Skip to main content

Mantra Seis

Mantra Six

Texto

Texte

yas tu sarvāṇi bhūtāny
ātmany evānupaśyati
sarva-bhūteṣu cātmānaṁ
tato na vijugupsate
yas tu sarvāṇi bhūtāny
ātmany evānupaśyati
sarva-bhūteṣu cātmānaṁ
tato na vijugupsate

Palabra por palabra

Synonyms

yaḥ — aquel que; tu — pero; sarvāṇi — todas; bhūtāni — las entidades vivientes; ātmani — en relación con el Señor Supremo; eva — únicamente; anupaśyati — observa en forma sistemática; sarva-bhūteṣu — en todos los seres vivientes; ca — y; ātmānam — la Superalma; tataḥ — después de eso; na — no; vijugupsate — no odia a nadie.

yaḥ : celui qui ; tu : mais ; sarvāṇi : tous ; bhūtāni : les êtres vivants ; ātmani : en relation avec le Seigneur Suprême ; eva : seulement ; anupaśyati : observe de façon systématique ; sarva-bhūteṣu : en chaque être vivant ; ca : et ; ātmānam : l’Âme Suprême ; tataḥ : par suite ; na : ne pas ; vijugupsate : hait quiconque.

Traducción

Translation

Aquel que lo ve todo en relación con el Señor Supremo, que ve a todas las entidades como partes integrales de Él, y que ve al Señor Supremo dentro de todo lo que hay, nunca odia a ser o cosa alguna.

Celui qui voit tout en relation avec le Seigneur Suprême, qui voit que tous les êtres font partie intégrante du Seigneur et qui voit le Seigneur en tout, celui-là ne hait rien ni personne.

Significado

Purport

Aquí se da una descripción del mahā-bhāgavata, la gran personalidad que lo ve todo en relación con la Suprema Personalidad de Dios. La comprensión de la presencia del Señor ocurre en tres etapas. El kaniṣṭha-adhikārī está en la etapa inferior de comprensión. Él va a un lugar de adoración tal como un templo, iglesia o mezquita, dependiendo de su tipo de fe religiosa, y ahí se dedica a la adoración conforme a los mandamientos de las Escrituras. Ese devoto piensa que el Señor está presente en el lugar de la adoración, pero no en otras partes. Él no puede determinar la posición que tienen otros dentro del sevicio devocional, ni puede distinguir al que ha comprendido plenamente al Señor Supremo. Esos devotos siguen las fórmulas rutinarias y a veces pelean entre sí, considerando que un tipo de devoción es mejor que otro. Estos kaniṣṭha-adhikārīs en realidad son devotos materialistas que sólo están tratando de trascender los linderos materiales para llegar al plano espiritual.

Ce mantra décrit le mahā-bhāgavata, la grande âme qui voit tout en relation avec Dieu, la Personne Suprême. Il existe trois niveaux de perception du Seigneur. Les kaniṣṭha-adhikārīs, au niveau le plus bas, se rendent dans le lieu de culte assigné par leur religion (temple, église, mosquée…) afin d’y accomplir les divers rites prescrits par leurs Écritures respectives. Ils croient que le Seigneur n’est présent qu’au lieu du culte et sont incapables de juger du degré de dévotion des autres croyants, ni de discerner qui a réalisé Dieu. Ils suivent des pratiques routinières et se querellent parfois entre eux, estimant tel ou tel culte supérieur à un autre. Ces kaniṣṭha-adhikārīs sont des dévots encore très matérialistes qui essaient seulement de dépasser le matériel pour arriver au plan spirituel.

A los que han alcanzado la segunda etapa de comprensión se les llama madhyama-adhikārīs. Estos devotos observan los siguientes cuatro principios: (1) primeramente reconocen al Señor Supremo. (2) Luego reconocen a los devotos del Señor. (3) Reconocen a los inocentes que no conocen al Señor. (4) Reconocen a los ateos que no tienen ninguna fe en el Señor y que odian a los que practican el servicio devocional. El madhyama-adhikārī se comporta de diferentes maneras de acuerdo con las circunstancias. Él adora al Señor, considerándolo el objeto del amor, y hace amistad con los que ejecutan servicio devocional. Él trata de despertar el amor latente por Dios que se encuentra en el corazón de los inocentes, pero no se acerca a los ateos que se mofan del mismo nombre del Señor.

Viennent ensuite les madhyama-adhikārīs, dont le niveau de réalisation se situe au second stade. Ils font la distinction entre quatre catégories d’êtres : 1) Dieu, le Seigneur Suprême, 2) les dévots du Seigneur, 3) les innocents, ceux qui n’ont aucune connaissance de Dieu, et 4) les athées sans foi et pleins de haine pour les dévots. Envers chacun d’eux les madhyama-adhikārīs adoptent une attitude différente. Ils adorent le Seigneur, considérant qu’Il est le seul objet de leur amour, et se lient d’amitié avec Ses serviteurs ; ils tentent d’éveiller l’amour de Dieu qui dort dans le cœur des innocents, mais ne s’approchent pas des athées, de ceux qui vont jusqu’à se moquer du nom du Seigneur.

En la tercera etapa de comprensión se encuentra el uttama- adhikārī, quien lo ve todo en relación con el Señor Supremo. Ese devoto no discrimina entre un ateo y un teísta sino que ve a todo el mundo como parte integral de Dios. Él sabe que no hay diferencia entre un brāhmaṇa sumamente erudito y un perro de la calle, porque ambos provienen del Señor, aunque estén en cuerpos diferentes debido a las cualidades de la naturaleza material. Él ve que la partícula brāhmaṇa del Señor Supremo no ha abusado de la pequeña independencia que el Señor le ha dado, y que la partícula perro ha abusado de su independencia y, por consiguiente, las leyes de la naturaleza la han castigado encerrándola en una forma corporal ignorante. Sin tomar en cuenta las respectivas acciones del brāhmaṇa y del perro, el uttama-adhikārī procura beneficiar a ambos. Ese devoto tan erudito no se confunde con los cuerpos materiales, sino que se siente atraído por la chispa espiritual que mora dentro de las entidades respectivas.

Au-dessus du madhyama-adhikārī se trouve l’uttama-adhikārī, qui lui voit tout en relation avec le Seigneur Suprême. Il ne fait aucune distinction entre le croyant et l’athée, les voyant tous deux comme partie intégrante de Dieu. Il sait qu’en essence aucune différence n’existe entre un brāhmaṇa érudit et un chien des rues, car bien qu’enfermés dans des corps différents en raison de leur karma respectif, ils sont chacun une infime partie du Seigneur. Parce qu’il sut faire bon usage de l’infime indépendance que le Seigneur lui avait accordée, le premier acquit un corps de brāhmaṇa alors que le second, pour avoir mal utilisé cette indépendance, se trouva puni par les lois de la nature et emprisonné dans le corps d’un chien. Sans tenir compte des mérites respectifs du brāhmaṇa et de l’animal, l’uttama-adhikārī essaie de faire du bien aux deux. Un dévot d’une telle sagesse ne se laisse pas tromper par l’apparence extérieure du corps mais, au contraire, est attiré par l’étincelle spirituelle qui l’anime. 

Aquellos que imitan al uttama-adhikārī, ostentando un sentido de unidad o fraternidad, pero cuyo comportamiento está en la plataforma corporal, son en realidad falsos filántropos. Se debe aprender el concepto de hermandad universal de parte de un uttama-adhikārī y no de algún tonto que no entiende correctamente lo que es el alma individual y la expansión Superalma del Señor Supremo que habita en todas partes.

Ceux qui imitent l’uttama-adhikārī en faisant montre de sentiments de fraternité et de solidarité, mais ne prennent en considération que le corps matériel, sont de faux philanthropes. La vraie notion de fraternité universelle doit être acquise auprès d’un authentique uttama-adhikārī, non d’utopistes qui ignorent tout de l’âme distincte et de l’Âme Suprême, l’omniprésente émanation de Dieu.

En este sexto mantra se menciona claramente que uno debe observar, o ver. Esto significa que uno debe seguir al ācārya previo, el maestro perfeccionado. Anupaśyati es la palabra sánscrita exacta usada al respecto. Paśyati significa observar. Esto no quiere decir que uno deba tratar de ver las cosas a simple vista. Debido a los defectos materiales, nunca es posible ver las cosas correctamente a simple vista. Uno no puede ver correctamente a menos que haya escuchado de una fuente superior, y la fuente más elevada es la sabiduría védica que habló el Señor Mismo. Las verdades védicas nos llegan a través de la sucesión discipular pasando del Señor a Brahmā, de Brahmā a Nārada, de Nārada a Vyāsa, y de Vyāsa a muchos otros discípulos. Anteriormente no había necesidad de anotar los mensajes de los Vedas porque la gente de eras anteriores era más inteligente y poseía una memoria más aguda. Ellos podían seguir las instrucciones con escucharlas tan sólo una vez de labios del maestro espiritual fidedigno.

Ce mantra indique clairement qu’il faut « observer », regarder de façon systématique. Le mot anupaśyati (anu,« suivre » et paśyati, « observer ») signifie en effet qu’il ne faut pas voir les choses telles que l’œil nu nous les montre, mais suivre les ācāryas d’une authentique lignée et voir par leur intermédiaire. L’œil imparfait ne permet pas de voir les choses telles qu’elles sont ; on ne peut percevoir la vérité que si on la reçoit d’une source supérieure, et la plus haute source de vérité est le savoir védique, émis par le Seigneur Lui-même. Cette vérité fut transmise par une succession de maître à disciple qui, depuis le Seigneur Lui-même, se poursuivit avec Brahmā, Nārada, Vyāsadeva et bien d’autres, jusqu’à nos jours. Aux temps védiques, il n’était pas nécessaire de mettre le message des Vedas sous forme écrite, car l’homme, plus intelligent et doué d’une mémoire plus développée qu’aujourd’hui, pouvait assimiler et suivre les instructions données en ne les ayant entendues qu’une seule fois des lèvres d’un maître spirituel authentique.

En la actualidad hay muchos comentarios sobre las Escrituras reveladas, pero en su mayoría no están en la línea de sucesión discipular que proviene de Śrīla Vyāsadeva, quien enseñó originalmente la sabiduría védica. El Śrīmad-Bhāgavatam es la obra final, la más perfecta y sublime de Śrīla Vyāsadeva, y es el comentario autorizado sobre El Vedānta-sūtra. También está El Bhagavad-gītā que habló el Señor Mismo y que anotó Vyāsadeva. Éstas son las Escrituras reveladas más importantes, y cualquier comentario que contradiga los principios del Gītā o de El Śrīmad-Bhāgavatam, está desautorizado. Hay una plena concordancia entre los Upaniṣads, el Vedānta, los Vedas, El Bhagavad-gītā, y El Śrīmad-Bhāgavatam, y nadie debe tratar de llegar a ninguna conclusión sobre los Vedas si no ha recibido instrucciones de los miembros de la sucesión discipular de Vyāsadeva, o por lo menos de aquellos que creen en la Personalidad de Dios y en Sus diversas energías.

À l’heure actuelle, il existe de nombreux commentaires sur les Écritures révélées, mais la plupart d’entre eux ne suivent pas la lignée disciplique issue de Śrīla Vyāsadeva qui, le premier, compila la sagesse védique. Son œuvre finale, la plus parfaite et la plus sublime, est le Śrīmad-Bhāgavatam, le commentaire naturel du Vedānta-sūtra. Ce fut lui, aussi, qui transcrivit la Bhagavad-gītā, faite des paroles mêmes du Seigneur. Ce sont là les Écritures les plus importantes, et tout autre commentaire en contradiction avec les principes de la Bhagavad-gītāet du Śrīmad-Bhāgavatam est dépourvu d’autorité. Les enseignements des Upaniṣads, du Vedānta-sūtra, des Vedas, de la Bhagavad-gītā et du Śrīmad-Bhāgavatam sont tous en parfaite harmonie. Par conséquent, à moins d’avoir été initié au savoir par un maître de la lignée de Vyāsadeva, croyant en la Personnalité de Dieu et en Ses diverses énergies telles que les décrivent l’Īśopaniṣad, personne n’est apte à commenter les Vedas.

De acuerdo con El Bhagavad-gītā (6.9), solamente alguien que ya se encuentra en la plataforma de la liberación puede volverse un devoto uttama-adhikārī y ver a todos los seres vivientes como a sus propios hermanos. Los políticos que siempre andan buscando alguna ganancia material no pueden tener esta visión. Cuando alguien imita los síntomas de un uttama-adhikārī, él quizá sirva a su cuerpo externo con el propósito de conseguir fama o una recompensa material, pero no está sirviendo al alma espiritual. Semejante imitador no puede tener información alguna sobre el mundo espiritual. El uttama-adhikārī ve el alma espiritual de la entidad viviente y le sirve aceptándola como espíritu. De esta manera, queda incluido automáticamente el aspecto material.

Selon la Bhagavad-gītā (18.54), seul l’homme ayant déjà atteint la libération spirituelle (brahma-bhūta) peut devenir un uttama-adhikārī et voir tous les êtres vivants comme ses propres frères. Les politiciens cupides d’aujourd’hui ne peuvent avoir cette vision. Même s’ils servent autrui au niveau du corps pour en tirer gloire ou autre avantage matériel, ceux qui ne font qu’imiter l’uttama-adhikārī ne rendent aucun service à l’âme spirituelle et n’ont aucune connaissance du monde spirituel. L’uttama-adhikārī, pour sa part, voit l’âme dans le corps de chaque être ; et quand il sert son prochain, c’est à elle qu’il s’adresse, comblant du même coup les besoins matériels et spirituels de ses frères.