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Capítulo 3

El servicio devocional puro: la transformación del corazón

Texto

śrī-śuka uvāca
evam etan nigaditaṁ
pṛṣṭavān yad bhavān mama
nṛṇāṁ yan mriyamāṇānāṁ
manuṣyeṣu manīṣiṇām

Palabra por palabra

śrī-śukadevaḥ uvāca — Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo; evam — así pues; etat — todos estos; nigaditam — respondido; pṛṣṭavān — según lo preguntaste; yat — que; bhavān — tu buena persona; mama — a mí; nṛṇām — del ser humano; yat — aquel; mriyamāṇānām — en el umbral de la muerte; manuṣyeṣu — entre los seres humanos; manīṣiṇām — de los hombres inteligentes.

Traducción

Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: Mahārāja Parīkṣit, conforme me has preguntado acerca del deber del hombre inteligente que se halla en el umbral de la muerte, así te he respondido.

Significado

En la sociedad humana de todas partes del mundo hay millones y billones de hombres y mujeres, y prácticamente todos ellos son poco inteligentes, porque tienen muy poco conocimiento acerca del alma espiritual. Casi todos ellos tienen una concepción errónea de la vida, pues se identifican con el cuerpo material burdo y con el cuerpo material sutil, cosa que, de hecho, no son. Puede que ellos estén situados en diferentes posiciones altas y bajas a los ojos de la sociedad humana, pero uno debe saber con toda certeza que, a menos que uno indague acerca de su propio yo más allá del cuerpo y de la mente, todas las actividades que realice en la vida humana son fracasos totales. Por consiguiente, de miles y miles de hombres, puede que uno indague acerca de su yo espiritual, y por eso consulte las Escrituras reveladas tales como los Vedāntra-sūtras, el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam. Pero a pesar de leer y oír lo que dicen esas Escrituras, a menos que uno esté en contacto con un maestro espiritual iluminado, no puede llegar a entender por completo la verdadera naturaleza del ser, etc. Y de entre miles y cientos de hombres, puede que uno sepa lo que el Señor Śrī Kṛṣṇa es en verdad. En el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 20.122-123) se dice que el Señor Śrī Kṛṣṇa, movido por Su misericordia sin causa, preparó las Escrituras védicas en la encarnación de Vyāsadeva, para que fueran leídas por la clase de los hombres inteligentes que integran la sociedad humana, la cual ha olvidado casi en su totalidad la relación genuina que se tiene con Kṛṣṇa. Incluso esa clase de hombres inteligentes pueden olvidar la relación que tienen con el Señor. Todo el proceso del bhakti-yoga es, por ende, un restablecimiento de la perdida relación. Ese restablecimiento es posible en la forma de vida humana, que se obtiene únicamente de entre el ciclo evolutivo de 8 400 000 especies de vida. La clase de seres humanos inteligentes debe tomar muy en serio esta oportunidad. No todos los seres humanos son inteligentes, así que la importancia de la vida humana no siempre se entiende. Por lo tanto, aquí se usa particularmente la palabra manīṣiṇām, que significa «sensato». Una persona manīṣiṇām, como Mahārāja Parīkṣit, debe, entonces, entregarse a los pies de loto del Señor Śrī Kṛṣṇa y dedicarse por entero al servicio devocional, oyendo, cantando, etc., acerca del santo nombre y los santos pasatiempos del Señor, todos los cuales son hari-kathāmṛta. Esta actividad se recomienda especialmente cuando uno se está preparando para morir.

Texto

brahma-varcasa-kāmas tu
yajeta brahmaṇaḥ patim
indram indriya-kāmas tu
prajā-kāmaḥ prajāpatīn
devīṁ māyāṁ tu śrī-kāmas
tejas-kāmo vibhāvasum
vasu-kāmo vasūn rudrān
vīrya-kāmo ’tha vīryavān
annādya-kāmas tv aditiṁ
svarga-kāmo ’diteḥ sutān
viśvān devān rājya-kāmaḥ
sādhyān saṁsādhako viśām
āyuṣ-kāmo ’śvinau devau
puṣṭi-kāma ilāṁ yajet
pratiṣṭhā-kāmaḥ puruṣo
rodasī loka-mātarau
rūpābhikāmo gandharvān
strī-kāmo ’psara urvaśīm
ādhipatya-kāmaḥ sarveṣāṁ
yajeta parameṣṭhinam
yajñaṁ yajed yaśas-kāmaḥ
kośa-kāmaḥ pracetasam
vidyā-kāmas tu giriśaṁ
dāmpatyārtha umāṁ satīm

Palabra por palabra

brahma — el absoluto; varcasa — refulgencia; kāmaḥ tu — pero aquel que desea de esa manera; yajeta — adora; brahmaṇaḥ — de los Vedas; patim — el amo; indram — el rey del cielo; indriya-kāmaḥ tu — pero aquel que desea tener unos órganos de los sentidos fuertes; prajā-kāmaḥ — aquel que desea tener mucha descendencia; prajāpatīn — los prajāpatis; devīm — la diosa; māyām — a la que es ama del mundo material; tu — pero; śrī-kāmaḥ — aquel que desea belleza; tejaḥ — poder; kāmaḥ — aquel que desea eso; vibhāvasum — el dios del fuego; vasu-kāmaḥ — aquel que desea tener riquezas; vasūn — los semidioses vasu; rudrān — las expansiones rudra del Señor Śiva; vīrya-kāmaḥ — aquel que quiere tener una constitución muy fuerte; atha — por lo tanto; vīryavān — el muy poderoso; anna-adya — granos; kāmaḥ — aquel que desea eso; tu — pero; aditim — Aditi, la madre de los semidioses; svarga — cielo; kāmaḥ — deseando eso; aditeḥ sutān — los hijos de Aditi; viśām — Viśvadeva; devān — semidioses; rājya-kāmaḥ — aquellos que anhelan tener reinos; sādhyān — los semidioses sādhya; saṁsādhakaḥ — lo que complace los deseos; viśvām — de la comunidad mercantil; āyuḥ-kāmaḥ — deseoso de tener una larga vida; aśvinau — los dos semidioses conocidos como los hermanos Aśvini; devau — los dos semidioses; puṣṭi-kāmaḥ — aquel que desea tener un cuerpo de constitución fuerte; ilām — la Tierra; yajet — debe adorar; pratiṣṭhā-kāmaḥ — aquel que desea tener buena fama o estabilidad en un cargo; puruṣaḥ — esa clase de hombres; rodasī — el horizonte; loka-mātarau — y la Tierra; rūpa — belleza; abhikāmaḥ — ambicionando verdaderamente; gandharvān — los residentes del planeta Gandharva, los cuales son muy hermosos y expertos en cantar; strī-kāmaḥ — aquel que desea tener una buena esposa; apsaraḥ urvaśīm — las muchachas frívolas del reino celestial; ādhipatya-kāmaḥ — aquel que desea dominar a otros; sarveṣām — todo el mundo; yajeta — debe adorar; parameṣṭhinam — Brahmā, el líder del universo; yajñam — la Personalidad de Dios; yajet — debe adorar; yaśaḥ-kāmaḥ — aquel que desea ser famoso; kośa-kāmaḥ — aquel que desea tener un buen saldo bancario; pracetasam — el tesorero del cielo, conocido como Varuṇa; vidyā-kāmaḥ tu — pero aquel que desea tener educación; giriśam — el señor de los Himālayas, el Señor Śiva; dāmpatya-arthaḥ — y para el amor conyugal; umām satīm — la casta esposa del Señor Śiva, conocida como Umā.

Traducción

Aquel que desee absorberse en la refulgencia brahmajyoti impersonal, debe adorar al amo de los Vedas [el Señor Brahmā o Bṛhaspati, el erudito sacerdote]; aquel que desee tener una vida sexual poderosa, debe adorar al rey del cielo, Indra; y aquel que desee tener una buena descendencia, debe adorar a los grandes progenitores conocidos como los prajāpatis. Aquel que desee tener buena fortuna, debe adorar a Durgādevī, la superintendente del mundo material. Aquel que desee ser muy poderoso, debe adorar al fuego; y aquel que ambicione únicamente tener dinero, debe adorar a los Vasus. Si uno desea ser un gran héroe, debe adorar las encarnaciones Rudra del Señor Śiva. Aquel que desee tener una gran provisión de granos, debe adorar a Aditi. Aquel que desee llegar a los planetas celestiales, debe adorar a los hijos de Aditi. Aquel que desee tener un reino en el mundo, debe adorar a Viśvadeva, y aquel que quiera ser popular entre la gente del pueblo, debe adorar al semidiós Sādhya. Aquel que desee tener una vida larga, debe adorar a los semidioses conocidos como los Aśvinī-kumāras, y una persona que desee tener un cuerpo de constitución fuerte, debe adorar a la Tierra. Aquel que desee tener estabilidad en su cargo, debe adorar al horizonte y la tierra en su conjunto. Aquel que desee ser hermoso, debe adorar a los hermosos residentes del planeta Gandharva; y aquel que desee tener una buena esposa, debe adorar a las apsarās y a las frívolas muchachas urvaśī del reino celestial. Aquel que desee tener el dominio de otros, debe adorar al Señor Brahmā, el líder del universo. Aquel que desee tener una fama tangible, debe adorar a la Personalidad de Dios; y aquel que desee tener un buen saldo bancario, debe adorar al semidiós Varuṇa. Si uno desea ser un hombre sumamente erudito, debe adorar al Señor Śiva, y si desea tener una buena relación matrimonial, debe adorar a la casta diosa Umā, la esposa del Señor Śiva.

Significado

Existen diferentes formas de adorar, para las diferentes personas que desean tener éxito en determinados asuntos. El alma condicionada que vive dentro del ámbito del mundo material, no puede ser experta en todo tipo de bienes materiales disfrutables, pero uno puede tener una influencia considerable en un asunto en particular, si adora al semidiós correspondiente, tal como se menciona en este texto. Rāvana se volvió un hombre muy poderoso por el hecho de adorar al Señor Śiva, y para complacerlo, solía ofrecer las cabezas de la gente decapitada. Él se volvió tan poderoso, por la gracia del Señor Śiva, que todos los semidioses le temían, hasta que, al final, desafió a la Personalidad de Dios Śrī Rāmacandra, con lo cual se arruinó. En otras palabras, todas esas personas que ambicionan conseguir algunos de los objetos materiales de disfrute, o que ambicionan conseguirlos todos, es decir las personas muy materialistas, son en general poco inteligentes, tal como se confirma en el Bhagavad-gītā (7.20). Ahí se dice que, aquellos que están desprovistos de todo buen juicio, o aquellos cuya inteligencia ha sido retirada por la engañosa energía de māyā, ambicionan conseguir en la vida toda clase de disfrutes materiales, mediante el proceso de complacer a los diversos semidioses, o por el hecho de adelantar en lo referente a la civilización material, bajo el estandarte del progreso científico. El verdadero problema que se tiene en la vida en el mundo material, es el de resolver la cuestión del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Nadie quiere cambiar sus derechos de nacimiento, nadie quiere encontrar la muerte, nadie quiere ser viejo o inválido, y nadie quiere tener enfermedades. Pero estos problemas no se resuelven ni por la gracia de ningún semidiós, ni por medio del mal llamado adelanto de la ciencia material. En el Bhagavad-gītā, así como también en el Śrīmad-Bhāgavatam, a esas personas poco inteligentes se las ha descrito como gente desprovista de todo buen juicio. Śukadeva Gosvāmī dijo que, de las 8 400 000 especies de entidades vivientes, la forma de vida humana es muy valiosa y difícil de conseguir, y de esos escasos seres humanos, aquellos que están conscientes de los problemas materiales son aún más escasos, y las personas aún más escasas son aquellas que están conscientes del valor del Śrīmad-Bhāgavatam, el cual contiene los mensajes del Señor y Sus devotos puros. La muerte es algo inevitable para todo el mundo, ya sea uno inteligente o necio. Pero el Gosvāmī se ha referido a Parīkṣit Mahārāja como el manīṣī, o el hombre con una mente sumamente desarrollada, debido a que a la hora de la muerte dejó todo el disfrute material, y se entregó por completo a los pies de loto del Señor mediante el proceso de oír los mensajes de Él de labios de la persona indicada, Śukadeva Gosvāmī. Pero las ambiciones de disfrute material que tienen las personas que se esfuerzan por conseguirlo, se condenan. Esas ambiciones son algo así como la embriaguez de la sociedad humana degradada. Las personas inteligentes deben tratar de apartarse de esas ambiciones, y buscar, más bien, la vida permanente, por medio del proceso de regresar al hogar, de vuelta a Dios.

Texto

dharmārtha uttama-ślokaṁ
tantuḥ tanvan pitṝn yajet
rakṣā-kāmaḥ puṇya-janān
ojas-kāmo marud-gaṇān

Palabra por palabra

dharma-arthaḥ — para el adelanto espiritual; uttama-ślokam — el Señor Supremo o las personas apegadas al Señor Supremo; tantuḥ — para la descendencia; tanvan — y para su protección; pitṝn — los residentes de Pitṛloka; yajet — debe adorar; rakṣā-kāmaḥ — aquel que desea la protección; puṇya-janān — personas piadosas; ojaḥ-kāmaḥ — aquel que desea tener fuerza debe adorar; marut-gaṇān — los semidioses.

Traducción

Para el adelanto espiritual en el campo del conocimiento, se debe adorar al Señor Viṣṇu o a Su devoto, y para proteger la herencia y el progreso de una dinastía, se deben adorar a los diversos semidioses.

Significado

La senda de la religión entraña el progresar en la senda del adelanto espiritual, llegando a restablecer en fin de cuentas la relación eterna que se tiene con el Señor Viṣṇu en Su refulgencia impersonal, en Su aspecto Paramātmā localizado y, finalmente, en Su aspecto personal por medio del adelanto espiritual en el campo del conocimiento. Y aquel que quiere establecer una buena dinastía y ser feliz con el progreso de las relaciones corporales temporales, debe refugiarse en los pitās y en los semidioses de otros planetas piadosos. Esas diferentes clases de adoradores de semidioses puede que al final lleguen a los respectivos planetas que esos semidioses tienen dentro del universo, pero aquel que llega a los planetas espirituales que se encuentran en el brahmajyoti, logra la perfección máxima.

Texto

rājya-kāmo manūn devān
nirṛtiṁ tv abhicaran yajet
kāma-kāmo yajet somam
akāmaḥ puruṣaṁ param

Palabra por palabra

rājya-kāmaḥ — cualquiera que desee un imperio o un reino; manūn — los manus, unas semiencarnaciones de Dios; devān — semidioses; nirṛtim — demonios; tu — pero; abhicaran — deseando vencer al enemigo; yajet — debe adorar; kāma-kāmaḥ — aquel que desea complacer los sentidos; yajet — debe adorar; somam — el semidiós de nombre Candra; akāmaḥ — aquel que no tiene ningún deseo material que complacer; puruṣam — la Suprema Personalidad de Dios; param — el Supremo.

Traducción

Aquel que desee tener el dominio de un reino o un imperio, debe adorar a los manus. Aquel que desee vencer a un enemigo debe adorar a los demonios, y aquel que desee complacer los sentidos debe adorar a la Luna. Pero aquel que no desee nada de disfrute material, debe adorar a la Suprema Personalidad de Dios.

Significado

A una persona liberada, todos los disfrutes que se enumeraron anteriormente le parecen absolutamente inútiles. Solo a aquellos que están condicionados por las modalidades materiales de la energía material, los cautivan los diferentes tipos de energías materiales. En otras palabras, el trascendentalista no tiene deseos materiales que complacer, mientras que el materialista tiene todo tipo de deseos que complacer. El Señor ha proclamado que los materialistas, quienes desean el disfrute material y en virtud de ello buscan el favor de diferentes semidioses, tal como se mencionó anteriormente, no tienen los sentidos bajo control, y por ello se dan a hacer tonterías. De modo que, uno no debe desear disfrute material de ninguna especie, y debe ser lo suficientemente sensato como para adorar a la Suprema Personalidad de Dios. Los líderes de las personas absurdas son aún más absurdos que estas, porque predican abierta y neciamente que uno puede adorar cualquier forma de los semidioses y obtener el mismo resultado. Esta clase de prédica no solo va en contra de las enseñanzas del Bhagavad-gītā, o de las del Śrīmad-Bhāgavatam, sino que además es una necedad, tal como es una necedad pretender que, con adquirir cualquier boleto para viajar, se puede llegar al mismo destino. Nadie puede ir de Delhi a Bombay si compra un boleto para ir a Baroda. Aquí se define claramente que las personas que están impregnadas de diferentes deseos, tienen diferentes maneras de adorar, pero aquel que no desea para nada el disfrute material, debe adorar al Señor Supremo, Śrī Kṛṣṇa, la Personalidad de Dios. Y ese proceso de adoración se denomina servicio devocional. Servicio devocional puro significa servicio que se le presta al Señor sin ningún vestigio de deseos materiales, entre estos el deseo de realizar actividades fruitivas y especulación filosófica. Para la satisfacción de los deseos materiales uno puede adorar al Señor Supremo, pero el resultado de esa adoración es diferente, tal como se explicará en el siguiente verso. Por lo general, el Señor no complace los deseos materiales que nadie tenga de disfrutar de los sentidos, pero Él les otorga esas bendiciones a Sus adoradores, pues estos en fin de cuentas llegan al punto de no desear disfrute material. Se concluye, entonces, que uno debe minimizar los deseos de disfrute material, y para esto uno debe adorar a la Suprema Personalidad de Dios, a quien se describe aquí como param, o que está más allá de cualquier cosa material. Śrīpāda Śaṅkarācārya también ha declarado que: nārāyaṇaḥ parovyaktāt, el Señor Supremo se encuentra más allá del límite de lo material.

Texto

akāmaḥ sarva-kāmo vā
mokṣa-kāma udāra-dhīḥ
tīvreṇa bhakti-yogena
yajeta puruṣaṁ param

Palabra por palabra

akāmaḥ — aquel que ha trascendido todos los deseos materiales; sarva-kāmaḥ — aquel que tiene la totalidad de los deseos materiales; — o bien; mokṣa-kāmaḥ — aquel que desea la liberación; udāra-dhīḥ — con una inteligencia más amplia; tīvreṇa — con gran fuerza; bhakti-yogena — prestándole servicio devocional al Señor; yajeta — debe adorar; puruṣam — al Señor; param — el todo supremo.

Traducción

Una persona que tenga una inteligencia más amplia, ya sea que esté llena de todos los deseos materiales, o que no tenga ningún deseo material, o que desee la liberación, debe adorar por todos los medios al todo supremo, la Personalidad de Dios.

Significado

A la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, se lo describe en el Bhagavad-gītā como puruṣottama, o la Personalidad Suprema. Solo Él puede otorgarles la liberación a los impersonalistas, absorbiendo a esos aspirantes en el brahmajyoti, los rayos corporales del Señor. El brahmajyoti no está separado del Señor, de la misma manera en que el radiante rayo del sol no es independiente del disco solar. En consecuencia, aquel que desee fundirse en el supremo brahmajyoti impersonal, debe también adorar al Señor mediante el bhakti-yoga, tal como se recomienda aquí, en el Śrīmad-Bhāgavatam. Aquí se hace énfasis especial en el bhakti-yoga como el medio para lograr todas las perfecciones. En los capítulos anteriores se ha declarado que el bhakti-yoga es la meta última tanto del karma-yoga como del jñāna-yoga, y así mismo en este capítulo se declara enfáticamente que el bhakti-yoga es la meta última de las diferentes variedades de adoración de los diferentes semidioses. Como el bhakti-yoga es, pues, el medio supremo de la autorrealización, aquí se lo recomienda. Por lo tanto, todo el mundo debe adoptar con interés los métodos del bhakti-yoga, aunque ambicione el disfrute material o liberarse del cautiverio material.

Akāmaḥ es aquel que no tiene ningún deseo material. Puesto que el ser viviente es por naturaleza la parte integral del todo supremo puruṣaṁ pūrṇam, tiene por función natural la de servir al Ser Supremo, tal como las partes integrales del cuerpo —las extremidades del cuerpo— tienen la función natural de servir al cuerpo completo. «Sin deseos» no significa, entonces, ser inerte como la piedra, sino estar consciente de la verdadera posición de uno y desear, por ende, una satisfacción que proceda únicamente del Señor Supremo. Śrīla Jīva Gosvāmī ha explicado en su Sandarbha esta ausencia de deseos como bhajanīya-parama-puruṣa-sukha-mātra-sva-sukhatvam. Esto significa que uno debe sentirse feliz solo al experimentar la felicidad del Señor Supremo. Esta intuición del ser viviente se manifiesta a veces incluso durante su etapa condicionada en el mundo material, y las mentes subdesarrolladas de personas poco inteligentes expresan dicha intuición en la forma de altruismo, filantropía, socialismo, comunismo, etc. En el ámbito mundano, ese concepto de hacerles el bien a los demás en la forma de sociedad, comunidad, familia, país o humanidad, es una manifestación parcial del mismo sentimiento original por el cual una entidad viviente pura siente felicidad con la felicidad del Señor Supremo. Las doncellas de Vrajabhūmi exhibieron esos magníficos sentimientos, en aras de la felicidad del Señor Supremo. Las gopīs amaron al Señor sin esperar nada a cambio, y eso constituye la exhibición perfecta del espíritu akāmaḥ. El espíritu kāma, o el deseo de satisfacerse uno mismo, se exhibe a plenitud en el mundo material, mientras que el espíritu de akāmaḥ se exhibe plenamente en el mundo espiritual.

Las ideas de volverse uno con el Señor, o de fundirse en el brahmajyoti, también pueden ser manifestaciones del espíritu kāmaḥ, si constituyen los deseos de satisfacerse uno mismo para liberarse de los sufrimientos materiales. Un devoto puro no quiere liberarse para verse aliviado de los sufrimientos de la vida. Incluso sin la supuesta liberación, el devoto puro ambiciona lograr la satisfacción del Señor. Arjuna, influido por el espíritu kāma, declinó pelear en el campo de batalla de Kurukṣetra, porque quería salvar a sus parientes en aras de su propia satisfacción. Pero como era un devoto puro, accedió a pelear al indicárselo el Señor, porque recobró su buen juicio y comprendió que la satisfacción del Señor al precio de la suya propia era su deber primordial. De ese modo, él se volvió akāma. Esa es la etapa perfecta de un ser viviente perfecto.

Udāra-dhīḥ significa aquel que tiene una perspectiva muy amplia. La gente que tiene deseos de disfrute material adora a pequeños semidioses, y esa clase de inteligencia se condena en el Bhagavad-gītā (7.20) como hṛta-jñāna, la inteligencia de aquel que ha perdido su buen juicio. Uno no puede obtener ningún resultado que proceda de los semidioses, sin recibir la sanción del Señor Supremo. Por lo tanto, una persona con una perspectiva más amplia puede ver que la autoridad final es el Señor, incluso para los beneficios materiales. Bajo tales circunstancias, aquel que tiene una perspectiva más amplia, incluso si tiene el deseo de disfrutar de lo material o de lograr la liberación, debe emprender la adoración del Señor directamente. Y todo el mundo, ya sea akāma, un sakāma o un mokṣa-kāma, debe adorar al Señor de la mejor manera. Esto implica que el bhakti-yoga puede administrarse perfectamente sin ninguna mezcla de karma y jñāna. Así como el rayo solar que no está mezclado con nada es muy fuerte y, en consecuencia, se llama tīvra, así mismo el bhakti-yoga de oír, cantar, etc., sin mezcla, lo puede ejecutar todo el mundo, sin que importe la motivación interna.

Texto

etāvān eva yajatām
iha niḥśreyasodayaḥ
bhagavaty acalo bhāvo
yad bhāgavata-saṅgataḥ

Palabra por palabra

etāvān — todas esas diferentes clases de adoradores; eva — ciertamente; yajatām — mientras adoran; iha — en esta vida; niḥśreyasa — la bendición máxima; udayaḥ — desarrollo; bhagavati — a la Suprema Personalidad de Dios; acalaḥ — resuelta; bhāvaḥ — atracción espontánea; yat — la cual; bhāgavata — el devoto puro del Señor; saṅgataḥ — compañía.

Traducción

Todas las diferentes clases de adoradores de los múltiples semidioses pueden obtener la bendición más perfecta de todas —que consiste en sentir una atracción resueltamente fija y espontánea por la Suprema Personalidad de Dios—, solo si se relacionan con el devoto puro del Señor.

Significado

Todas las entidades vivientes que se encuentran en las diferentes condiciones de vida que hay en la creación material, comenzando por el primer semidiós, Brahmā, y descendiendo hasta la pequeña hormiga, están condicionadas bajo la ley de la naturaleza material, o la energía externa del Señor Supremo. En su estado puro, la entidad viviente está consciente del hecho de que es parte integral del Señor, pero cuando es lanzada al mundo material a raíz de su deseo de enseñorearse de la energía material, queda condicionada por las tres modalidades de la naturaleza material, y, por lo tanto, lucha por la existencia en aras del beneficio máximo. Esta lucha por la existencia es algo así como seguir el fuego fatuo bajo el hechizo del disfrute material. Todos los planes que se hacen en pos del disfrute material, ya sea mediante la adoración de diferentes semidioses tal como se describió en los versos anteriores de este capítulo, o mediante el adelanto moderno del conocimiento científico sin la ayuda de Dios ni de semidiós alguno, son tan solo ilusorios, pues a pesar de todos esos planes en aras de la felicidad, el ser viviente condicionado que se halla dentro de los límites de la creación material, nunca puede resolver los problemas de la vida, es decir, el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. La historia del universo está llena de esa clase de planificadores, y muchos reyes y emperadores van y vienen, dejando únicamente una historia de planificaciones. Pero los principales problemas de la vida siguen sin solución, pese a todos los esfuerzos de esos planificadores.

En realidad, la vida humana está hecha para buscarles una solución a los problemas de la vida. Uno jamás puede resolver esos problemas por el hecho de satisfacer a los diferentes semidioses, ni mediante diferentes formas de adoración, ni mediante el supuesto adelanto científico en el campo del conocimiento sin la ayuda de Dios ni de los semidioses. Fuera de las personas muy materialistas, a quienes les importan muy poco Dios y los semidioses, los Vedas recomiendan adorar a los diferentes semidioses para la obtención de diferentes beneficios, y de ello se infiere que los semidioses no son falsos ni imaginarios. Los semidioses son tan reales como nosotros, pero son mucho más poderosos, debido a que están dedicados al servicio directo del Señor en la administración de diferentes departamentos del gobierno universal. El Bhagavad-gītā afirma eso, y ahí se hace mención de los diferentes planetas de los semidioses, incluyendo el del semidiós supremo, el Señor Brahmā. Las personas muy materialistas no creen en la existencia de Dios ni de los semidioses. Ni tampoco creen que los diferentes planetas estén dominados por diferentes semidioses. Ellos están haciendo un gran alboroto acerca de la ida al cuerpo celeste más cercano que tenemos, Candraloka, o la Luna, pero incluso después de muchas investigaciones mecánicas, tienen solo información muy escasa acerca de esta Luna, y a pesar de la mucha propaganda falsa para vender tierra en la Luna, los engreídos científicos o materialistas burdos no pueden vivir ahí, y ni qué hablar de ir a otros planetas, que incluso son incapaces de contar. Sin embargo, los seguidores de los Vedas tienen un método diferente de adquisición de conocimiento. Ellos aceptan como autoridad todas las afirmaciones de las Escrituras védicas, tal como ya hemos discutido en el Canto Uno, y, en consecuencia, tienen conocimiento pleno y razonable acerca de Dios y los semidioses, y acerca de los diferentes planetas en que ellos están residenciados dentro del ámbito del mundo material y más allá de los límites del cielo material. La Escritura védica más auténtica de todas, aceptada por los grandes ācāryas de la India, tales como Śaṅkara, Rāmānuja, Madhva, Viṣṇusvāmī, Nimbārka y Caitanya, y estudiada por todas las personalidades importantes del mundo, es el Bhagavad-gītā, en el cual se hace mención de la adoración de los semidioses, y de los respectivos planetas en los que ellos residen. El Bhagavad-gītā (9.25) afirma:

yānti deva-vratā devān
pitṝn yānti pitṛ-vratāḥ
bhūtāni yānti bhūtejyā
yānti mad-yājino ’pi mām

«Los adoradores de los semidioses van a los respectivos planetas de los semidioses, y los adoradores de los antepasados van a los planetas de los antepasados. La persona muy materialista permanece en los diferentes planetas materiales, pero los devotos del Señor van al reino de Dios».

En el Bhagavad-gītā también se nos presenta la información de que todos los planetas del mundo material, incluso Brahmaloka, se encuentran en una situación temporal, y después de un período establecido, todos son aniquilados. De modo que, los semidioses y sus seguidores son todos aniquilados durante el período de la devastación, pero aquel que llega al Reino de Dios obtiene una participación permanente en la vida eterna. Ese es el veredicto de la literatura védica. Los adoradores de los semidioses tienen una facilidad más que los no creyentes, debido a que están convencidos de la versión védica, mediante la cual pueden recibir información acerca del beneficio que se obtiene de adorar al Señor Supremo en compañía de los devotos del Señor. La persona muy materialista, sin embargo, que no tiene ninguna fe en la versión védica, permanece sumida en la ignorancia eternamente, llevada por una falsa convicción que se basa en el conocimiento experimental imperfecto, o la llamada ciencia material, que nunca puede llegar a entrar en el ámbito del conocimiento trascendental.

Por consiguiente, a menos que las personas muy materialistas o los adoradores de los temporales semidioses se pongan en contacto con un trascendentalista tal como el devoto puro del Señor, sus intentos son simplemente un desperdicio de energía. Solo por la gracia de las personalidades divinas, los devotos puros del Señor, puede uno llegar a tener devoción pura, lo cual constituye la perfección máxima de la vida humana. Únicamente un devoto del Señor puede mostrarle a uno la senda correcta de la vida progresiva. De lo contrario, tanto el modo de vida materialista, sin ninguna información acerca de Dios ni de los semidioses, así como también la vida dedicada a la adoración de los semidioses, en pos de disfrutes materiales temporales, son diferentes fases de una fantasmagoría. El Bhagavad-gītā también las explica muy bien, pero el Bhagavad-gītā solo se puede entender en compañía de devotos puros, y no mediante las interpretaciones de políticos o áridos especuladores filosóficos.

Texto

jñānaṁ yad āpratinivṛtta-guṇormi-cakram
ātma-prasāda uta yatra guṇeṣv asaṅgaḥ
kaivalya-sammata-pathas tv atha bhakti-yogaḥ
ko nirvṛto hari-kathāsu ratiṁ na kuryāt

Palabra por palabra

jñānam — conocimiento; yat — aquello que; ā — hasta el límite de; pratinivṛtta — completamente retirado; guṇa-ūrmi — las olas de las modalidades materiales; cakram — remolino; ātma-prasādaḥ — satisfacción del ser; uta — por otra parte; yatra — donde hay; guṇeṣu — en las modalidades de la naturaleza; asaṅgaḥ — ningún apego; kaivalya — trascendental; sammata — aprobado; pathaḥ — sendero; tu — pero; atha — por consiguiente; bhakti-yogaḥ — servicio devocional; kaḥ — quién; nirvṛtaḥ — absorto en; hari-kathāsu — en los relatos trascendentales acerca del Señor; ratim — atracción; na — no; kuryāt — hace.

Traducción

El conocimiento trascendental que está relacionado con el Supremo Señor Hari, es conocimiento que da como resultado la completa suspensión de las olas y remolinos de las modalidades materiales. Ese conocimiento satisface al yo, debido a que está libre del apego material, y como es trascendental, lo aprueban las autoridades. ¿Quién no habría de sentirse atraído?

Significado

De acuerdo con el Bhagavad-gītā (10.9), las características de los devotos puros son maravillosas. Todas las actividades y funciones del devoto puro siempre están dedicadas al servicio del Señor, en virtud de lo cual los devotos puros intercambian entre sí sentimientos de éxtasis y saborean con deleite la bienaventuranza trascendental. Esta bienaventuranza trascendental se experimenta incluso en la etapa de la práctica devocional (sādhana-avasthā), si se emprende debidamente bajo la guía de un maestro espiritual genuino. Y en la etapa madura, el sentimiento trascendental desarrollado culmina en el hecho de llegar a comprender la relación específica que se tiene con el Señor, que es lo que constituye a la entidad viviente en un principio (hasta el punto de la relación de amor conyugal con el Señor, que se considera que es la bienaventuranza trascendental máxima). Así pues, como el bhakti-yoga es el único medio para llegar a la perfecta comprensión de Dios, se denomina kaivalya. Śrīla Jīva Gosvāmī cita la versión védica (eko nārāyaṇo devaḥ, parāvarāṇāṁ parama āste kaivalya-saṁjñitaḥ) en relación con esto, y establece que a Nārāyaṇa, la Personalidad de Dios, se lo conoce como kaivalya, y el medio que le permite a uno acercarse al Señor se denomina kaivalya-panthā, o el único medio para llegar a la Divinidad. Ese kaivalya-panthā comienza con śravaṇa, o el oír aquellas narraciones que están relacionadas con la Personalidad de Dios, y la consecuencia natural de oír esa clase de hari-kathā es la obtención de conocimiento trascendental, que suscita desapego de todos los relatos mundanos, en los cuales el devoto no encuentra ningún placer en absoluto. Para un devoto, todas las actividades mundanas, sociales y políticas, pierden todo su atractivo, y en el estado maduro dicho devoto pierde el interés incluso en su propio cuerpo, y ni qué hablar de los parientes corporales. Cuando uno se encuentra en esa situación, no se ve agitado por las olas de las modalidades materiales. Existen diferentes modalidades de la naturaleza material, y todas las funciones mundanas en las que un hombre común está sumamente interesado o en las que participa, dejan de ser atractivas para el devoto. Esta situación se describe aquí como pratinivṛtta-guṇormi, y se vuelve factible por medio del ātma-prasāda, o la completa satisfacción del ser sin ninguna relación con lo material. El devoto de primera del Señor llega a esa etapa por medio del servicio devocional, pero a pesar de su elevación y para satisfacer al Señor, puede que voluntariamente haga el papel de un predicador de la gloria del Señor y acople todo con el servicio devocional, incluso los intereses mundanos, solo para darles a los neófitos la oportunidad de convertir el interés mundano en bienaventuranza trascendental. Śrīla Rūpa Gosvāmī ha descrito esa acción del devoto puro como nirbandhaḥ kṛṣṇa-sambandhe yuktam vairāgyam ucyate. Hasta las actividades mundanas que se acoplan con el servicio del Señor, se considera también que son trascendentales o asuntos kaivalya aprobados.

Texto

śaunaka uvāca
ity abhivyāhṛtaṁ rājā
niśamya bharatarṣabhaḥ
kim anyat pṛṣṭavān bhūyo
vaiyāsakim ṛṣiṁ kavim

Palabra por palabra

śaunakaḥ uvāca — Śaunaka dijo; iti — así pues; abhivyāhṛtam — todo eso se habló; rājā — el rey; niśamya — por oír; bharata-ṛṣabhaḥ — Mahārāja Parīkṣit; kim — qué; anyat — más; pṛṣṭavān — le preguntó; bhūyaḥ — además; vaiyāsakim — al hijo de Vyāsadeva; ṛṣim — aquel que está bien versado; kavim — poético.

Traducción

Śaunaka dijo: El hijo de Vyāsadeva, Śrīla Śukadeva Gosvāmī, era un sabio sumamente erudito y capaz de describir las cosas de una manera poética. ¿Qué más le preguntó Mahārāja Parīkṣit, después de oír todo lo que dijo?

Significado

En un devoto puro del Señor automáticamente se desarrollan todas las cualidades divinas, y algunos de los aspectos más resaltantes de esas cualidades son los siguientes: es bondadoso, apacible, veraz, ecuánime, intachable, magnánimo, manso, limpio, no posesivo, el bienqueriente de todos, está satisfecho, está entregado a Kṛṣṇa, no tiene anhelos, es sencillo, fijo, autocontrolado, moderado en el comer, sensato, humilde, grave, compasivo, amigable, poeta, experto y callado. De estas veintiséis características destacadas de un devoto, tal como las describe Kṛṣṇadāsa Kavirāja en su Caitanya-caritāmṛta, la cualidad de ser poeta se menciona aquí de modo especial, en relación con Śukadeva Gosvāmī. La presentación del Śrīmad-Bhāgavatam que él hizo con su recitación, es la máxima contribución poética. Él era un erudito sabio autorrealizado. En otras palabras, era un poeta entre los sabios.

Texto

etac chuśrūṣatāṁ vidvan
sūta no ’rhasi bhāṣitum
kathā hari-kathodarkāḥ
satāṁ syuḥ sadasi dhruvam

Palabra por palabra

etat — esto; śuśrūṣatām — de aquellos que están ansiosos de oír; vidvan — ¡oh, eruditos!; sūta — Sūta Gosvāmī; naḥ — a nosotros; arhasi — que lo hagas; bhāṣitum — solo para explicarlo; kathāḥ — temas; hari-kathā-udarkāḥ — que da como resultado los temas acerca del Señor; satām — de los devotos; syuḥ — pueda ser; sadasi — en la asamblea de; dhruvam — ciertamente.

Traducción

¡Oh, erudito Sūta Gosvāmī! Por favor, sigue explicándonos esos temas, porque todos estamos ansiosos de oír. Además, los temas que dan como resultado que se discuta acerca del Señor Hari, sin duda que deben discutirse en la asamblea de devotos.

Significado

Tal como lo indica la cita del Bhakti-rasāmṛta-sindhu de Rūpa Gosvāmī que presentamos antes, hasta las cosas mundanas, si se acoplan con el servicio del Señor Śrī Kṛṣṇa, se considera que son trascendentales. Por ejemplo, las epopeyas o las historias del Rāmāyana y del Mahābhārata, que se recomiendan especialmente para las clases poco inteligentes (las mujeres, los śūdras y los hijos indignos de las castas superiores), también se aceptan como literatura védica, porque se han recopilado en relación con las actividades del Señor. El Mahābhārata se considera que es la quinta división de los Vedas, después de sus cuatro primeras divisiones, a saber, Sāma, Yajur, Ṛg y Atharva. La gente poco inteligente no acepta el Mahābhārata como parte de los Vedas, pero grandes sabios y autoridades lo aceptan como la quinta división de los Vedas. El Bhagavad-gītā también es parte del Mahābhārata, y está lleno de instrucciones que el Señor da para la clase de hombres poco inteligentes. Algunos hombres poco inteligentes dicen que el Bhagavad-gītā no es para la gente casada, pero esos necios hombres olvidan que el Bhagavad-gītā se le explicó a Arjuna, un gṛhastha (un padre de familia), y lo habló el Señor en Su papel de gṛhastha. Así que, aunque el Bhagavad-gītā contiene la elevada filosofía de la sabiduría védica, no obstante es para los principiantes en la ciencia trascendental, y el Śrīmad-Bhāgavatam es para los graduados y posgraduados en la ciencia trascendental. Por consiguiente, obras tales como el Mahābhārata, los Purāṇas y otras obras literarias similares que están llenas de los pasatiempos del Señor, son todas Escrituras trascendentales, y se deben discutir en la sociedad de grandes devotos con toda confianza.

La dificultad que se presenta es que, dichas Escrituras, cuando las discuten hombres que lo hacen como profesión, parecen ser literatura mundana tal como la historia o las epopeyas, puesto que en ellas hay muchísimos datos históricos. Por eso se dice aquí que esa clase de obras literarias deben ser discutidas en la asamblea de devotos. A menos que las discutan los devotos, esas obras no pueden saborearlas los hombres de la clase superior. La conclusión es, entonces, que en última instancia el Señor no es impersonal. Él es la Persona Suprema, y tiene diferentes actividades. Él es el líder de todas las entidades vivientes, y desciende a voluntad y mediante Su energía personal, para rescatar a las almas caídas. Así pues, Él actúa exactamente igual que los líderes sociales, políticos o religiosos. Debido a que esos papeles culminan finalmente en la discusión de los relatos del Señor, todos esos relatos preliminares también son trascendentales. Esa es la manera de espiritualizar las actividades cívicas de la sociedad humana. Los hombres tienen inclinación por estudiar historia y mucha otra literatura mundana —cuentos, obras de ficción, dramas, revistas, periódicos, etc.—; así pues, que todo esto se acople con el servicio trascendental del Señor, y todos ellos se volverán hacia los temas de los que disfrutan los devotos. La propaganda que dice que el Señor es impersonal, que Él no tiene actividad alguna y que es una muda piedra sin ningún nombre ni forma, ha alentado a los hombres a convertirse en ateos e infieles demonios, y cuanto más ellos se apartan de las trascendentales actividades del Señor, más se acostumbran a actividades mundanas que únicamente les despejan su camino al infierno, en vez de regresarlos al hogar, de vuelta a Dios*. El Śrīmad-Bhāgavatam comienza a partir de la historia de los Pāṇḍavas (con las actividades sociales y políticas necesarias), y, sin embargo, se dice que el Śrīmad-Bhāgavatam es la Paramahaṁsa-saṁhitā, o la Escritura védica para el más elevado de los trascendentalistas, y en él se describe el paraṁ jñānam, el conocimiento trascendental supremo. Los devotos puros del Señor son todos paramahaṁsas, y son como los cisnes, los cuales conocen el arte de extraer leche de una mezcla de leche y agua.

Texto

sa vai bhāgavato rājā
pāṇḍaveyo mahā-rathaḥ
bāla-krīḍanakaiḥ krīḍan
kṛṣṇa-kṛīḍāṁ ya ādade

Palabra por palabra

saḥ — él; vai — ciertamente; bhāgavataḥ — un gran devoto del Señor; rājā — Mahārāja Parīkṣit; pāṇḍaveyaḥ — nieto de los Pāṇḍavas; mahā-rathaḥ — un gran combatiente; bāla — mientras era un niño; krīḍanakaiḥ — con muñecos de juguete; krīḍan — jugando; kṛṣṇa — el Señor Śrī Kṛṣṇa; krīḍām — actividades; yaḥ — el cual; ādade — aceptó.

Traducción

Mahārāja Parīkṣit, el nieto de los Pāṇḍavas, era desde su misma infancia un gran devoto del Señor. Incluso mientras jugaba con muñecos, solía adorar al Señor Kṛṣṇa imitando la adoración de la Deidad de la familia.

Significado

En el Bhagavad-gītā (6.41) se declara que incluso una persona que ha fracasado en la debida ejecución de la práctica del yoga, recibe la oportunidad de nacer en la casa de devotos brāhmaṇas o en las casas de hombres ricos, tales como los reyes kṣatriyas o los mercaderes ricos. Pero Mahārāja Parīkṣit era más que eso, porque había sido un gran devoto del Señor desde su nacimiento anterior, en virtud de lo cual nació en una familia imperial del los Kurus, y especialmente en la de los Pāṇḍavas. Así que, desde el mismo comienzo de su infancia, él tuvo la oportunidad de conocer íntimamente en su propia familia el servicio devocional del Señor Śrī Kṛṣṇa. Como todos los Pāṇḍavas eran devotos del Señor, sin duda que veneraban Deidades familiares en el palacio real destinado a la adoración. Los niños que tienen la fortuna de aparecer en ese tipo de familias, por lo general imitan esa adoración de las Deidades, incluso a modo de juego infantil. Por la gracia del Señor Kṛṣṇa, nosotros tuvimos la oportunidad de nacer en una familia vaiṣṇava, y en nuestra infancia imitamos la adoración del Señor Śrī Kṛṣṇa, emulando a nuestro padre. Él nos animaba en todos los aspectos para que observáramos todas las funciones, tales como las ceremonias Ratha-yātrā, y Dolā-yātrā, y solía gastar dinero generosamente para darnos prasāda a nosotros y nuestros amigos. Nuestro maestro espiritual, quien también nació en una familia vaiṣṇava, tuvo como fuente de todas sus inspiraciones a su gran padre vaiṣṇava, Ṭhākura Bhaktivinoda. Esa es la senda que se sigue en todas las afortunadas familias vaiṣṇavas. La célebre Mīrā Bāi era una firme devota del Señor Śrī Kṛṣṇa como el gran levantador de la colina Govardhana.

La historia de la vida de muchos de estos devotos es prácticamente la misma, porque siempre existe similitud entre los primeros años de la vida de todos los grandes devotos del Señor. Según Jīva Gosvāmī, Mahārāja Parīkṣit debe de haber oído hablar de los pasatiempos infantiles que tuvo el Señor Śrī Kṛṣṇa en Vṛndāvana, pues solía imitar los pasatiempos con sus jóvenes compañeros de juego. Según Śrīdhara Svāmī, Mahārāja Parīkṣit solía imitar la adoración de la Deidad de la familia que realizaban sus parientes mayores. Śrīla Viśvanātha Cakravartī también confirma el punto de vista de Jīva Gosvāmī. De manera que, según cualquiera de los dos a quien aceptemos, Mahārāja Parīkṣit sentía una inclinación natural por el Señor Śrī Kṛṣṇa desde su misma infancia. Puede que él haya imitado cualquiera de las antedichas actividades, y todas ellas establecen la gran devoción que él tenía desde su misma infancia, lo cual es un signo característico de un mahā-bhāgavata. Esos mahā-bhāgavatas se denominan nitya-siddhas, o almas liberadas desde su nacimiento. Pero también hay otros que puede que no estén liberados desde su nacimiento, pero en quienes, mediante las compañías, se desarrolla una tendencia hacia el servicio devocional, y ellos reciben el nombre de sādhana-siddhas. En última instancia no hay diferencia entre ambos grupos, y la conclusión es que todo el mundo puede convertirse en un sādhana-siddha, en devoto del Señor, por el simple hecho de relacionarse con los devotos puros. El ejemplo concreto es nuestro gran maestro espiritual Śrī Nārada Muni. En su vida anterior era simplemente el hijo de una sirvienta, pero por relacionarse con grandes devotos se convirtió en un devoto del Señor de su propia categoría, única en la historia del servicio devocional.

Texto

vaiyāsakiś ca bhagavān
vāsudeva-parāyaṇaḥ
urugāya-guṇodārāḥ
satāṁ syur hi samāgame

Palabra por palabra

vaiyāsakiḥ — el hijo de Vyāsadeva; ca — también; bhagavān — lleno de conocimiento; vāsudeva — el Señor Śrī Kṛṣṇa; parāyaṇaḥ — apegado a; urugāya — de la Personalidad de Dios Śrī Kṛṣṇa, quien es glorificado por grandes filósofos; guṇa-udārāḥ — grandes cualidades; satām — de los devotos; syuḥ — debe de haber habido; hi — en realidad; samāgame — por la presencia de.

Traducción

Śukadeva Gosvāmī, el hijo de Vyāsadeva, también estaba lleno de conocimiento trascendental, y era un gran devoto del Señor Śrī Kṛṣṇa, el hijo de Vasudeva. Así que debe de haber habido una discusión acerca del Señor Śrī Kṛṣṇa, a quien los grandes filósofos glorifican en compañía de grandes devotos.

Significado

La palabra satām es muy importante en este verso. Satām significa «los devotos puros», los cuales no tienen ningún otro deseo más que el de servir al Señor. Solo en compañía de esa clase de devotos se discuten debidamente las trascendentales glorias del Señor Śrī Kṛṣṇa. El Señor dice que todas las narraciones acerca de Él están llenas de significado espiritual, y que una vez que uno oye hablar de Él debidamente y en compañía de los sātam, sin duda que siente la gran potencia, y alcanza, pues, automáticamente, la etapa devocional de la vida. Como ya se escribió, Mahārāja Parīkṣit era un gran devoto del Señor desde su mismo nacimiento, así como también lo era Śukadeva Gosvāmī. Ambos se hallaban en el mismo nivel, aunque parecía que Mahārāja Parīkṣit era un gran rey acostumbrado a las facilidades de la realeza, mientras que Śukadeva Gosvāmī era un típico renunciante del mundo, tanto así, que ni siquiera se ponía un pedazo de tela sobre el cuerpo. Superficialmente, Mahārāja Parīkṣit y Śukadeva Gosvāmī puede que parecieran ser la antítesis el uno del otro, pero básicamente ambos eran devotos puros e inmaculados del Señor. Cuando esa clase de devotos se reúnen, no puede haber más discusiones que las que estén relacionadas con las glorias del Señor, o el bhakti-yoga. También en el Bhagavad-gītā, cuando hubo conversaciones entre el Señor y Su devoto Arjuna, no podía haber otro tema aparte del bhakti-yoga, por muchos que los estudiosos mundanos especulen a su manera sobre ello. El uso de la palabra ca después de vaiyāsakiḥ indica, según Srila Jīva Gosvāmī, que tanto Śukadeva Gosvāmī como Mahārāja Parīkṣit eran de la misma categoría, cosa que se había determinado mucho antes, aunque uno estaba haciendo el papel del maestro, y el otro, del discípulo. Como el Señor Kṛṣṇa es el centro de las conversaciones, la palabra vāsudeva-parāyaṇaḥ, o «devoto de Vāsudeva», hace pensar en el devoto del Señor Śrī Kṛṣṇa, la meta común. Aunque había muchas más personas que se reunieron en el lugar en que Mahārāja Parīkṣit estaba ayunando, la conclusión natural que se infiere es que no se hablaba de nada más que de la glorificación del Señor Kṛṣṇa, porque el orador principal era Śukadeva Gosvāmī, y el oyente principal era Mahārāja Parīkṣit. Así que, el Śrīmad-Bhāgavatam, tal como fue hablado y oído por dos de los principales devotos del Señor, es solo para la glorificación del Señor Supremo, la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa.

Texto

āyur harati vai puṁsām
udyann astaṁ ca yann asau
tasyarte yat-kṣaṇo nīta
uttama-śloka-vārtayā

Palabra por palabra

āyuḥ — la duración de la vida; harati — disminuye; vai — ciertamente; puṁsām — de la gente; udyan — salida; astam — puesta; ca — también; yan — moviendo; asau — el Sol; tasya — de aquel que glorifica; ṛte — excepto; yat — por quien; kṣaṇaḥ — tiempo; nītaḥ — utilizado; uttama-śloka — la supremamente buena Personalidad de Dios; vārtayā — en los temas relacionados con.

Traducción

El Sol, tanto al salir como al ponerse, disminuye la duración de la vida de todo el mundo, excepto de aquel que utiliza el tiempo en discutir los temas relacionados con la Personalidad de Dios, el supremamente bueno.

Significado

Este verso confirma, indirectamente, lo muy importante que es el emplear la forma de vida humana para llegar a conocer a la perfección y por medio de la aceleración del servicio devocional, la relación que tenemos con el Señor Supremo y que ahora está perdida. La misma ocasión no se repite. Así que, el tiempo que la salida y la puesta del sol marcan se verá inútilmente desperdiciado, si no se utiliza debidamente para llegar a comprender la identificación de los valores espirituales. Hasta una fracción de la duración de la vida que se desperdicie, no se puede compensar con ninguna cantidad de oro. La vida humana tan solo se le confiere a una entidad viviente (jīva), de manera que pueda llegar a comprender su identidad espiritual y la fuente permanente de su felicidad. El ser viviente, en especial el ser humano, está buscando felicidad, porque la felicidad constituye la situación natural de la entidad viviente. Pero ella está buscando felicidad vanamente en la atmósfera material. El ser viviente es por constitución una chispa espiritual del todo completo, y su felicidad se puede percibir perfectamente en las actividades espirituales. El Señor es el todo espiritual completo, y Su nombre, forma, calidad, pasatiempos, séquito y personalidad, son todos idénticos a Él. Tan pronto como una persona se pone en contacto con cualquiera de las antedichas energías del Señor a través del idóneo canal del servicio devocional, la puerta de la perfección se abre de inmediato. En el Bhagavad-gītā (2.40), con las siguientes palabras, el Señor ha explicado ese contacto: «Los esfuerzos que se hacen en el servicio devocional nunca se ven frustrados. Ni tampoco existe el fracaso. Un pequeño comienzo de esas actividades es suficiente incluso para liberar a una persona del gran océano de los temores materiales». Así como una droga muy poderosa que se inyecte en las venas actúa de inmediato en todo el cuerpo, así mismo las narraciones trascendentales del Señor que se inyecten a través del oído del devoto puro del Señor, pueden actuar de un modo muy eficaz. La comprensión auditiva de los mensajes trascendentales implica la comprensión total, de la misma manera en que la fructificación que ocurre en una parte del árbol implica la fructificación de todas las demás partes del mismo. Esa comprensión que se tenga por un momento en compañía de devotos puros tales como Śukadeva Gosvāmī, prepara toda la vida de uno para la eternidad. Y por eso el sol no puede robarle al devoto puro la duración de su vida, siempre y cuando el devoto esté ocupado constantemente en el servicio devocional del Señor, purificando su existencia. La muerte es un síntoma de la infección material del ser viviente eterno; solo por causa de la infección material es por lo que la entidad viviente eterna está supeditada a la ley del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades.

En los smṛti-śāstras, tal como los cita Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, se recomienda la senda materialista de las actividades piadosas, tales como la caridad. El dinero que se la da como caridad a una persona idónea, garantiza que en la siguiente vida se tendrá dinero en el banco. Se recomienda que esa caridad se le dé a un brāhmaṇa. Si el dinero se le da como caridad a alguien que no sea brāhmaṇa (alguien sin la aptitud brahmínica), dicho dinero se devuelve en la siguiente vida en la misma proporción. Si se le da como caridad a un brāhmaṇa semieducado, aun así se devuelve el doble. Si el dinero se da como caridad a un brāhmaṇa erudito y plenamente capacitado, se devuelve en una cantidad equivalente a cien o mil veces más, y si el dinero se le da a un veda-pāraga (alguien que verdaderamente ha llegado a comprender la senda de los Vedas), dicho dinero se devuelve en una cantidad ilimitada. El fin último del conocimiento védico es el de llegar a comprender por completo a la Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa, tal como se afirma en el Bhagavad-gītā (vedaiś ca sarvair aham eva vedyaḥ). Si el dinero se da como caridad, existe la garantía de que será devuelto, sin considerar la proporción. De igual modo, un momento que se pase en compañía de un devoto puro, oyendo y cantando los mensajes trascendentales del Señor, es una garantía perfecta para la vida eterna, para regresar al hogar, de vuelta a Dios. Mad-dhāma gatvā punar janma na vidyate. En otras palabras, el devoto del Señor tiene garantizada la vida eterna. La vejez o las enfermedades por las que pasa el devoto en la vida actual, no son más que un incentivo que lleva hacia esa vida eterna garantizada.

Texto

taravaḥ kiṁ na jīvanti
bhastrāḥ kiṁ na śvasanty uta
na khādanti na mehanti
kiṁ grāme paśavo ’pare

Palabra por palabra

taravaḥ — los árboles; kim — acaso; na — no; jīvanti — viven; bhastrāḥ — fuelles; kim — acaso; na — no; śvasanti — respiran; uta — también; na — no; khādanti — comen; na — no; mehanti — arrojan semen; kim — acaso; grāme — en la localidad; paśavaḥ — ser viviente que es como una bestia; apare — otros.

Traducción

¿Acaso los árboles no viven? ¿Acaso los fuelles del herrero no respiran? ¿Acaso las bestias que tenemos a todo nuestro alrededor no comen y arrojan semen?

Significado

El hombre materialista de la era moderna argumentará que la vida, o parte de ella, jamás es para la discusión de argumentos filosóficos o teológicos. La vida está hecha para conseguir la máxima duración de la existencia, con el fin de comer, beber, tener relaciones sexuales, divertirse y disfrutar de ella. El hombre moderno quiere vivir para siempre mediante el adelanto de la ciencia material, y existen muchas teorías necias para prolongar la vida al máximo. Pero el Śrīmad-Bhāgavatam afirma que la vida no está hecha para el llamado desarrollo económico, ni para el adelanto de la ciencia materialista en la prosecución de la filosofía hedonista de comer, aparearse, beber y divertirse. La vida está hecha solo para practicar tapasya, para purificar la existencia de manera que uno pueda entrar en la vida eterna justo después de que se termine la forma de vida humana.

Los materialistas quieren prolongar la vida tanto como sea posible, porque carecen de información acerca de la otra vida. Ellos quieren obtener un máximo de comodidades en esta vida, porque creen de modo definitivo que no hay vida después de la muerte. Esta ignorancia acerca de la eternidad del ser viviente y acerca del cambio de cobertura que ocurre en el mundo material, ha causado estragos en la estructura de la sociedad humana moderna. En consecuencia, hay muchos problemas, multiplicados por los diversos planes del hombre moderno. Los planes para resolver los problemas de la sociedad, únicamente han agravado las dificultades. Incluso si fuera posible prolongar la vida a más de cien años, ello no implica necesariamente el adelanto de la civilización humana. El Bhāgavatam dice que ciertos árboles viven por cientos y miles de años. En Vṛndāvana hay un árbol de tamarindo (el lugar se conoce como Imlitala) que se dice que existe desde los tiempos del Señor Śrī Kṛṣṇa. En el Jardín Botánico de Calcuta hay un árbol baniano que se dice que tiene más de quinientos años, y existen muchos de esos árboles por todas partes del mundo. Svāmī Śaṅkarācārya vivió solo treinta y dos años, y el Señor Caitanya vivió cuarenta y ocho años. ¿Quiere esto decir, entonces, que las prolongadas vidas de los árboles mencionados son más importantes que la vida de Śaṅkara o Caitanya? Una larga vida sin valor espiritual no es algo muy importante. Puede que uno dude de que los árboles tengan vida, debido a que no respiran. Pero científicos modernos tales como Bose ya han demostrado que las plantas tienen vida, así que la respiración no es una señal de la vida propiamente dicha. El Bhāgavatam dice que el fuelle del herrero respira muy profundamente, pero eso no quiere decir que el fuelle tenga vida. El materialista argüirá que la vida del árbol y la vida del hombre no se pueden comparar, porque el árbol no puede disfrutar de la vida comiendo platos sabrosos o disfrutando de la relación sexual. En respuesta a esto, el Bhāgavatam nos pregunta si acaso otros animales, tales como los perros y los cerdos, que viven en la misma aldea que los seres humanos, no comen ni disfrutan de la vida sexual. La declaración específica que hace el Śrīmad-Bhāgavatam en relación con «otros animales», significa que las personas que tan solo están dedicadas a planificar un mejor tipo de vida animal, integrada por comer, respirar, y aparearse, también son animales, pero con la forma de seres humanos. Una sociedad de esa clase de animales refinados no puede beneficiar a la humanidad que sufre, pues un animal puede hacerle daño a otro muy fácilmente, pero difícilmente puede hacerle un bien.

Texto

śva-viḍ-varāhoṣṭra-kharaiḥ
saṁstutaḥ puruṣaḥ paśuḥ
na yat-karṇa-pathopeto
jātu nāma gadāgrajaḥ

Palabra por palabra

śva — un perro; viṭ-varāha — el cerdo de aldea que come excremento; uṣṭra — el camello; kharaiḥ — y por los asnos; saṁstutaḥ — muy elogiado; puruṣaḥ — una persona; paśuḥ — animal; na — nunca; yat — de él; karṇa — oído; patha — senda; upetaḥ — alcanzado; jātu — en cualquier momento; nāma — el santo nombre; gadāgrajaḥ — el Señor Śrī Kṛṣṇa, el que libra de todos los males.

Traducción

Los hombres que son como los perros, los cerdos, los camellos y los asnos, alaban a aquellos hombres que nunca escuchan las narraciones de los pasatiempos trascendentales del Señor Śrī Kṛṣṇa, el que libra de todo mal.

Significado

A menos que a la generalidad de las personas se las eduque de un modo sistemático para que alcancen un nivel de vida superior en valores espirituales, dichas personas no son más que animales, y en este verso se las ha puesto específicamente en el mismo nivel que a los perros, los cerdos, los camellos y los asnos. La moderna educación universitaria prácticamente lo prepara a uno para adquirir una mentalidad perruna con la cual acepte el servicio de un amo superior. Después de concluir una mal llamada educación, las supuestas personas educadas van de puerta en puerta como los perros, llenando solicitudes en busca de algún empleo, y en la mayoría de los casos son echadas después de informárseles que no hay vacantes. Así como los perros son animales insignificantes que sirven al amo fielmente por unas migajas de pan, así mismo el hombre sirve fielmente a un amo sin recibir suficientes remuneraciones.

Se dice que las personas que no hacen discriminación en lo referente a los alimentos y que comen toda clase de basura, son como los cerdos. Los cerdos están muy apegados a comer excremento. Así que, el excremento es una clase de alimento para un determinado tipo de animal. E incluso las piedras son los comestibles de un determinado tipo de animal o pájaro. Pero el ser humano no está hecho para comer de todo o cualquier cosa; él está hecho para comer granos, verdura, frutas, leche, azúcar, etc. La carne animal no es para el ser humano. Para masticar alimentos sólidos, el ser humano tiene un determinado tipo de dientes que sirven para cortar frutas y verduras. El ser humano está dotado de cuatro dientes caninos como una concesión hecha para aquellas personas que insisten en comer carne a toda costa. Por todos es conocido que lo que es comida para un hombre es veneno para otro. Se espera que los seres humanos ingieran los remanentes de comidas ofrecidas al Señor Kṛṣṇa, y el Señor acepta alimentos de la categoría de las hojas, las flores, las frutas, etc. (Bg. 9.26). Como lo prescriben las Escrituras Védicas, al Señor no se le ofrece ninguna clase de carne animal. Por lo tanto, el ser humano está destinado a comer un determinado tipo de comida. Él no debe imitar a los animales para obtener supuestos valores vitamínicos. En consecuencia, se dice que una persona que no hace discriminaciones en cuanto al comer, es como un cerdo.

El camello es una clase de animal que se complace en comer espinas. Se dice que una persona que quiere disfrutar de la vida familiar o de la vida mundana de supuesto disfrute, es como un camello. La vida materialista está llena de espinas, por lo cual uno solo debe vivir según el método prescrito de las regulaciones védicas, únicamente para sacar el mejor provecho de una mala compra. Uno mantiene la vida en el mundo material chupando su propia sangre. El disfrute de la vida sexual es el punto central de la atracción que se siente por el disfrute material. Disfrutar de la vida sexual significa chuparse la sangre, y no hay mucho más que explicar en relación con esto. El camello también se chupa su propia sangre mientras mastica las ramas espinosas. Las espinas que el camello come le cortan la lengua, haciendo que le empiece a manar sangre dentro de la boca. Las espinas, mezcladas con la sangre fresca le producen un cierto sabor al necio camello, y él disfruta, pues, con un falso placer, del asunto de comer espinas. De forma similar, los grandes magnates de negocios, los industriales que trabajan muy duro para ganar dinero de diferentes maneras y por medios dudosos, comen los espinosos resultados de sus acciones mezclados con su propia sangre. Por lo tanto, el Bhāgavatam ha clasificado entre los camellos a estos enfermos sujetos.

El asno es un animal célebre como el tonto más grande de todos, incluso entre los animales. El asno trabaja muy duro y lleva cargas de gran peso, sin sacar provecho para sí mismo **. Por lo general, el asno es utilizado por el lavandero, cuya posición social no es muy respetable. Y la cualidad característica del asno es que está muy acostumbrado a ser pateado por el sexo opuesto. Cuando el asno mendiga una relación sexual, es pateado por el sexo débil, mas, no obstante, sigue a la hembra en pos de su placer sexual. Así pues, un hombre que está dominado por su mujer, se dice que es como el asno. La generalidad de la gente trabaja mucho, especialmente en la era de Kali. En esta era el ser humano está dedicado de hecho al trabajo del asno, llevando pesadas cargas y conduciendo ṭhelā y rickshaws***. El supuesto avance de la civilización humana ha ocupado al ser humano en el trabajo del asno. Los obreros de las grandes fábricas y talleres también están dedicados a ese trabajo pesado, y después de trabajar mucho durante el día, el pobre obrero tiene que ser pateado de nuevo, esta vez por el sexo bello, no solo en aras del disfrute sexual, sino también por muchos asuntos hogareños.

Así que, la categorización que el Śrīmad-Bhāgavatam hace del hombre común que carece de toda iluminación espiritual, ubicándolo en la sociedad de los perros, los cerdos, los camellos y los asnos, no es en absoluto una exageración. Los líderes de esas ignorantes masas de gente puede que se sientan muy orgullosos de ser adorados por ese gran número de perros y cerdos, pero eso no es muy halagador. El Bhāgavatam declara abiertamente que, aunque una persona sea un gran líder de esa clase de perros y cerdos disfrazados de hombres, si no siente agrado en ser iluminado en lo referente a la ciencia de Kṛṣṇa, semejante líder es también un animal, y nada más. Puede que se lo designe como un animal fuerte y poderoso, o como un animal grande, pero en opinión del Śrīmad-Bhāgavatam nunca se le da un lugar en la categoría de los hombres, por su atea forma de ser. O, en otras palabras, esos ateos líderes de perros y hombres cerdos son animales más grandes, con las cualidades de los animales en una mayor proporción.

Texto

bile batorukrama-vikramān ye
na śṛṇvataḥ karṇa-puṭe narasya
jihvāsatī dārdurikeva sūta
na copagāyaty urugāya-gāthāḥ

Palabra por palabra

bile — los orificios de la serpiente; bata — como; urukrama — del Señor, que actúa maravillosamente; vikramān — valentía; ye — todos estos; na — nunca; śṛṇvataḥ — oído; karṇa-puṭe — los oídos; narasya — del hombre; jihvā — la lengua; asatī — inútil; dārdurikā — de las ranas; iva — tal como; sūta — ¡oh, Sūta Gosvāmī!; na — nunca; ca — también; upagāyati — canta en voz alta; urugāya — dignas de ser cantadas; gāthāḥ — canciones.

Traducción

Aquel que no ha escuchado los mensajes acerca del heroísmo y los maravillosos actos de la Personalidad de Dios, y que no ha cantado ni recitado las meritorias canciones acerca del Señor, se considera que tiene oídos como los orificios de las serpientes, y una lengua como la de una rana.

Significado

El servicio devocional que se le presta al Señor se realiza con todas las extremidades o partes del cuerpo. Dicho servicio es la fuerza dinámica y trascendental del alma espiritual; por consiguiente, el devoto se dedica en un cien por ciento al servicio del Señor. Uno puede dedicarse al servicio devocional cuando los sentidos del cuerpo se purifican en relación con el Señor, y uno puede prestarle servicio al Señor con la ayuda de todos los sentidos. Así pues, los sentidos y la acción de los sentidos han de considerarse impuros o materialistas, mientras se empleen únicamente en la complacencia sensual. Los sentidos purificados no se dedican a la complacencia sensual, sino que se dedican por entero al servicio del Señor. El Señor es el Supremo y posee todos los sentidos, y el servidor, quien es parte integral del Señor, también tiene los mismos sentidos. Prestarle servicio al Señor constituye el uso completamente purificado de los sentidos, tal como se describe en el Bhagavad-gītā. El Señor impartió instrucciones en posesión de todos los sentidos, y Arjuna las recibió en posesión de todos los sentidos, en virtud de lo cual hubo un intercambio perfecto de conocimiento razonable y lógico entre el maestro y el discípulo. La comprensión espiritual no es algo así como una descarga eléctrica que pasa del maestro al discípulo, tal como dicen neciamente algunos propagandistas. Todo está lleno de sentido y de lógica, y el intercambio de puntos de vista entre el maestro y el discípulo se vuelve factible únicamente cuando la recepción es sumisa y real. En el Caitanya-caritāmṛta se dice que uno tiene que recibir la enseñanza del Señor Caitanya con intelecto y con todos los sentidos, de manera que uno pueda entender de un modo lógico la gran misión.

En el estado impuro del ser viviente, los diversos sentidos están dedicados por entero a los asuntos mundanos. Si el oído no está ocupado en el servicio del Señor por medio del proceso de oír lo que el Bhagavad-gītā o el Śrīmad-Bhāgavatam hablan de Él, es seguro que los orificios de la audición se llenarán de alguna basura. Por lo tanto, los mensajes del Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam se deben predicar en voz muy alta por todas partes del mundo. Ese es el deber de un devoto puro que verdaderamente los ha oído de labios de fuentes perfectas. Mucha gente quiere hablarles de algo a los demás, pero como no se han educado para hablar acerca de la sabiduría védica, hablan disparates, y la gente los recibe sin reflexionar. Hay cientos y miles de fuentes para distribuir las noticias mundanas del orbe, y la gente del mundo material las reciben. De igual modo, a la gente del mundo se le debe enseñar a oír las trascendentales narraciones acerca del Señor, y el devoto del Señor debe hablar en voz alta, para que la gente pueda oír. Las ranas croan muy fuerte, con el resultado de que invitan a las serpientes a que se las coman. La lengua humana se ha dado especialmente para cantar los himnos védicos, y no para croar como las ranas. La palabra asatī que se usa en este verso, también es significativa. Asatī significa una mujer que se ha vuelto una prostituta. Una prostituta no es conocida por tener buenas cualidades femeninas. Así mismo, la lengua, que se le ha dado al ser humano para que cante los himnos védicos, se considerará que es una prostituta, cuando se dedique a cantar algún disparate mundano.

Texto

bhāraḥ paraṁ paṭṭa-kirīṭa-juṣṭam
apy uttamāṅgaṁ na namen mukundam
śāvau karau no kurute saparyāṁ
harer lasat-kāñcana-kaṅkaṇau vā

Palabra por palabra

bhāraḥ — una gran carga; param — pesada; paṭṭa — seda; kirīṭa — turbante; juṣṭam — vestido con; api — incluso; uttama — superior; aṅgam — partes del cuerpo; na — nunca; namet — postran; mukundam — el Señor Śrī Kṛṣṇa, el salvador; śāvau — cadáveres; karau — manos; no — no; kurute — realizan; saparyām — adoración; hareḥ — de la Personalidad de Dios; lasat — brillantes; kāñcana — hechos de oro; kaṅkaṇau — brazaletes; — aunque.

Traducción

La porción superior del cuerpo, aunque esté coronada con un turbante de seda, solo es una pesada carga, si no se postra ante la Personalidad de Dios, quien puede otorgar mukti [la libertad]. Y las manos, aunque estén adornadas con brillantes brazaletes, son como las de un muerto, si no se ocupan en el servicio de la Personalidad de Dios Hari.

Significado

Tal como se declaró anteriormente, hay tres clases de devotos del Señor. El devoto de primera clase no ve a nadie en absoluto que no le preste servicio al Señor, pero el devoto de segunda clase hace distinciones entre devotos y no devotos. Los devotos de segunda clase tienen, pues, la función de realizar la labor de predicar, y, como se indicó en el verso anterior, deben predicar en voz alta las glorias del Señor. El devoto de segunda clase acepta discípulos procedentes de la sección de los devotos de tercera clase o de los no devotos. En ocasiones, el devoto de primera clase también desciende a la categoría de devoto de segunda clase, para realizar labores de prédica. Pero al hombre común, de quien se espera que se convierta al menos en un devoto de tercera clase, se le aconseja aquí visitar el templo del Señor y postrarse ante la Deidad, aunque sea un hombre muy rico, incluso si es un rey que lleva un turbante de seda o una corona. El Señor es el Señor de todo el mundo, incluso de los grandes reyes y emperadores, y los hombres que son ricos a los ojos de la gente mundana, deben, por consiguiente, preocuparse de ir al templo del Señor Śrī Kṛṣṇa, y postrarse regularmente ante la Deidad. El Señor que se encuentra en el templo en la forma venerable nunca se considera que está hecho de piedra o de madera, pues el Señor, en Su encarnación arcā como la Deidad del templo, favorece inmensamente a las almas caídas, mediante Su auspiciosa presencia. Por medio del proceso de oír, tal como se mencionó antes, se logra esta comprensión acerca de la presencia del Señor en el templo. Así pues, el primer proceso en la labor de rutina del servicio devocional —el proceso de oír— es el factor fundamental. Es esencial que todas las clases de devotos oigan lo que dicen las fuentes auténticas, tales como el Bhagavad-gītā y el Śrīmad-Bhāgavatam. El hombre común que está engreído con su posición material y no se postra ante la Deidad del Señor que se encuentra en el templo, o que desafía la adoración del templo porque carece de todo conocimiento acerca de la ciencia, debe saber que su llamado turbante o corona solo servirá para hundirlo más en el agua del océano de la existencia material. Un hombre que se está ahogando con un gran peso en la cabeza es seguro que se hundirá más rápidamente que los que no tienen ningún peso. El hombre necio y envanecido desafía la ciencia de Dios y dice que para él Dios no tiene sentido, pero cuando se encuentra en las garras de la ley de Dios y lo atrapa alguna enfermedad, tal como la trombosis cerebral, ese hombre ateo se hunde en el océano de la nesciencia, debido al peso de su adquisición material. El adelanto de la ciencia material sin conciencia de Dios es una pesada carga que se pone sobre la cabeza de la sociedad humana, por lo cual uno debe prestarle atención a esta gran advertencia.

Si el hombre común no tiene tiempo para adorar al Señor, al menos puede ocupar las manos por unos cuantos segundos en lavar o barrer el templo del Señor. Mahārāja Pratāparudra, el muy poderoso rey de Orisa, siempre estaba muy ocupado con las grandes responsabilidades estatales, pero aun así se impuso el deber de barrer una vez al año el templo del Señor Jagannātha que se encuentra en Purī, durante el festival del Señor. Lo que se quiere decir es que, por importante que un hombre sea, debe aceptar la supremacía del Señor Supremo. Ese estado de conciencia de Dios ayudará al hombre incluso en su prosperidad material. La subordinación de Mahārāja Pratāparudra ante el Señor Jagannātha lo convirtió en un rey poderoso, hasta el punto que ni siquiera el gran conquistador extranjero de la época podía entrar en Orisa, debido al poderoso Mahārāja Pratāparudra. Y al final Mahārāja Pratāparudra recibió la gracia del Señor Caitanya, precisamente a causa de que aquel aceptara subordinarse al Señor del universo. Entonces, aunque la esposa de un hombre rico lleve en los brazos brillantes brazaletes de oro, debe dedicarse a prestarle servicio al Señor.

Texto

barhāyite te nayane narāṇāṁ
liṅgāni viṣṇor na nirīkṣato ye
pādau nṛṇāṁ tau druma-janma-bhājau
kṣetrāṇi nānuvrajato harer yau

Palabra por palabra

barhāyite — como las plumas de un pavo real; te — aquellos; nayane — ojos; narāṇām — de hombres; liṅgāni — formas; viṣṇoḥ — de la Personalidad de Dios; na — no; nirīkṣataḥ — miran; ye — todos esos; pādau — piernas; nṛṇām — de hombres; tau — aquellas; druma-janma — nacido del árbol; bhājau — así; kṣetrāṇi — lugares sagrados; na — nunca; anuvrajataḥ — busca; hareḥ — del Señor; yau — el cual.

Traducción

Los ojos que no miran las representaciones simbólicas de la Personalidad de Dios Viṣṇu [Sus formas, Su nombre, Su calidad, etc.] son como los que están estampados en las plumas del pavo real, y las piernas que no se desplazan hacia los lugares sagrados [donde se recuerda al Señor] se considera que son como los troncos de los árboles.

Significado

El sendero de la adoración de la Deidad se les recomienda especial y enfáticamente a los devotos casados. En la medida de lo posible, cada cabeza de familia, bajo la dirección del maestro espiritual, debe instalar la Deidad de Viṣṇu, especialmente formas tales como Rādha-Kṛṣṇa, Lakṣmī-Nārāyaṇa o Sītā-Rāma, o cualquier otra forma del Señor, tales como Nṛsiṁha, Varāha, Gaura-Nitāi, Matsya, Kūrma, śālagrāma-śilā, y muchas otras formas de Viṣṇu, tales como Trivikrama, Keśava, Acyuta, Vāsudeva, Nārāyaṇa y Dāmodara, según se recomienda en los Vaiṣṇava-tantras o en los Purāṇas, y la familia debe realizar la adoración estrictamente, siguiendo las indicaciones y regulaciones del arcana-vidhi. Cualquier miembro de la familia que tenga más de doce años de edad debe ser iniciado por un maestro espiritual genuino, y todos los miembros del hogar deben dedicarse al servicio diario del Señor, comenzando desde la mañana (4 a.m.) hasta la noche (10 p.m.), por medio de la ejecución de maṅgala-ārātrika, nirañjana, arcana, pūjā, kīrtana, śṛṅgāra, bhoga-vaikālī, sandhyā-ārātrika, pāṭha, bhoga (de noche), śayana-ārātrika, etc. El dedicarse a esa clase de adoración de la Deidad, bajo la dirección de un maestro espiritual genuino, ayudará enormemente a los casados a purificar su misma existencia y a progresar rápidamente en el campo del conocimiento espiritual. El solo conocimiento libresco y teórico no es suficiente para el devoto neófito. El conocimiento libresco es teórico, mientras que el proceso de arcana es práctico. El conocimiento espiritual se debe desarrollar mediante una combinación de conocimiento teórico y práctico, y eso constituye la senda garantizada hacia el logro de la perfección espiritual. Para el devoto neófito, la preparación en el servicio devocional depende por entero del maestro espiritual experto, el cual sabe cómo dirigir a su discípulo para que progrese gradualmente hacia la senda que va de vuelta al hogar, de vuelta a Dios. Uno no debe convertirse en un seudomaestro espiritual a modo de negocio, para sufragar sus gastos familiares; uno debe ser un maestro espiritual experto, para liberar al discípulo de las garras de la muerte inminente. Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura ha definido las cualidades genuinas de un maestro espiritual, y uno de los versos de esa descripción reza lo siguiente:

śrī-vigrahārādhana-nitya-nānā-
śṛṅgāra-tan-mandira-mārjanādau
yuktasya bhaktāṁś ca niyuñjato ’pi
vande guroḥ śrī-caraṇāravindam

Śrī-vigraha es el arcā, o la adecuada y venerable forma del Señor, y el discípulo debe estar dedicado a adorar a la Deidad regularmente mediante śṛṅgāra, mediante las debidas maneras de decorar y vestir, así como también mediante mandira-mārjana, mediante la limpieza del templo. El maestro espiritual le enseña todo esto al devoto neófito de modo bondadoso y personal, para ayudarlo gradualmente a comprender el nombre, la calidad, la forma, etc., trascendentales, del Señor.

La atención que se ocupa en el servicio del Señor, especialmente en vestir a la Deidad y en decorar el templo, junto con el kīrtana musical y las instrucciones espirituales de las Escrituras, son lo único que puede salvar al hombre común de las infernales atracciones cinematográficas y de la basura de las canciones sexuales que la radio transmite por todas partes. Si uno es incapaz de mantener un templo en su casa, debe ir al templo de alguna otra persona en el que se ejecuten regularmente todas las actividades mencionadas. Visitar el templo de un devoto y mirar las profusamente adornadas formas del Señor, bien vestidas en un templo santificado y bien decorado, le infunden inspiración espiritual a la mente mundana. La gente debe visitar lugares sagrados tales como Vṛndāvana, en donde se mantienen específicamente esa clase de templos y de adoración de la Deidad. Antiguamente, todos los hombres ricos, como los reyes y los ricos mercaderes, construían esos templos bajo las instrucciones de devotos expertos del Señor, tales como los Seis Gosvāmīs, y, siguiendo los pasos de los grandes devotos (anuvraja), el hombre común tiene el deber de sacar provecho de esos templos y de los festivales que se observan en los lugares sagrados de peregrinaje. Uno no debe visitar todos esos templos y lugares santificados de peregrinaje con la idea de hacer turismo, sino que debe ir a dichos templos y lugares santificados que han sido inmortalizados por los trascendentales pasatiempos del Señor, y ser guiado por hombres idóneos que conocen la ciencia. Esto se denomina anuvraja. Anu significa «seguir». Por consiguiente, lo mejor es seguir las instrucciones del maestro espiritual genuino, incluso en lo referente a visitar templos y lugares sagrados de peregrinaje. Aquel que no se desplaza de esa manera es como el fijo árbol, al cual el Señor ha condenado a no moverse. La tendencia a moverse que tiene el ser humano se emplea mal, si se usa para visitar lugares en plan de turismo. El mejor propósito de esas tendencias a viajar se podría cumplir con visitar los lugares sagrados establecidos por los grandes ācāryas, y de ese modo no ser mal dirigido por la atea propaganda de hombres que quieren hacer dinero y que no tienen conocimiento acerca de los asuntos espirituales.

Texto

jīvañ chavo bhāgavatāṅghri-reṇuṁ
na jātu martyo ’bhilabheta yas tu
śrī-viṣṇu-padyā manujas tulasyāḥ
śvasañ chavo yas tu na veda gandham

Palabra por palabra

jīvan — mientras vive; śavaḥ — un cuerpo muerto; bhāgavata-aṅghri-reṇum — el polvo de los pies de un devoto puro; na — nunca; jātu — en ningún momento; martyaḥ — mortal; abhilabheta — recibido en particular; yaḥ — una persona; tu — pero; śrī — con opulencia; viṣṇu-padyāḥ — de los pies de loto de Viṣṇu; manu-jaḥ — un descendiente de Manu (un hombre); tulasyāḥ — hojas del árbol de tulasī; śvasan — mientras respiran; śavaḥ — aun así es un cuerpo muerto; yaḥ — el cual; tu — pero; na veda — nunca experimentado; gandham — el aroma.

Traducción

La persona que en ningún momento ha recibido sobre la cabeza el polvo de los pies del devoto puro del Señor, es sin duda un cuerpo muerto. Y la persona que nunca ha sentido el aroma de las hojas de tulasī de los pies de loto del Señor, también es un cuerpo muerto, aunque respire.

Significado

Según Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, el cuerpo muerto que respira es un fantasma. Cuando un hombre muere, se lo llama muerto, pero cuando ese cuerpo muerto aparece de nuevo en una forma sutil invisible a nuestra visión actual y aun así actúa, recibe el nombre de fantasma. Los fantasmas siempre son elementos muy malos, que siempre les están creando una situación amedrentadora a los demás. De forma similar, los no devotos cual fantasmas que no sienten respeto por los devotos puros, ni por la Deidad de Viṣṇu de los templos, crean en todo momento una situación amedrentadora para los devotos. El Señor nunca acepta ninguna ofrenda que le hagan esos fantasmas impuros. Hay un refrán popular que dice que, primero hay que amar al perro del amado, antes de expresarle a este algún sentimiento amoroso. La etapa de la devoción pura se alcanza mediante el servicio sincero que se le preste a un devoto puro del Señor. De manera que, la primera condición del servicio devocional del Señor es la de ser un sirviente de un devoto puro, y esa condición se cumple mediante la declaración que dice «recepción del polvo de los pies de loto de un devoto puro que también ha servido a otro devoto puro». Ese es el sistema que se sigue en la sucesión discipular pura, o en el paramparā devocional.

Mahārāja Rahūgaṇa le preguntó al gran sabio Jaḍa Bharata cómo había alcanzado esa etapa liberada de paramahaṁsa, y en respuesta, el gran santo le dijo lo siguiente (Bhāg. 5.12.12):

rahūgaṇaitat tapasā na yāti
na cejyayā nirvapaṇād gṛhād vā
na cchandasā naiva jalāgni-sūryair
vinā mahat-pāda-rajo-’bhiṣekam

«¡Oh, rey Rahūgaṇa!, la etapa perfecta del servicio devocional, o la etapa paramahaṁsa de la vida, no se puede alcanzar, a menos que se sea bendecido por el polvo de los pies de los grandes devotos. Dicha etapa nunca se alcanza mediante tapasya [austeridad], ni mediante el proceso védico de adoración, ni mediante el hecho de adoptar la orden de vida de renuncia, ni mediante el desempeño de los deberes de la vida de casado, ni mediante el canto de los himnos védicos, ni mediante la ejecución de penitencias bajo el calor del sol, en el agua helada o ante el fuego ardiente».

In other words, Lord Śrī Kṛṣṇa is the property of His pure, unconditional devotees, and as such only the devotees can deliver Kṛṣṇa to another devotee; Kṛṣṇa is never obtainable directly. Lord Caitanya therefore designated Himself as gopī-bhartuḥ pada-kamalayor dāsa-dāsānudāsaḥ, or “the most obedient servant of the servants of the Lord, who maintains the gopī damsels at Vṛndāvana.” A pure devotee therefore never approaches the Lord directly, but tries to please the servant of the Lord’s servants, and thus the Lord becomes pleased, and only then can the devotee relish the taste of the tulasī leaves stuck to His lotus feet. In the Brahma-saṁhitā it is said that the Lord is never to be found by becoming a great scholar of the Vedic literatures, but He is very easily approachable through His pure devotee. In Vṛndāvana all the pure devotees pray for the mercy of Śrīmatī Rādhārāṇī, the pleasure potency of Lord Kṛṣṇa. Śrīmatī Rādhārāṇī is a tenderhearted feminine counterpart of the supreme whole, resembling the perfectional stage of the worldly feminine nature. Therefore, the mercy of Rādhārāṇī is available very readily to the sincere devotees, and once She recommends such a devotee to Lord Kṛṣṇa, the Lord at once accepts the devotee’s admittance into His association. The conclusion is, therefore, that one should be more serious about seeking the mercy of the devotee than that of the Lord directly, and by one’s doing so (by the good will of the devotee) the natural attraction for the service of the Lord will be revived.

Texto

tad aśma-sāraṁ hṛdayaṁ batedaṁ
yad gṛhyamāṇair hari-nāma-dheyaiḥ
na vikriyetātha yadā vikāro
netre jalaṁ gātra-ruheṣu harṣaḥ

Palabra por palabra

tat — ese; aśma-sāram — de acero; hṛdayam — corazón; bata idam — ciertamente que; yat — el cual; gṛhyamāṇaiḥ — a pesar de cantar; hari-nāma — el santo nombre del Señor; dheyaiḥ — mediante la concentración de la mente; na — no; vikriyeta — transformación; atha — así pues; yadā — cuando; vikāraḥ — reacción; netre — en los ojos; jalam — lágrimas; gātra-ruheṣu — en los poros; harṣaḥ — erupciones de éxtasis.

Traducción

Sin duda que está hecho de acero aquel corazón que, a pesar de que uno cante el santo nombre del Señor con concentración, no se transforma cuando el éxtasis aparece, las lágrimas inundan los ojos y el vello se eriza.

Significado

Debemos notar con provecho que, en los tres primeros capítulos del Segundo Canto, se está presentando un proceso gradual de desarrollo del servicio devocional. En el primer capítulo se ha hecho énfasis en el primer paso del servicio devocional en pos del estado de conciencia de Dios por medio del proceso de oír y cantar, y para los principiantes se ha recomendado una concepción burda de la Personalidad de Dios, es decir, Su forma universal. Por medio de esa concepción burda de Dios a través de las manifestaciones materiales de Su energía, se es capaz de espiritualizar la mente y los sentidos, y gradualmente concentrar la mente en el Señor Viṣṇu, el Supremo, quien está presente en forma de la Superalma en cada corazón y en todas partes, en cada átomo del universo material. El sistema de pañca-upāsanā, que le recomienda al hombre común cinco actitudes mentales, también se promulga con ese propósito, es decir, el desarrollo gradual, la adoración del superior que puede estar en la forma del fuego, la electricidad, el sol, la totalidad de los seres vivos, el Señor Śiva y, finalmente, la impersonal Superalma, la representación parcial del Señor Viṣṇu. Todo ello se describe bien en el segundo capítulo, pero en el tercer capítulo se prescribe un mayor desarrollo, después de que uno ha alcanzado de hecho la etapa de la adoración de Viṣṇu, o el servicio devocional puro, y aquí se sugiere la madura etapa de la adoración de Viṣṇu en relación con la transformación del corazón.

Todo el proceso del cultivo espiritual tiene como objetivo la transformación del corazón del ser viviente en lo que se refiere a la relación eterna que él tiene con el Señor Supremo como sirviente subordinado, lo cual constituye su posición constitucional eterna. Así que, con el progreso del servicio devocional, la reacción que se refiere a la transformación del corazón se exhibe en el desapego gradual del sentido de disfrute material a través de un falso sentido de enseñorearse del mundo, y en el aumento de la actitud de querer prestarle un amoroso servicio al Señor. El vidhi-bhakti, o el servicio devocional regulado que se realiza con las partes del cuerpo (es decir, con los ojos, los oídos, la nariz, las manos y las piernas, tal como se explicó antes), es lo que ahora se recalca aquí en relación con la mente, la cual constituye el incentivo para todas las actividades de las partes del cuerpo. Se espera de todas maneras que, a través de la ejecución del servicio devocional regulado, uno manifieste la transformación del corazón, Si esa transformación no ocurre, se debe considerar que el corazón es de acero, ya que no se derrite ni siquiera cuando ocurre el canto del santo nombre del Señor. Siempre debemos recordar que oír y cantar son los principios básicos del desempeño de los deberes devocionales, y si se realizan debidamente, a ello lo seguirá la reacción del éxtasis, con signos tales como la aparición de lágrimas en los ojos y el erizamiento de los vellos del cuerpo. Estas son consecuencias naturales, y constituyen los síntomas preliminares de la etapa bhāva, que aparece antes de que uno alcance el perfecto estado de prema, el amor por Dios.

Si la reacción no tiene lugar, ni siquiera después de oír y cantar el santo nombre del Señor continuamente, ello se le debe atribuir únicamente a las ofensas. Esa es la opinión del Sandarbha. Al principio del canto del santo nombre del Señor, si el devoto no ha tenido mucho cuidado en evadir las diez clases de ofensas que se pueden cometer a los pies del santo nombre, ciertamente que la reacción de los sentimientos de separación no se hará visible en la forma de la aparición de lágrimas en los ojos y el erizamiento del vello.

La etapa bhāva se manifiesta mediante ocho síntomas trascendentales, a saber, inercia, transpiración, erizamiento de los vellos, vacilación de la voz, temblor, palidez del cuerpo, aparición de lágrimas en los ojos y, por último, trance. El néctar de la devoción, un estudio resumido del Bhakti-rasāmṛta-sindhu de Śrīla Rūpa Gosvāmī, explica esos síntomas y describe vívidamente otras transformaciones trascendentales, tanto en manifestaciones estables como aceleradas.

Śrīla Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura ha discutido de un modo muy crítico todas estas manifestaciones de bhāva, en relación con algunos neófitos inescrupulosos que imitan los síntomas antedichos en aras de una apreciación fácil. Además de Viśvanātha Cakravartī, Śrīla Rūpa Gosvāmī también los trató de una manera muy crítica. A veces, los devotos mundanos (prākṛta-sahajiyās) imitan todos los ocho síntomas de éxtasis que se mencionaron, pero los seudosíntomas se detectan de inmediato cuando uno ve al seudodevoto adicto a muchísimas cosas prohibidas. Aunque una persona esté adornada con los signos de un devoto, si está adicta a fumar, a beber o a las relaciones sexuales ilícitas con mujeres, no puede tener todos los síntomas extáticos anteriormente mencionados. Pero en ocasiones se ve que esos síntomas se imitan deliberadamente, y por esa razón Śrīla Viśvanātha Cakravartī acusa a esos imitadores de tener un corazón de piedra. Algunas veces, ellos se ven incluso afectados por el reflejo de esos síntomas trascendentales, pero aun así no abandonan los hábitos prohibidos, entonces son casos desahuciados en lo que se refiere a la iluminación trascendental.

Cuando el Señor Caitanya se encontró con Śrīla Rāmānanda Rāya de Kavaur en la ribera del Godāvarī, el Señor manifestó todos esos síntomas, pero debido a la presencia de unos brāhmaṇas no devotos que eran asistentes del Rāya, el Señor reprimió los síntomas. De manera que, a veces ni siquiera se ven en el cuerpo del devoto de primera clase, por ciertas razones circunstanciales. En consecuencia, un verdadero y estable bhāva se exhibe sin duda alguna en la forma del cese de los deseos materiales (kṣānti), en la utilización de cada momento para el trascendental servicio amoroso del Señor (ayārtha-kālatvam), en el anhelo de glorificar al Señor constantemente (nāma-gāne sadā ruci), en el hecho de sentirse atraído por vivir en la tierra del Señor (prītis tad-vasatisthale), en el completo desapego de la felicidad material (virakti) y en la ausencia de orgullo (māna-śūnyatā). Aquel en quien se han desarrollado todas estas cualidades trascendentales se encuentra verdaderamente en la etapa bhāva, a diferencia del imitador con corazón de piedra o devoto mundano.

Todo el proceso se puede resumir de la siguiente manera: el devoto adelantado que canta el santo nombre del Señor de una manera absolutamente libre de ofensas y es amigable con todo el mundo, puede de hecho disfrutar del sabor trascendental que procede de glorificar al Señor. Y el resultado de ese estado de comprensión se refleja en el cese de todos los deseos materiales, etc., como se mencionó antes. Los neófitos, debido a que se encuentran en la etapa inferior del servicio devocional, son envidiosos invariablemente, hasta el punto en que inventan sus propios sistemas de regulaciones devocionales, sin seguir a los ācāryas. Así pues, aunque hagan un espectáculo de que cantan constantemente el santo nombre del Señor, no pueden disfrutar del sabor trascendental del santo nombre. Por consiguiente, el espectáculo de lágrimas en los ojos, temblor, transpiración o inconsciencia, etc., está censurado. Sin embargo, ellos pueden ponerse en contacto con un devoto puro del Señor y corregir sus malos hábitos; de lo contrario, seguirán teniendo un corazón de piedra, y seguirán sin estar en capacidad de recibir tratamiento alguno. Una marcha progresiva completa por la senda de vuelta al hogar, de vuelta a Dios, dependerá de las instrucciones de las Escrituras reveladas dirigidas por un devoto iluminado.

Texto

athābhidhehy aṅga mano-’nukūlaṁ
prabhāṣase bhāgavata-pradhānaḥ
yad āha vaiyāsakir ātma-vidyā-
viśārado nṛpatiṁ sādhu pṛṣṭaḥ

Palabra por palabra

atha — por consiguiente; abhidhehi — por favor, explica; aṅga — ¡oh, Sūta Gosvāmī!; manaḥ — mente; anukūlam — favorable a nuestra mentalidad; prabhāṣase — hablas; bhāgavata — el gran devoto; pradhānaḥ — el principal; yat āha — lo que él habló; vaiyāsakiḥ — Śukadeva Gosvāmī; ātma-vidyā — conocimiento trascendental; viśāradaḥ — experto; nṛpatim — al rey; sādhu — muy bueno; pṛṣṭaḥ — habiéndosele pedido.

Traducción

¡Oh Sūta Gosvāmī!, tus palabras le resultan muy placenteras a nuestra mente. En consecuencia, por favor explícanos esto tal como lo habló el gran devoto Śukadeva Gosvāmī, quien es muy experto en el conocimiento trascendental, y quien le habló a Mahārāja Parīkṣit al pedírsele que lo hiciera.

Significado

El conocimiento que ha explicado el ācārya previo, tal como Śukadeva Gosvāmī, y que ha seguido el ācārya siguiente, tal como Sūta Gosvāmī, siempre es conocimiento trascendental poderoso, y, por lo tanto, es penetrante y útil para todos los estudiantes sumisos.

Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo tercero del Canto Segundo del Śrīmad-Bhāgavatam, titulado: «El servicio devocional puro: la transformación del corazón».