sin seguir estrictamente un voto de celibato.

Traducción

El mundo espiritual, el cual consiste en las tres cuartas partes de la energía del Señor, se encuentra más allá de este mundo material, y es especialmente para aquellos que nunca habrán de renacer. Otras personas, que están apegadas a la vida familiar y que no siguen estrictos votos de celibato, han de vivir en los tres mundos materiales.

Significado

El clímax del sistema de varṇāśrama-dharma, o sanātana-dharma, se expresa claramente aquí, en este verso en particular del Śrīmad-Bhāgavatam. El beneficio más elevado que puede conferírsele a un ser humano, es el de entrenarlo para que esté desapegado de la vida sexual, particularmente debido a que es solo por la entrega a la vida sexual que la vida condicionada de la existencia material continúa nacimiento tras nacimiento. La civilización humana en la que no existe control de la vida sexual es una civilización de cuarta categoría, debido a que, en una atmósfera así, no hay liberación del alma que se encuentra enjaulada en el cuerpo material. El nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades están relacionados con el cuerpo material, y no tienen nada que ver con el alma espiritual. Pero mientras se fomente el apego corporal hacia el disfrute sensual, el alma espiritual individual es forzada a continuar la repetición del nacimiento y la muerte debido al cuerpo material, el cual se asemeja a prendas de vestir sujetas a la ley del deterioro.

El sistema varṇāśrama entrena a su seguidor para que adopte el voto de celibato desde la orden de brahmacarya, con objeto de conferir el beneficio más elevado de la vida humana. La vida de brahmacārī es para estudiantes que se educan en seguir estrictamente el voto de celibato. Los jóvenes que no han saboreado la vida sexual, pueden seguir fácilmente el voto de celibato, y una vez que uno se encuentra fijo en el fundamento de una vida así, puede muy fácilmente continuar hacia la etapa más elevada y perfecta, alcanzando el reino de las tres cuartas partes de la energía del Señor. Ya se ha explicado que, en el cosmos de las tres cuartas partes de la energía del Señor no hay muerte ni temor, y uno se encuentra lleno de la bienaventurada vida de felicidad y conocimiento. Un casado que se encuentra apegado a la vida familiar puede abandonar fácilmente esa vida de complacencia sexual, si ha sido entrenado en los principios de vida de un brahmacārī. Al casado se le recomienda abandonar el hogar al alcanzar los cincuenta años (pañcaśordhvaṁ vanaṁ vrajet), e ir a vivir al bosque; entonces, encontrándose plenamente desapegado del afecto familiar, él puede adoptar la orden de renunciación como sannyāsi, plenamente dedicado al servicio del Señor. Cualquier forma de principios religiosos en la que los seguidores son entrenados para seguir el voto de celibato, es buena para el ser humano, debido a que solo aquellos que están entrenados de esa manera, pueden terminar la desoladora vida de la existencia material. Los principios del nirvāṇa, tal como los recomendó el Señor Buddha, también son para terminar la desoladora vida de la existencia material. Y este proceso, en su grado más elevado, se recomienda aquí, en el Śrīmad-Bhāgavatam, con una clara percepción de la perfección ideal, si bien básicamente no existe diferencia entre los procesos de los budistas, sankaristas y vaisnavistas. Para conseguir la promoción al nivel más elevado de la perfección, es decir, para lograr liberarse del padecimiento del nacimiento y la muerte, de la ansiedad y del temor, ninguno de esos procesos le permite a su seguidor que rompa el voto de celibato.

Los casados y las personas que han roto deliberadamente el voto de celibato, no pueden entrar en el reino de la inmortalidad. Los casados piadosos, los yogīs caídos y los trascendentalistas caídos, pueden ser promovidos a los planetas superiores del mundo material (la cuarta parte de la energía del Señor), pero ellos no podrán entrar en el reino de la inmortalidad. Abṛhad-vratas son aquellos que han roto el voto de celibato. Los vānaprasthas, o aquellos que se encuentran retirados de la vida familiar, y los sannyāsīs, o las personas renunciantes, no pueden romper el voto de celibato si desean lograr el éxito en el proceso. Los brahmacārīs, vānaprasthas y sannyāsīs no piensan renacer (apraja), ni tampoco deben entregarse secretamente a la vida sexual. Una caída así del espiritualista, puede ser compensada con otra oportunidad de una vida humana en buenas familias de brāhmaṇas eruditos o ricos mercaderes, para otro período de elevación; pero lo mejor es alcanzar la perfección más elevada, que consiste en la inmortalidad, tan pronto como se consigue la forma humana de vida; de no ser así, todo el proceso de la vida humana resultará ser un fracaso total. El Señor Caitanya era muy estricto en cuanto a aconsejar a Sus seguidores acerca de este asunto del celibato. Uno de los asistentes personales del Señor Caitanya, Choṭa Haridāsa, fue castigado severamente por el Señor, debido a haber fallado en la observancia del voto del celibato. Por lo tanto, para un trascendentalista que de algún modo desea ser promovido al reino que se encuentra más allá de los sufrimientos materiales, el entregarse deliberadamente a la vida sexual es peor que el suicidio, especialmente en la orden de vida de renuncia. La vida sexual en la orden de vida de renuncia es la forma más pervertida de vida religiosa, y una persona así de extraviada solo puede salvarse, si por casualidad se encuentra con un devoto puro.

Texto

sṛtī vicakrame viśvaṅ
sāśanānaśane ubhe
yad avidyā ca vidyā ca
puruṣas tūbhayāśrayaḥ

Palabra por palabra

sṛtī — el destino de las entidades vivientes; vicakrame — existe comprensivamente; viśvaṅ — la omnipresente Personalidad de Dios; śāsana — actividades de enseñoramiento; anaśane — actividades del servicio devocional; ubhe — ambas; yat — que es; avidyā — nesciencia; ca — así como; vidyā — conocimiento verdadero; ca — y; puruṣaḥ — la Persona Suprema; tu — pero; ubhaya — para ambos; āśrayaḥ — el amo.

Traducción

Así pues, mediante Sus energías y de un modo global, la omnipresente Personalidad de Dios es el amo en las actividades de control y en el servicio devocional. Él es el amo último tanto de la nesciencia como del conocimiento verdadero de todas las situaciones.

Significado

La palabra viśvaṅ es significativa en este verso. Aquel que camina perfectamente por todo campo de actividades recibe el nombre de puruṣa o kṣetrajña. Esos dos términos, kṣetrajña y puruṣa, se aplican por igual tanto al yo individual como al Yo Supremo, el Señor. En el Bhagavad-gītā (13.13), el asunto se explica de la siguiente manera:

kṣetra-jñaṁ cāpi māṁ viddhi
sarva-kṣetreṣu bhārata
kṣetra-kṣetrajñayor jñānaṁ
yat taj jñānaṁ mataṁ mama

Kṣetra significa el lugar, y aquel que conoce el lugar recibe el nombre de kṣetrajña. El yo individual conoce acerca de su limitado campo de actividades, pero el Yo Supremo, el Señor, conoce el ilimitado campo de actividades. El alma individual conoce sus propias actividades de pensar, sentir y desear, pero la Superalma, o el Paramātmā, el controlador supremo, encontrándose presente en todas partes, conoce las actividades del pensar, sentir y desear de todo el mundo y, por ello, la entidad viviente individual es el amo diminuto de sus asuntos personales, mientras que la Suprema Personalidad de Dios es el amo de los asuntos pasados, presentes y futuros de todo el mundo (vedāhaṁ samatītāni, etc.). Solo la persona ignorante no conoce esta diferencia que hay entre el Señor y las entidades vivientes. Las entidades vivientes, siendo diferentes de la materia inconsciente, puede que sean cualitativamente iguales al Señor en términos de conciencia, pero la entidad viviente nunca puede ser igual al Señor en cuanto al pleno conocimiento del pasado, presente y futuro.

Y debido a que la entidad viviente está parcialmente dotada de conocimiento, algunas veces se vuelve por ello olvidadiza de su propia identidad. Ese olvido se manifiesta específicamente en el campo de ekapāda-vibhutī del Señor, o en el mundo material, pero en el campo de acciones denominado tripāda-vibhūti, o en el mundo espiritual, las entidades vivientes no sufren de olvido, pues están libres de toda clase de contaminaciones que provienen del estado olvidadizo de la existencia. El cuerpo material es el símbolo de la forma sutil y tosca del olvido; por lo tanto, toda la atmósfera del mundo material se denomina avidyā, o nesciencia, mientras que toda la atmósfera del mundo espiritual se denomina vidyā, es decir, está colmado de conocimiento. Existen diferentes etapas de avidyā, y ellas se denominan dharma, artha y mokṣa. La idea de mokṣa, o liberación, que sostiene el monista en cuanto a la igualdad que existe entre la entidad viviente y el Señor al estos fusionarse y volverse uno finalmente, es también la última etapa del materialismo u olvido. El conocimiento de la identidad cualitativa que existe entre el yo y el Super-yo, es conocimiento parcial y también ignorancia, debido a que no se tiene conocimiento de la diferencia cuantitativa, como se explicó anteriormente. El yo individual nunca puede ser igual al Señor en cuanto al conocimiento; de no ser así, no podría ser colocado en el estado de olvido. Así pues, debido a que hay una etapa de olvido en los seres individuales, o las entidades vivientes, existe siempre la mar de diferencias entre el Señor y la entidad viviente, así como entre la parte y el todo. La parte nunca es igual al todo. Así que el concepto de un cien por ciento de igualdad entre el ser viviente y el Señor, es también nesciencia.

En el campo de la nesciencia, las actividades se encuentran dirigidas hacia la acción de enseñorearse de la creación. En el mundo material, todos están dedicados, pues, a adquirir opulencia material para enseñorearse del mundo material. Por lo tanto, siempre hay conflictos y frustración, que son los síntomas de la nesciencia. Pero en el campo del conocimiento, hay servicio devocional que se le presta al Señor (bhakti). De modo que, en la etapa liberada de las actividades devocionales, no hay posibilidad de que la influencia de la nesciencia u olvido (avidyā) lo contamine a uno. El Señor es, entonces, el propietario tanto del campo de la nesciencia como del campo del conocimiento, y queda a elección de la entidad viviente el existir en cualquiera de las regiones mencionadas.

Texto

yasmād aṇḍaṁ virāḍ jajñe
bhūtendriya-guṇātmakaḥ
tad dravyam atyagād viśvaṁ
gobhiḥ sūrya ivātapan

Palabra por palabra

yasmāt — de quien; aṇam — los globos del universo; virāṭ — y la gigantesca forma universal; jajñe — aparecieron; bhūta — elementos; indriya — sentidos; guṇa-ātmakaḥ — cualitativos; tat dravyam — los universos y la forma universal, etc.; atyagāt — superó; viśvam — todos los universos; gobhiḥ — por los rayos; sūryaḥ — el Sol; iva — como; ātapan — calor y rayos distribuidos.

Traducción

De esa Personalidad de Dios se generan todos los globos del universo, y la forma universal con todos los elementos, cualidades y sentidos materiales. Sin embargo, Él se encuentra apartado de esas manifestaciones materiales, tal como el Sol que se encuentra separado de sus rayos y calor.

Significado

En el verso anterior se ha afirmado que la verdad suprema es puruṣa, o el puruṣottama, la Persona Suprema. La Persona Absoluta es el iśvara, o el supremo controlador, mediante Sus diferentes energías. La manifestación ekapāda-vibhūti de la energía material del Señor, es como una de las muchas amantes del Señor por la que el Señor no está muy atraído, tal como se indica en el lenguaje del Gītā (bhinnā prakṛtiḥ). Pero la región del tripāda-vibhūti, siendo una manifestación espiritual pura de la energía del Señor, le resulta a Él, por decirlo así, más atractiva. El Señor, por lo tanto, genera las manifestaciones materiales al fecundar a la energía material, y luego, dentro de la manifestación, Él se expande como la gigantesca forma del viśva-rūpa. El viśva-rūpa, tal como se le enseño a Arjuna, no es la forma original del Señor. La forma original del Señor es la forma trascendental de Puruṣottama, o el propio Kṛṣṇa. Aquí se explica muy claramente que Él se expande tal como el sol. El sol se expande mediante sus terribles rayos y calor, y sin embargo el sol siempre se encuentra apartado de esos rayos y ese calor. El impersonalista toma en cuenta los rayos del Señor sin información alguna de la tangible, trascendental eterna forma del Señor, conocida como Kṛṣṇa. Por lo tanto, Kṛṣṇa, en Su suprema forma personal, con dos manos y una flauta, confunde a los impersonalistas que pueden tan solo ajustarse al gigantesco viśva-rūpa del Señor. Ellos han de saber que los rayos del sol son secundarios ante el sol, y en forma similar la gigantesca forma impersonal del Señor es también secundaria ante la forma personal de Puruṣottama. La Brahma-saṁhitā confirma esa afirmación de la siguiente manera:

ānanda-cinmaya-rasa-pratibhāvitābhis
tābhir ya eva nija-rūpatayā kalābhiḥ
goloka eva nivasaty akhilātma-bhūto
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«La Suprema Personalidad de Dios, Govinda, aquel que anima los sentidos de todos mediante Sus rayos corporales personales, reside en Su morada trascendental, denominada Goloka. Sin embargo, Él está presente en cada rincón y escondrijo de Su creación mediante la expansión de rayos espirituales felices, que poseen un poder igual al de Su potencia personal de bienaventuranza». Por lo tanto, Él es personal e impersonal simultáneamente, en virtud de Su potencia inconcebible, o Él es aquel que no tiene igual, y que despliega la completa unidad en una diversidad de manifestaciones materiales y espirituales. Él se encuentra aparte de todo, y aun así nada es diferente de Él.

Texto

yadāsya nābhyān nalinād
aham āsaṁ mahātmanaḥ
nāvidaṁ yajña-sambhārān
puruṣāvayavān ṛte

Palabra por palabra

yadā — en el momento de; asya — Su; nābhyāt — del abdomen; nalināt — de la flor de loto; aham — yo; āsam — nací; mahā-ātmanaḥ — de la gran persona; na avidam — no sabía; yajña — de sacrificio; sambhārān — ingredientes; puruṣa — del Señor; avayavān — extremidades corporales personales; ṛte — excepto.

Traducción

Cuando yo nací de la flor de loto abdominal del Señor [Mahā-Viṣṇu], la grandiosa persona, yo no tenía ningún otro ingrediente para ejecuciones de sacrificios, a excepción de las extremidades corporales de la gran Personalidad de Dios.

Significado

El Señor Brahmā, el creador de la manifestación cósmica, es conocido como Svayambhū, o aquel que nace sin padre ni madre. El proceso general que se sigue es que una criatura viviente nace de la unión sexual del padre, el elemento masculino, y la madre, el elemento femenino. Pero Brahmā, el ser viviente primogénito, nace de la flor de loto abdominal de la expansión plenaria Mahā-Viṣṇu del Señor Kṛṣṇa. La flor de loto abdominal es parte de las extremidades corporales del Señor, y Brahmā nace de la flor de loto. Por lo tanto, el Señor Brahmā también es una parte del cuerpo del Señor. Brahmā, después de su aparición en el gigantesco vacío del universo, vio oscuridad y nada más. Él se quedó perplejo, y desde su corazón fue inspirado por el Señor para que se sometiera a austeridades, adquiriendo así los ingredientes de las ejecuciones de sacrificios. Pero no había nada a excepción de ellos dos, es decir, la Personalidad de Mahā-Viṣṇu y el propio Brahmā, nacido de la parte corporal del Señor. Para las ejecuciones de sacrificios se requerían de muchos ingredientes, especialmente de animales. El sacrificio animal nunca es para matar al animal, sino para alcanzar el exitoso resultado del sacrificio. El animal que se ofrece en el fuego de sacrificio es, por así decirlo, destruido, pero de inmediato recibe una nueva vida, en virtud de los himnos védicos que canta el sacerdote experto. Cuando no se consigue un sacerdote así de experto, el sacrificio animal en el fuego del altar de sacrificio está prohibido. Así pues, Brahmā creó incluso los ingredientes de los sacrificios, usando las extremidades corporales de Garbhodakaśāyī Viṣṇu, lo cual significa que el orden cósmico fue creado por el propio Brahmā. Además, nada se crea de la nada, sino que todo se crea al tomarlo de la persona del Señor. El Señor dice en el Bhagavad-gītā (10.8): ahaṁ sarvasya prabhavo mattaḥ sarvaṁ pravartate. «Todo está hecho de Mis extremidades corporales, y Yo soy, por lo tanto, la fuente original de toda creación».

Los impersonalistas arguyen que no hay beneficio alguno en adorar al Señor, si todo no es más que el propio Señor. El personalista, sin embargo, adora al Señor debido a un gran sentido de gratitud, utilizando los ingredientes que nacen de las extremidades corporales del Señor. Las frutas y las flores se obtienen del cuerpo de la Tierra, y, sin embargo, el devoto sensato adora a la madre Tierra con ingredientes que nacen de la Tierra. En forma similar, a la madre Ganges se le adora mediante el agua del Ganges y, sin embargo, el adorador disfruta del resultado de esa adoración. La adoración del Señor también se realiza con los ingredientes que nacen de las extremidades corporales del Señor, y, no obstante, el adorador, que es en sí una parte del Señor, consigue el resultado del servicio devocional que se le presta al Señor. Mientras que el impersonalista concluye erróneamente que él mismo es el Señor, el personalista, movido por una gran gratitud, adora al Señor mediante el servicio devocional, sabiendo perfectamente bien que nada es diferente del Señor. Por lo tanto, el devoto se esfuerza por aplicar todo en el servicio del Señor, debido a que sabe que todo es propiedad del Señor, y que nadie puede decir que algo le pertenece. Esa concepción perfecta de identidad ayuda al adorador a que esté dedicado a Su servicio amoroso, mientras que el impersonalista, estando falsamente envanecido, continúa siendo un no devoto por siempre, sin ser reconocido por el Señor.

Texto

teṣu yajñasya paśavaḥ
savanaspatayaḥ kuśāḥ
idaṁ ca deva-yajanaṁ
kālaś coru-guṇānvitaḥ

Palabra por palabra

teṣu — en esos sacrificios; yajñasya — de la ejecución del sacrificio; paśavaḥ — los animales o los ingredientes del sacrificio; sa-vanaspatayaḥ — juntamente con flores y hojas; kuśaḥ — paja; idam — todos estos; ca — así como también; deva-yajanam — el altar del sacrificio; kālaḥ — un momento adecuado; ca — así como también; uru — grande; guṇa-anvitaḥ — capacitado.

Traducción

Para realizar ceremonias de sacrificio, uno necesita ingredientes de sacrificio, tales como flores, hojas y paja, así como el altar del sacrificio y un momento adecuado [la primavera].

Texto

vastūny oṣadhayaḥ snehā
rasa-loha-mṛdo jalam
ṛco yajūṁṣi sāmāni
cātur-hotraṁ ca sattama

Palabra por palabra

vastūni — utensilios; oṣadhayaḥ — granos; snehāḥ — mantequilla clarificada; rasa-loha-mṛdaḥ — miel, oro y tierra; jalam — agua; ṛcaḥ — el Ṛg Veda; yajūṁṣi — el Yajur Veda; sāmāni — el Sāma Veda; cātuḥ-hotram — cuatro personas que conducen la ejecución; ca — todos estos; sat-tama — ¡oh, el muy piadoso!

Traducción

Otras cosas que se requieren son: utensilios, granos, mantequilla clarificada, miel, oro, tierra, agua, el Ṛg Veda, el Yajur Veda y el Sāma Veda, y cuatro sacerdotes que ejecuten el sacrificio.

Significado

Para ejecutar un sacrificio exitosamente, al menos se necesitan cuatro sacerdotes expertos: uno que pueda ofrecer (hotā), uno que pueda cantar (udgātā), uno que pueda encender el fuego del sacrificio sin la ayuda de otro fuego (adhvaryu), y uno que pueda supervisar (brāhma). Esos sacrificios se realizaban desde el nacimiento de Brahmā, la primera criatura viviente, y se llevaron a cabo hasta la época del reinado de Mahārāja Yudhiṣṭhira. Pero esos expertos sacerdotes brāhmaṇas son muy difíciles de encontrar en esta era de corrupción y riña y, por lo tanto, en la presente era solo se recomienda el yajña de cantar el santo nombre del Señor. Las Escrituras estipulan:

harer nāma harer nāma
harer nāmaiva kevalam
kalau nāsty eva nāsty eva
nāsty eva gatir anyathā

Texto

nāma-dheyāni mantrāś ca
dakṣiṇāś ca vratāni ca
devatānukramaḥ kalpaḥ
saṅkalpas tantram eva ca

Palabra por palabra

nāma-dheyāni — invocando los nombres de los semidioses; mantrāḥmantras específicos que se le ofrecen a un determinado semidiós; ca — también; dakṣiṇāḥ — recompensa; ca — y; vratáni — votos; ca — y; devatā-anukramaḥ — un semidiós tras otro; kalpaḥ — la Escritura específica; saṅkalpaḥ — el propósito específico; tantram — un proceso en particular; eva — tal como son; ca — también.

Traducción

Entre otras cosas necesarias se encuentran la invocación de los diferentes nombres de los semidioses mediante himnos específicos y votos de recompensa, de acuerdo con la Escritura en cuestión, para propósitos específicos y mediante procesos específicos.

Significado

Todo el proceso de ofrecer sacrificios se encuentra bajo la categoría de acción fruitiva, y esas actividades son extremadamente científicas. Ellas dependen principalmente del proceso de vibrar sonidos con un acento particular. Es una gran ciencia, y debido a que no ha sido empleada correctamente durante más de cuatro mil años por la falta de brāhmaṇas capacitados, esas ejecuciones de sacrificios ya no son eficaces, ni tampoco están recomendadas, en esta caída era. Cualquiera de esos sacrificios que se emprenda en esta era como un asunto de espectáculo, será simplemente un proceso engañador de la astuta orden sacerdotal. Pero un espectáculo de sacrificios así no puede ser eficaz en ningún momento. La acción fruitiva está siendo llevada a cabo con la ayuda de la ciencia material, y, en una pequeña escala, mediante la ayuda material tosca; pero los materialistas aguardan un avance aún más sutil en el proceso de la vibración de sonidos, en el cual encuentran establecidos los himnos védicos. La tosca ciencia material no puede cambiar el verdadero propósito de la vida humana. Ellos tan solo pueden aumentar las necesidades artificiales de la vida, sin presentar ninguna solución a los problemas de la misma; por lo tanto, el sendero de la vida materialista conduce hacia una clase errada de civilización humana. Como el objetivo último de la vida es la iluminación espiritual, la manera directa de lograrlo, que consiste en invocar el santo nombre del Señor, tal como se mencionó anteriormente, la recomienda de forma precisa el Señor Caitanya, y la gente de la época moderna puede aprovechar fácilmente ese sencillo proceso, que es razonable dada la condición de la complicada estructura social.

Texto

gatayo matayaś caiva
prāyaścittaṁ samarpaṇam
puruṣāvayavair ete
sambhārāḥ sambhṛtā mayā

Palabra por palabra

gatayaḥ — progreso hacia la meta última (Viṣṇu); matayaḥ — adorando a los semidioses; ca — así como también; eva — ciertamente; prāyaścittam — compensación; samarpaṇam — ofrecimiento último; puruṣa — la Personalidad de Dios; avayavaiḥ — de las partes del cuerpo de la Personalidad de Dios; ete — estos; sambhārāḥ — los ingredientes; sambhṛtāḥ — fueron preparados; mayā — por mí.

Traducción

Así pues, yo tuve que preparar todos esos ingredientes y enseres de sacrificio necesarios, tomándolos de las partes corporales personales de la Personalidad de Dios. Mediante la invocación de los nombres de los semidioses, se alcanzó gradualmente la meta última, Viṣṇu, y así se completaron la compensación y el ofrecimiento último.

Significado

En este verso se hace especial hincapié en que la persona del Señor Supremo, y no Su brahmajyoti impersonal, es la fuente de todo suministro. Nārāyaṇa, el Señor Supremo, es la meta de todos los resultados de sacrificio y, por lo tanto, en fin de cuentas los himnos védicos tienen por objeto alcanzar esa meta. La vida humana consigue, pues, el éxito, al complacer a Nārāyaṇa, y el poder participar de la asociación directa de Nārāyaṇa en el reino espiritual de Vaikuṇṭha.

Texto

iti sambhṛta-sambhāraḥ
puruṣāvayavair aham
tam eva puruṣaṁ yajñaṁ
tenaivāyajam īśvaram

Palabra por palabra

iti — así pues; sambhṛta — ejecuté; sambhāraḥ — me equipé bien; puruṣa — la Personalidad de Dios; avayavaiḥ — por las partes integrales; aham — yo; tam eva — a Él; puruṣam — la Personalidad de Dios; yajñam — el disfrutador de todos los sacrificios; tena eva — mediante todos esos; ayajam — adoré; īśvaram — el controlador supremo.

Traducción

Así pues, de las partes del cuerpo del Señor Supremo, el disfrutador del sacrificio, yo creé los ingredientes y enseres para ofrecer sacrificios, y ejecuté el sacrificio para complacer al Señor.

Significado

La gente en general está siempre ansiosa de tener paz mental o paz en el mundo, pero ellos no saben cómo alcanzar ese nivel de paz en el mundo. Esa paz en el mundo se puede tener mediante las ejecuciones de sacrificio y austeridad. En el Bhagavad-gītā (5.29), se recomienda el siguiente remedio:

bhoktāraṁ yajña-tapasāṁ
sarva-loka-maheśvaram
suhṛdaṁ sarva-bhūtānāṁ
jñātvā māṁ śāntim ṛcchati

«Los karma-yogīs saben que el Señor Supremo es el verdadero disfrutador y sustentador de todos los sacrificios y de la vida austera. Ellos también saben que el Señor es el propietario último de todos los planetas, y que Él es el verdadero amigo de toda entidad viviente. Ese conocimiento gradualmente convierte a los karma-yogīs en devotos puros del Señor, a través de la asociación con devotos puros, y de ese modo pueden ser liberados del cautiverio material».

Brahmā, el ser viviente original del mundo material, nos enseñó el sendero del sacrificio. La palabra «sacrificio» sugiere la dedicación de los intereses de uno a la satisfacción de una segunda persona. Esa es la naturaleza de toda actividad. Todos los hombres se dedican a sacrificar sus intereses por otras personas, bien sea en la forma de familia, sociedad, comunidad, país o de la sociedad humana por entero. Pero la perfección de esos sacrificios se consigue, cuando se realizan en favor de la Persona Suprema, el Señor. Debido a que el Señor es el propietario de todo, debido a que el Señor es el amigo de toda criatura viviente, y debido a que Él es el sustentador del ejecutor de sacrificios, así como también el que suministra los ingredientes de los sacrificios, es solo Él, y nadie más, quien ha de ser satisfecho con todos los sacrificios.

El mundo entero está dedicado a sacrificar energía en aras del avance del conocimiento, la elevación social, el desarrollo económico y los planes para el mejoramiento total de la condición humana, pero nadie está interesado en sacrificarse por el Señor, tal como se aconseja en el Bhagavad-gītā. Por lo tanto, no existe paz en el mundo. Si de alguna manera los hombres quieren que haya paz en el mundo, deben practicar el sacrificio en honor del supremo propietario y amigo de todos.

Texto

tatas te bhrātara ime
prajānāṁ patayo nava
ayajan vyaktam avyaktaṁ
puruṣaṁ su-samāhitāḥ

Palabra por palabra

tataḥ — luego; te — tus; bhrātaraḥ — hermanos; ime — estos; prajānām — de las criaturas vivientes; patayaḥ — amos; nava — nueve; ayajan — ejecutaron; vyaktam — manifiestas; avyaktam — no manifiestas; puruṣam — personalidades; su-samāhitāḥ — con rituales adecuados.

Traducción

Mi querido hijo, después, tus nueve hermanos, que son los amos de las criaturas vivientes, realizaron el sacrificio con rituales adecuados, para satisfacer tanto a las personalidades manifiestas como a las no manifiestas.

Significado

Las personalidades manifiestas son los semidioses, tales como el gobernador del reino celestial, Indra, y sus asociados; y la personalidad no manifiesta es el propio Señor. Las personalidades manifiestas son controladores mundanos de los asuntos materiales, mientras que la Personalidad de Dios no manifiesta es trascendental, y se encuentra más allá de los límites de la atmósfera material. En esta era de Kali, los semidioses manifiestos tampoco han de ser vistos, pues los viajes siderales han sido detenidos por completo. Así que tanto los poderosos semidioses como la Suprema Personalidad de Dios se encuentran no manifiestos ante los cubiertos ojos del hombre moderno. Los hombres modernos quieren verlo todo con sus ojos, si bien no se encuentran lo suficientemente capacitados para ello. En consecuencia, ellos no creen en la existencia de los semidioses ni del Dios Supremo. Ellos deberían ver a través de las páginas de las Escrituras auténticas, y no solo creerles a sus incapacitados ojos. Incluso en estos días, Dios también puede ser visto por ojos capacitados, untados con el ungüento del amor por Dios.

Texto

tataś ca manavaḥ kāle
ījire ṛṣayo ’pare
pitaro vibudhā daityā
manuṣyāḥ kratubhir vibhum

Palabra por palabra

tataḥ — luego; ca — también; manavaḥ — los manus, los padres de la humanidad; kāle — en el debido transcurso del tiempo; ījire — adoró; ṛṣayaḥ — grandes sabios; apare — otros; pitaraḥ — los antepasados; vibhudhāḥ — los eruditos entendidos; daityāḥ — grandes devotos de los semidioses; manuṣyāḥ — la humanidad; kratubhiḥ vibhum — por la ejecución de sacrificios para complacer al Señor Supremo.

Traducción

Luego, Manu, el padre de la humanidad, mediante la ejecución de sacrificios destinados a complacer al Señor Supremo, adoró a los grandes sabios, a los eruditos entendidos y a los antepasados.

Significado

Los daityas son devotos de los semidioses, debido a que quieren recibir de ellos las mayores facilidades materiales posibles. Los devotos del Señor se denominan eka-ṇiṣtha, o «absolutamente apegados al servicio devocional del Señor». Por lo tanto, ellos prácticamente no tienen tiempo de buscar los beneficios que se obtienen de las facilidades materiales. Debido a la comprensión que poseen de su identidad espiritual, están más interesados en la emancipación espiritual que en las comodidades materiales.

Texto

nārāyaṇe bhagavati
tad idaṁ viśvam āhitam
gṛhīta-māyoru-guṇaḥ
sargādāv aguṇaḥ svataḥ

Palabra por palabra

nārāyaṇe — a Nārāyaṇa; bhagavati — la Personalidad de Dios; tat idam — todas estas manifestaciones materiales; viśvam — todos los universos; āhitam — situadas; gṛhīta — habiendo aceptado; māyā — las energías materiales; uru-guṇaḥ — extremadamente poderosas; sarga-ādau — en la creación, manutención y destrucción; aguṇaḥ — sin nexo con las modalidades materiales; svataḥ — en forma autosuficiente.

Traducción

Por lo tanto, todas las manifestaciones materiales de los universos se encuentran situadas en Sus poderosas energías materiales, que Él adopta en forma autosuficiente, si bien Él eternamente carece de nexo con las modalidades materiales.

Significado

La pregunta que le hizo Nārada a Brahmā en cuanto al sostenimiento de la creación material, es así respondida. Las acciones y reacciones materiales, tal como el científico material puede observar superficialmente, no son básicamente la verdad última en cuanto a la creación, manutención y destrucción. La energía material es una potencia del Señor que se despliega en el transcurso del tiempo, y que adopta con las formas de Viṣṇu, Brahmā y Śiva, las tres cualidades: bondad, pasión e ignorancia. La energía material trabaja, pues, bajo el supremo hechizo de Su Señoría, si bien Él es siempre trascendental a todas esas actividades materiales. Un hombre rico construye una gran casa gastando su energía en la forma de recursos y, de manera similar, destruye una gran casa mediante sus recursos, pero la manutención se encuentra siempre bajo su cuidado personal. El Señor es el más rico de los ricos debido a que Él siempre se encuentra lleno por completo de seis opulencias. Por lo tanto, Él no tiene que hacer nada personalmente, sino que todo lo que existe en el mundo material se lleva a cabo por Sus deseos y por Su dirección. De modo que, toda la manifestación material se encuentra en Nārāyaṇa, la Suprema Personalidad de Dios. La concepción impersonal de la verdad suprema se debe tan solo a una falta de conocimiento, y eso lo explica claramente Brahmājī, quien se supone que es el creador de los asuntos universales. Brahmājī es la autoridad más elevada en cuanto a sabiduría védica, y la aseveración que ha hecho en relación con esto, es, pues, la información suprema.

Texto

sṛjāmi tan-niyukto ’haṁ
haro harati tad-vaśaḥ
viśvaṁ puruṣa-rūpeṇa
paripāti tri-śakti-dhṛk

Palabra por palabra

sṛjāmi — creo; tat — por Su; niyuktaḥ — nombramiento; aham — yo; haraḥ — el Señor Śiva; harati — destruye; tat-vaśaḥ — bajo Su subordinación; viśvam — el universo entero; puruṣa — la Personalidad de Dios; rūpeṇa — mediante Su forma eterna; paripāti — mantiene; tri-śakti-dhṛk — el controlador de las tres energías.

Traducción

Por Su voluntad, yo creo, el Señor Śiva destruye y Él Mismo, en Su forma eterna de la Personalidad de Dios, lo mantiene todo. Él es el poderoso controlador de estas tres energías.

Significado

El concepto de «aquel que no tiene igual» se confirma aquí claramente. «Aquel» es el Señor Vāsudeva, y solo mediante Sus diferentes energías y expansiones se mantienen las diferentes manifestaciones, tanto en el mundo material como en el espiritual. También en el mundo material el Señor Vāsudeva lo es todo, tal como se afirma en el Bhagavad-gītā (7.19): vāsudevaḥ sarvam iti, todo es únicamente Vāsudeva. En los himnos védicos también se sostiene que el mismo Vāsudeva es supremo. En los Vedas se dice: vāsudevāt paro brahman na cānyo ’rtho ti tattvataḥ, de hecho, no hay verdad superior a Vāsudeva. Y el Señor Kṛṣṇa afirma la misma verdad en el Bhagavad-gītā (7.7): mattaḥ parataraṁ nānyat, «No hay nada por encima de Mí [el Señor Kṛṣṇa]». Así que el devoto personalista del Señor también acepta el concepto de identidad, al cual el impersonalista le da extremada importancia. La diferencia que hay entre ellos, es que el impersonalista niega la personalidad en fin de cuentas, mientras que el devoto le da más importancia a la Personalidad de Dios. El Śrīmad-Bhāgavatam explica esta verdad en el verso que se encuentra en discusión: el Señor Vāsudeva es aquel que no tiene igual, pero debido a que Él es todopoderoso, puede expandirse a Sí Mismo, así como también desplegar Sus omnipotencias. Aquí se dice que el Señor es omnipotente debido a tres energías (tri-śakti-dhṛk). Así que, principalmente, Sus tres energías son: la interna, la marginal y la externa. Esa energía externa también se despliega en las tres modalidades: bondad, pasión e ignorancia. En forma similar, la potencia interna también se despliega en tres modalidades espirituales —saṁvit, sandhinī y hlādinī—. La potencia marginal —la que constituye a las entidades vivientes— es también espiritual (prakṛtiṁ viddhi me parām), pero las entidades vivientes nunca son iguales al Señor. El Señor es nirasta-sāmya-atiśaya; en otras palabras, nadie es más grande que el Señor Supremo, ni igual a Él. Así que las entidades vivientes, incluso personalidades tan grandes como el Señor Brahmā y el Señor Śiva, se encuentran todas subordinadas al Señor. También en el mundo material, en Su forma eterna de Viṣṇu, Él mantiene y controla todos los asuntos de los semidioses, incluso de Brahmā y Śiva.

Texto

iti te ’bhihitaṁ tāta
yathedam anupṛcchasi
nānyad bhagavataḥ kiñcid
bhāvyaṁ sad-asad-ātmakam

Palabra por palabra

iti — así; te — a ti; abhihitam — explicado; tāta — mi querido hijo; yathā — como; idam — todos estos; anupṛcchasi — tal como has preguntado; na — nunca; anyat — cualquier otra cosa; bhagavataḥ — más allá de la Personalidad de Dios; kiñcit — nada; bhāvyam — que jamás pudiera pensarse; sat — causa; asat — efecto; ātmakam — en cuanto a.

Traducción

Mi querido hijo, todo aquello que me has preguntado te lo he explicado de esa manera, y has de saber con toda certeza que todo lo que existe (bien sea como causa o como efecto, tanto en el mundo material como en el espiritual) depende de la Suprema Personalidad de Dios.

Significado

Toda la situación cósmica, tanto en la manifestación material de las energías del Señor como en la manifestación espiritual de ellas, está actuando y se está moviendo, en primer lugar, como la causa, y luego, como el efecto. Pero la causa original es la Suprema Personalidad de Dios. Los efectos de la causa original se vuelven la causa de otros efectos y, así pues, todo, bien sea permanente o temporal, actúa como causa y efecto. Y debido a que el Señor es la causa primordial de todas las personas y de todas las energías, Él recibe el nombre de «la causa de todas las causas», tal como se confirma en la Brahma-saṁhitā, así como también en el Bhagavad-gītā. La Brahma-saṁhitā (5.1) afirma:

īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ
sac-cid-ānanda-vigrahaḥ
anādir ādir govindaḥ
sarva-kāraṇa-kāraṇam

Y en el Bhagavad-gītā (10.8) se dice:

ahaṁ sarvasya prabhavo
mattaḥ sarvaṁ pravartate
iti matvā bhajante māṁ
budhā bhāva-samanvitāḥ

De modo que, la causa primordial y original es vigraha, lo personal, y la impersonal refulgencia espiritual, el brahmajyoti, es también un efecto del Brahman Supremo (brahmaṇo hi pratiṣṭhāham), el Señor Kṛṣṇa.

Texto

na bhāratī me ’ṅga mṛṣopalakṣyate
na vai kvacin me manaso mṛṣā gatiḥ
na me hṛṣīkāṇi patanty asat-pathe
yan me hṛdautkaṇṭhyavatā dhṛto hariḥ

Palabra por palabra

na — nunca; bhāratī — afirmaciones; me — mías; aṅga — ¡oh, Nārada!; mṛṣā — falsedad; upalakyate — resultan ser; na — nunca; vai — ciertamente; kvacit — en ningún momento; me — mía; manasaḥ — de la mente; mṛṣā — falsedad; gatiḥ — progreso; na — ni; me — míos; hṛṣīkāṇi — sentidos; patanti — degrada; asat-pathe — en la materia temporal; yat — debido; me — mío; hṛdā — corazón; autkaṇṭhyavatā — mediante un gran empeño; dhṛtaḥ — me así; hariḥ — la Suprema Personalidad de Dios.

Traducción

¡Oh, Nārada!, debido a que he asido los pies de loto de la Suprema Personalidad de Dios, Hari, con mucho fervor, todo lo que digo nunca ha resultado ser falso. Ni tampoco se ha detenido nunca el progreso de mi mente. Ni tampoco se degradan nunca mis sentidos por el apego temporal a la materia.

Significado

El Señor Brahmā es el expositor original de la sabiduría védica ante Nārada, y Nārada es quien distribuye el conocimiento trascendental a todas partes del mundo, a través de sus diversos discípulos, tales como Vyāsadeva y otros. Los seguidores de la sabiduría védica aceptan las afirmaciones de Brahmājī como el evangelio de la verdad, y así el conocimiento trascendental se distribuye por todo el mundo mediante el proceso de la sucesión discipular, desde tiempo inmemorial, a partir del comienzo de la creación. En el mundo material, el Señor Brahmā es el perfecto ser viviente liberado, y cualquier estudiante sincero del conocimiento trascendental debe aceptar las palabras y afirmaciones de Brahmājī como algo infalible. El conocimiento védico es infalible debido a que desciende directamente del Señor Supremo al corazón de Brahmā, y como Brahmājī es el ser viviente más perfecto que existe, él siempre está en lo correcto al pie de la letra. Y ello se debe a que el Señor Brahmā es un gran devoto del Señor, que ha aceptado los pies de loto del Señor con mucho fervor y como la verdad suprema. En la Brahma-saṁhitā, recopilado por Brahmājī, él repite el aforismo govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi: «Yo soy adorador de la Personalidad de Dios original, Govinda, el Señor primordial». Así que todo lo que él dice, todo lo que piensa y todo lo que hace generalmente con su actitud, debe aceptarse como cierto, debido a su directa y muy íntima relación con Govinda, el Señor primordial. Śrī Govinda, quien acepta con placer el trascendental servicio amoroso de Sus devotos, les brinda plena protección a las palabras y acciones de Sus devotos. El Señor declara en el Bhagavad-gītā (9.31): kaunteya pratijānīhi, «¡Oh, hijo de Kuntī, por favor decláralo!». El Señor le pide a Arjuna que declare, y ¿por qué? Debido a que, algunas veces, las declaraciones del propio Govinda puede que les parezcan contradictorias a las criaturas mundanas; pero el mundano nunca conseguirá contradicción alguna en las palabras de los devotos del Señor. Los devotos son especialmente protegidos por el Señor, de manera que puedan seguir siendo infalibles. Por lo tanto, el proceso del servicio devocional siempre comienza con el proceso de servir al devoto que aparece en la sucesión discipular. Los devotos siempre están liberados, pero eso no significa que son impersonales. El Señor es eternamente una persona, y el devoto del Señor también es eternamente una persona. Debido a que el devoto posee sus órganos de los sentidos incluso en la etapa liberada, él es siempre una persona. Y debido a que el Señor acepta el servicio del devoto con una plena correspondencia, el Señor es también una persona en toda Su integridad espiritual. Los sentidos de los devotos, encontrándose dedicados al servicio del Señor, nunca se desvían por la atracción del falso disfrute material. Los planes del devoto nunca resultan vanos, y todo ello se debe al fiel apego que posee el devoto por el servicio del Señor. Esa es la norma de la perfección y de la liberación. Cualquiera, comenzando con Brahmājī y descendiendo hasta el ser humano, es puesto de inmediato en el sendero de la liberación, tan solo por su apego con un gran fervor por el Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa, el Señor primordial. El Señor afirma eso en el Bhagavad-gītā (14.26):

māṁ ca yo ’vyabhicāreṇa
bhakti-yogena sevate
sa guṇān samatītyaitān
brahma-bhūyāya kalpate

Por lo tanto, todo aquel que con toda su alma y su corazón, y con interés sincero, busca estar en contacto íntimo con la Personalidad de Dios a través de la relación del trascendental servicio amoroso, siempre será infalible en palabras y acciones. La razón de ello es que el Señor Supremo es la Verdad Absoluta, y todo aquello que se acople sinceramente con la Verdad Absoluta logra obtener la misma calidad trascendental. Por otra parte, cualquier cantidad de especulación mental fundamentada en el conocimiento y la ciencia materiales, sin ningún contacto fidedigno con la Verdad Absoluta, será con toda seguridad un fracaso y una mentira mundana, debido tan solo a no estar en contacto con la Verdad Absoluta. Nunca debe confiarse en esas palabras y acciones ateas y de infieles, no importa cuán enriquecidas se encuentren en términos materiales. Ese es el significado de este importante verso. Un grano de devoción es más valioso que toneladas de infidelidad.

Texto

so ’haṁ samāmnāyamayas tapomayaḥ
prajāpatīnām abhivanditaḥ patiḥ
āsthāya yogaṁ nipuṇaṁ samāhitas
taṁ nādhyagacchaṁ yata ātma-sambhavaḥ

Palabra por palabra

saḥ aham — yo (el gran Brahmā); samāmnāya-mayaḥ — en la cadena de sucesión discipular de la sabiduría védica; tapaḥ-mayaḥ — sometido exitosamente a todas las austeridades; prajā-patīnām — de todos los antepasados de las entidades vivientes; abhivanditaḥ — digno de adoración; patiḥ — amo; āsthāya — practicados exitosamente; yogam — poderes místicos; nipuṇam — muy experto; samāhitaḥ — autorrealizado; tam — el Señor Supremo; na — no; adhyagaccham — entendido correctamente; yataḥ — de quien; ātma — por sí mismo; sambhavaḥ — generado.

Traducción

Si bien yo soy conocido como el gran Brahmā, perfecto en cuanto a la sabiduría védica que presenta la sucesión discipular, y si bien me he sometido a todas las austeridades y soy un experto en cuanto a los poderes místicos y la autorrealización, y si bien soy reconocido como tal por los grandes antepasados de las entidades vivientes, los cuales me ofrecen respetuosas reverencias, aún así yo no puedo entenderlo a Él, el Señor, la propia fuente de mi nacimiento.

Significado

Brahmā, la más grandiosa de todas las criaturas vivientes del universo, está admitiendo su incapacidad de conocer al Señor Supremo, a pesar de su vasto conocimiento de la sabiduría védica, a pesar de su austeridad, penitencias, poderes místicos y autorrealización, y a pesar de ser adorado por los grandes prajāpatis, los antepasados de las entidades vivientes. Así que esas cualidades no son suficientes para conocer al Señor Supremo. Brahmājī podía entender al Señor en una pequeña medida, solo cuando trataba de servirle con el ansia de su corazón (hṛdautkaṇṭhyavatā), que constituye la actitud propia del servicio devocional. Por lo tanto, al Señor puede conocérsele solo mediante la sincera actitud de ansia de servicio, y no mediante cierta cantidad de capacitación material, como científico o filósofo especulativo, y mediante el logro de poderes místicos. Este hecho se encuentra claramente corroborado en el Bhagavad-gītā (18.54–55):

brahma-bhūtaḥ prasannātmā
na śocati na kāṅkṣati
samaḥ sarveṣu bhūteṣu
mad-bhaktiṁ labhate parām
bhaktyā mām abhijānāti
yāvān yaś cāsmi tattvataḥ
tato māṁ tattvato jñātvā
viśate tad anantaram

Solo la autorrealización, mediante la adquisición de las altas cualidades anteriormente mencionadas de sabiduría védica, austeridades, etc., puede ayudarlo a uno en el sendero del servicio devocional. Pero si se fracasa en el servicio devocional, uno sigue siendo imperfecto, debido a que, incluso en esa posición de autorrealización, no puede conocer de hecho al Señor Supremo. Mediante la autorrealización, uno se capacita para volverse devoto, y el devoto, solo mediante la actitud de servicio (bhaktyā), puede conocer gradualmente a la Personalidad de Dios. Sin embargo, uno no debe interpretar erróneamente el significado de viśate («entra en») como si se refiriera al hecho de fundirse en la existencia del Supremo. Incluso en la existencia material, uno se encuentra fundido en la existencia del Señor. Ningún materialista puede desenredar el yo de la materia, pues el yo está fundido en la energía externa del Señor. Así como ningún hombre común puede separar la mantequilla de la leche, al yo fusionado nadie lo puede desenredar de la materia mediante la adquisición de alguna cualidad material. Ese viśate por devoción (bhaktyā) significa poder participar de la compañía del Señor en persona. El bhakti, o el servicio devocional que se le presta al Señor, significa liberarse del enredo material y luego entrar en el Reino de Dios, volviéndose alguien como Él. La pérdida de la individualidad de uno no es el objetivo del bhakti-yoga ni de los devotos del Señor. Existen cinco clases de liberación, y una de ellas se denomina sāyujya-mukti, o el fusionarse con la existencia o con el cuerpo del Señor. Las otras formas de liberación mantienen la individualidad del alma-partícula, e implican estar dedicados siempre al trascendental servicio amoroso del Señor. La palabra viśate, que se usa en los versos del Bhagavad-gītā, es, pues, para los devotos que no se encuentran ansiosos en absoluto de conseguir ninguna clase de liberación. Los devotos se satisfacen tan solo con estar dedicados al servicio del Señor, sin importarles en qué situación se encuentren.

El Señor Brahmā es el primer ser viviente, y él aprendió directamente del Señor la sabiduría védica (tene brahma hṛdā ya ādi-kavaye). Por lo tanto, ¿quién puede ser un vedantista más erudito que el Señor Brahmā? Él admite que a pesar de su conocimiento perfecto de los Vedas, era incapaz de conocer las glorias del Señor. Como nadie puede ser más que el Señor Brahmā ¿cómo puede un supuesto vedantista ser un conocedor perfecto de la Verdad Absoluta? El supuesto vedantista, por lo tanto, no puede penetrar la existencia del Señor, sin ser entrenado en la materia de bhakti-vedānta, o vedānta más bhakti. Vedānta significa autorrealización, y bhakti significa comprensión de la Personalidad de Dios en cierta medida. Nadie puede conocer a la Personalidad de Dios plenamente, pero al menos uno puede conocer a la Verdad Absoluta, la personalidad de Dios, hasta cierto punto, mediante su entrega y una actitud devocional, y con nada más. También en la Brahma-saṁhitā se dice vedeṣu durlabham, o que con solo el estudio del Vedānta, difícilmente puede uno llegar a conocer la existencia de la Personalidad de Dios, pero el Señor es adurlabhan ātma-bhaktau, con mucha facilidad, se encuentra a disposición de Su devoto. Por consiguiente, Śrila Vyāsadeva no estuvo satisfecho con tan solo recopilar los Vedānta-sūtras, sino que, además, por recomendación de su maestro espiritual Nārada, recopiló el Śrīmad-Bhāgavatam con objeto de entender el verdadero significado del Vedānta. El Śrīmad-Bhāgavatam es, entonces, el medio absoluto por el cual se puede entender la Verdad Absoluta.

Texto

nato ’smy ahaṁ tac-caraṇaṁ samīyuṣāṁ
bhavac-chidaṁ svasty-ayanaṁ sumaṅgalam
yo hy ātma-māyā-vibhavaṁ sma paryagād
yathā nabhaḥ svāntam athāpare kutaḥ

Palabra por palabra

nataḥ — permítaseme ofrecer mis reverencias; asmi — estoy; aham — yo; tat — del Señor; caraṇam — pies; samīyuṣām — del alma rendida; bhava-chidam — aquello que detiene la repetición del nacimiento y la muerte; svasty-ayanam — la percepción de una felicidad total; su-maṅgalam — plenamente auspicioso; yaḥ — aquel que; hi — exactamente; ātma-māyā — energías personales; vibhavam — potencia; sma — ciertamente; paryagāt — no puede calcular; yathā — tal como; nabhaḥ — el cielo; sva-antam — su propio límite; atha — por lo tanto; apare — otros; kutaḥ — cómo.

Traducción

Por lo tanto, lo mejor para mí es rendirme a Sus pies, que es lo único que puede librarlo a uno de los sufrimientos del repetido proceso de nacimiento y muerte. Esa entrega es plenamente auspiciosa, y le permite a uno percibir una felicidad total. Ni siquiera el cielo puede calcular los límites de su propia expansión. Así que, ¿qué pueden hacer otras personas, si el propio Señor es incapaz de calcular Sus propios límites?

Significado

El Señor Brahmā, el mejor de todos los seres vivientes eruditos, el que más se sacrifica, el mejor observador de la vida austera y el mejor místico autorrealizado, nos aconseja, como maestro espiritual supremo de todo ser viviente, que uno debe simplemente rendirse a los pies de loto del Señor para lograr un éxito total, incluso hasta el límite de librarse de los sufrimientos de la vida material y ser dotado de una existencia espiritual plenamente auspiciosa. El Señor Brahmā es conocido como el pitāmaha, o el padre del padre. Un hombre joven consulta a su experimentado padre acerca del desempeño de sus deberes. Así que el padre es, por naturaleza, un buen consejero. Pero el Señor Brahmā es el padre de todo padre. Él es el padre del padre de Manu, quien es el padre de la humanidad a todo lo largo de los planetas del universo. Por consiguiente, se les pide a los hombres de este insignificante planeta que acepten la instrucción de Brahmājī, y ellos harían bien en rendirse a los pies de loto del Señor, en vez de tratar de calcular el largo y el ancho de Sus potencias. Las potencias del Señor son inconmensurables, como se confirma en los Vedas. Parāsya śaktir vividhaiva śrūyate svābhāvikī jñāna-bala-kriyā ca. Él es el mejor de todos, y todos los demás, incluso el mejor ser viviente de todos, es decir, Brahmājī, admiten que lo mejor para nosotros es que nos rindamos a Él. En consecuencia, solo aquellas personas que poseen muy poco acopio de conocimiento, pueden proclamar que ellas mismas son los señores de todo lo que ven. Y, ¿que pueden ellas ver? Ni siquiera pueden medir el largo y ancho de un pequeño cielo que se encuentra en un pequeño universo. El supuesto científico material dice que tendría que vivir cuarenta mil años para llegar al planeta más elevado del universo, transportado por un sputnik. Esto es también utópico, pues no se puede esperar que nadie viva cuarenta mil años. Además, cuando el piloto sideral regresara de su viaje, ninguno de sus amigos estaría presente para recibirlo de regreso como el mejor astronauta, lo cual se ha vuelto una moda entre los confundidos científicos modernos. Un científico que no creía en Dios, se sentía muy entusiasmado en hacer planes para su existencia material y, por lo tanto, abrió un hospital para salvar a los vivos. Pero seis meses después de abrir el hospital, él mismo murió. Así que uno no debe malograr su vida humana, que se consigue después de muchísimos cambios de cuerpos entre 8 400 000 especies de vida, tan solo en pos de la inventada felicidad material de la vida, mediante el aumento de la necesidades artificiales, y en el nombre del avance del desarrollo económico y del conocimiento científico. En vez de ello, uno simplemente debe rendirse a los pies del Señor, para así solucionar todos los sufrimientos de la vida. Esta es la instrucción que da directamente el Señor Kṛṣṇa en el Bhagavad-gītā, y esa es la instrucción que da Brahmājī, el padre supremo de todo ser viviente, en el Śrīmad-Bhāgavatam.

Cualquiera que niegue este proceso de entrega tal como se recomienda tanto en el Bhagavad-gītā como en el Śrīmad-Bhāgavatam —y, si vamos al caso, en todas las Escrituras autorizadas— será forzado a rendirse a las leyes de la naturaleza material. La entidad viviente, por su posición constitucional, no es independiente. Ella ha de rendirse, bien sea al Señor, o la naturaleza material. La naturaleza material tampoco es independiente del Señor, pues el propio Señor la ha de denominado mama māyā, o «Mi energía» (Bg. 7.4), y me bhinnā prakṛtir aṣṭadhā, o «Mi energía separada, con ocho divisiones» (Bg. 7.4). Luego la naturaleza material también está controlada por el Señor, tal como Él lo ha dicho en el Bhagavad-gītā (9.10). Mayādhyakseṇa prakṛtiḥ sūyate sa-carācaram: «Esta naturaleza material actúa tan solo bajo Mi dirección, y por ello todas las cosas se mueven». Y las entidades vivientes, siendo una energía superior a la materia, tienen poder de elección y discriminación, bien sea para rendirse al Señor, o para rendirse a la naturaleza material. Por rendirse al Señor uno es feliz y se libera, pero por rendirse a la naturaleza material la entidad viviente sufre. Así que el final de todo sufrimiento implica rendirse al Señor, debido a que el proceso de rendición en sí es bhava-cchidam (la liberación de todo sufrimiento material), svasty-ayanam (la percepción de una felicidad total), y sumaṅgalam (la fuente de todo lo auspicioso).

De modo que, la libertad, la felicidad y toda la buena fortuna pueden tan solo conseguirse mediante la entrega al Señor, debido a que Él es la libertad plena, la felicidad plena y la buena fortuna plena. Esa liberación y esa felicidad también son ilimitadas, y se las ha comparado con el cielo, si bien son infinitamente más grandes que el cielo. En nuestra posición actual tan solo podemos entender la magnitud de la grandeza de algo, cuando se lo compara con el cielo. Fracasamos en poder medir el cielo, y la felicidad y la libertad que se obtienen en asociación con el Señor son muchísimo más grandes que el cielo. Esa felicidad espiritual es tan grande, que no puede ser medida por el propio Señor, ni qué hablar de los demás.

Se dice en las Escrituras: brahma-saukhyaṁ tv anantam, la felicidad espiritual es ilimitada. Aquí se dice que ni siquiera el Señor puede medir esa felicidad. Eso no significa que el Señor no puede medirla y que, por lo tanto, es imperfecto en ese sentido. Lo que ocurre en realidad es que el Señor puede medirla, pero la felicidad del Señor es también idéntica al Señor, debido al conocimiento absoluto. Así que la felicidad que se obtiene del Señor puede ser medida por el Señor, pero luego aumenta, y el Señor la mide de nuevo, y de nuevo vuelve a aumentar, y el Señor la vuelve a medir, y en esa forma, eternamente, hay una competencia entre el incremento y la medida, hasta tal punto que, la competencia nunca se detiene, sino que continúa ilimitadamente ad infinitum. La felicidad espiritual es ānandāmbudhi-vardhanam, o el creciente océano de la felicidad. El océano material es estático, pero el océano espiritual es dinámico. El Caitanya-caritamṛta (Ādi-līlā, capítulo cuarto), Kavirāja Gosvāmī ha descrito en forma muy bella este incremento dinámico del océano de la felicidad espiritual, en la trascendental persona de Śrīmatī Rādhārāṇī, la potencia dadora de placer del Señor Kṛṣṇa.

Texto

nāhaṁ na yūyaṁ yad-ṛtāṁ gatiṁ vidur
na vāmadevaḥ kim utāpare surāḥ
tan-māyayā mohita-buddhayas tv idaṁ
vinirmitaṁ cātma-samaṁ vicakṣmahe

Palabra por palabra

na — ni; aham — yo; yūyam — todos ustedes, hijos; yat — cuyos; ṛtām — verdaderos; gatim — movimientos; viduḥ — conocemos; na — ni; vāmadevaḥ — el Señor Śiva; kim — qué; uta — más; apare — otros; surāḥ — semidioses; tat — por Su; māyayā — por la energía ilusoria; mohita — confundidos; buddhayaḥ — con una inteligencia así; tu — pero; idam — esto; vinirmitam — lo que es creado; ca — también; ātma-samam — en virtud de la habilidad personal de uno; vicakṣmahe — observar.

Traducción

Puesto que ni el Señor Śiva, ni tú, ni yo, hemos podido averiguar cuáles son los límites de la felicidad espiritual, ¿cómo pueden otros semidioses conocerlos? Y debido a que todos nosotros nos encontramos confundidos por la ilusoria energía externa del Señor Supremo, podemos tan solo ver este cosmos manifiesto, de acuerdo con nuestra habilidad individual.

Significado

Hemos mencionado muchas veces los nombres de doce autoridades selectas (dvādaśa-mahājana), de las cuales Brahmā, Nārada y el Señor Śiva encabezan la lista como el primero, segundo y tercero en orden de mérito entre aquellos que conocen algo del Señor Supremo. Otros semidioses, cuasisemidioses, gandharvas, cāraṇas, vidyādharas, seres humanos o asuras no pueden, de ninguna forma, conocer a plenitud todo lo referente a las potencias del Señor Absoluto, Śrī Kṛṣṇa. Los semidioses, cuasisemidioses, gandharvas, etc., son todas personas altamente inteligentes de los planetas superiores; los seres humanos son habitantes de los planetas intermedios, y los asuras son habitantes de los planetas inferiores. Todos ellos tienen sus respectivos conceptos y juicios acerca de la Verdad Absoluta, así como los tiene en la sociedad humana el científico o el filósofo empírico. Todas esas entidades vivientes son criaturas de la naturaleza material y, como consecuencia de ello, se encuentran confundidas por el maravilloso despliegue de las tres modalidades de la naturaleza material. Esa confusión se menciona en el Gītā (7.13). Tribhir guṇamayair bhāvair ebhiḥ sarvam idaṁ jagat: todas las entidades, comenzando desde Brahmā y descendiendo hasta la hormiga, se encuentran confundidas individualmente por las tres modalidades de la naturaleza material, es decir, la bondad, la pasión y la ignorancia. Todo el mundo piensa, en términos de su capacidad individual, que este universo, que se encuentra manifiesto ante nosotros, lo es todo. Y así, el científico de la sociedad humana del siglo veinte calcula el comienzo y el fin de este universo a su propia manera. Pero ¿qué pueden conocer los científicos? Hasta Brahmā mismo se encontraba confundido una vez, sintiéndose el solo y único Brahmā favorecido por el Señor, pero más adelante, por la gracia del Señor, llegó a saber que existen además innumerables brahmās más poderosos, dentro de universos muchísimo más grandes y que se encuentran más allá de este universo, y todos esos universos en conjunto forman el ekapāda-vibhūti, o una cuarta parte de la manifestación de la energía creativa del Señor. Las otras tres cuartas partes de Su energía se despliegan en el mundo espiritual, así que, el diminuto científico con su diminuto cerebro, ¿que puede conocer de la Absoluta Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa? El Señor dice, por lo tanto, mohitaṁ nābhijānāti mām ebhyaḥ param avyayam: confundidos por esas modalidades de la naturaleza material, ellos no pueden comprender que más allá de estas manifestaciones existe una Persona Suprema que es el controlador absoluto de todo. Brahmā, Nārada y el Señor Śiva conocen acerca del Señor en una medida considerable, en virtud de lo cual uno debe seguir las instrucciones de esas grandes personalidades, en vez de quedarse satisfecho con un diminuto cerebro y sus descubrimientos-juguetes, tales como una nave espacial y similares productos de la ciencia. Así como la madre es la única autoridad que puede identificar el padre de un niño, así la madre Vedas, presentada por una autoridad reconocida, tal como Brahmā, Nārada o Śiva, es la única autoridad que puede informarnos acerca de la Verdad Absoluta.

Texto

yasyāvatāra-karmāṇi
gāyanti hy asmad-ādayaḥ
na yaṁ vidanti tattvena
tasmai bhagavate namaḥ

Palabra por palabra

yasya — cuya; avatāra — encarnación; karmāṇi — actividades; gāyanti — cantar en calidad de glorificación; hi — en verdad; asmat-ādayah — personas como nosotros; na — no; yam — a quienes; vidanti — conocer; tattvena — cien por ciento tal como Él es; tasmai — a Él; bhagavate — a la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa; namaḥ — respetuosas reverencias.

Traducción

Ofrezcamos nuestras respetuosas reverencias a esa Suprema Personalidad de Dios, de cuyas encarnaciones y actividades cantamos nosotros a modo de glorificación, si bien a Él difícilmente se lo puede conocer tal como Él es.

Significado

Se dice que el nombre, la forma, la naturaleza, los pasatiempos, los enseres, la personalidad, etc., trascendentales, no pueden ser percibidos por los toscos sentidos materialistas. Pero cuando los sentidos se purifican mediante el proceso de oír, cantar y recordar, y mediante el proceso de adorar los pies de loto de la sagrada Deidad, etc., el Señor se revela en proporción al desarrollo de la calidad del servicio devocional (ye yathā māṁ prapadyante). Uno no debe esperar que el Señor sea un mandadero que debe presentarse ante nosotros tan pronto como deseamos verlo. Debemos estar dispuestos a someternos a los deberes devocionales prescritos, siguiendo el sendero señalado por los predecesores que se encuentran en la sucesión discipular que proviene de Brahmā, Nārada y autoridades similares a ellas. A medida que los sentidos se van purificando progresivamente mediante el servicio devocional genuino, el Señor va revelando Su identidad de acuerdo con el avance espiritual del devoto. Pero aquel que no se encuentra en la línea del servicio devocional, difícilmente puede percibirlo a Él tan solo mediante cálculos y especulaciones filosóficas. Ese arduo trabajador puede presentar un malabarismo de palabras ante un público, pero nunca puede conocer a la Suprema Personalidad de Dios en Su aspecto personal. El Señor ha afirmado claramente en el Bhagavad-gītā, que uno puede conocerlo a Él solo mediante el servicio devocional. Nadie puede conocer al Señor mediante ningún engreído proceso material de desafío, mas el humilde devoto puede complacer al Señor mediante sus sinceras actividades devocionales. De modo que, el Señor se revela ante el devoto proporcionalmente. El Señor Brahmā ofrece, pues, sus respetuosas reverencias como maestro espiritual fidedigno, y nos aconseja que sigamos el proceso de śravaṇa y kīrtana. Simplemente mediante ese proceso, o por el simple hecho de oír y cantar las glorias de las actividades de la encarnación del Señor, uno puede indudablemente ver dentro de sí la identidad del Señor. Ya hemos discutido ese tema en el volumen uno del Śrīmad-Bhāgavatam, en relación con el siguiente verso:

tac chraddadhānā munayo
jñāna-vairāgya-yuktayā
paśyanty ātmani cātmānaṁ
bhaktyā śruta-gṛhītayā

(Bhāg. 1.2.12)

Se concluye, entonces, que uno no puede conocer a plenitud a la Suprema Personalidad de Dios mediante ningún método, pero que Él puede ser visto y sentido parcialmente mediante el proceso del servicio devocional, que consiste en oír, cantar, etc.

Texto

sa eṣa ādyaḥ puruṣaḥ
kalpe kalpe sṛjaty ajaḥ
ātmātmany ātmanātmānaṁ
sa saṁyacchati pāti ca

Palabra por palabra

sah — Él; eṣaḥ — el muy; ādyaḥ — la Personalidad de Dios original; puruṣaḥ — la encarnación Mahā-Viṣṇu, una porción plenaria de Govinda, el Señor Kṛṣṇa; kalpe kalpe — en todos y cada uno de los milenios; sṛjati — crea; ajaḥ — el innaciente; ātmā — el yo; ātmani — en el yo; ātmanā — mediante Su propio yo; ātmānam — propio yo; saḥ — Él; saṁyacchati — absorbe; pāti — mantiene; ca — también.

Traducción

Esa suprema y original Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, expandiendo Su porción plenaria como Mahā-Viṣṇu, la primera encarnación, crea este cosmos manifiesto, pero Él es innaciente. Sin embargo, la creación ocurre en Él, y la sustancia y las manifestaciones materiales son todas Él Mismo. Él las mantiene por algún tiempo y las absorbe de nuevo dentro de Sí.

Significado

La creación no es diferente del Señor, y aún así Él no se encuentra en la creación. Eso explica el Bhagavad-gītā (9.4) de la siguiente manera:

mayā tatam idaṁ sarvaṁ
jagad avyakta-mūrtinā
mat-sthāni sarva-bhūtāni
na cāhaṁ teṣv avasthitaḥ

La concepción impersonal de la Verdad Absoluta es también una forma del Señor denominada avyakta-mūrti. Mūrti significa «forma», pero debido a que Su aspecto impersonal le resulta inexplicable a nuestros sentidos limitados, Él es la forma avyakta-mūrti, y en esa inexplicable forma del Señor reposa toda la creación; o, en otras palabras, toda la creación es el propio Señor, y, además, la creación no es diferente de Él; pero simultáneamente, Él, como la original personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, se encuentra apartado de la manifestación creada. El impersonalista le da mayor importancia a la forma o aspecto impersonal del Señor, y no cree en la personalidad original de Este; pero los vaiṣnavas aceptan la forma original del Señor, de cuyos aspectos la forma impersonal es solo uno. Las concepciones personal e impersonal del Señor existen simultáneamente, y ese hecho se enuncia de modo claro tanto en el Bhagavad-gītā como en el Śrīmad-Bhāgavatam, y también en otras Escrituras védicas. La idea, inconcebible para la inteligencia humana, simplemente ha de ser aceptada sobre la base de la autoridad de la Escrituras, y se puede llegar a comprender en la práctica solo mediante el progreso del servicio devocional que se le preste al Señor, y nunca mediante la especulación mental o la lógica inductiva. Los impersonalistas dependen más o menos de la lógica inductiva, y, por lo tanto, permanecen siempre en la oscuridad en cuanto a la Personalidad de Dios original, Śrī Kṛṣṇa. Su concepto de Kṛṣṇa no es claro, si bien todo se menciona claramente en todas las Escrituras védicas. Un escaso acopio de conocimiento no puede comprender la existencia de una forma personal y original del Señor, cuando Él se expande en todo. Esa imperfección se debe, más o menos, a la concepción material de que, una sustancia que se encuentre dividida en muchas partes y muy distribuida, no puede existir ya más en la forma original.

La original Personalidad de Dios (ādyaḥ), Govinda, se expande en la forma de la encarnación de Mahā-Viṣṇu, y yace en el océano Causal, el cual Él Mismo crea. La Brahma-saṁhitā confirma eso de la siguiente manera:

yaḥ kāraṇārṇava-jale bhajati sma yoga-
nidrām ananta-jagad-aṇḍa-saroma-kūpaḥ
ādhāra-śaktim avalambya parāṁ sva-mūrtiṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

El Señor Brahmājī dice en su Brahma-saṁhitā: «Yo adoro al primordial Señor Govinda, que se acuesta en el océano Causal en su porción plenaria de Mahā-Viṣṇu, de cuyos poros capilares, situados en Su cuerpo trascendental, se generan todos los universos, y quien adopta el sueño místico de la eternidad».

Así que ese Mahā-Viṣṇu es la primera encarnación de la creación, y de Él se generan todos los universos y se producen todas las manifestaciones materiales, una tras otra. El Señor crea el océano Causal en la forma del mahat-tattva, como una nube del cielo espiritual, y dicho océano es tan solo una parte de Sus diferentes manifestaciones. El cielo espiritual es una expansión de Sus rayos personales, y Él es también la nube mahat-tattva. Él se acuesta y genera los universos mediante Su respiración, y, además, entrando en cada universo como Garbhodakaśāyī Viṣṇu, crea a Brahmā, Śiva y a muchos otros semidioses para la manutención del universo, y de nuevo absorbe en Su persona todo por completo, como se confirma en el Bhagavad-gītā (9.7):

sarva-bhūtāni kaunteya
prakṛtiṁ yānti māmikām
kalpa-kṣaye punas tāni
kalpādau visṛjāmy aham

«Oh, hijo de Kuntī!, cuando el kalpa, o la duración de la vida de Brahmā, se termina, entonces todas las manifestaciones creadas entran en Mi prakṛti, o energía; y de nuevo, cuando Yo lo deseo, la misma creación ocurre mediante Mi energía personal».

Se concluye, entonces, que todos esos no son más que despliegues de las inconcebibles energías personales del Señor, de las cuales nadie puede tener plena información. Ese punto ya lo hemos discutido.

Texto

viśuddhaṁ kevalaṁ jñānaṁ
pratyak samyag avasthitam
satyaṁ pūrṇam anādy-antaṁ
nirguṇaṁ nityam advayam
ṛṣe vidanti munayaḥ
praśāntātmendriyāśayāḥ
yadā tad evāsat-tarkais
tirodhīyeta viplutam

Palabra por palabra

vīśuddham — sin ningún tinte material; kevalam — puro y perfecto; jñānam — conocimiento; pratyak — omnipresente; samyak — a plenitud; avasthitam — situado; satyam — verdad; pūrṇam — absoluta; anādi — sin comienzo alguno; antam — y así también sin ningún final; nirguṇam — libre de modalidades materiales; nityam — eterno; advayam — sin rival alguno; se — ¡Oh, Nārada!, ¡oh, gran sabio!; vidanti — ellos solo pueden entender; munayaḥ — los grandes pensadores; paraśānta — apaciguados; ātma — el yo; indriya — los sentidos; āśayāḥ — refugiados; yadā — mientras; tat — eso; eva — ciertamente; asat — insostenible; tarkaiḥ — argumentos; tiraḥdhīyeta — desaparece; viplutam — desvirtuado.

Traducción

La Personalidad de Dios es puro, pues se encuentra libre de toda contaminación que provenga de tintes materiales. Él es la Verdad Absoluta, el poseedor y el símbolo del conocimiento pleno y perfecto. Él es omnipresente, no tiene principio ni fin, y no tiene rival. ¡Oh, Nārada!, ¡oh, gran sabio!, los grandes pensadores pueden conocerlo a Él cuando se encuentran libres por completo de todo anhelo material y cuando se refugian en imperturbables condiciones de los sentidos. De lo contrario, mediante argumentos insostenibles, todo se desvirtúa, y el Señor desaparece de ante nuestra vista.

Significado

He aquí un juicio acerca del Señor, aparte de Sus actividades trascendentales en las creaciones materiales y temporales. La filosofía māyāvāda trata de darle al Señor la designación de «contaminado por un cuerpo material», cuando Él acepta formas de encarnación. Esa clase de interpolación se encuentra aquí negada por completo, mediante la explicación de que la posición del Señor es pura e inmaculada en todas las circunstancias. De acuerdo con la filosofía māyāvāda, cuando el alma espiritual se encuentra cubierta por la nesciencia, se designa como jīva, pero cuando se libera de esa ignorancia o nesciencia, se funde en la existencia impersonal de la Verdad Absoluta. Mas aquí se dice que El Señor es eternamente el símbolo del conocimiento pleno y perfecto. Esa es Su especialidad: el encontrarse libre de toda contaminación material, perpetuamente. Eso distingue al Señor de las entidades vivientes comunes e individuales que tienen la propensión de quedar subordinadas por la nesciencia, volviéndose así seres con designaciones materiales. En los Vedas se dice que el Señor es vijñānam ānandam, que se encuentra colmado de bienaventuranza y conocimiento. Las almas condicionadas nunca han de ser equiparadas con Él, debido a que esas almas individuales tienen la tendencia a contaminarse. Si bien la entidad viviente, después de la liberación, puede volverse uno con el Señor, adquiriendo una existencia de la misma naturaleza que Él, su propia tendencia a contaminarse, que el Señor nunca posee, hace que la entidad viviente individual sea diferente del Señor.

En los Vedas se dice: śuddham apāpa-viddham, el ātmā individual se contamina con el pecado, pero el Señor nunca se contamina con los pecados. El Señor es como el poderoso sol. El sol nunca se contamina con ninguna cosa infecciosa, debido a que es muy poderoso. Por el contrario, los rayos del sol esterilizan las cosas infectadas. En forma similar, el Señor nunca se contamina con los pecados. Por el contrario, el contacto con el Señor esteriliza a las pecadoras entidades vivientes. Esto significa que el Señor es también omnipresente como el Sol, y por ello se usa en este verso la palabra pratyak. No hay nada que se encuentre excluido de la existencia de las expansiones potenciales del Señor. El Señor se encuentra dentro de todo, y Él además lo abarca todo, sin ser perturbado por las actividades de las almas individuales. Por lo tanto, Él es infinito, y las entidades vivientes son infinitesimales. En los Vedas se dice que únicamente existe el Señor, y las existencias de todo lo demás dependen de Él. Él es la fuente generadora de la capacidad existencial de todos; Él es la Verdad Suprema de todas las demás clases de verdades. Él es la fuente de la opulencia de todos, y, por consiguiente, nadie puede ser igual a Él en opulencia. Puesto que Él se encuentra lleno de toda opulencia, es decir, riqueza, fama, fuerza, belleza, conocimiento y renunciación, Él es indudablemente la Persona Suprema. Y debido a que Él es una persona, Él tiene muchas cualidades personales, si bien es trascendental a las modalidades materiales. Ya hemos discutido la declaración itthaṁ-bhūta-guṇo hariḥ (Bhāg. 1.7.10). Sus cualidades trascendentales son tan atractivas, que incluso las almas liberadas (ātmārāmas) se ven también atraídas por ellas. Si bien Él posee todas las cualidades personales, no obstante es omnipotente. De manera que, Él no tiene obligación de hacer nada en persona, pues todo está siendo ejecutado por Sus energías omnipotentes. Eso lo confirman los mantras védicos: parāsya śaktir vividhaiva śruyate svābhāvikī jñāna-bala-kriyā ca. Esto insinúa Su específica forma espiritual, que nunca puede ser percibida por los sentidos materiales. Él solo puede ser visto cuando los sentidos se encuentran purificados por el servicio devocional (yam evaiṣa vṛṇute tena labhyaḥ). Por ello, en muchísimos sentidos, existen diferencias básicas entre el Señor y las entidades vivientes. Nadie puede asemejarse al Señor, como lo declaran los Vedas (ekam evādvitīyaṁ brahma, dvaitād vai bhayaṁ bhavati). El Señor no tiene competidor, y Él no tiene nada que temer de ningún otro ser, ni puede nadie ser igual a Él. Si bien Él es la raíz de todos los demás seres, existen diferencias básicas entre Él y los demás seres. De no ser así, no habría habido necesidad de la declaración del verso anterior, según la cual nadie puede conocerlo a Él en un cien por ciento, tal como Él es (na yaṁ vidanti tattvena). También en este verso se explica que nadie puede entenderlo a Él plenamente, y la cualidad necesaria para entenderlo hasta cierto punto se menciona aquí. Solo los praśāntas, o los inmaculados devotos del Señor, pueden conocerlo a Él en una mayor medida. La razón de ello es, que los devotos no tienen más exigencia en sus vidas que las de ser obedientes sirvientes del Señor, mientras que todas las demás personas, es decir, los filósofos empíricos, los místicos y los trabajadores fruitivos, tienen todos básicamente alguna exigencia, y por ello no pueden apaciguarse. El trabajador fruitivo quiere una recompensa por su trabajo, el místico quiere alguna perfección de la vida, y el filósofo empírico quiere fundirse en la existencia del Señor. De una forma u otra, mientras exista una exigencia de la satisfacción de los sentidos, no hay posibilidad de apaciguamiento: por el contrario, mediante los áridos e innecesarios argumentos especulativos, todo el asunto se desvirtúa, y así pues, el Señor se desplaza aún más lejos de nuestro entendimiento. Sin embargo los áridos especuladores, debido a que siguen los principios de austeridad y penitencia, pueden tener conocimiento de los aspectos impersonales del Señor en cierta medida, pero no hay ninguna posibilidad de que ellos entiendan Su forma máxima de Govinda, debido a que solo los amalātmās, o las personas exentas por completo de pecado, pueden aceptar el servicio devocional puro que se le presta al Señor, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (7.28):

yeṣāṁ tv anta-gataṁ pāpaṁ
janānāṁ puṇya-karmaṇām
te dvandva-moha-nirmuktā
bhajante māṁ dṛḍha-vratāḥ

Texto

ādyo ’vatāraḥ puruṣaḥ parasya
kālaḥ svabhāvaḥ sad-asan-manaś ca
dravyaṁ vikāro guṇa indriyāṇi
virāṭ svarāṭ sthāsnu cariṣṇu bhūmnaḥ

Palabra por palabra

ādyaḥ — primera; avatāraḥ — encarnación; puruṣaḥ — Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu; parasya — del Señor; kālaḥ — tiempo; svabhāvaḥ — espacio; sat — resultado; asat — causa; manaḥ — mente; ca — también; dravyam — elementos; vikāraḥ — ego material; guṇaḥ — modalidades de la naturaleza; indriyāṇi — sentidos; virāṭ — todo el cuerpo completo; svarāṭ — Garbhodakaśāyī Viṣṇu; sthāsnu — inmóviles; cariṣṇu — móviles; bhūmnaḥ — del Señor Supremo.

Traducción

Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu es la primera encarnación del Señor Supremo, y Él es el amo del tiempo eterno, del espacio, de la causa y los efectos, de la mente, de los elementos, del ego material, de las modalidades de la naturaleza, de los sentidos, de la forma universal del Señor, de Garbhodakaśāyī Viṣṇu y del conjunto total de todos los seres vivientes, tanto móviles como inmóviles.

Significado

Que la creación material no es permanente, se ha discutido aquí con anterioridad en muchas ocasiones. La creación material no es más que una exhibición temporal de la energía material del Todopoderoso Dios. Esta manifestación material es necesaria para darles una oportunidad a las almas condicionadas que no desean asociarse con el Señor con la relación de amoroso servicio trascendental, de que lo hagan. A esas renuentes almas condicionadas no se les permite entrar en la liberada vida de la existencia espiritual, debido a que, en el fondo, no están dispuestas a servir. En vez de ello, desean disfrutar como Dioses de imitación. Las entidades vivientes son, por constitución, servidoras eternas del Señor, pero algunas de ellas, debido al mal uso de su independencia, no desean servir; por lo tanto, a ellas se les permite disfrutar de la naturaleza material, que se denomina māyā, o ilusión. Debido a que los seres vivientes que se encuentran bajo las garras de māyā no son de hecho disfrutadores, si bien creen que lo son por encontrarse engañados por māyā, esta recibe el nombre de «ilusión». Esas engañadas entidades vivientes reciben una oportunidad, en ciertos intervalos de tiempo, de corregir su pervertida mentalidad de querer volverse falsos amos de la naturaleza material, y los Vedas les imparten lecciones acerca de su relación eterna con el Supremo Señor Kṛṣṇa (vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ). Así que la creación temporal de la manifestación material es una exhibición de la energía material del Señor, y para dirigir toda la escena, el Señor Supremo se encarna como Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu, tal como un magistrado es nombrado por el gobierno para dirigir algunos asuntos temporalmente. Kāraṇodakaśāyī Viṣṇu causa la manifestación de la creación material, mediante una mirada que lanza sobre Su energía material (sa aikṣata). En el primer volumen de este libro ya discutimos hasta cierto punto la explicación del verso jagṛhe pauruṣam rūpam. La duración del movimiento ilusorio de la creación material se denomina un kalpa, y ya hemos discutido cómo la creación ocurre kalpa tras kalpa. Mediante Su encarnación y Sus actividades potenciales se manifiestan todos los ingredientes de la creación, a saber, el tiempo, el espacio, la causa, el resultado, la mente, los elementos toscos y sutiles y sus interactivas modalidades de la naturaleza —bondad, pasión e ignorancia—, y luego los sentidos y su depósito de origen, la gigantesca forma universal que proviene de la segunda encarnación, Garbhodakaśāyī Viṣṇu, y todos los seres vivientes, tanto móviles como quietos, que provienen de la segunda encarnación. En fin de cuentas, todos esos elementos creativos y la propia creación no son más que manifestaciones potenciales del Señor Supremo; nada es independiente del control del Ser Supremo. La primera encarnación que aparece dentro de la creación material, es decir Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu, es la parte plenaria de la Personalidad de Dios original, Śrī Kṛṣṇa, que se describe en la Brahma-saṁhitā de la siguiente manera:

yasyaika-niśvasita-kālam athāvalambya
jīvanti loma-vilajā jagad-aṇḍa-nāthāḥ
viṣṇur mahān sa iha yasya kalā-viśeṣo
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

Todos los innumerables universos son mantenidos solo durante el periodo respiratorio de Mahā-Viṣṇu, o Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu, quien es tan solo una parte plenaria de Govinda, la Personalidad de Dios original, el Señor Kṛṣṇa.

Texto

ahaṁ bhavo yajña ime prajeśā
dakṣādayo ye bhavad-ādayaś ca
svarloka-pālāḥ khagaloka-pālā
nṛloka-pālās talaloka-pālāḥ
gandharva-vidyādhara-cāraṇeśā
ye yakṣa-rakṣoraga-nāga-nāthāḥ
ye vā ṛṣīṇām ṛṣabhāḥ pitṝṇāṁ
daityendra-siddheśvara-dānavendrāḥ
anye ca ye preta-piśāca-bhūta-
kūṣmāṇḍa-yādo-mṛga-pakṣy-adhīśāḥ
yat kiñca loke bhagavan mahasvad
ojaḥ-sahasvad balavat kṣamāvat
śrī-hrī-vibhūty-ātmavad adbhutārṇaṁ
tattvaṁ paraṁ rūpavad asva-rūpam

Palabra por palabra

aham — yo mismo (Brahmājī); bhavaḥ — el Señor Śiva; yajñaḥ — el Señor Viṣṇu; ime — todos estos; prajā-īśāḥ — el padre de los seres vivientes; daṣka-ādayaḥ — Dakṣa, Marīci, Manu, etc.; ye — esos; bhavat — tú mismo; ādayaḥ ca — y los solteros (Sanat-kumāra y sus hermanos); svarloka-pālāḥ — los líderes de los planetas celestiales; khagaloka-pālāḥ — los líderes de los viajeros siderales; nṛloka-pālāḥ — los líderes de la humanidad; talaloka-pālāḥ — los líderes de los planetas inferiores; gandharva — los residentes de Gandharvaloka; vidyādhara — los residentes del planeta Vidyādhara; cāraṇa-īśāḥ — los líderes de los cāraṇas; ye — otros; yakṣa — los yakṣas; rakṣa — demonios; uraga — serpientes; nāga-nāthāḥ — los líderes de Nāgaloka (debajo de la Tierra); ye — otros; — también; ṛṣīṇām — de los sabios; ṛṣabhāḥ — los principales; pitṛṇām — de los antepasados; daitya-indra — líderes de los ateos; siddha-īśvara — líderes de los planetas Siddhalokas (viajeros siderales); dānava-indrāḥ — líderes de los no arios; anye — además de ellos; ca — también; ye — esos; preta — muertos; pīśāca — espíritus malignos; bhūta — genios; kūṣmāṇda — un tipo especial de espíritu maligno; yādaḥ — seres acuáticos; mṛga — animales; pakṣi-adhīśāḥ — águilas gigantes; yat — cualquier cosa; kim ca — y todas las cosas; loke — en el mundo; bhagavat — que se posee bhaga o poder extraordinario; mahasvat — de un grado especial; ojaḥ-sahasvat — destreza sensual y mental específica; balavat — que posee fuerza; kṣamāvat — que posee indulgencia; śrī — belleza; hrī — avergonzado de los actos impíos; vibhūti — riquezas; ātmavat — que posee inteligencia; adbhuta — maravilloso; arṇam — raza; tattvam — verdad específica; param — trascendental; rūpavat — como si fuera la forma de; asva-rūpam — no la forma del Señor.

Traducción

Yo mismo [Brahmā], el Señor Śiva, el Señor Viṣṇu, grandes engendradores de seres vivientes, tales como Dakṣa y Prajāpati, ustedes mismos [Nārada y los Kumāras], semidioses celestiales tales como Indra y Candra, los líderes de los planetas Bhūrloka, los líderes de los planetas terrenales, los líderes de los planetas inferiores, los líderes de los planetas Gandharva, los líderes de los planetas Vidyādhara, los líderes de los planetas Cāraṇaloka, los líderes de los yakṣas, rakṣas y uragas, los grandes sabios, los grandes demonios, los grandes ateos y viajeros siderales, así como los muertos, los espíritus malignos, los satanes, genios, kūṣmāṇḍas, los grandes seres acuáticos, las grandes bestias y los grandes pájaros, etc. —en otras palabras, absolutamente todo aquello que posea, en un grado excepcional, poder, opulencia, destreza mental y perceptiva, fuerza, indulgencia, belleza, modestia, opulencia y buen linaje, con forma o sin ella—, puede que parezca ser la verdad específica y la forma del Señor, pero de hecho no lo es. Ello es tan solo un fragmento de la potencia trascendental del Señor.

Significado

Aquellos que se encuentran en la lista que aquí se da, comenzando con el nombre de Brahmājī, la primera criatura viviente dentro del universo, y descendiendo hasta el Señor Śiva, el Señor Viṣṇu, Nārada y otros poderosos semidioses, hombres, superhombres, sabios, ṛṣis, y otras criaturas inferiores de extraordinaria fuerza y opulencia, entre ellos los muertos, los satanes, los espíritus malignos, los genios, los seres acuáticos, las aves y las bestias, puede que parezcan ser el Señor Supremo, pero de hecho ninguno de ellos lo es; cada uno de ellos posee tan solo un fragmento de las grandes potencias del Señor Supremo. El hombre poco inteligente se sorprende al ver las acciones maravillosas de los fenómenos materiales, al igual que los aborígenes sienten temor de un gran relámpago, de un árbol baniano grande y gigantesco o de una montaña grande y elevada que se encuentre en la jungla. Para esos seres humanos subdesarrollados, tan solo el más ligero despliegue de la potencia del Señor es cautivador. Una persona aún más avanzada queda cautivada por los poderes de los semidioses y diosas. Por lo tanto, a aquellos que simplemente se asombran de los poderes de cualquier cosa que se encuentre en la creación del Señor, y que carecen de información verdadera acerca del propio Señor, se les conoce como śaktas, o adoradores de los grandes poderes. El científico moderno también está cautivado por las maravillosas acciones y reacciones de los fenómenos naturales, y, en consecuencia, también es un śakta. Esas personas de bajo grado se elevan gradualmente hasta volverse surīyas (adoradores del dios del sol), o gāṇapatyas (adoradores de las masas tales como janatā-janārdana o daridra-nārāyaṇa, etc., en la forma de Gaṇapati), y luego se elevan al plano de adorar al Señor Śiva en busca del alma sempiterna, llegando luego a la etapa de adorar al Señor Viṣṇu, la Superalma, etc., sin información alguna acerca de Govinda, el Señor Kṛṣṇa, quien es el Señor Viṣṇu original. Por otra parte, algunos son adoradores de la raza, la nacionalidad, las aves, las bestias, los espíritus malignos, los satanes, etc. La adoración común que se hace de Śanideva, el señor de la condición de infortunio, y Sītalādevī, la diosa de la viruela, es también frecuente entre las masas, y existen muchos hombres tontos que adoran a las masas o a la clase de los hombres pobres. Así que diferentes personas, sociedades y comunidades, etc., adoran a algunas de las potentes manifestaciones del Señor, considerando equivocadamente que el objeto poderoso es Dios. Pero en este verso, Brahmājī advierte que ninguna de ellas es el Señor Supremo; ellas exhiben tan solo «un plumaje prestado» del original y Todopoderoso Señor Śrī Kṛṣṇa. Cuando el Señor aconseja en el Bhagavad-gītā que se lo adore solo a Él, ha de entenderse que el adorar al Señor Kṛṣṇa incluye la adoración de todo lo que se mencionó, debido a que Él, el Señor Kṛṣṇa, los abarca a todos.

Cuando en las Escrituras védicas se dice que el Señor no tiene forma, ha de entenderse que todas esas formas que se mencionaron anteriormente, que se encuentran dentro de la experiencia del conocimiento universal, son tan solo diferentes exhibiciones de las trascendentales potencias del Señor, y ninguna de ellas representa de hecho la forma trascendental del Señor. Pero cuando el Señor verdaderamente desciende a la Tierra o a cualquier parte del universo, la clase de los hombres poco inteligentes también considera equivocadamente que Él es uno de ellos, y, así pues, ellos imaginan que la Trascendencia no tiene forma o es impersonal. De hecho, el Señor no carece de forma, ni tampoco pertenece a ninguna de las múltiples formas que se experimentan dentro de las formas universales. Uno debe tratar de conocer la verdad acerca del Señor, siguiendo la instrucción de Brahmājī.

Texto

prādhānyato yān ṛṣa āmananti
līlāvatārān puruṣasya bhūmnaḥ
āpīyatāṁ karṇa-kaṣāya-śoṣān
anukramiṣye ta imān supeśān

Palabra por palabra

prādhānyataḥ — principalmente; yān — todos esos; ṛṣe — ¡oh, Nārada!; āmananti — adoración; līlā — pasatiempos; avatārān — encarnaciones; puruṣasya — de la Personalidad de Dios; bhūmnaḥ — el Supremo; āpīyatām — con objeto de ser saboreados por ti; karṇa — oídos; kaṣāya — materia impura; śoṣān — aquello que se evapora; anukramiṣye — he de describir, una tras otra; te — ellas; imān — tal como se encuentran en mi corazón; su-peśān — todas placenteras la oído.

Traducción

¡Oh, Nārada!, ahora he de describir, una tras otra, las encarnaciones trascendentales del Señor conocidas como līlā-avatāras. El oír hablar de sus actividades contrarresta toda la materia impura que se ha acumulado en el oído. Esos pasatiempos son agradables al oído y han de ser saboreados. Por lo tanto, se encuentran en mi corazón.

Significado

Tal como se dijo al comienzo del Śrīmad-Bhāgavatam (1.5.8), uno no puede sentirse completamente satisfecho con oír, a menos que —y solo hasta que—reciba una oportunidad de oír hablar de las actividades trascendentales del Señor. Así que en este verso, Brahmājī también está tratando de hacer hincapié en la importancia de la narración de los pasatiempos trascendentales del Señor, tal como Él viene y se manifiesta aquí, en la superficie de los planetas materiales. Toda entidad viviente tiene una tendencia a oír mensajes placenteros, y por ello, casi todos nosotros nos sentimos inclinados a oír noticias y conversaciones que transmiten las estaciones de radio. Pero la dificultad que se presenta es que ninguno de nosotros queda satisfecho de todo corazón al oír todos esos mensajes. La causa de esa insatisfacción es la incompatibilidad entre el mensaje y el estrato más interno del alma viviente. Esa literatura trascendental está especialmente preparada por Śrīla Vyāsadeva, para proporcionarle la máxima satisfacción a la gente en general mediante la narración de las actividades del Señor, tal como se lo instruyó Śrī Nārada Muni a Śrīla Vyāsadeva. Esas actividades del Señor son, principalmente, de dos clases. Una de ellas trata de la manifestación mundana de la fuerza creativa material, y la otra trata de Sus pasatiempos en la forma de diferentes encarnaciones, en términos del tiempo y el lugar. Existen innumerables encarnaciones del Señor, tal como las olas del río que fluyen constantemente hacia dentro y hacia fuera. Las personas poco inteligentes se interesan más en las fuerzas creativas del Señor que se encuentran en el mundo material, y, como se encuentran desconectadas de su relación con el Señor, exponen muchas teorías de la creación en el nombre de la investigación científica. Sin embargo, los devotos del Señor saben bien cómo las fuerzas creativas actúan concurrentemente por la acción y la reacción de la energía material del Señor. Por lo tanto, ellos se interesan más en las actividades trascendentales del Señor tal como Él se encarna en la superficie del mundo material. El Śrīmad-Bhāgavatam es la historia de esas actividades del Señor, y las personas que se interesan en oír el Śrīmad-Bhāgavatam, limpian sus corazones de la suciedad mundana que se ha acumulado en ellos. Existen mil y una escrituras de mal gusto en el mercado, pero aquel que se ha interesado en el Śrīmad-Bhāgavatam pierde todo interés en esas escrituras asquerosas. Así pues, Śrī Brahmājī intenta presentar narraciones acerca de las principales encarnaciones del Señor, de manera que puedan ser bebidas por Nārada como un néctar trascendental.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo sexto del Canto Segundo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «Puruṣa-sūkta corroborado».