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Capítulo 5

La causa de todas las causas

Texto

nārada uvāca
deva-deva namas te ’stu
bhūta-bhāvana pūrvaja
tad vijānīhi yaj jñānam
ātma-tattva-nidarśanam

Palabra por palabra

nāradaḥ uvāca — Śrī Nārada dijo; deva — de todos los semidioses; deva — el semidiós; namaḥ — reverencias; te — a ti como; astu — eres; bhūta-bhāvana — el engendrador de todo ser viviente; pūrva-ja — el primogénito; tad vijānīhi — por favor, explica ese conocimiento; yat jñānam — conocimiento que; ātma-tattva — trascendental; nidarśanam — dirige específicamente.

Traducción

Śrī Nārada Muni le dijo a Brahmājī: ¡Oh, tú, el principal entre los semidioses!, ¡oh, entidad viviente primogénita!, permíteme ofrecerte mis respetuosas reverencias. Por favor, háblame de ese conocimiento trascendental que específicamente lo dirige a uno hacia la verdad del alma individual y la Superalma.

Significado

La perfección del sistema paramparā, o sendero de la sucesión discipular, se encuentra aquí confirmada de nuevo. En el capítulo anterior, se estableció que Brahmājī, la entidad viviente primogénita, recibió conocimiento directamente del Señor Supremo, y el mismo conocimiento le fue impartido a Nārada, el siguiente discípulo. Nārada pidió recibir el conocimiento, y Brahmājī lo impartió al pedírsele que lo hiciera. Por lo tanto, la sucesión discipular tiene por naturaleza pedir conocimiento trascendental a la persona correcta, y recibirlo correctamente. Ese proceso se recomienda en el Bhagavad-gītā (4.2). El estudiante inquisitivo debe acercarse a un maestro espiritual capacitado, para así recibir conocimiento trascendental mediante su entrega, mediante preguntas hechas en forma sumisa y mediante el servicio. El conocimiento que se recibe mediante el servicio y las preguntas sumisas, es más eficaz que el conocimiento que se recibe a cambio de dinero. Un maestro espiritual que se encuentra en la línea de sucesión discipular que proviene de Brahmā y Nārada, no pide billetes y centavos. Un estudiante fidedigno tiene que complacerlo mediante el servicio sincero, para así obtener conocimiento acerca de la relación y naturaleza del alma individual y la Superalma.

Texto

yad rūpaṁ yad adhiṣṭhānaṁ
yataḥ sṛṣṭam idaṁ prabho
yat saṁsthaṁ yat paraṁ yac ca
tat tattvaṁ vada tattvataḥ

Palabra por palabra

yat — cuáles; rūpaṁ — las características de la manifestación; yat — cuál; adhiṣṭhānam — trasfondo; yataḥ — de dónde; sṛṣṭam — creado; idam — este mundo; prabho — ¡oh, padre mío!; ṇyat — en cuál; saṁstham — conservado; yat — qué; param — bajo el control; yat — qué son; ca — y; tat tat — todos estos; tvam — tú; vada — por favor, describe; tattvataḥ — verdaderamente.

Traducción

Mi querido padre, por favor describe concretamente las características de este mundo manifiesto. ¿Cuál es su trasfondo?, ¿cómo se crea?, ¿cómo se conserva?, y ¿bajo el control de quién se lleva a cabo todo ello?

Significado

Las preguntas de Nārada Muni en lo que se refiere a la causa y el efecto verdaderos, parecen muy razonables. Sin embargo, los ateos exponen muchas teorías hechas por sí mismos, que carecen de todo vestigio de causa y efecto. El mundo manifiesto, así como el alma espiritual, aún no ha sido explicado por los herejes ateos mediante el conocimiento experimental, si bien han expuesto muchas teorías creadas por sus fértiles cerebros. Sin embargo, en oposición a esas teorías de la creación, productos de la especulación mental, Nārada Muni quería conocer en verdad todos los hechos de la creación, y no mediante teorías.

El conocimiento trascendental referente al alma y la Superalma, incluye el conocimiento del mundo fenomenal y la base de su creación. En el mundo fenomenal, cualquier hombre inteligente observa de hecho tres cosas: los seres vivientes, el mundo manifiesto y el control último de todo ello. El hombre inteligente puede ver que ni la entidad viviente ni el mundo fenomenal son creaciones de la casualidad. La simetría de la creación y de sus acciones y reacciones regulativas, sugieren la existencia, en su trasfondo, del plan de un cerebro inteligente, y, mediante preguntas genuinas, uno puede llegar a conocer cuál es la causa última, con la ayuda de alguien que de hecho las conoce.

Texto

sarvaṁ hy etad bhavān veda
bhūta-bhavya-bhavat-prabhuḥ
karāmalaka-vad viśvaṁ
vijñānāvasitaṁ tava

Palabra por palabra

sarvam — absolutamente todo; hi — ciertamente; etat — esto; bhavān — tu buena persona; veda — conoces; bhūta — todo lo que se crea o nace; bhavya — todo lo que se creará o nacerá; bhavat — todo lo que se está creando; prabhuḥ — tú, el amo de todo; kara-āmalaka-vat — tal como una nuez que se encuentre en tu puño; viśvam — el universo; vijñāna-avasitam — científicamente, en tu conocimiento; tava — tu.

Traducción

Mi querido padre, tú conoces todo eso científicamente, pues tú abarcas todo lo que se creó en el pasado, todo lo que se creará en el futuro, y todo lo que se está creando en el presente, así como todo lo que se encuentra en el universo, tal como si fuera una nuez que se encontrara en tu puño.

Significado

Brahmā es el creador directo del universo manifiesto y de todo lo que se encuentra dentro del universo. Por lo tanto, él sabe lo que ocurrió en el pasado, lo que ocurrirá en el futuro y lo que ocurre en el presente. Tres cosas principales, a saber, el ser viviente, el mundo fenomenal y el controlador, se encuentran todas continuamente activas —en el pasado, en el presente y en el futuro—, y se supone que el director inmediato de todo ello, ha de conocer todo lo referente a esas acciones y reacciones, así como uno conoce todo lo referente a una nuez que se tiene en la palma de la mano. Se supone que el fabricante inmediato de una determinada cosa ha de conocer cómo aprendió el arte de la fabricación, de dónde obtuvo los ingredientes para llevarla a cabo, y cómo la estableció, y cómo salen los productos del proceso de fabricación. Debido a que Brahmā es el ser viviente primogénito, se supone naturalmente que él ha de conocer todo lo referente a las funciones creativas.

Texto

yad-vijñāno yad-ādhāro
yat-paras tvaṁ yad-ātmakaḥ
ekaḥ sṛjasi bhūtāni
bhūtair evātma-māyayā

Palabra por palabra

yad vijñānaḥ — la fuente de conocimiento; yad-ādhāraḥ — bajo la protección de quién; yat-paraḥ — bajo la subordinación de quién; tvam — tú; yat-ātmakaḥ — con qué función; ekaḥ — solo; sṛjasi — tú estás creando; bhūtāni — las entidades vivientes; bhūtaiḥ — con la ayuda de los elementos materiales; eva — ciertamente; ātma — propia; māyayā — mediante la potencia.

Traducción

Mi querido padre, ¿cuál es la fuente de tu conocimiento?, ¿bajo la protección de quién te encuentras?, y ¿para quién trabajas?, ¿cuál es tu verdadera posición?, ¿acaso tú solo creas con los elementos materiales y mediante tu energía personal, a todas las entidades?

Significado

Śrī Nārada Muni sabía que el Señor Brahmā había conseguido energía creativa por someterse a severas austeridades. Por ello, el pudo entender que había alguien superior a Brahmājī que le había conferido a Brahmā el poder de crear, y él hizo, por consiguiente, todas las preguntas anteriores. Los descubrimientos de los logros científicos progresivos no son, por lo tanto, independientes. El científico tiene que obtener el conocimiento de una cosa que ya existe, mediante el maravilloso cerebro hecho por otra persona. Un científico puede trabajar con la ayuda de ese cerebro conferido, pero no es posible que el científico cree su propio cerebro o uno similar. Por lo tanto, nadie es independiente en lo referente a ninguna creación, ni tampoco es automática esa creación.

Texto

ātman bhāvayase tāni
na parābhāvayan svayam
ātma-śaktim avaṣṭabhya
ūrṇanābhir ivāklamaḥ

Palabra por palabra

ātman (ātmani) — por sí solo; bhāvayase — manifiesto; tāni — todos esos; na — no; parābhāvayan — siendo vencido; svayam — tú mismo; ātma-śaktim — poder autosuficiente; avaṣṭabya — siendo empleado; ūrṇanābhiḥ — una araña; iva — cómo; aklamaḥ — sin ayuda.

Traducción

Así como la araña crea muy fácilmente la red de su telaraña, y manifiesta su poder de crear sin ser vencida por nadie más, así también tú mismo, empleando tu energía autosuficiente, creas sin la ayuda de nadie más.

Significado

El Sol es el mejor ejemplo de autosuficiencia. El Sol no requiere que ningún otro cuerpo lo ilumine. Por el contrario, el Sol es quién ayuda a todos los demás agentes iluminadores, pues ningún otro agente iluminador queda resaltante en presencia del Sol. Nārada dijo que la posición de Brahmā se asemejaba a la autosuficiencia de la araña, que crea su propio campo de actividades sin la ayuda de nadie más, mediante el empleo de su propia y energética creación de saliva.

Texto

nāhaṁ veda paraṁ hy asmin
nāparaṁ na samaṁ vibho
nāma-rūpa-guṇair bhāvyaṁ
sad-asat kiñcid anyataḥ

Palabra por palabra

na — no; aham — yo; veda — conozco; param — superior; hi — por; asmin — en este mundo; na — tampoco; aparam — inferior; na — ni; samam — igual; vibho — ¡oh, grandioso!; nāma — nombre; rūpa — característica; guṇaiḥ — mediante las cualidades; bhāvyam — todo lo que es creado; sat — eterno; asat — temporal; kiñcit — o cualquier cosa así; anyataḥ — de cualquier otra fuente.

Traducción

Todo lo que entendemos mediante la nomenclatura, las características y los aspectos de una cosa en particular —superior, inferior o igual, eterna o temporal— no es creada de ninguna otra fuente que no sea la de tu señoría, ¡oh, tú, el muy grandioso!

Significado

El mundo manifiesto está lleno de diversas variedades de seres creados bajo 8 400 000 especies de vida, y algunos de ellos son superiores o inferiores a otros. En la sociedad humana se considera que el ser humano es el ser viviente superior, y entre los seres humanos también existen diversas variedades: buenos, malos, iguales, etc. Pero Nārada Muni dio por sentado que ninguno de ellos tiene ninguna otra fuente generadora aparte de su padre, Brahmājī. Por lo tanto, él quería saber todo lo referente a ellos de labios del Señor Brahmā.

Texto

sa bhavān acarad ghoraṁ
yat tapaḥ susamāhitaḥ
tena khedayase nas tvaṁ
parā-śaṅkāṁ ca yacchasi

Palabra por palabra

saḥ — él; bhavān — tu buena persona; acarat — emprendió; ghoram — severa; yat tapaḥ — meditación; su-samāhitaḥ — con disciplina perfecta; tena — por esa razón; khedayase — da dolor; naḥ — nosotros; tvam — tu buena persona; parā — la verdad última; śaṅkām — dudas; ca — y; yaccha si — dándonos una oportunidad.

Traducción

Sin embargo, nos sentimos movidos a pensar en la existencia de alguien más poderoso que tú, cuando consideramos tus grandes austeridades ejecutadas con perfecta disciplina, si bien tu buena persona es muy poderosa en lo referente a la creación.

Significado

Siguiendo los pasos de Śrī Nārada Muni, uno no debe considerar ciegamente que su maestro espiritual es el propio Dios. A un maestro espiritual se le respeta, como corresponde, igual que a Dios; pero un maestro espiritual que proclama ser el propio Dios debe ser rechazado de inmediato. Nārada Muni aceptó que Brahmā era el Supremo, debido a los maravillosos actos que el Señor Brahmā realizara en la creación; pero cuando él vio que el Señor Brahmā también adoraba a un superior, se despertaron dudas en él. El Supremo es supremo, y no tiene ningún superior digno de su adoración. El ahaṅgrahopāsitā, o aquel que se adora a sí mismo con la idea de volverse el propio Dios, engaña, pero el discípulo inteligente puede detectar de inmediato que el Dios Supremo no tiene que adorar a nadie, ni siquiera a Sí Mismo, para volverse Dios. Ahaṅgrahopāsanā puede que sea uno de los procesos para lograr la iluminación trascendental, pero el ahaṅgrahopāsitā nunca puede ser el propio Dios. Nadie se vuelve Dios por someterse a un proceso de iluminación trascendental. Nārada Muni pensó que Brahmājī era la Persona Suprema, pero cuando vio a Brahmājī dedicado a un proceso de iluminación trascendental, se despertaron dudas en él. Así que él quiso que se le informara claramente.

Texto

etan me pṛcchataḥ sarvaṁ
sarva-jña sakaleśvara
vijānīhi yathaivedam
ahaṁ budhye ’nuśāsitaḥ

Palabra por palabra

etat — todos esos; me — a mí; pṛcchataḥ — inquisitivo; sarvam — todo lo que se pregunta; sarva-jña — aquel que todo lo sabe; sakala — sobre todos; īśvara — el controlador; vijānīhi — por favor, explica; yathā — como; eva — ellos son; idam — esto; aham — yo; budhye — pueda entender; anuśāsitaḥ — solo aprendiendo de ti.

Traducción

Mi querido padre, tú sabes todo, y tú eres el controlador de todos. Por lo tanto, que por favor se me instruya todo lo que te he preguntado, de manera que yo sea capaz de entenderlo como tu discípulo.

Significado

Las preguntas hechas por Nārada Muni son muy importantes para toda la gente que tiene contacto con ellas, y por ello Nārada le pidió a Brahmājī que las considerara adecuadas, de manera que todas las demás personas que aparecieran en la línea de sucesión discipular de la Brahmā-sampradāya pudieran también entenderlas correctamente, sin ninguna dificultad.

Texto

brahmovāca
samyak kāruṇikasyedaṁ
vatsa te vicikitsitam
yad ahaṁ coditaḥ saumya
bhagavad-vīrya-darśane

Palabra por palabra

brahmā uvāca — el Señor Brahmā dijo; samyak — perfectamente; kāruṇikasya — de ti, que eres muy bondadoso; idam — esto; vatsa — mi querido hijo; te — tu; vicikitsitam — curiosidad; yat — mediante la cual; aham — yo; coditaḥ — inspirado; saumya — ¡oh, gentil!; bhagavat — de la Personalidad de Dios; vīrya — gran poder; darśane — en lo referente a.

Traducción

El Señor Brahmā dijo: Mi querido hijo Nārada, siendo misericordioso con todos (incluso conmigo), has hecho todas esas preguntas debido a que yo fui inspirado para conocer el poder de la Todopoderosa Personalidad de Dios.

Significado

Brahmājī, al ser así interrogado por Nāradajī, lo congratuló, pues es usual que los devotos se entusiasmen mucho siempre que se les interroga acerca de la Todopoderosa Personalidad de Dios. Ese es el signo de ser un devoto puro del Señor. Esos discursos acerca de las actividades trascendentales del Señor purifican la atmósfera en la que se llevan a cabo esas discusiones, y, por eso, los devotos se vivifican mientras responden a esas preguntas. Ello resulta purificador tanto para los que interrogan, como para el que responde las preguntas. Los devotos puros no solo se satisfacen con conocer todo acerca del Señor, sino que también están ansiosos de difundir la información a otras personas, ya que quieren ver que todos conozcan las glorias del Señor. Así pues, el devoto se siente satisfecho cuando se le ofrece una oportunidad así. Ese es el principio básico de las actividades misionales.

Texto

nānṛtaṁ tava tac cāpi
yathā māṁ prabravīṣi bhoḥ
avijñāya paraṁ matta
etāvat tvaṁ yato hi me

Palabra por palabra

na — no; anṛtam — falso; tava — tuyo; tat — eso; ca — también; api — tal como has dicho; yathā — en lo referente a; mām — de mí; prabravīṣi — tal como describes; bhoḥ — ¡oh, hijo mío!; avijñāya — sin conocer; param — el Supremo; mattaḥ — más allá de mí; etāvat — todo lo que has hablado; tvam — tú; yataḥ — por la razón de; hi — ciertamente; me — acerca de mí.

Traducción

Todo lo que has hablado sobre mí no es falso, pues uno habrá de engañarse con toda seguridad al observar mis poderosas actividades, a menos que —y hasta que— esté consciente de la Personalidad de Dios, quien es la verdad última que se encuentra más allá de mí.

Significado

El hecho de que una rana que reside dentro de la atmósfera y de los límites de un pozo, no puede imaginar el largo y ancho del gigantesco océano, ilustra la lógica de «la rana del pozo». Cuando a esa rana se le informa de las gigantescas dimensiones del océano, en primer lugar no cree que existe tal océano, y si alguien le asegura que de hecho existe algo así, la rana comienza a entonces a medirlo mediante la imaginación, hinchando su panza tanto como le es posible, con el resultado de que el pequeñito abdomen de la rana revienta, y la pobre rana muere sin tener ninguna experiencia de lo que es el verdadero océano. En forma similar, los científicos materialistas también quieren desafiar la potencia inconcebible del Señor, midiéndolo con sus cerebros semejantes al de la rana y con sus logros científicos, pero al final ellos tan solo mueren como la rana, sin éxito alguno.

Algunas veces, un hombre poderoso materialmente es considerado Dios o encarnación de Dios, sin tenerse conocimiento alguno acerca del verdadero Dios. Ese juicio material puede que se extienda gradualmente, y el intento puede que llegue hasta el elevadísimo nivel de Brahmājī, que es el ser viviente más elevado del universo, y que tiene un período de vida que el científico material no puede imaginar. Según información que obtenemos del libro de conocimiento más auténtico que existe, el Bhagavad-gītā (8.17), un día y una noche de Brahmājī se ha calculado que equivalen a algunos cientos de miles de años de nuestro planeta. Esa larga duración de vida puede que no la crea «la rana del pozo», pero las personas que poseen un entendimiento perfecto de las verdades que se mencionan en el Bhagavad-gītā, aceptan la existencia de una gran personalidad que crea la variedad del universo entero. De las Escrituras reveladas, se concluye que el Brahmājī de este universo es más joven que todos los demás brahmās que están a cargo de los muchos, muchos otros universos que se encuentran mas allá de este, pero ninguno de ellos puede ser igual a la Personalidad de Dios.

Nāradajī es una de las almas liberadas, y después de su liberación se le conoció como Nārada; antes de su liberación, él era tan solo el hijo de una sirvienta. Podrían hacerse las preguntas de por qué Nāradajī no estaba consciente del Señor Supremo, y por qué él tuvo la errónea concepción de que Brahmājī era el Señor Supremo, si bien de hecho no lo era. Una idea errada así como esa nunca confunde a una alma liberada; entonces, ¿por qué hizo Nāradajī todas esas preguntas, tal como un hombre ordinario que posee poco acopio de conocimiento? En Arjuna también hubo una confusión así, si bien él es eternamente un asociado del Señor. Esa confusión que se presenta en Arjuna o en Nārada ocurre por la voluntad del Señor, de manera que otras personas que no están liberadas, puedan conocer la verdad y el conocimiento reales acerca del Señor. La duda que surge en la mente de Nārada acerca de cómo Brahmājī se volvió todopoderoso, es una lección que se les da a las ranas del pozo para que no se confundan, concibiendo erróneamente la identidad de la Personalidad de Dios (incluso al decir que se asemeja a una personalidad como Brahmā, así pues, ni que hablar de decir que se asemeja a hombres ordinarios que se hacen pasar falsamente por Dios o una encarnación de Dios). El Señor Supremo es siempre el Supremo y, como hemos tratado de establecer muchas veces en estos significados, ningún ser viviente, ni siquiera del nivel de Brahmā, puede proclamar ser uno con el Señor. Uno no debe dejarse confundir cuando la gente adora en forma extrema a un gran hombre, después de su muerte, como si fuera Dios. Hubo muchos reyes como el Señor Rāmacandra, el rey de Ayodhyā, pero las Escrituras reveladas no dicen que ninguno de ellos fuera Dios. Ser un buen rey no es necesariamente la cualidad que se requiere para ser el Señor Rāma, pero ser una gran personalidad como Kṛṣṇa es la cualidad que se requiere para ser la Personalidad de Dios. Si uno examina minuciosamente a los personajes que tomaron parte en la batalla de Kurukṣetra, puede que se observe que Mahārāja Yudhiṣṭhira no era un rey menos piadoso que el Señor Rāmacandra, y que el estudio de caracteres da como resultado que Mahārāja Yudhiṣṭhira era un mejor moralizador que el Señor Kṛṣṇa. El Señor Kṛṣṇa le pidió a Mahārāja Yudhiṣṭhira que mintiera, pero Mahārāja Yudhiṣṭhira protestó contra ello. Pero eso no significa que Mahārāja Yudhiṣṭhira podía ser igual al Señor Rāmacandra o al Señor Kṛṣṇa. Las grandes autoridades han considerado que Mahārāja Yudhiṣṭhira era un hombre piadoso, pero han aceptado al Señor Rāma o Kṛṣṇa como la Personalidad de Dios. Por lo tanto, el Señor es una entidad aparte en todas las circunstancias, y no puede aplicársele ninguna idea de antropomorfismo. El Señor es siempre el Señor, y un ser viviente común nunca puede llegar a ser igual a Él.

Texto

yena sva-rociṣā viśvaṁ
rocitaṁ rocayāmy aham
yathārko ’gnir yathā somo
yatharkṣa-graha-tārakāḥ

Palabra por palabra

yena — por quien; sva-rociṣā — mediante Su propia refulgencia; viśvam — el mundo entero; rocitam — creado ya potencialmente; rocayāmi — manifiesto; aham — yo; yathā — tanto; arkaḥ — el Sol; agniḥ — fuego; yathā — como; somaḥ — la Luna; yathā — así como también; ka — el firmamento; graha — los planetas influyentes; tārakāḥ — las estrellas.

Traducción

Yo creo después de que el Señor manifiesta Su creación mediante Su refulgencia personal [conocida como el brahmajyoti], tal como la Luna, el firmamento, los planetas influyentes y las estrellas titilantes manifiestan también su brillo, cuando el Sol manifiesta su fuego.

Significado

El Señor Brahmājī le dijo a Nārada que era correcta su impresión de que Brahmā no era la autoridad suprema de la creación. Algunas veces, ciertos hombres con poca inteligencia tienen la tonta impresión de que Brahmā es la causa de todas las causas. Pero Nārada quiso aclarar el asunto con las declaraciones de Brahmājī, la autoridad suprema del universo. Así como la decisión del tribunal supremo de un estado es concluyente, en forma similar el juicio de Brahmājī, la autoridad suprema del universo, es concluyente en el proceso védico de adquisición de conocimiento. Tal como ya afirmamos en el verso anterior, Nāradajī era una alma liberada, por lo tanto, él no era uno de los hombres poco inteligentes que aceptan a un falso dios o dioses a su manera. El se presentó como poco inteligente pero, sin embargo, presentó en forma inteligente una duda para que fuera aclarada por la autoridad suprema, y de esta manera, las personas que no estuvieran informadas se dieran cuenta de ello, y se informaran correctamente acerca de las complejidades de la creación y del Creador.

En este verso, Brahmājī aclara la equivocada impresión que sostienen los poco inteligentes, y afirma que él crea la variedad que hay en el universo, después de que ocurriera la creación potencial hecha por la refulgencia deslumbrante del Señor Śrī Kṛṣṇa. Brahmājī también ha declarado separadamente eso mismo, en la saṁhitā conocida como la Brahmā-saṁhitā, donde dice:

yasya prabhā prabhavato jagad-aṇḍa-koṭi-
koṭiṣv aśeṣa-vasudhādi-vibhūti-bhinnam
tad brahma niṣkalam anantam aśeṣa-bhūtaṁ
govindam ādi-puruṣaṁ tam ahaṁ bhajāmi

«Yo sirvo a la Suprema Personalidad de Dios, Govinda, el Señor primordial, cuya trascendental refulgencia corporal, conocida como el brahmajyoti, que es ilimitada, insondable y omnipresente, es la causa de la creación de ilimitados números de planetas, etc., que poseen diversas variedades de climas y condiciones de vida específicas».

La misma declaración se encuentra en el Bhagavad-gītā (14.27). El Señor Kṛṣṇa es el trasfondo del brahmajyoti (brahmaṇo hi pratiṣṭhāham). En el Nirukti, o diccionario védico, se menciona el significado de pratiṣṭhā, diciendo que es «aquello que establece». Así pues, el brahmajyoti no es independiente ni autosuficiente. El Señor Śrī Kṛṣṇa es en fin de cuentas el creador del brahmajyoti, que se menciona en este verso como sva-rociṣā, o la refulgencia del cuerpo trascendental del Señor. Ese brahmajyoti es omnipresente, y su poder potencial permite que toda creación aparezca; por lo tanto, los himnos védicos declaran que el brahmajyoti sostiene todo lo que existe (sarvaṁ khalv idaṁ brahma). El brahmajyoti, por consiguiente, es la semilla potencial de toda creación, y el mismo brahmajyoti, ilimitado e insondable, es establecido por el Señor. Por lo tanto, el Señor (Śrī Kṛṣṇa) es en fin de cuentas la causa suprema de toda creación (ahaṁ sarvasya prabhavaḥ).

Uno no debe esperar que el Señor cree como un herrero, con martillo y otros instrumentos. El Señor crea mediante Sus potencias. Él posee Sus múltiples potencias (parāsya śaktir vividhaiva śrūyate). Así como la pequeña semilla de una fruta baniana tiene la potencia de crear un gran árbol baniano, así mismo el Señor disemina todas las diversas variedades de semillas mediante Su brahmajyoti potencial (sva-rociṣā), y mediante el proceso de riego, ejecutado por personas como Brahmā, se hace que las semillas se desarrollen. Brahmā no puede crear las semillas, pero el puede transformar las semillas en un árbol, tal como un jardinero ayuda, mediante el proceso de riego, a que las plantas y los huertos crezcan. El ejemplo del Sol que se cita aquí es muy apropiado. En el mundo material el Sol es la causa de toda iluminación: fuego, electricidad, los rayos de la Luna, etc. Todos los luminares del cielo son creaciones del Sol, el Sol es creación del brahmajyoti, y el brahmajyoti es la refulgencia del Señor. Así pues, el Señor es la causa fundamental de la creación.

Texto

tasmai namo bhagavate
vāsudevāya dhīmahi
yan-māyayā durjayayā
māṁ vadanti jagad-gurum

Palabra por palabra

tasmai — a Él; namaḥ — ofrezco mis reverencias; bhagavate — la Personalidad de Dios; vāsudevāya — al Señor Kṛṣṇa; dhīmahi — medito en Él; yat — por cuyas; māyayā — potencias; durjayayā — invencibles; mām — a mí; vadanti — ellos dicen; jagat — el mundo; gurum — el amo.

Traducción

Yo le ofrezco mis reverencias al Señor Kṛṣṇa [Vāsudeva], la Personalidad de Dios, y medito en Él, cuya potencia invencible los influencia a ellos [la clase de hombres poco inteligentes] para que me llamen el controlador supremo.

Significado

Tal como se explicará más claramente en el siguiente verso, la potencia ilusoria del Señor confunde a las personas poco inteligentes para que acepten a Brahmājī o, hasta donde eso se refiere, a cualquier otra persona, como si fuera el Señor Supremo. Sin embargo, Brahmājī rehúsa ser llamado así, y directamente ofrece sus respetuosas reverencias al Señor Vāsudeva, o Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios, tal como ya le ha ofrecido los mismos respetos a Él en la Brahmā-saṁhitā:

īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ
sac-cid-ānanda-vigrahaḥ
anādir ādir govindaḥ
sarva-kāraṇa-kāraṇam

«El Señor Supremo es la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, el Señor primordial que posee Su cuerpo trascendental, la causa fundamental de todas las causas. Yo adoro a ese Señor Govinda primordial».

Brahmājī está consciente de su verdadera posición, y sabe que las personas poco inteligentes, confundidas por la energía ilusoria del Señor, aceptarán caprichosamente a cualquiera como si fuera Dios. Una personalidad responsable como Brahmājī, rehúsa que sus discípulos o subordinados le den el tratamiento del Señor Supremo; pero las personas tontas, que son alabadas por hombres con naturaleza de perros, cerdos, camellos y asnos, se sienten complacidos de que se les trate de Señor Supremo. En el siguiente verso se explica por qué dichas personas sienten placer en que se les trate de Dios, y por qué unos tontos admiradores las tratan de Dios.

Texto

vilajjamānayā yasya
sthātum īkṣā-pathe ’muyā
vimohitā vikatthante
mamāham iti durdhiyaḥ

Palabra por palabra

vilajjamānayā — por aquel que se siente avergonzado; yasya — cuyo; sthātum — quedarse; īkṣā-pathe — enfrente; amuyā — mediante la energía que confunde; vimohitāḥ — aquellos que están confundidos; vikatthante — hablar tonterías; mama — es mío; aham — yo lo soy todo; iti — vituperando así; durdhiyaḥ — mal concebido así.

Traducción

La energía ilusoria del Señor no puede tomar la prioridad, sintiéndose avergonzada de su posición; pero aquellos que se encuentran confundidos por ella, hablan siempre tonterías, estando absortos, pensando en «soy yo» y «es mío».

Significado

La invenciblemente poderosa energía engañadora de la Personalidad de Dios, o la tercera energía, que representa la nesciencia, puede confundir a todo el mundo animado, pero aun así no es lo suficientemente fuerte como para ser capaz de ponerse frente al Señor Supremo. La nesciencia se encuentra detrás de la Personalidad de Dios, donde es lo suficientemente poderosa como para engañar a los seres vivientes, y el síntoma principal de esas personas confundidas es que hablan tonterías. Los principios de las Escrituras védicas no respaldan las conversaciones tontas, y una conversación de lo más tonta es «soy yo, es mío». Una civilización atea es conducida exclusivamente por esas ideas falsas, y esas personas, carentes de toda comprensión real acerca de Dios, aceptan a un Dios falso o declaran falsamente que ellas mismas son Dios, para engañar a las personas que ya se encuentran confundidas por la energía engañadora. Sin embargo, aquellos que se encuentran ante el Señor y que se rinden a Él, no pueden ser influenciados por la energía engañadora; por lo tanto, ellos están libres de la errónea concepción de «soy yo, es mío» y, por consiguiente, no aceptan a un Dios falso ni dicen ser iguales al Señor Supremo. La manera de identificar a la persona confundida, se da claramente en este verso.

Texto

dravyaṁ karma ca kālaś ca
svabhāvo jīva eva ca
vāsudevāt paro brahman
na cānyo ’rtho ’sti tattvataḥ

Palabra por palabra

dravyam — los ingredientes (tierra, agua, fuego, aire y cielo); karma — la interacción; ca — y; kālaḥ — tiempo eterno; ca — también; sva-bhāvaḥ — intuición o naturaleza; jivaḥ — ser viviente; eva — ciertamente; ca — y; vāsudevāt — de Vāsudeva; paraḥ — partes diferenciadas; brahman — ¡oh, brāhmaṇa!; na — nunca; ca — también; anyaḥ — separados; arthaḥ — valor; asti — hay; tattvataḥ — en verdad.

Traducción

Los cinco ingredientes elementales de la creación, la interacción que de ahí se sigue, organizada por el tiempo eterno, y la intuición o naturaleza de los seres vivientes individuales, son todos partes integrales diferenciadas de la Personalidad de Dios, Vāsudeva, y en verdad, ellos no tienen ningún otro valor.

Significado

Este mundo fenomenal es, en sentido impersonal, la representación de Vāsudeva, debido a que los ingredientes de su creación, la interacción de ellos, y el disfrutador de la acción resultante, el ser viviente, son todos producidos por las energías externa e interna del Señor Kṛṣṇa. Esto se confirma en el Bhagavad-gītā (7.4-5). Los ingredientes, a saber, tierra, agua, fuego, aire y cielo, así como la concepción de la identidad material, la inteligencia y la mente, son productos de la energía externa del Señor. La entidad viviente que disfruta de la interacción de los anteriores ingredientes toscos y sutiles, tal como los organiza el tiempo eterno, es un vástago de la potencia interna, y posee la libertad de permanecer, bien sea en el mundo material, o en el mundo espiritual. En el mundo material, la entidad viviente es seducida por la engañadora nesciencia, pero en el mundo espiritual, se encuentra en la condición normal de existencia espiritual, en la que no hay engaño alguno. La entidad viviente es conocida como la potencia marginal del Señor. Pero en todas las circunstancias, ni los ingredientes materiales ni las partes integrales espirituales, son independientes de la Personalidad de Dios, Vāsudeva, pues todas las cosas, aunque sean producto de las potencias externa, interna o marginal del Señor, son tan solo despliegues de la misma refulgencia del Señor, tal como la luz, el calor y el humo son despliegues del fuego. Ninguno de ellos está separado del fuego; todos ellos se unen para recibir el nombre de fuego. En forma similar, todas las manifestaciones fenomenales, así como la refulgencia del cuerpo de Vāsudeva, son Sus aspectos impersonales, mientras que Él existe eternamente en Su forma trascendental denominada sac-cid-ānanda-vigraha, que es distinta de todas las concepciones de los ingredientes materiales que se mencionaron anteriormente.

Texto

nārāyaṇa-parā vedā
devā nārāyaṇāṅgajāḥ
nārāyaṇa-parā lokā
nārāyaṇa-parā makhāḥ

Palabra por palabra

nārāyaṇa — el Señor Supremo; parāḥ — es la causa y está destinado a; vedāḥ — conocimiento; devāḥ — los semidioses; nārāyaṇa — el Señor Supremo; aṅga-jāḥ — manos asistentes; narāyaṇa — la Personalidad de Dios; parāḥ — por el bien de; lokāḥ — los planetas; nārāyaṇa — el Señor Supremo; parāḥ — tan solo para complacerlo a Él; makhāḥ — todo sacrificio.

Traducción

Las Escrituras védicas las hace el Señor Supremo y apuntan a Él, los semidioses también tienen la función de servir al Señor como partes de Su cuerpo, los diferentes planetas también existen por el bien del Señor, y los diferentes sacrificios se realizan tan solo para complacerlo a Él.

Significado

De acuerdo con los Vedānta-sūtras (śāstra-yonitvāt), el Señor Supremo es el autor de todas las Escrituras reveladas, y todas las Escrituras reveladas están hechas para conocer al Señor Supremo. Veda significa «conocimiento que conduce al Señor». Los Vedas están hechos tan solo para despertar la olvidada conciencia de las almas condicionadas, y toda literatura que no esté destinada a despertar conciencia de Dios, es rechazada de inmediato por los devotos nārāyaṇa-para. Esos engañadores libros de conocimiento, que no tienen a Nārāyaṇa como su objetivo, no son en absoluto de conocimiento, sino que son lugares de recreo para cuervos que están interesados en los rechazados desperdicios del mundo. Todo libro de conocimiento (ciencia o arte) debe conducir hacia el conocimiento de Nārāyaṇa; de lo contrario, debe ser rechazado. Esa es la manera de avanzar en conocimiento. Nārāyaṇa es la Suprema Deidad adorable. La adoración de los semidioses se recomienda en forma secundaria a la de Nārāyaṇa, debido a que los semidioses son manos asistentes en el manejo de los asuntos del universo. Así como se respeta a los oficiales de un reino debido a su relación con el rey, los semidioses son adorados debido a su relación con el Señor. La adoración de los semidioses está desautorizada cuando carece de la relación con el Señor (avidhi-pūrvakam), tal como es incorrecto regar las hojas y ramas de un árbol, y no regar su raíz. Por lo tanto, los semidioses también dependen de Nārāyaṇa. Los lokas o diferentes planetas, son atractivos debido a que poseen diferentes variedades de vida y bienaventuranza que representan parcialmente el sac-cid-ānanda-vigraha. Todo el mundo quiere la vida eterna de bienaventuranza y conocimiento. En el mundo material, una eterna vida así de bienaventuranza y conocimiento, se consigue progresivamente en los planetas superiores, pero después de llegar ahí uno siente inclinación por lograr un progreso adicional en el sendero que conduce de vuelta a Dios. La duración de la vida, con una cantidad proporcional de bienaventuranza y conocimiento, puede ser aumentada de un planeta a otro. Uno puede aumentar la duración de la vida hasta miles y cientos de miles de años en diferentes planetas, pero en ninguna parte existe vida eterna. Pero aquel que puede alcanzar el planeta más elevado, el de Brahmā, puede aspirar a alcanzar los planetas del cielo espiritual, donde la vida es eterna. Por lo tanto, el viaje progresivo de un planeta a otro culmina al alcanzar el planeta supremo del Señor (mad-dhāma), donde la vida es eterna y plena de bienaventuranza y conocimiento. Todas las diferentes clases de sacrificio se realizan tan solo para satisfacer al Señor Nārāyaṇa con miras a alcanzarlo a Él, y el mejor sacrificio que se recomienda en esta era de Kali, es el saṅkīrtana-yajña, el soporte principal del servicio devocional de un devoto nārāyaṇa-para.

Texto

nārāyaṇa-paro yogo
nārāyaṇa-paraṁ tapaḥ
nārāyaṇa-paraṁ jñānaṁ
nārāyaṇa-parā gatiḥ

Palabra por palabra

nārāyaṇa-paraḥ — tan solo para conocer a Nārāyaṇa; yogaḥ — concentración de la mente; nārāyaṇa-param — tan solo con una intención de alcanzar a Nārāyaṇa; tapaḥ — austeridad; nārāyaṇa-param — tan solo para tener un vistazo de Nārāyaṇa; jñānam — cultivo de conocimiento trascendental; nārāyaṇa-parā — el sendero de la salvación termina al entrar en el reino de Nārāyaṇa; gatiḥ — sendero progresivo.

Traducción

Todos los diferentes tipos de meditación o misticismo son medios para comprender plenamente a Nārāyaṇa. Todas las austeridades tienen como objetivo alcanzar a Nārāyaṇa. El cultivo de conocimiento trascendental tiene como objeto poder darle un vistazo a Nārāyaṇa y, en fin de cuentas, la salvación consiste en entrar en el reino de Nārāyaṇa.

Significado

En el proceso de meditación, existen dos sistemas de yoga, a saber, aṣṭāṅga-yoga y sāṅkhya-yoga. El aṣṭāṅga-yoga consiste en practicar la concentración de la mente, en liberarse de toda ocupación mediante los procesos regulativos de la meditación, concentración, formas de sentarse, bloqueando los movimientos de la circulación interna de aire, etc. El sāṅkhya-yoga está destinado a distinguir lo verdadero de lo efímero. Pero en fin de cuentas, ambos sistemas tienen como objetivo llegar a experimentar el Brahman impersonal, que no es más que una representación parcial de Nārāyaṇa, la Personalidad de Dios. Tal como hemos explicado anteriormente, la refulgencia Brahman impersonal es tan solo una parte de la Personalidad de Dios. El Brahman impersonal se encuentra en la persona de la Suprema Personalidad de Dios y, por ello, el Brahman es la glorificación de la Personalidad de Dios. Eso se confirma tanto en el Bhagavad-gītā como en el Matsya Purāṇa. Gatiḥ se refiere al destino último, o a la última palabra en liberación. El volverse uno con el brahmajyoti impersonal no es la liberación última; la sublime asociación con la personalidad de Dios en uno de los innumerables planetas espirituales del cielo Vaikuṇṭha, se encuentra en una posición superior a ello. Por lo tanto, se concluye que Nārāyaṇa, o la Personalidad de Dios, es el destino último de todas las clases de sistemas de yoga, así como de todas las clases de liberación.

Texto

tasyāpi draṣṭur īśasya
kūṭa-sthasyākhilātmanaḥ
sṛjyaṁ sṛjāmi sṛṣṭo ’ham
īkṣayaivābhicoditaḥ

Palabra por palabra

tasya — Su; api — ciertamente; draṣṭuḥ — del observador; īśasya — del controlador; kūṭa-sthasya — de aquel que se encuentra por encima de la inteligencia de todos; akhila-ātmanaḥ — de la Superalma; sṛjyam — aquello que ya está creado; sṛjāmi — descubro yo; sṛṣṭaḥ — creado; aham — yo; īśkayā — lanzando un vistazo sobre; eva — exactamente; abhicoditaḥ — siendo inspirado por Él.

Traducción

Inspirado tan solo por Él, yo descubro lo que ya está creado por Él [Nārāyaṇa] bajo Su vista como la omnipresente Superalma, y yo también soy creado tan solo por Él.

Significado

Incluso Brahmā, el creador del universo, admite que él no es el verdadero creador, sino que simplemente es inspirado por el Señor Nārāyaṇa y, por lo tanto, crea bajo Su superintendencia, aquellas cosas que ya han sido creadas por Él, la Superalma de toda entidad viviente. Hasta la autoridad más grande del universo admite que en la entidad viviente existen dos diferentes identidades de almas: la Superalma y el alma individual. La Superalma es el Señor Supremo, la Personalidad de Dios, mientras que el alma individual es el servidor eterno del Señor. El Señor inspira al alma individual a crear lo que ya está creado por Él y, por la buena voluntad del Señor, un descubridor de algo que se encuentra en el mundo, recibe el mérito como descubridor de ello. Se dice que Colón descubrió el hemisferio occidental, pero de hecho esa extensión de tierra no fue creada por Colón. La vasta extensión de tierra ya se encontraba ahí por la omnipotencia del Señor Supremo, y Colón, debido al pasado servicio que le prestó al Señor, fue bendecido con el mérito de haber descubierto América. En forma similar, nadie puede crear nada sin la sanción del Señor, puesto que todo el mundo ve de acuerdo con su habilidad. Esa habilidad también es otorgada por el Señor, de acuerdo con el deseo que uno tenga de prestarle servicio a Él. Por lo tanto, uno debe estar voluntariamente dispuesto y deseoso de prestarle servicio al Señor y, así pues, el Señor apoderará al hacedor en proporción a su entrega a los pies de loto de Él. El Señor Brahmā es un gran devoto del Señor; por lo tanto, él ha sido apoderado, o inspirado, por el Señor, para crear un universo tal como el que se encuentra manifestado ante nosotros. El Señor también inspiró a Arjuna a pelear en el campo de Kurukṣetra, de la siguiente manera:

tasmāt tvam uttiṣṭha yaśo labhasva
jitvā śatrūn bhuṅkṣva rājyaṁ samṛddham
mayaivaite nihatāḥ pūrvam eva
nimitta-mātraṁ bhava savyasācin

(Bg. 11.33)

La batalla de Kurukṣetra, o cualquier otra batalla de cualquier lugar o cualquier tiempo, la realiza la voluntad del Señor, ya que nadie puede organizar una aniquilación masiva así como esa, sin la sanción del Señor. El bando de Duryodhana insultó a Draupadī, una gran devota de Kṛṣṇa, y ella apeló al Señor, así como a todos los silenciosos observadores de ese injustificado insulto. El Señor le aconsejó entonces a Arjuna que peleara y recibiera el mérito de ello; de lo contrario, el bando de Duryodhana de todos modos sería matado por la voluntad del Señor. Así que a Arjuna se le aconsejó tan solo volverse un agente y recibir el mérito de matar a grandes generales a tales como Bhīṣma y Karṇa.

Las escrituras védicas tales como el Kaṭha Upaniṣad, se refieren al Señor como el sarva-bhūta-antarātmā, o la Personalidad de Dios que reside en el cuerpo de todos, y que dirige todo para aquel que es un alma rendida a Él. Aquellos que no son almas rendidas son puestos bajo el cuidado de la naturaleza material (bhrāmayan sarva-bhūtāni yantrārūḍhāni māyayā); por lo tanto, a ellos se les permite hacer cosas por su propia cuenta, y que ellos mismos sufran las consecuencias de ello. Los devotos como Brahmā y Arjuna no hacen nada por su propia cuenta, sino que siendo almas plenamente rendidas, siempre aguardan las indicaciones del Señor; por lo tanto, todo lo que ellos emprenden parece muy maravilloso desde un punto de vista ordinario. Uno de los nombres del Señor es Urukrama, o aquel cuyas acciones son muy maravillosas y se encuentran mas allá de la imaginación del ser viviente; así que las acciones de los devotos del Señor algunas veces parecen ser muy maravillosas, debido a las indicaciones que Él da. Comenzando con Brahmā, la entidad viviente más inteligente del universo, y descendiendo hasta la más pequeña hormiga, la inteligencia de toda entidad viviente es supervisada por el Señor, desde Su posición trascendental como el testigo de toda acción. El hombre inteligente que puede estudiar los efectos psíquicos del pensar, sentir y desear, siente la presencia sutil del Señor.

Texto

sattvaṁ rajas tama iti
nirguṇasya guṇās trayaḥ
sthiti-sarga-nirodheṣu
gṛhītā māyayā vibhoḥ

Palabra por palabra

sattvam — la modalidad de la bondad; rajaḥ — la modalidad de la pasión; tamaḥ — la modalidad de la ignorancia; iti — todas estas; nirguṇasya — de la Trascendencia; guṇāḥ trayaḥ — son tres cualidades; sthiti — manutención; sarga — creación; nirodheṣu — en la destrucción; gṛhītāḥ — aceptadas; māyayā — mediante la energía externa; vibhoḥ — del Supremo.

Traducción

El Señor Supremo es una forma pura y espiritual, trascendental a todas las cualidades materiales; sin embargo, con objeto de crear el mundo material, y para su manutención y aniquilación, Él adopta a través de Su energía externa las modalidades materiales de la naturaleza, denominadas bondad, pasión e ignorancia.

Significado

El Señor Supremo es el amo de la energía externa manifestada por las tres modalidades materiales, a saber, bondad, pasión e ignorancia; y como amo de esa energía, Él nunca es afectado por la influencia de esa energía que confunde. Las entidades vivientes, los jīvas, sin embargo, son afectadas por dichas modalidades de la naturaleza material, o son susceptibles de ser influenciadas por ellas —esa es la diferencia entre el Señor y las entidades vivientes—. Las entidades vivientes están sujetas por esas cualidades, si bien original y cualitativamente son uno con el Señor. En otras palabras, las modalidades materiales de la naturaleza, siendo producto de la energía del Señor, están indudablemente conectadas con el Señor, pero la conexión es tal como la que hay entre el amo y el sirviente. El Señor Supremo es el controlador de la energía material, mientras que las entidades vivientes, que están enredadas en el mundo material, no son ni amos ni controladores de esa energía. Por el contrario, ellas se vuelven subordinadas a esa energía, es decir, quedan controladas por ellas. De hecho, el Señor se encuentra eternamente manifestado por Su potencia interna o energía espiritual, tal como ocurre con el Sol y sus rayos en el claro cielo, pero en ocasiones Él crea la energía material, tal como el Sol crea una nube en el cielo claro. Así como el Sol nunca es afectado en absoluto por una insignificante nube, así mismo el ilimitado Señor no es afectado por la insignificante energía material que en ocasiones se manifiesta en la ilimitada extensión de los rayos de Su brahmajyoti.

Texto

kārya-kāraṇa-kartṛtve
dravya-jñāna-kriyāśrayāḥ
badhnanti nityadā muktaṁ
māyinaṁ puruṣaṁ guṇāḥ

Palabra por palabra

kārya — efecto; kāraṇa — causa; kartṛtve — en actividades; dravya — material; jñāna — conocimiento; kriyā-ārayāḥ — manifestadas por esos síntomas; badhnanti — condiciones; nityadā — eternamente; muktam — trascendental; māyinam — afectada por energía material; puruṣam — la entidad viviente; guṇāḥ — las modalidades materiales.

Traducción

Esas tres modalidades de la naturaleza material, que se manifiestan adicionalmente como materia, conocimiento y actividades, ponen a la entidad viviente, que es eternamente trascendental, bajo condiciones de causa y efecto, y la hacen responsable de esas actividades.

Significado

Las entidades vivientes, eternamente trascendentales, debido a que se encuentran entre las potencias interna y externa, reciben el nombre de potencia marginal del Señor. De hecho, las entidades vivientes no están destinadas a encontrarse condicionadas así por la energía material, pero debido a estar afectadas por la falsa sensación de su enseñoreamiento de la energía material, caen bajo la influencia de dicha potencia y, así pues, quedan condicionadas por las tres modalidades de la naturaleza material. Esa energía externa del Señor cubre el conocimiento puro de que la entidad viviente existe eternamente con Él, y la cobertura es tan constante, que pareciera que el alma condicionada es ignorante eternamente. Así de maravillosa es la acción de māyā, o la energía externa, que se manifiesta como si hubiera sido producida materialmente. Por el poder encubridor de la energía material, el científico material no puede ver más allá de las causas materiales, pero de hecho, en el trasfondo de las manifestaciones materiales, se encuentran las acciones ādhibhūta, ādhyātma y ādhidaiva, que el alma condicionada que se encuentra bajo la modalidad de la ignorancia no puede ver. La manifestación ādhibhūta implica repeticiones de nacimientos y muertes con vejez y enfermedades, la manifestación ādhyātma condiciona al alma espiritual, y la manifestación ādhidaiva constituye el sistema controlador. Esas son las manifestaciones materiales de causa y efecto, y el sentido de responsabilidad de los que actúan en forma condicionada. Ellas son, después de todo, manifestaciones del estado condicionado, y el hecho de que el ser humano se libere de un estado condicionado así, constituye el logro perfeccionador más elevado.

Texto

sa eṣa bhagavāḻ liṅgais
tribhir etair adhokṣajaḥ
svalakṣita-gatir brahman
sarveṣāṁ mama ceśvaraḥ

Palabra por palabra

saḥ — Él; eṣaḥ — esta; bhagavān — la Personalidad de Dios; liṅgaiḥ — por los síntomas; tribhiḥ — por las tres; etaiḥ — por todas estas; adhokṣajaḥ — el Supremo Observador trascendental; su-alakṣita — de hecho, no visto; gatiḥ — movimiento; brahman — ¡oh, Nārada!; sarveṣām — de todos; mama — mío; ca — así como también; īśvaraḥ — el controlador.

Traducción

¡Oh, brāhmaṇa Nārada!, el Supremo Observador, el Señor trascendental, se encuentra más allá de la percepción de los sentidos materiales de las entidades vivientes, debido a las tres modalidades de la naturaleza anteriormente mencionadas. Pero Él es el controlador de todos, incluso de mí.

Significado

En el Bhagavad-gītā (7.24–25), el Señor ha dicho muy claramente que el impersonalista, que les da más importancia a los rayos trascendentales del Señor en la forma del brahmajyoti, y que concluye que la Verdad Absoluta es, en fin de cuentas, impersonal y que solo manifiesta una forma en un momento de necesidad, es menos inteligente que el personalista, a pesar de cuánto aquel pudiera encontrarse dedicado al estudio del Vedānta. Lo cierto es que esos impersonalistas se encuentran cubiertos por las tres modalidades de la naturaleza material anteriormente mencionadas; por lo tanto, ellos son incapaces de acercarse a la trascendental Personalidad del Señor. El Señor no puede ser abordado por todo el mundo, debido a que Él se encuentra cubierto por la cortina creada por Su potencia yogamāyā. Pero uno no debe confundir equivocadamente que el Señor se encontraba antes no manifestado y que ahora se ha manifestado en la forma humana. Esa errada concepción que dice que la Suprema Personalidad de Dios no tiene forma, se debe a la cortina yogamāyā del Señor, y solo la Voluntad Suprema puede quitarla, tan pronto como el alma condicionada se rinde a Él. Los devotos del Señor que son trascendentales a las tres modalidades de la naturaleza material anteriormente mencionadas, pueden ver la plenamente bienaventurada y trascendental forma del Señor con su visión de amor, por la actitud de servicio devocional puro.

Texto

kālaṁ karma svabhāvaṁ ca
māyeśo māyayā svayā
ātman yadṛcchayā prāptaṁ
vibubhūṣur upādade

Palabra por palabra

kālam — tiempo eterno; karma — el destino de la entidad viviente; sva-bhāvam — naturaleza; ca — también; māyā — potencia; īśaḥ — el controlador; māyayā — mediante la energía; svayā — de Su propia; ātman (ātmani) — a Su Yo; yadṛcchayā — independientemente; prāptam — siendo fusionadas con; vibubhūṣuḥ — apareciendo diferentemente; upādade — aceptadas para ser creadas de nuevo.

Traducción

El Señor, quien es el controlador de todas las energías, crea así pues, mediante Su propia potencia, el tiempo eterno, el destino de todas las entidades vivientes y la naturaleza particular para la cual han sido creadas, y Él de nuevo las fusiona independientemente.

Significado

La creación del mundo material, en el cual el Señor Supremo les permite a las almas condicionadas actuar en forma subordinada, ocurre una y otra vez después de ser repetidamente aniquilada. La creación material es algo así como una nube que se encuentra en el cielo ilimitado. El verdadero cielo es el cielo espiritual, eternamente lleno con los rayos del brahmajyoti, y una porción de ese cielo ilimitado es cubierta por la nube mahat-tattva de la creación material, en la cual las almas condicionadas, que quieren enseñorearse en contra de la voluntad del Señor, son puestas en acción tal como lo desean, bajo el control del Señor, mediante la agencia de Su energía externa. Así como la estación lluviosa aparece y desaparece regularmente, la creación ocurre y es de nuevo aniquilada bajo el control del Señor, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (8.19). Así que la creación y la aniquilación de los mundos materiales constituyen una acción regular del Señor, tan solo para permitirles a las almas condicionadas que jueguen como quieran y, en esa forma, labren su propio destino de ser creadas de nuevo, diferentemente, en términos de los deseos independientes que poseen en el momento de la aniquilación. La creación, por lo tanto, ocurre en una fecha histórica (al igual que estamos acostumbrados a pensar de todo lo que tiene un comienzo en nuestra pequeñita experiencia). El proceso de la creación y aniquilación se denomina anādi, o que carece de referencia cronológica en cuanto al momento en que ocurrió por vez primera, debido a que la duración de incluso una creación parcial, es de 86 400 000 años. Sin embargo, la ley de la creación es, tal como se menciona en las Escrituras védicas, que se crea en ciertos intervalos de tiempo y de nuevo es aniquilada por la voluntad del Señor. Toda la creación material, e incluso la espiritual es una manifestación de la energía del Señor, tal como la luz y el calor de un fuego son diferentes manifestaciones de energía del fuego. Por lo tanto, el Señor existe en Su forma impersonal mediante una expansión de energía así como esa, y toda la creación se funda en Su aspecto impersonal. No obstante, Él sigue siendo distinto de esa creación, como el pūrṇam (o completo), así que nadie debe pensar equivocadamente que Su aspecto personal no existe, debido a Sus ilimitadas expansiones impersonales. La expansión impersonal es una manifestación de Su energía, y Él se encuentra siempre en Su aspecto personal, a pesar de Sus innumerables e ilimitadas expansiones de energías impersonales (Bg. 9.5–7). A la inteligencia humana le resulta muy difícil concebir cómo toda la creación se funda en Su expansión de energía, pero el Señor ha dado un ejemplo muy bueno en el Bhagavad-gītā. Se dice que si bien el aire y los átomos se encuentran en la inmensa expansión del cielo, que es como el manantial de reposo de todo lo creado materialmente, aun así el cielo permanece separado y sin ser afectado. En forma similar, si bien el Señor Supremo mantiene todo lo que crea Su expansión de energía, Él siempre permanece separado. Eso lo acepta incluso Śaṅkarācārya, el gran partidario de la forma impersonal del Absoluto. El dice nārāyaṇaḥ paro ’vyaktāt: Nārāyaṇa existe separadamente, aparte de la energía creativa impersonal. Toda la creación se fusiona así con el cuerpo del trascendental Nārāyaṇa, en el momento de la aniquilación, y la creación emana de Su cuerpo de nuevo con las mismas e incambiables categorías de destino y naturaleza individuales. Algunas veces se dice que las entidades vivientes individuales, siendo partes integrales del Señor, son ātmā, es decir, que cualitativamente poseen la misma constitución espiritual que posee el Señor. Pero debido a que esas entidades vivientes pueden, por su naturaleza, ser atraídas por la creación material, activa y subjetivamente, son, por lo tanto, diferentes del Señor.

Texto

kālād guṇa-vyatikaraḥ
pariṇāmaḥ svabhāvataḥ
karmaṇo janma mahataḥ
puruṣādhiṣṭhitād abhūt

Palabra por palabra

kālāt — del tiempo eterno; guṇa-vyatikaraḥ — transformación de las modalidades por la reacción; pariṇāmaḥ — transformación; svabhāvataḥ — de la naturaleza; karmaṇaḥ — de las actividades; janma — creación; mahataḥ — del mahat-tattva; puruṣa-adhiṣṭhitāt — debido a la encarnación puruṣa del Señor; abhūt — ocurrió.

Traducción

Después de la encarnación del primer puruṣa [Kāraṇārṇavaśāyī Viṣṇu], aparece el mahat-tattva, o los principios de la creación material, y luego se manifiesta el tiempo, y en el transcurso del tiempo aparecen las tres cualidades. Naturaleza significa las tres apariciones cualitativas. Ellas se transforman en actividades.

Significado

Por la omnipotencia del Señor Supremo, toda la creación material se desarrolla mediante el proceso de la transformación y las reacciones, que ocurren una y otra vez; y por la misma omnipotencia, todas las creaciones son absorbidas de nuevo una tras otra, y conservadas en el cuerpo del Supremo. Kāla, o el tiempo, es el sinónimo de la naturaleza, y es la manifestación transformada de los fundamentos de la creación material. Por ello, kāla puede considerarse la primera causa de toda creación, y por la transformación de la naturaleza, se vuelven visibles las diferentes actividades del mundo material. Esas actividades pueden adoptarse como el instinto natural de todos y cada uno de los seres vivientes, incluso de los objetos inertes, y después de la manifestación de las actividades, aparecen diversas variedades de productos y subproductos de la misma naturaleza. Originalmente, todo ello se debe al Señor Supremo. Por ello, los Vedānta-sūtras y el Bhāgavatam empiezan diciendo que la Verdad Absoluta es el comienzo de toda creación (janmādy asya yataḥ).

Texto

mahatas tu vikurvāṇād
rajaḥ-sattvopabṛṁhitāt
tamaḥ-pradhānas tv abhavad
dravya-jñāna-kriyātmakaḥ

Palabra por palabra

mahataḥ — del mahat-tattva; tu — pero; vikurvāṇāt — siendo transformadas; rajaḥ — la modalidad material de la pasión; sattva — la modalidad de la bondad; upabṛṁhitāt — debido a haber sido aumentadas; tamaḥ — la modalidad de la oscuridad; pradhānaḥ — siendo resaltante; tu — pero; abhavat — ocurrió; dravya — la materia; jñāna — conocimiento material; kriyā-ātmakaḥ — actividades predominantes materiales.

Traducción

El mahat-tattva causa las actividades materiales al ser agitado. Al principio hay una transformación de las modalidades de la bondad y la pasión, y luego —debido a la modalidad de la ignorancia— la materia, su conocimiento y las diferentes actividades del conocimiento material empiezan a actuar.

Significado

Las creaciones materiales de todo tipo se deben más o menos al desarrollo de la modalidad de la pasión (rajas). El mahat-tattva es el fundamento de la creación material, y cuando se agita por la voluntad del Supremo, se vuelven resaltantes, en principio, las modalidades de la pasión y la bondad, y luego se hace resaltante la modalidad de la pasión, generada a su debido tiempo por las actividades materiales de diferentes tipos, y así las entidades vivientes se involucran más y más en la ignorancia. Brahmā es la representación de la modalidad de la pasión y Viṣṇu es la representación de la modalidad de la bondad, mientras que la modalidad de la ignorancia se encuentra representada por el Señor Śiva, el padre de las actividades materiales. La naturaleza material recibe el nombre de madre, y el iniciador de la vida materialista es el padre, el Señor Śiva. Toda creación material que realizan las entidades vivientes, es por lo tanto iniciada por la modalidad de la pasión. Las diferentes modalidades actúan mediante un desarrollo gradual, a medida que se avanza en la duración de la vida en un milenio en particular. En la era de Kali (cuando la modalidad de la pasión es de lo más prominente), las actividades materiales de diversos tipos, bajo el pretexto de avance de la civilización humana, aparecen, y las entidades vivientes se involucran más y más en el asunto de olvidar su verdadera identidad —la naturaleza espiritual—. Mediante un ligero cultivo de la modalidad de la bondad, se percibe un diminuto indicio de la naturaleza espiritual; pero debido a lo resaltante de la modalidad de la pasión, la modalidad de la bondad queda adulterada. Por lo tanto, uno no puede trascender los límites de las modalidades materiales; por ello, entender al Señor, quien es siempre trascendental a las modalidades de la naturaleza material, se vuelve algo muy difícil para las entidades vivientes, aunque se encuentren en forma resaltante bajo la modalidad de la bondad, gracias al cultivo de los diversos métodos. En otras palabras, la materia tosca es ādhibhūta, su manutención es ādhidaiva, y el iniciador de las actividades materiales se denomina ādhyātma. En el mundo material, esos tres principios actúan como aspectos resaltantes, es decir, como materia prima, sus suministros regulares y la utilización que de ellos hacen las entidades confundidas, en las diferentes variedades de creaciones materiales, en pos del disfrute sensual.

Texto

so ’haṅkāra iti prokto
vikurvan samabhūt tridhā
vaikārikas taijasaś ca
tāmasaś ceti yad-bhidā
dravya-śaktiḥ kriyā-śaktir
jñāna-śaktir iti prabho

Palabra por palabra

saḥ — la mismísima cosa; ahaṅkāraḥ — ego; iti — así; proktaḥ — dijo; vikurvan — siendo transformado; samabhūt — se hizo manifiesto; tridhā — en tres aspectos; vaikārikaḥ — en la modalidad de la bondad; taijasaḥ — en la modalidad de la pasión; ca — y; tāmasaḥ — en la modalidad de la ignorancia; ca — también; iti — así; yat — que es; bhidā — divididas; dravya-śaktiḥ — poderes que producen materia; kriyā-śaktiḥ — iniciación que crea; jñāna śaktiḥ — inteligencia que guía; iti — así; prabho — el amo.

Traducción

El ego materialista egocéntrico, siendo así transformado en tres aspectos, se vuelve conocido como las modalidades de la bondad, la pasión y la ignorancia en tres divisiones, a saber, los poderes que producen materia, el conocimiento de las creaciones materiales y la inteligencia que guía esas actividades materialistas. Nārada, tú eres lo bastante competente como para comprender esto.

Significado

El ego materialista, o el sentido de la identificación con la materia, es extremadamente egocéntrico y carece de conocimiento claro acerca de la existencia de Dios. Y ese egocentrismo que poseen las entidades vivientes materialistas, es la causa de que ellas sean condicionadas por los otros enseres, y continúen su cautiverio en la forma de la existencia material. En el Bhagavad-gītā, en el capítulo siete (textos 24–27), se da una explicación muy clara acerca de ese egocentrismo. El impersonalista egocéntrico, carente de una clara concepción acerca de la Personalidad de Dios, concluye a su manera que la Personalidad de Dios adopta una forma material a partir de Su existencia espiritual original e impersonal, para llevar a cabo una misión en particular. Y esa concepción engañadora acerca del Señor Supremo, que posee el impersonalista egocéntrico, continúa, si bien se observa que él está muy interesado en las Escrituras védicas tales como los Brahma-sūtras y otras fuentes de conocimiento altamente intelectuales. Esa ignorancia del aspecto personal del Señor, se debe tan solo al hecho de ignorar que existe la mezcla de las diferentes modalidades. Así pues, el impersonalista no puede concebir la forma eterna y espiritual del Señor, constituida por existencia, bienaventuranza y conocimiento eternos. La razón es, que el Señor se reserva el derecho de exponerse ante el no devoto, el cual incluso después de un estudio minucioso de literatura como el Bhagavad-gītā, sigue siendo un impersonalista solo por obstinación. Esa obstinación se debe a la acción de yogamāyā, una energía personal del Señor que actúa como un ayudante de campo, al cubrir la visión del impersonalista obstinado. Se dice que un ser humano así de confundido es un mūḍha, o completamente ignorante, debido a que es incapaz de comprender que la forma trascendental del Señor es innaciente e inalterable. Si el Señor adopta una forma o figura material a partir de Su aspecto impersonal original, entonces ello significa que Él nace y cambia de lo impersonal a lo personal. Pero Él no es alterable, y jamás nace una y otra vez como un alma condicionada. El alma condicionada puede que adopte una forma, nacimiento tras nacimiento, debido a su existencia condicionada en la materia; pero los impersonalistas egocéntricos, debido a su crasa ignorancia y al egocentrismo, consideran al Señor como uno de ellos, incluso después del supuesto avance de conocimiento que han logrado en cuanto al Vedānta. El Señor, estando situado en el corazón de toda entidad viviente individual, conoce muy bien cual es la tendencia de esas almas condicionadas, en términos del pasado, presente y futuro, pero la confundida alma condicionada difícilmente puede conocerlo a Él en Su forma eterna. Por la voluntad del Señor, por lo tanto, el impersonalista, incluso después de conocer los aspectos Brahman y Paramātmā del Señor, continúa ignorando Su eterno aspecto personal como Nārāyaṇa que existe por siempre, trascendental a toda creación material.

La causa de esa crasa ignorancia es la constante dedicación a la que se entrega el hombre materialista, al tratar de aumentar artificialmente las necesidades materiales. Para poder entender plenamente a la Suprema Personalidad de Dios, uno tiene que purificar los sentidos materialistas mediante el servicio devocional. La modalidad de la bondad, o la cultura brahmínica que se recomienda en las Escrituras védicas, ayuda a lograr esa iluminación espiritual y, por ello, la etapa jñāna-śakti del alma condicionada es mejor, comparativamente, que las otras dos etapas, a saber, dravya-śakti y kriyā-śakti. La civilización material por entero se manifiesta en una acumulación inmensa de materiales o, en otras palabras, materia prima para propósitos industriales, y las empresas industriales (kriyā-śakti) se deben todas a la crasa ignorancia que existe de la vida espiritual. Con objeto de rectificar esa gran anomalía de la civilización materialista, basada en los principios de dravya-śakti y kriyā-śakti, uno tiene que adoptar el proceso de servicio devocional del Señor, mediante la adopción de los principios de karma-yoga, que se mencionan en el Bhagavad-gītā (9.27) de la siguiente manera:

yat karoṣi yad aśnāsi
yaj juhoṣi dadāsi yat
yat tapasyasi kaunteya
tat kuruṣva mad-arpaṇam

«¡Oh, hijo de Kuntī! Todo lo que hagas, todo lo que comas, todo lo que ofrezcas y regales, así como también todas las austeridades que ejecutes, debes hacerlas como una ofrenda a Mí».

Texto

tāmasād api bhūtāder
vikurvāṇād abhūn nabhaḥ
tasya mātrā guṇaḥ śabdo
liṅgaṁ yad draṣṭṛ-dṛśyayoḥ

Palabra por palabra

tāmasāt — de la oscuridad del ego falso; api — ciertamente; bhūta-ādeḥ — de los elementos materiales; vikurvāṇāt — debido a la transformación; abhūt — generado; nabhaḥ — el cielo; tasya — su; mātrā — forma sutil; guṇaḥ — cualidad; śabdaḥ — sonido; liṅgam — características; yat — como su; draṣṭṛ — el observador; dṛśyayoḥ — de lo que se observa.

Traducción

De la oscuridad del ego falso se genera el primero de los cinco elementos, es decir, el cielo. Su forma sutil es la cualidad del sonido, tal como el observador se encuentra en relación con lo observado.

Significado

Los cinco elementos, a saber, cielo, aire, fuego, agua y tierra, no son más que diferentes cualidades de la oscuridad del ego falso. Eso significa que el ego falso en la forma total de mahat-tattva, se genera de la potencia marginal del Señor, y debido a ese ego falso de querer enseñorearse de la creación material, se generan ingredientes para el disfrute falso del ser viviente. El ser viviente es prácticamente el factor dominante de los elementos materiales en su carácter de disfrutador de ellos, si bien el trasfondo es el Señor Supremo. De hecho, a excepción del Señor, nadie puede ser llamado el disfrutador, pero la entidad viviente desea falsamente volverse el disfrutador. Ese es el origen del ego falso. Cuando el confundido ser viviente desea eso, los elementos-sombras se generan por la voluntad del Señor, y a las entidades vivientes se les permite correr tras ellos tal como lo hacen tras una fantasmagoría.

Se dice que en primer lugar se crea el sonido denominado tan-mātrā, y luego el cielo, y en este verso se confirma que de hecho es así; pero el sonido es la forma sutil del cielo, y la diferencia que hay entre ellos es como la que existe entre el observador y lo observado. El sonido es la representación del objeto verdadero, pues el sonido que se produce al hablar del objeto da una idea de la descripción de ese objeto. Por lo tanto, el sonido es la característica sutil del objeto. En forma similar, la representación sonora del Señor, en términos de Sus características, es la forma completa del Señor, tal como la vieron Vasudeva y Mahārāja Daśaratha el padre del Señor Kṛṣṇa y el padre del Señor Rāma, respectivamente. La representación sonora del Señor no es diferente del propio Señor, debido a que el Señor y Su representación en el sonido son conocimiento absoluto. El Señor Caitanya nos ha instruido que en el santo nombre del Señor, como representación sonora del Señor, se invierten todas las potencias del Señor. Así pues, uno puede disfrutar de inmediato de la asociación del Señor, mediante la vibración pura de la representación sonora de Su santo nombre, y el concepto del Señor se manifiesta de inmediato ante el devoto puro. Un devoto puro, por lo tanto, no se aparta del Señor ni siquiera por un momento. El santo nombre del Señor, tal como se recomienda en los śastras —Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare, Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare— puede, por lo tanto, ser constantemente cantado por el devoto que aspira a estar constantemente en contacto con el Señor Supremo. Aquel que es así capaz de asociarse con el Señor, tiene la seguridad de que habrá de ser salvado de la oscuridad del mundo creado, el cual es un producto del ego falso (tamasi jyotir gama).

Texto

nabhaso ’tha vikurvāṇād
abhūt sparśa-guṇo ’nilaḥ
parānvayāc chabdavāṁś ca
prāṇa ojaḥ saho balam
vāyor api vikurvāṇāt
kāla-karma-svabhāvataḥ
udapadyata tejo vai
rūpavat sparśa-śabdavat
tejasas tu vikurvāṇād
āsīd ambho rasātmakam
rūpavat sparśavac cāmbho
ghoṣavac ca parānvayāt
viśeṣas tu vikurvāṇād
ambhaso gandhavān abhūt
parānvayād rasa-sparśa-
śabda-rūpa-guṇānvitaḥ

Palabra por palabra

nabhasaḥ — del cielo; atha — así; vikurvāṇāt — siendo transformado; abhūt — generado; sparśa — tacto; gunaḥ — cualidad; anilaḥ — aire; para — anterior; anvayāt — por sucesión; śabdavān — lleno de sonido; ca — también; prāṇaḥ — vida; ojaḥ — percepción sensual; sahaḥ — grasa; balam — fuerza; vāyoḥ — del aire; api — también; vikurvāṇāt — por transformación; kāla — tiempo; karma — reacción del pasado; sva-bhāvataḥ — sobre la base de la naturaleza; udapadyata — generado; tejaḥ — fuego; vai — debidamente; rūpavat — con forma; sparśa — tacto; śabdavat — con sonido también; tejasaḥ — del fuego; tu — pero; vikurvāṇāt — al ser transformado; āsīt — así ocurrió; ambhaḥ — agua; rasa-ātmakam — compuesto de jugo; rūpavat — con forma; sparśavat — con tacto; ca — y; ambhaḥ — agua; ghoṣavat — con sonido; ca — y; para — anterior; anvayāt — por sucesión; viśeṣaḥ — variedad; tu — pero; vikurvāṇāt — por la transformación; ambhasaḥ — del agua; gandhavān — olorosa; abhūt — se volvió; para — anterior; anvayāt — por sucesión; rasa — jugo; sparśa — tacto; śabda — sonido; rūpa-guṇa-anvitaḥ — cualitativo.

Traducción

Debido a que el cielo se transforma, el aire se genera con la cualidad del tacto y, por una sucesión anterior, el aire también queda lleno de sonido y de los principios básicos de la duración de la vida: la percepción de los sentidos, el poder mental y la fuerza corporal. Cuando el aire se transforma con el transcurso del tiempo y con las acciones de la naturaleza, se genera el fuego, y este adquiere forma con el sentido del tacto y con el sonido. Como el fuego también se transforma, hay una manifestación de agua, llena de jugo y sabor. Al igual que antes, también tiene forma y tacto, y también está llena de sonido. Y el agua, siendo la transformación de toda la variedad de cosas que se encuentran en la Tierra, aparece olorosa y, al igual que antes, se llena de jugo, tacto, sonido y forma, respectivamente, en sentido cualitativo.

Significado

Todo el proceso de la creación es un acto de desarrollo y evolución gradual de un elemento a otro, hasta llegar a la variedad que se encuentra en la Tierra en la forma de muchos árboles, plantas, montañas, ríos, reptiles, pájaros, animales y diversas variedades de seres humanos. La cualidad de percepción sensual es también evolutiva, es decir, se genera del sonido, luego del tacto, y del tacto pasa a la forma. El sabor y el olor también se generan juntamente con el desarrollo gradual del cielo, aire, fuego, agua y tierra. Todos ellos son mutuamente la causa y el efecto el uno del otro, pero la causa original es el propio Señor, en la porción plenaria de Mahā-Viṣṇu, que yace en el agua causal del mahat-tattva. Por ello, en la Brahma-saṁhitā hay una descripción que dice que el Señor Kṛṣṇa es la causa de todas las causas, y eso se confirma en el Bhagavad-gītā (10.8) de la siguiente manera:

ahaṁ sarvasya prabhavo
mattaḥ sarvaṁ pravartate
iti matvā bhajante māṁ
budhā bhāva-samanvitāḥ

Las cualidades de la percepción sensual se encuentran plenamente presentes en la tierra, y se encuentran manifestadas en otros elementos en una proporción menor. En el cielo solo hay sonido, mientras que en el aire existen el sonido y el tacto. En el fuego hay sonido, tacto y forma, y en el agua además hay sabor, juntamente con las otras percepciones, es decir, el sonido, el tacto y la forma. Sin embargo, en la tierra se encuentran todas las cualidades anteriormente mencionadas, y además se desarrolla en ella el olor. Por lo tanto, en la Tierra hay un despliegue completo de diversas variedades de vida, que comienzan originalmente con el principio básico del aire. Las enfermedades del cuerpo ocurren debido al desarreglo del aire que se encuentra dentro del cuerpo de tierra de los seres vivientes. Las enfermedades mentales son el resultado de un desarreglo especial del aire que se encuentra dentro del cuerpo y, por ello, el ejercicio yóguico es especialmente favorable para mantener el aire en orden, de manera que las enfermedades del cuerpo se reduzcan casi a cero mediante esos ejercicios. Cuando estos son realizados correctamente, la duración de la vida también aumenta, y uno también puede tener control sobre la muerte mediante esas prácticas. Un yogī perfecto puede gobernar la muerte y abandonar el cuerpo en el momento apropiado, cuando él se encuentra apto para trasladarse a un planeta adecuado. Sin embargo, el bhakti-yogī sobrepasa a todos los yogīs debido a que, en virtud de su servicio devocional, él es promovido a la región que se encuentra más allá del cielo material, y es colocado en uno de los planetas del cielo espiritual por la voluntad suprema del Señor, el controlador de todo.

Texto

vaikārikān mano jajñe
devā vaikārikā daśa
dig-vātārka-praceto ’śvi-
vahnīndropendra-mitra-kāḥ

Palabra por palabra

vaikārikāt — de la modalidad de la bondad; manaḥ — la mente; jajñe — generada; devāḥ — semidioses; vaikārikāḥ — en la modalidad de la bondad; daśa — diez; dik — el controlador de las direcciones; vāta — el controlador del aire; arka — el Sol; pracetaḥ — Varuṇa; aśvi — los Aśvinī-kumāras; vahni — el dios del fuego; indra — el rey del cielo; upendra — la deidad del cielo; mitra — uno de los doce ādityas; kāḥ — Prajāpati Brahmā.

Traducción

De la modalidad de la bondad se genera y se manifiesta la mente, así como también los diez semidioses que controlan los movimientos corporales. Esos semidioses son: el controlador de las direcciones, el controlador del aire, el dios del sol, el padre de Dakṣa Prajāpati, los Aśvinī-kumāras, el dios del fuego, el rey del cielo, la venerable deidad del cielo, el principal de los ādityas y Brahmājī, el Prajāpati. Todos empiezan a existir.

Significado

Vaikārika es la etapa neutral de la creación, y tejas es la iniciativa de la creación, mientras que tamas es el despliegue completo de la creación material que se encuentra bajo el hechizo de la oscuridad de la ignorancia. La fabricación de «lo básico para la vida» en fábricas y talleres, que se encuentra excesivamente resaltante en la era de Kali, o en la era de la máquina, es la etapa cumbre de la cualidad de la oscuridad. Esas empresas manufactureras de la sociedad humana se encuentran en la modalidad de la oscuridad debido a que, de hecho, no hay necesidad de los productos que allí se fabrican. La sociedad humana requiere principalmente de comida para la subsistencia, de refugio para el sueño, de defensa para la protección, y de algunos artículos para la satisfacción de los sentidos. Los sentidos son las señales prácticas de la presencia de vida, como se explicará en el siguiente verso. La civilización humana está destinada a purificar los sentidos, y se deben suministrar los objetos para la satisfacción sensual que sean absolutamente necesarios, mas no para agravar las necesidades sensuales artificiales. Comida, refugio, defensa y complacencia sensual son todos necesidades de la existencia material. Por lo demás, la entidad viviente no tiene esas necesidades en su estado de vida original, pura e incontaminada. La necesidades son, así pues, artificiales, y en el estado puro de la vida no existen tales necesidades. Por ello, el aumento de las necesidades artificiales, o el avance del desarrollo económico de la sociedad humana, que es la norma de la civilización material, es una clase de ocupación producto de la oscuridad y carente de conocimiento. La energía humana se malogra con esa ocupación, debido a que la energía humana está principalmente destinada a purificar los sentidos para ocuparlos en la satisfacción de los sentidos del Señor Supremo. El Señor Supremo, siendo el poseedor supremo de sentidos espirituales, es el amo de los sentidos, Hṛṣīkeśa. Hṛṣīka significa «los sentidos», e īśa significa «el amo». El Señor no es sirviente de los sentidos o, en otras palabras, Él no se encuentra dirigido por los dictados de los sentidos; pero las almas condicionadas o las entidades vivientes individuales son sirvientas de los sentidos. A ellas las conduce la dirección o los dictados de los sentidos y, por lo tanto, la civilización material es solo una clase de ocupación en la complacencia sensual. La civilización humana ha de tener como norma la curación de la enfermedad de la complacencia sensual, y uno puede lograr esto simplemente volviéndose un agente de la satisfacción de los sentidos espirituales del Señor. Nunca se debe hacer que los sentidos detengan sus ocupaciones, pero uno debe purificarlos, ocupándolos en el servicio puro de la complacencia sensual del amo de los sentidos. Esa es la instrucción de todo el Bhagavad-gītā. Arjuna quiso primero que todo satisfacer sus propios sentidos, con su decisión de no pelear con su parientes y amigos; pero el Señor Śrī Kṛṣṇa le enseñó el Bhagavad-gītā, tan solo para purificar la decisión que Arjuna había tomado en pos de la complacencia sensual. Por lo tanto, Arjuna accedió a complacer los sentidos del Señor y, así pues, llevó a cabo la batalla de Kurukṣetra, tal como el Señor lo deseaba.

Los Vedas nos dicen que salgamos de la existencia en la oscuridad y avancemos por el sendero de la luz (tamasi jyotir gama). Por lo tanto, el sendero de la luz consiste en satisfacer los sentidos del Señor. Los hombres extraviados, o los hombres poco inteligentes, siguen el sendero de la autorrealización sin hacer ningún intento de satisfacer los sentidos trascendentales del Señor mediante la prosecución del sendero mostrado por Arjuna y otros devotos del Señor. Por el contrario, ellos tratan de detener artificialmente las actividades de los sentidos (el sistema de yoga), o niegan los sentidos trascendentales del Señor (el sistema de jñāna). Sin embargo, los devotos se encuentran por encima de los yogīs y los jñānīs, debido a que los devotos puros no niegan los sentidos del Señor; ellos quieren satisfacer los sentidos del Señor. Los yogīs y los jñānīs niegan los sentidos del Señor, tan solo debido a la oscuridad de la ignorancia y, así pues, tratan de controlar artificialmente las actividades de los sentidos enfermos. Cuando los sentidos se encuentran enfermos, se ocupan en demasía del aumento de las necesidades materiales. Cuando uno llega a ver la desventaja de agravar las actividades sensuales, recibe el nombre de jñānī; y cuando uno trata de detener las actividades de los sentidos mediante la práctica de los principios yóguicos, recibe el nombre de yogī. Pero cuando alguien se encuentra plenamente consciente de los sentidos trascendentales del Señor y trata de complacerlos, recibe el nombre de devoto del Señor. Los devotos del Señor no tratan de negar los sentidos del Señor, ni tampoco detienen artificialmente las acciones de los sentidos. Mas ellos ocupan voluntariamente los sentidos purificados en el servicio del amo de los sentidos, como lo hizo Arjuna, logrando así fácilmente la perfección de satisfacer al Señor, la meta última de toda perfección.

Texto

taijasāt tu vikurvāṇād
indriyāṇi daśābhavan
jñāna-śaktiḥ kriyā-śaktir
buddhiḥ prāṇaś ca taijasau
śrotraṁ tvag-ghrāṇa-dṛg-jihvā
vāg-dor-meḍhrāṅghri-pāyavaḥ

Palabra por palabra

taijasāt — por el egoísmo apasionado; tu — pero; vikurvāṇāt — transformación de; indriyāṇi — los sentidos; daśa — diez; abhavan — generados; jñāna-śaktiḥ — los cinco sentidos de adquisición de conocimiento; kriyā-śaktiḥ — los cinco sentidos para las actividades; buddhiḥ — inteligencia; prāṇaḥ — la energía viviente; ca — también; taijasau — todos los productos de la modalidad de la pasión; śrotram — el sentido de la audición; tvak — el sentido del tacto; ghrāṇa — el sentido del olfato; dṛk — el sentido de la vista; jihvā — el sentido del gusto; vāk — el sentido del habla; doḥ — el sentido de la manipulación; meḍhra — el órgano genital; aṅghri — las piernas; pāyavaḥ — el sentido de evacuar.

Traducción

Mediante la transformación adicional de la modalidad de la pasión, los órganos de los sentidos, como el oído, la piel, la nariz, los ojos, la lengua, la boca, las manos, el órgano genital, las piernas y el orificio para evacuar, juntamente con la inteligencia y la energía viviente, se generan.

Significado

La condición viviente de la existencia material depende más o menos de la inteligencia y de la poderosa energía viviente de uno. La inteligencia para contrarrestar la dura lucha por la existencia, está asistida por los sentidos de adquisición de conocimiento, y la energía viviente se mantiene mediante la manipulación de los órganos activos, como las manos y las piernas. Pero en conjunto, la lucha por la existencia es una acción de la modalidad de la pasión; por lo tanto, todos los órganos sensuales, encabezados por la inteligencia y la energía viviente, prāṇa, son diferentes productos y subproductos de la segunda modalidad de la naturaleza, denominada pasión. Sin embargo, esta modalidad de la pasión es producto del elemento aire, como se describió anteriormente.

Texto

yadaite ’saṅgatā bhāvā
bhūtendriya-mano-guṇāḥ
yadāyatana-nirmāṇe
na śekur brahma-vittama

Palabra por palabra

yadā — mientras que; ete — todos estos; asaṅgatāḥ — sin ensamblarse; bhāvāḥ — permanecieron situados así; bhūta — elementos; indriya — sentidos; manaḥ — mente; guṇāh — modalidades de la naturaleza; yadā — mientras que; ayatana — el cuerpo; nirmāṇe — al ser formado; na śekuḥ — no fue posible; brahma-vit-tama — ¡oh, Nārada, el mejor conocedor de conocimiento trascendental!

Traducción

¡Oh, Nārada, el mejor de los trascendentalistas!, las formas del cuerpo no pueden aparecer mientras esas partes creadas, es decir, los elementos, los sentidos, la mente y las modalidades de la naturaleza, no sean ensamblados.

Significado

Los diferentes tipos de estructura corporal de las entidades vivientes, son tal como los diferentes tipos de automóviles que se fabrican mediante el ensamblaje de los correspondientes accesorios automotrices. Cuando el automóvil está listo, el conductor se sienta en él y lo mueve como desea. Eso también se confirma en el Bhagavad-gītā (18.61): la entidad viviente se encuentra tal como si estuviera sentada en la máquina del cuerpo, y el auto constituido por el cuerpo se mueve bajo el control de la naturaleza material, tal como los ferrocarriles se mueven bajo la dirección del controlador. Sin embargo, las entidades vivientes no son los cuerpos; ellas son distintas de los autos constituidos por el cuerpo. Pero el científico material poco inteligente no puede entender el proceso del ensamblaje de las partes del cuerpo, a saber, los sentidos, la mente y las cualidades de las modalidades materiales. Toda entidad viviente es una chispa espiritual, parte integral del Ser Supremo y, por la bondad del Señor, pues el Padre es bondadoso con Sus hijos, los seres vivientes individuales reciben una pequeña libertad de actuar, de acuerdo con su deseo de enseñorearse de la naturaleza material. Así como un padre, para satisfacer al niño que llora, le da algunos juguetes, así mismo el deseo del Señor hace posible toda la creación material, para permitirles a las entidades vivientes confundidas enseñorearse de las cosas tal como lo deseen, aunque bajo el control del agente del Señor. Las entidades vivientes son tal como niñitos que juegan en el campo material bajo el control de la sirvienta del Señor (la naturaleza). Ellas consideran a māyā, o la sirvienta, como si lo fuera todo y, así pues, conciben equivocadamente que la Verdad Suprema es femenina (la diosa Durgā, etc.). Los tontos e infantiles materialistas no pueden ir más allá de la concepción de la sirvienta, la naturaleza material; pero los inteligentes hijos adultos del Señor saben bien que todos los actos de la naturaleza material están controlados por el Señor, tal como una sirvienta se encuentra bajo el control del amo, el padre de los niños no desarrollados.

Las partes del cuerpo, por ejemplo los sentidos, son creación del mahat-tattva, y cuando se ensamblan por la voluntad del Señor, el cuerpo material empieza a existir, y a la entidad viviente se le permite utilizarlo para sus actividades subsiguientes. Ello se explica de la siguiente manera.

Texto

tadā saṁhatya cānyonyaṁ
bhagavac-chakti-coditāḥ
sad-asattvam upādāya
cobhayaṁ sasṛjur hy adaḥ

Palabra por palabra

tadā — todos esos; saṁhatya — siendo ensamblados; ca — también; anyonyam — uno con el otro; bhagavat — por la Personalidad de Dios; śakti — energía; coditāḥ — siendo aplicada; sat-asattvam — en primer y segundo lugar; upādāya — aceptando; ca — también; ubhayam — ambas; sasṛjuḥ — empezaron a existir; hi — ciertamente; adaḥ — este universo.

Traducción

Así pues, cuando todos ellos fueron ensamblados por la fuerza de la energía de la Suprema Personalidad de Dios, este universo ciertamente que empezó a existir al recibir tanto la causa primaria como la secundaria de la creación.

Significado

En este verso se menciona claramente que la Suprema Personalidad de Dios ejerce Sus diferentes energías sobre la creación; no es cierto que Él Mismo se transforma en creaciones materiales. Él se expande mediante Sus diferentes energías, así como mediante Sus potencias plenarias. En un rincón del cielo espiritual constituido por el brahmajyoti, algunas veces aparece una nube espiritual, y la porción cubierta se denomina el mahat-tattva. El Señor, luego, mediante Su porción plenaria como Mahā-Viṣṇu, se acuesta en el agua del mahat-tattva, y el agua se denomina el océano Causal (Kāraṇa-jala). Mientras Mahā-Viṣṇu duerme en el océano Causal, se generan innumerables universos a la par de Su respiración. Esos universos se encuentran flotando, y se diseminan por todo el océano Causal. Ellos permanecen solo durante el período respiratorio de Mahā-Viṣṇu. En todos y cada uno de los globos que constituyen los universos, el mismo Mahā-Viṣṇu entra a Su vez como Garbhodakaśāyī Viṣṇu, y yace ahí sobre la encarnación Śeṣa semejante a una serpiente. De Su ombligo brota un tallo de loto, y sobre el loto nace Brahmā, el señor del universo. Brahmā crea toda clase de seres vivientes de diferentes figuras, en términos de los diferentes deseos que se encuentran en el universo. El también crea el Sol, la Luna y a los otros semidioses.

Por lo tanto, el propio Señor es el ingeniero principal de la creación material, como se confirma en el Bhagavad-gītā (9.10). Es solo Él quien dirige la naturaleza material para producir toda clase de creaciones móviles e inmóviles.

Existen dos modalidades de la creación material: la creación de los universos colectivos, como se dijo anteriormente, realizada por el Mahā-Viṣṇu, y la creación del universo singular. Ambas son realizadas por el Señor y, así pues, la configuración del universo tal como la vemos, aparece.

Texto

varṣa-pūga-sahasrānte
tad aṇḍam udake śayam
kāla-karma-svabhāva-stho
jīvo ’jīvam ajīvayat

Palabra por palabra

varṣa-pūga — muchos años; sahasra-ante — de miles de años; tat — eso; aṇḍam — el globo del universo; udake — en el agua causal; ayam — estando ahogado; kāla — tiempo eterno; karma — acción; svabhāva-sthaḥ — de acuerdo con las modalidades de la naturaleza; jīvaḥ — el Señor de los seres vivientes; ajīvam — inanimado; ajīvayat — haciendo que se animara.

Traducción

Así pues, todos los universos permanecieron por miles de evos en el agua [el océano Causal], y el Señor de los seres vivientes, entrando en cada uno de ellos, hizo que se animaran por completo.

Significado

Aquí se dice que el Señor es el jīva, debido a Él es el líder de todos los demás jīvas (entidades vivientes). En los Vedas se describe que Él es el nitya, el líder de todos los demás nityas. La relación del Señor con las entidades vivientes es como la del Padre con los hijos. Los hijos y el padre son iguales en sentido cualitativo, pero el padre nunca es el hijo y el hijo nunca es el padre engendrador. Así que, como se describió anteriormente, el Señor, como Garbhodakaśāyī Viṣṇu o la Superalma Hiraṇyagarbha, entra en todos y cada uno de los universos, y hace que se animen al engendrar las entidades vivientes en el vientre de la naturaleza material, como se confirma en el Bhagavad-gītā (14.3). Después de cada aniquilación de la creación material, todas las entidades vivientes se funden en el cuerpo del Señor y, después de la creación, la energía material es impregnada de nuevo con ellas. Por lo tanto, en la existencia material, la energía material es aparentemente la madre de las entidades vivientes, y el Señor es el padre. Sin embargo, cuando ocurre la animación, las entidades vivientes despiertan sus propias actividades naturales bajo el hechizo del tiempo y la energía y, así pues, se manifiestan las diversas variedades de seres vivientes. Por lo tanto, el Señor es, en fin de cuentas, la causa de toda animación en el mundo material.

Texto

sa eva puruṣas tasmād
aṇḍaṁ nirbhidya nirgataḥ
sahasrorv-aṅghri-bāhv-akṣaḥ
sahasrānana-śīrṣavān

Palabra por palabra

saḥ — Él (el Señor); eva — Él Mismo; puruṣaḥ — la Suprema Personalidad de Dios; tasmāt — de dentro del universo; aṇḍam — Hiraṇyagarbha; nirbhidya — dividiendo; nirgataḥ — salió; sahasra — miles; ūru — muslos; aṅghri — piernas; bāju — brazos; akṣah — ojos; sahasra — miles de; ānana — bocas; śīrṣavān — con cabezas también.

Traducción

El Señor [Mahā-Viṣṇu], si bien yacía en el océano Causal, salió de él, y dividiéndose en la forma de Hiraṇyagarbha, entró en cada universo y adoptó la forma de virāṭ-rūpa, con miles de piernas, brazos, bocas, cabezas, etc.

Significado

Las expansiones de los sistemas planetarios dentro de todos y cada uno de los universos, se encuentran situadas en las diferentes partes del virāṭ-rūpa (forma universal) del Señor, y se describen de la siguiente manera.

Texto

yasyehāvayavair lokān
kalpayanti manīṣiṇaḥ
kaṭya-ādibhir adhaḥ sapta
saptordhvaṁ jaghanādibhiḥ

Palabra por palabra

yasya — cuyo; iha — en el universo; avayavaiḥ — por las extremidades del cuerpo; lokān — todos los planetas; kalpayanti — imaginan; manīṣiṇaḥ — grandes filósofos; kaṭi-ādibhiḥ — descendiendo desde la cintura; adhaḥ — hacia abajo; sapta — siete sistemas; sapta-ūrdhvam — y siete sistemas hacia arriba; jaghanādibhiḥ — porción delantera.

Traducción

Grandes filósofos imaginan que todos los sistemas planetarios que se encuentran en el universo, son despliegues de las diferentes extremidades superiores e inferiores del cuerpo universal del Señor.

Significado

La palabra kalpayanti, o «imaginan», es significativa. La forma universal virāṭ del Absoluto es una imaginación de los filósofos especuladores, que son incapaces de ajustarse a la eterna forma de dos brazos del Señor Śrī Kṛṣṇa. Si bien la forma universal, como la imaginan los grandes filósofos, es uno de los aspectos del Señor, es más o menos imaginaria. Se dice que los siete sistemas planetarios superiores se encuentran por encima de la cintura de la forma universal, mientras que los sistemas planetarios inferiores se encuentran por debajo de Su cintura. Lo que se quiere decir aquí es, que el Señor Supremo está consciente de todas las partes de Su cuerpo, y en ninguna parte de la creación existe algo que se encuentre más allá de Su control.

Texto

puruṣasya mukhaṁ brahma
kṣatram etasya bāhavaḥ
ūrvor vaiśyo bhagavataḥ
padbhyāṁ śūdro vyajāyata

Palabra por palabra

puruṣasya — de la Suprema Personalidad de Dios; mukham — boca; brahma — constituye los brāhmaṇas; kṣatram — la orden real; etasya — de Él; bāhavaḥ — los brazos; ūrvoḥ — los muslos; vaiśyaḥ — son los mercaderes; bhagavataḥ — de la Personalidad de Dios; padbhyām — de Sus piernas; śūdraḥ — la clase trabajadora; vyajāyata — se manifestó.

Traducción

Los brāhmaṇas representan Su boca, los kṣatriyas Sus brazos, los vaiśyas Sus muslos, y los śūdras nacen de Sus piernas.

Significado

Se afirma que todos los seres vivientes son partes integrales del Señor Supremo, y la manera en que lo son se explica en este verso. Las cuatro divisiones de la sociedad humana, es decir la clase inteligente (los brāhmaṇas), la clase administrativa (los kṣatriyas), la clase mercantil (los vaiśyas), y la clase trabajadora (los śūdras), se encuentran todas en diferentes partes del cuerpo del Señor. Por ello, nadie es diferente del Señor. La boca del cuerpo y las piernas del cuerpo no son diferentes constitucionalmente, pero la boca o la cabeza del cuerpo es más importante que las piernas, cualitativamente. Al mismo tiempo, la boca, las piernas, los brazos y los muslos son todos partes componentes del cuerpo. Esas extremidades del cuerpo del Señor están destinadas a servir al todo completo. La boca está destinada a hablar y comer, los brazos están destinados a proteger el cuerpo, las piernas están destinadas a transportar el cuerpo, y la cintura está destinada a mantener el cuerpo. Por lo tanto, la clase inteligente de la sociedad debe hablar en nombre del cuerpo, así como también aceptar alimentos para satisfacer el hambre del cuerpo. El Señor siente hambre de frutos de sacrificios. Los brāhmaṇas, o la clase inteligente, deben ser muy expertos en realizar tales sacrificios, y las clases subordinadas deben participar de esos sacrificios. Hablar por el Señor Supremo significa glorificar al Señor mediante la propagación del conocimiento del Señor tal como es, difundiendo cuál es la naturaleza verdadera del Señor y cuál es la posición verdadera de todas las demás partes del cuerpo entero. Por lo tanto, se le exige a los brāhmaṇas que conozcan los Vedas, o la fuente última de conocimiento. Veda significa conocimiento y anta significa el fin de él. De acuerdo con el Bhagavad-gītā, el Señor es la fuente de todo (ahaṁ sarvasya prabhavaḥ) y, así pues, la cumbre de todo conocimiento (vedānta) consiste en conocer al Señor, conocer nuestra relación con Él y actuar solo de acuerdo con esa relación. Las partes del cuerpo están relacionadas con el cuerpo; en forma similar, el ser viviente debe conocer cuál es su relación con el Señor. La vida humana está especialmente destinada a ese propósito, es decir, a conocer la relación verdadera que tiene todo ser viviente con el Señor Supremo. Si no se conoce esa relación, la vida humana se malogra. La clase de hombres inteligentes, los brāhmaṇas, son especialmente responsables, por lo tanto, de difundir ese conocimiento de nuestra relación con el Señor, y de conducir a la gente en general hacia el sendero correcto. La clase administrativa está destinada a proteger a los seres vivientes de manera que puedan cumplir con ese propósito. La clase mercantil está destinada a producir granos alimenticios y a distribuirlos a la sociedad humana por entero, de manera que toda la población reciba una oportunidad de vivir cómodamente y de desempeñar los deberes de la vida humana. A la clase mercantil también se le exige que proteja a las vacas para obtener suficiente leche y productos lácteos, que son lo único que pueden dar la inteligencia y la salud apropiadas y necesarias para mantener una civilización perfectamente destinada a conseguir el conocimiento de la verdad última. Y la clase trabajadora, que no es inteligente ni poderosa, puede ayudar mediante servicios físicos a las otras clases más elevadas y, así pues, beneficiarse por su cooperación. Por lo tanto, el universo es una unidad completa que está relacionada con el Señor, y si no se tiene esa relación con el Señor, la sociedad humana por entero se perturba y queda sin paz y sin prosperidad. Eso se confirma en los Vedas: brāhmaṇo ’sya mukham āsīd, rājanyaḥ kṛtaḥ.

Texto

bhūrlokaḥ kalpitaḥ padbhyāṁ
bhuvarloko ’sya nābhitaḥ
hṛdā svarloka urasā
maharloko mahātmanaḥ

Palabra por palabra

bhūḥ — los sistemas planetarios inferiores, ascendiendo hasta el estrato de la Tierra; lokaḥ — los planetas; kalpitaḥ — se imagina o se dice así; padbhyām — de las piernas; bhuvaḥ — el superior; lokaḥ — el sistema planetario; asya — de Él (el Señor); nābhitaḥ — de la región umbilicoabdominal; hṛdā — por el corazón; svarlokaḥ — los sistemas planetarios ocupados por los semidioses; urasā — por el pecho; maharlokaḥ — el sistema planetario ocupado por grandes sabios y santos; mahā-ātmanaḥ — de la Suprema Personalidad de Dios.

Traducción

Los sistemas planetarios inferiores, ascendiendo hasta el nivel del estrato terrestre, se dice que están situados en Sus piernas. Los sistemas planetarios medios, comenzando desde Bhuvarloka, están situados en Su ombligo. Y los sistemas planetarios aún más elevados, ocupados por los semidioses y los sabios y santos extremadamente cultos, se encuentran en el pecho del Señor Supremo.

Significado

Existen catorce esferas de sistemas planetarios dentro de este universo. Los sistemas inferiores se denominan Bhūrloka, los sistemas medios se denominan Bhūvarloka, y los sistemas planetarios superiores, hasta Brahmaloka, el sistema planetario más elevado del universo, se denominan Svarloka. Y todos ellos se encuentran en el cuerpo del Señor. En otras palabras, ninguna persona de este universo carece de una relación con el Señor.

Texto

grīvāyāṁ janaloko ’sya
tapolokaḥ stana-dvayāt
mūrdhabhiḥ satyalokas tu
brahmalokaḥ sanātanaḥ

Palabra por palabra

grīvāyām — hasta el cuello; janalokaḥ — el sistema planetario Janaloka; asya — de Él; tapolokaḥ — el sistema planetario Tapoloka; stana-dvayāt — comenzando desde el pecho; mūrdhabhiḥ — por la cabeza; satyalokaḥ — el sistema planetario Satyaloka; tu — pero; brahmaloka — los planetas espirituales; sanātanaḥ — eternos.

Traducción

Desde la parte delantera del pecho hasta el cuello de la forma universal del Señor, se encuentran los sistemas planetarios denominados Janaloka y Tapoloka, mientras que Satyaloka, el sistema planetario más elevado, se encuentra en la cabeza de la forma. Sin embargo, los planetas espirituales son eternos.

Significado

Muchas veces en estas páginas hemos disertado acerca de los planetas espirituales que se encuentran más allá del cielo material, y la descripción está corroborada en este verso. La palabra sanātana es significativa. Esa misma idea de eternidad se expresa en el Bhagavad-gītā (8.20), donde se dice que más allá de la creación material está el cielo espiritual, donde todo es eterno. Algunas veces Satyaloka, el planeta en el cual reside Brahmā, es llamado también Brahmaloka. Pero el Brahmaloka que se menciona aquí no es el sistema planetario Satyaloka. Este Brahmaloka es eterno, mientras que el sistema planetario Satyaloka no es eterno. Y para distinguirlos a los dos, se ha utilizado en este caso el adjetivo sanātana. De acuerdo con Śrīla Jīva Gosvāmī, este Brahmaloka es el loka o morada de Brahman, o el Señor Supremo. En el cielo espiritual todos los planetas se encuentran en el mismo nivel del propio Señor. El Señor es todo espíritu, y Su nombre, fama, glorias, cualidades, pasatiempos, etc., no son diferentes de Él, debido a que Él es absoluto. Por ello, los planetas que se encuentran en el Reino de Dios tampoco son diferentes de Él. En esos planetas no hay diferencia entre el cuerpo y el alma, ni existe tampoco influencia alguna del tiempo tal como lo experimentamos en el mundo material. Y además de que en los planetas de Brahmaloka no hay influencia del tiempo, por ser espirituales, nunca son aniquilados. Toda la diversidad que se encuentra en los planetas espirituales es también uno con el Señor y, por lo tanto, el aforismo védico ekam evādvitīyam se experimenta plenamente en esa atmósfera sanātana de variedades espirituales. Este mundo material es tan solo una fantasmagoría-sombra del reino espiritual del Señor, y debido a que es una sombra, no es nunca eterno. La variedad que se encuentra en el mundo material de la dualidad (el espíritu y la materia) no puede asemejarse a la del mundo espiritual. Debido al poco acopio de conocimiento, las personas poco inteligentes algunas veces consideran equivocadamente que las condiciones del mundo-sombra son equivalentes a aquellas del mundo espiritual y, así pues, consideran erróneamente que el Señor y Sus pasatiempos en el mundo material son uno con las almas condicionadas y sus actividades. El Señor condena a esas personas poco inteligentes en el Bhagavad-gītā:

avajānanti māṁ mūḍhā
mānuṣīṁ tanum āśritam
paraṁ bhāvam ajānanto
mama bhūta-maheśvaram

Cuando quiera que el Señor se encarna, lo hace con Su plena potencia interna (ātma-māyā), y las personas poco inteligentes consideran equivocadamente que Él es una de las creaciones materiales. Por lo tanto, Śrīla Śrīdhara Svāmi, comentando correctamente este verso, dice que el Brahmaloka que aquí se menciona es Vaikuṇṭha, el Reino de Dios, que es sanātana, o eterno, y, por lo tanto, no es igual que las creaciones materiales descritas anteriormente. La forma universal virāṭ del Señor es una imaginación que se crea para el mundo material. No tiene nada que ver con el mundo espiritual o el Reino de Dios.

Texto

tat-kaṭyāṁ cātalaṁ kḷptam
ūrubhyāṁ vitalaṁ vibhoḥ
jānubhyāṁ sutalaṁ śuddhaṁ
jaṅghābhyāṁ tu talātalam
mahātalaṁ tu gulphābhyāṁ
prapadābhyāṁ rasātalam
pātālaṁ pāda-talata
iti lokamayaḥ pumān

Palabra por palabra

tat — en Su; kaṭyām — cintura; ca — también; atalam — el primer sistema planetario que se encuentra por debajo de la Tierra; kḷptam — situado; ūrubhyām — en los muslos; vitalam — el segundo sistema planetario que se encuentra por debajo; vibhoḥ — el Señor; jānubhyām — en los tobillos; sutalam — el tercer sistema planetario que se encuentra por debajo; śuddham — purificado; jaṅghābhyām — en las junturas; tu — pero; talātalam — el cuarto sistema que se encuentra por debajo; mahātalam — el quinto sistema planetario que se encuentra por debajo; tu — pero; gulphābhyān — situado en las pantorrillas; prapadābhyām — en la porción superior o delantera de los pies; rasātalam — el sexto sistema planetario que se encuentra por debajo; pātālam — el séptimo sistema planetario que se encuentra por debajo; pāda-talataḥ — en la parte inferior o en las plantas de los pies; iti — así pues; lokamayaḥ — llena de sistemas planetarios; pumān — el Señor.

Traducción

Mi querido hijo Nārada, he de decirte que del total de catorce sistemas planetarios, existen siete sistemas planetarios inferiores. El primer sistema planetario, conocido como Atala, se encuentra en la cintura; el segundo, Vitala, se encuentra en los muslos; el tercero, Sutala, en las rodillas; el cuarto, Talātala, en la espinilla; el quinto, Mahātala, en los tobillos; el sexto, Rasātala, en la porción superior de los pies; y el séptimo, Pātāla, en las plantas de los pies. Así pues, la forma virāṭ del Señor está llena de todos los sistemas planetarios.

Significado

Los aventureros modernos (los astronautas que viajan por el espacio) deben informarse a través del Śrīmad-Bhāgavatam, que en el espacio existen catorce divisiones de sistemas planetarios. La situación de ellos se calcula desde el sistema planetario terrestre, que se denomina Bhūrloka. Por encima de Bhūrloka está Bhuvarloka, y el sistema planetario más elevado se denomina Satyaloka. Esos son los siete lokas, o sistemas planetarios, superiores. Y en forma similar existen siete sistemas planetarios inferiores conocidos como los lokas Atala, Vitala, Sutala, Talātala, Mahātala, Rasātala y Pātāla. Todos esos sistemas planetarios se encuentran diseminados por todo el universo, el cual ocupa una área de 3 218 600 000 por 3 218 600 000 kilómetros cuadrados. Los astronautas modernos pueden viajar solo unos cuantos miles de kilómetros fuera de la Tierra y, por lo tanto, su intento de viajar por el cielo es algo así como un juego de niños en la orilla de un vasto océano. La Luna se encuentra situada en el tercer nivel del sistema planetario superior, y con el Quinto Canto del Śrīmad-Bhāgavatam podemos conocer las distancias a las que se encuentran los diversos planetas que están diseminados por el vasto cielo material. Existen innumerables universos más allá de aquel en el que nosotros hemos sido puestos, y todos esos universos materiales cubren tan solo una insignificante porción del cielo espiritual, el cual, en la descripción anterior, se dice que es sanātana Brahmaloka. El Señor Supremo invita muy bondadosamente a los seres humanos inteligentes a que regresen al hogar, de vuelta a Dios, en el siguiente verso del Bhagavad-gītā (8.16):

ābrahma-bhuvanāl lokāḥ
punar āvartino ’rjuna
mām upetya tu kaunteya
punar janma na vidyate

Comenzando con Satyaloka, el planeta más elevado del universo, que se encuentra situado justamente por debajo del eterno Brahmaloka, como se describió anteriormente, todos los planetas son materiales. Y la situación de uno en cualquiera de los muchos planetas materiales se encuentra aún sujeta a las leyes de la naturaleza material, es decir, al nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Pero uno puede liberarse por completo de todas las angustias materiales arriba mencionadas, al entrar en la eterna atmósfera Brahmaloka sanātana, el Reino de Dios. Por lo tanto, la liberación, tal como la contemplan los filósofos especulativos y los místicos, resulta posible solo cuando uno se vuelve devoto del Señor. Todo aquel que no es devoto, no puede entrar en el Reino de Dios. Solo mediante el logro de una actitud de servicio en la posición trascendental puede uno entrar en el Reino de Dios. Por lo tanto, los filósofos especulativos, así como los místicos, deben en primer lugar sentirse atraídos por el culto devocional antes de que puedan de hecho conseguir la liberación.

Texto

bhūrlokaḥ kalpitaḥ padbhyāṁ
bhuvarloko ’sya nābhitaḥ
svarlokaḥ kalpito mūrdhnā
iti vā loka-kalpanā

Palabra por palabra

bhūrlokaḥ — todo el sistema planetario, desde Pātāla hasta el sistema planetario terrestre; kalpitaḥ — imaginado; padbhyām — que se encuentra en las piernas; bhuvarlokaḥ — el sistema planetario Bhuvarloka; asya — de la forma universal del Señor; nābhitaḥ — de la región unbilicoabdominal; svarlokaḥ — el sistema planetario superior que comienza con los planetas celestiales; kalpitaḥ — imaginado; mūrdhnā — desde el pecho hasta la cabeza; iti — así; — o; loka — los sistemas planetarios; kalpanā — imaginación.

Traducción

Otras personas dividen todo el sistema planetario en tres partes, es decir, los sistemas planetarios inferiores, que se encuentran en las piernas [ascendiendo hasta la Tierra], los sistemas planetarios medios, que se encuentran en el ombligo, y los sistemas planetarios superiores [Svarloka], que van desde el pecho hasta la cabeza de la Suprema Personalidad.

Significado

Aquí se mencionan las tres divisiones de todos los sistemas planetarios; otras personas imaginan catorce, y eso también se encuentra explicado.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo quinto del Canto Segundo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «La causa de todas las causas».